Hemos regresado.
Disclaimer: la propiedad de Phineas and Ferb es privada, y nada de lo que aquí pueden leer es de nuestra propiedad ni hemos de obtener dinero por esto. Siendo nosotros dos escritores de deconstrucciones literarias solo ganamos cuando los lectores nos apoyan y sienten el deseo de criticar, felicitar o reclamar por más contenido.
Disclaimer 2: Los personajes de Kaito y Kaede son personajes de dos personas reales que buscan darles un rato de entretenimiento. Por lo que sentirse ofendido o atacado por ambos o cualquiera de los dos van en contra de nuestro objetivo principal.
Disclaimer 3: Los omakes presentados en esta...
-¿Puedes detenerte, Kaito? ¡No hace falta que aclares más cosas aqui!
-Si, lo sé. Es que de que me encarrero no hay quien me detenga. Regresamos a esta pagina. Para quienes nos seguian en la otra pagina de orrigen español (de España) me temo que no pude publicar en ella por que no existía el campo de Phineas y Ferb. Después de casi tres meses (creo) de no publicar nada, he decidido comenzar con este fic. Me temo que es demasiado para mi comparar mi propia creatividad con la que tiene el equipo creativo de Disney para la increible y epica espontaneidad de Phineas y Ferb, pero trataré de dar mi mejor esfuerzo. Es posible que me tarde en subir capitulos por que es necesario que estos sean aún más grandes de lo que acostumbro publicar, por lo que pido paciencia. Entregandoles el inicio.
El Portalinador de Doofenshmirtz
La ciudad de Danville, un lugar excitante si vives en los suburbios, donde la acción parece estar a la orden del día. Dos son los epicentros de acción en este lugar, siendo el principal el provocado por la familia Flynn-Fletcher. Desde la construcción de la montaña rusa en toda el área limítrofe, los hermanos Phineas y Ferb han sido una atracción propia de los suburbios, al grado de encontrar seguido gente acampando en su patio para saber qué clase de concierto darán, aunque pocas veces lo hacen en el patio.
Ese día de verano comenzó como cualquier otro. Los chicos despertaban en sus camas con su invento oculto: la catapulta para despertar. Apenas sonaba el despertador, los chicos oprimían el botón del mismo, lo que además accionaba una chispa que activaba la catapulta, lanzándolos medio metro para que cayeran de pie.
–¡Es un fabuloso día, Ferb! No puedo esperar para… ¿Ferb? –Phineas buscó en los alrededores a su hermano, encontrándolo de cabeza cerca con la espalda a la pared–. Vaya, Debemos revisar tu catapulta. Debe estar muy tensa.
–No, así me despierto yo.
–¡Súper! ¡Debería probarlo algún día! ¿Por qué esperar? Si no te molesta me recostaré un instante en tu cama.
Phineas saltó a la cama de su hermano y presionó el botón de su despertador, saliendo disparado hacia la pared, estrellándose en una colchoneta que Ferb colocaba allí para evitar dar de lleno a la pared.
–¡Genial! No hay mucho dolor, el muro es suave y siento la sangre subiendo a mi cerebro, activando mis… Ferb, ya sé he voy a hacer el próximo mes.
Habitación de Candace
– …Claro que no te quedaría ese estilo de cabello, de por si a veces pareces caricatura japonesa, si te cortas el cabello tan corto y rebelde terminarás como una de esas colegialas japonesas de las caricaturas que ve Baljeet.
Candace tenía un nuevo look, lo que motivó a su amiga Stacy a cambiar el suyo también. Había cortado un poco su cabello, dejando la misma terminación en las puntas con un vuelo ligero. Curioso era saber que antes no se sujetaba el cabello con algo diferente a una presilla o una diadema, y ahora solía usar una dona para sujetarse de vez en cuando el cabello. Linda, su madre, sentía
–Es lo que yo digo, Stacy, si no te has dado cuenta, muchas personas son bastante prejuiciosas. Solo porque eres japonesa no significa que realmente debes verte como una colegiala japonesa…
–Candace, soy una colegiala japonesa.
–No me estás entendiendo, no quiero que la gente te tome por un estereotipo racista. Es como si Jeremi se pusiera un Tartán, o Ferb un traje sastre y un bombin. No soy tonta, Stacy, he visto las caricaturas.
–Demasiadas, diría yo.
–¿Qué ha sido eso?
–Nada.
–Candace, hora de desayunar.
–Te llamo más tarde, mamá ya preparó la comida.
–De acuerdo. Cuídate le los estereotipos americanos, Candace. No te vistas de ciclista en tu vida.
–¿A qué te refieres con eso? –(Beep Beep)–. ¡Me colgó!
Abajo en la cocina.
Una visita llegó ese día, visita que estaría durmiendo en casa de la familia por una temporada. La señora Vivian García-Shapiro apareció en la puerta cuando la señora Linda Flynn atendió al timbre.
–Vivian, hola. ¿Qué puedo hacer por ti?
–Bueno, sucedió. Al final tendré que viajar a México para ayudar a mi madre un tiempo mientras mis hermanos estarán de viaje de negocios. Sé que es muy repentino, pero quería saber si fuera posible que Isabella se quedara con ustedes un tiempo.
–¿Qué no puede viajar contigo?
–Si puede, es solo que Isabella es alérgica a los pavorreales, y mi madre tiene más aves en su casa que metros cuadrados su terreno. Ama demasiado a los gatos. ¿Podría quedarse aquí un mes o dos?
–Bueno, no estoy segura si… –Isabella miraba a la señora Flynn con unos poderosos ojos de lindura, la misma mirada linda que arruinara los planes de un conquistador cósmico y descompusiera con su presencia un aparato de Phineas. Quizás una mirada tanto o más poderosa que la mirada cósmica del gato con botas (El gato con botas y los tres diablos)–. Que rayos, estará bien. De cualquier modo Phineas y Ferb estarán felices de recibirla.
–Muchas gracias, linda. Anda, ve a darles la noticia a tus amigos anfitriones.
Isabella abrazó a Linda un momento y luego salió corriendo a la cocina. Al dar la vuelta en una esquina, no pudo con la emoción y se respaldó en el muro haciendo un codazo a sus espaldas, apretando el puño, los ojos y dejando escapar un satisfactorio "SI" en un susurro ahorgado.
–Voy a dormir en la misma casa que Phineas. Creí que eso no sucedería hasta nuestra luna de miel.
–¡Hola Isabella!
–¡AAAAHH!
–¿Qué estas hacieeeendo?
–¡Phineas! ¡Me asustaste!
–¿Te asusto? De haberlo sabido me hubiese puesto un disfraz en esa casa de los sustos cuando tenías hipo. Dime, ¿Ya desayunaste?
–No, aún no.
–Entonces acompáñame, hay cereal en la cocina…
–Phineas, tengo algo que decirte.
–¿No te gusta el cereal? Mamá puede hacerte huevos.
–No, descuida. El cereal será suficiente. Pasa que mi madre estará fuera del país por uno o dos meses.
–¡¿Te vas?! ¡No puedes irte!
–¿Te molesta que me vaya?
–¿No debería? ¡Eres mi mejor amiga! Si te vas, no encontraremos inspiración para nuestros inventos, ni buscaremos superar retos.
–¡Oh, Phineas! ¡Me halagas! Pero no me iré. Necesito dormir aquí en tu casa, tu mamá me ofreció que me quedara aquí como invitada, y yo estoy encantada de vivir aquí, contiiiiiuuuuuuu familia
–Bueno, si ese es el caso, construiremos una habitación para recibirte. Ferb…
–Ven Isabella –intervino la señora Flynn tomando a Isabella por los hombros–. Te guiaré a tu habitación.
Al verla retirarse, Phineas permaneció callado observando cómo su madre se llevaba a Isabella. Dando la vuelta se dirigió a Ferb con un poco de desánimo.
–Cierto, la habitación para invitados –Phineas levantó la cabeza y se auto motivó con todas las energías del mundo–. Bueno, aún podemos adornarla a su gusto.
Habitación de invitados – cuarto temporal de Isabella.
–Esta es la habitación de invitados. La usamos cuando mis padres o suegros vienen a visitarnos por un tiempo, pero eso pasa una vez al año.
–Le agradezco me haya recibido, señora Fynn-fletcher.
–Descuida, cielo. No es la habitación más espaciosa, pero Ferb parece saber acomodar las cosas en su lugar.
El lugar parecía ordenado, con un tapiz azul con rosas blancas, una alfombra bien aspirada y limpia color verde pasto y algunos muebles de madera. Había dos camas, considerando que eran para los abuelos de Phineas y Ferb, lo que pronto Isabella pensó en cambiar un poco.
–¡Es hermoso! Elegante, no muy exagerado, espacioso… Es una muy hermosa habitación.
–No ví que trajeras maletas. ¿Acaso tu madre te dejó las llaves de tu casa?
–No, si traje maletas.
–Aquí están las maletas, Isabella –Phineas y Ferb entraron con un carrito rojo arrastrando las maletas.
–Cierto, allí están. Es increíble que subieran con el carrito las escaleras, pero ¿qué más da? Supongo que aún no has desayunado. Hay cereal en la cocina, y si gustan, les preparo huevos.
–Gracias, señora Flynn-Fletcher.
–Nos vemos abajo.
–Genial, dos meses viviendo juntos, en la misma casa. Pocas veces me imaginé algo así sin ser un tiempo compartido en la playa.
–¡¿Te imaginabas viviendo en la misma casa conmigo?!
–Claro, aunque creí que sería para la universidad. Ya sabes, el mismo dormitorio.
–Oh, ya veo (Y que esperabas, Isabella, si es Phineas).
–¡Oye! ¿Y Perry?
Perry, el ornitorrinco, se desliza por la casa en su modo Ornitorrinco. Al estar cerca de una puerta se pone en pie y se pone el sombrero, abre la puerta…
–¡Oh! ¡Aquí estás Perry! –Phineas toma a su mamífero semi acuático en brazos. Perry logró ocultar su sombrero antes de ser visto–. Es increíble que te desaparezcas tanto. Dos años en nuestra familia y aun no entiendo a dónde vas a parar.
–TRRRRRRR!
–Vale, si quieres caminar un rato no lo discutiré contigo. Solo ten cuidado con los escalones. Tuvimos que modificarlos para subir el carrito.
Perry salió de la habitación de invitados frustrado para ingresar en el pasadizo oculto allí adentro, lo que lo obligó a usar el otro pasadizo de emergencia: un filo de escaleras eterno hacia el subsuelo. Allí ya le esperaba el mayor monograma en su monitor enorme. Perry llegó agitado y arrastrándose a su silla.
–Buen día agente P, lamento que no hayas podido disfrutar de nuestro nuevo portal. Descansa un poco mientras escuchas nuestra misión. Al parecer el Dr. Doofenshmirtz ha estado trabajando en un aparato que luce similar al otrodimensionador al que te enfrentaste antes. Hemos descubierto que posiblemente planee viajar a otra dimensión, tal como lo hizo hace un año. Pensamos que no puede ser posible, pues le borramos la memoria. Hemos enviado a Peter el panda para evitar que termine de construirla, ya que recordamos que fueron tus amos quienes lograron que funcionara la última vez. Es por eso que el día de hoy es necesario que mantengas a tus amos lejos de Doof, y pase lo que pase jamás les pierdas el rastro. Mayor Monograma, fuera.
En un saludo marcial, Perry se dio la vuelta, recordando por donde vino y por donde debía regresar. Volvió su mirada asustado a la pantalla del mayor.
–¿Qué ocurre? ¡Oh, claro! Carl, revisa si todos los chicos siguen en la habitación.
–Al parecer están desayunando, señor.
–Ya escuchaste, agente P. Que tengas suerte en tu día libre.
Cocina
Candace se enteraba por parte de su madre lo ocurrido con Isabella en casa.
–…Entonces Isabella vivirá con nosotros un tiempo.
–Ya veo. Supongo que debe ser difícil vivir un rato sin tu madre.
–Bueno, la voy a extrañar, pero solo será un mes. Además, vivir con ustedes será increíble.
–Claro, con todos nosotros y no solo con…
–Candace, te llama Jeremi por teléfono.
–¡Ya vuelvo!
Isabella sintió que le regresaba la vida cuando Candace atendía a las palabras de su padre. Disfrutando de su desayuno miraba a Phineas revisando las caricaturas del periódico. Ferb la observaba mientras comía, pensando en lo que ella posiblemente estaría pensando, y Perry se presentó a la mesa, atendido casi de inmediato por la señora Flynn.
–Oh, Perry. Ten, desayuna con nosotros, pequeño.
–TRRRRRG.
–De nada, pequeño. Es curioso, esta mañana lo hemos visto demasiado. Casi podría jurar que nunca está en casa. ¿A dónde se irá todo el tiempo?
–Quien sabe, tal vez no haga gran cosa más que quedarse en un sitio oculto –dijo Phineas sin desviar la mirada de su periódico.
–Sí, tienes razón. –Linda tomó su bolso
Bueno, ya que no se me ocurre algo que hacer hoy.
–¿Qué no se te ocurre algo? Phineas, eres el idealista por excelencia.
–No es para tanto. Es solo que estoy bloqueado. Tal vez si vamos de paseo algo vendrá a mi cabeza. ¿Qué dicen? ¿Vamos al centro comercial?
–¡Claro!
Doofenshmirtz malvados y asociados!
–Hola Amo. ¿Qué está haciendo?
–¿Cómo que qué hago? ¿De dónde sacaste esa frase tan infantil? ¿Cuándo he hecho algo diferente a construir inadores.
–Ayer visitaste a la ama Vanessa.
–Cierto, pero… No me molestes, Norm. Perry puede estar a punto de…
CLACK
–¡Si, esa es la señal! ¡Aha, te atrapé…! ¡Tú! ¡Tú eres Peter el Panda! –Peter el panda estaba atrapado en una jaula hecha para la figura un poco más esbelta que pertenece a Perry, por lo que Peter parecía más un Guzzim (Picar a Guzzim con una bara) que a un panda en realidad–. Pero pero pero no entiendo, se supone que Perry es quien está tras de mis actos criminales, es decir ¿Qué está haciendo Perry en estos momentos que pueda ser tan importante como para no pelear contra mí?
Peter el panda le entregó a Doofenshmirtz una foto de Perry (con todo y sombrero) en una playa disfrutando del sol y el mar.
–Ah, ya veo. De vacaciones temporales. Bueno, supongo que ya era hora, ha estado peleando conmigo dos años seguidos. Quiero suponer que el mayor monoceja te mandó por mis acciones. Verás, Peter el panda, cuando era niño mis padres trabajaban de sol a sol. Ellos planearon por mucho tiempo ir al mar de Druselstiense. No sé si estás enterado, pero mi trabajo principalmente era de luna en luna, una historia sobre nomos de jardín que Perry conoce muy bien. Estaba emocionado de ir al mar. Y un día, mientras regresaba de la escuela descubrí que no había visto a mi hermano Roger por ninguna parte. Después, cuando llegué a casa, descubrí que no había visto a mis padres. El hecho de que no los viera solo podía significar una cosa: Me habían dejado en casa, solo con mi uniforme de escuela y la ropa de nomo. Luego me di cuenta que, como yo no trabajaba de sol a sol sino de luna a luna, no les pareció justo llevarme. Ni siquiera mi madre ocelote me dejó ir de casa con ellos a las montañas. Así fue que se me ocurrió crear este aparato. ¡Observa el Portalinador vacacional! Mi único problema es que este aparato no es del todo malvado. Lo único que se me ocurre es que no pagaría avión o transporte, pero es como ir en una bicicleta que yo armé. Así que planeaba llevar a Perry a la selva china, ya sabes. Para que se lo comieran los osos pandas. Pero ahora que las cosas cambiaron, y que Perry está de vacaciones, no sé qué hacer realmente con mi inador. Podría mandarte a china, pero los pandas se comportarían bien contigo. Y como solo puede ir a dos destinos. ¡Lo tengo! ¡Iré a la playa y buscaré a Perry para mandarlo a China! Apoco no soy un genio.
En el centro comercial.
Los tres (Phineas, Ferb e Isabella) paseaban por el centro comercial. Esto no parecía algo que los tres planearan, era un algo espontaneo que salió de la falta de ideas, por lo que se podía considerar oficialmente como paseo de ocio. Isabella iba a ser apoyada por su madre con algo de dinero para sus gastos, pero ella aún tenía parte de su mesada, dándose una buena tarde de compras. Phineas y Ferb le acompañaban, pues con el tiempo parecía ser ella quien los llevó de paseo. En las sombras un agente parecía vigilarles, lo que pronto llamó la atención de cierta dama gótica que almorzaba en una de las cafeterías del almacen.
Poniendose de pie fue caminando hasta la ubicación del agente.
–Perry, ¿Qué haces aquí? Creí que tu enemigo era papá.
–TRRRRRRRG.
–¿Qué rayos? ¿Si sabes que solo mi padre puede entender ese seudo rugido? Para mí es como si intentaras gruñirme por estar cerca de tu territorio, ya sabes, como la serpiente cascabel –Perry notó la posición de los chicos y se asustó de ver a Ferb tan cerca de él, acto seguido usó un escape de emergencia oculto en el bote de basura donde se encontraba oculto–. ¡¿A dónde vas?! ¡No me dejes hablando sola, seudo mamífero palmípedo!
–¿Vanessa?
–¡Ferb! Perdón, hay ciertos seres que merecen más de mi ira que otros. ¿Qué haces por aquí? –Ferb señaló hacia su hermano y huésped-amiga–. Ya veo. Haces de chaperón a tu amigo. ¿Está eso bien para ti?
–No, te equivocas…
–Vamos, te invito una malteada. Déjalos que se pierdan un momento, que se nota que no han notado tu ausencia.
Phineas e Isabella estaban buscando a Ferb por todas partes, pese a estar buscándolo en la misma dirección.
–¿A dónde se habrá ido? –preguntó Isabella preocupada.
–No lo sé, uno pensaría que estaba detrás de nosotros, pero es tan callado que puede desaparecer fácilmente.
–¿Sabe regresar a casa solo?
–Bueno, la verdad es más orientado que platicador. Tal vez pueda regresar a casa solo, pero es rara la vez que estamos separados.
–Tal vez encontró a alguien y se distrajo.
–Si, tal vez –Phineas tomó un celular (inventado por ellos) y comenzó a teclear con intensión de mandar un mensaje a su hermanastro–. Bueno, le diré que lo veo en casa. No creo que sea gran cosa, pero se fue así nada más.
Isabella se dio cuenta, estaba a solas con Phineas en el centro comercial, tan cerca de él como siempre quiso. Le tomó la mano discretamente a modo que él no se diera cuenta, fracasando en su intento por causa de que Phineas desvió la mirada.
–¡Oye, mira! ¡La nueva película de Stumbleberry Finkbat está por empezar! ¡Isabella!
–¡¿Quieres ver la película, Phineas?!
–¡Por supuesto! ¡Vamos, que se nos acaba el tiempo!
Phineas tomó a Isabella de la mano y comenzó a caminar rápido con ella detrás. Isabella parecía flotar, pues este fue un momento que se perdió hace un año cuando Candace se unió de una forma extraña a Jeremy. No importaba mucho que gastara todo su dinero en esta cita, siempre que tuviera a Phineas por dos horas para ella sola.
Cafetería.
–Bueno, supongo que tienes razón, esa chica está enamorada de tu hermano, pero tu hermano es muy despistado para saberlo.
–La verdad creo que está haciéndose el duro.
–¿En serio? Bueno, espero que no termine hartándola. Eres muy bueno conversando. Al menos sabes escuchar a una chica. No como ese idiota de Montimer Monograma –Vanessa volvió a ver a Ferb que parecía confundido mientras sorbía a su malteada–. Si, supongo que te debo explicar para que puedas seguirme Verás, Monti fue mi novio por casi un año. Pero parecía estar muy centrado en enorgullecer a su padre, al punto de hablar de ello casi siempre. Los primeros meses fueron lindos, pero después se volvió más y más difícil lidiar con su forma de ser. Al final terminamos después de casi un año de noviazgo. Hoy sería nuestro aniversario, lo que me mantiene deprimida, iracunda y sensible. Como si de verdad lo extrañara y lo quisiera desgarrar con mis propias manos a la vez. N sé que hacer.
Ferb dejó su malteada y estiró la mano tomando a Vanessa para consolarla.
–Sí, supongo que necesitaba contárselo a alguien. Hace mucho que no te veía, ¿Qué has estado haciendo todo este tiempo.
–Viviendo el verano, la navidad y tal vez el día de la tierra.
–Vaya, lo que hay que oir. Escucha, quisiera volver a verte, ¿Dónde viven ustedes. Tal vez pueda pasarme por allí, platicar con tu hermana… hum… Candace, ¿cierto? Y ser parte de su vida, formalmente como una amiga.
Ferb no tardó mucho en anotar en una servilleta la dirección de su casa, su número de teléfono y su nickname en el mar de rostros (Facebook, para los que no lo llaman como yo).
–Bien, esto lo tomaré amigablemente para no sentirme mal por haber causado una reacción así. Bueno, supongo que Phineas habrá entrado a ver la película de Stumbleberry Finkbat. Tal vez podamos ver una película diferente. Estamos a tiempo para "Aventura espacial", o "Zombistrofe 2". Tal vez podamos ver alguna, ¿te gustaría?
–Si, por qué no.
Ese tono frio, sin demostrar muchos sentimientos hicieron que Vanessa sintiera un poco más de confianza hacia él. Le revolvió un poco el cabello y comenzó a caminar delante de él.
Doofenshmirtz Malvados y Asociados.
–Escucha, Peter el panda, no dejaré que eches a perder mis vacaciones, aún si tengo que mandarte a china, iré a la playa…
–GRRRRRRRRURURURURURU
–No me gruñes, herbívoro eucariota. Ni siquiera deberías estar aquí. Yo solo quiero unas vacaciones y despedirme de mi enemigo Perry. Si no tienes nada más que hacer… Espera, ¿Qué haces? ¿Te vas, así nada más? Si, ya veo, no estoy haciendo nada ilegal, según tú. Pues que te vaya bien en China, Peter el panda.
Un rayo de luz cruzó la habitación, pegando en un muro donde se abrió un portal a los bosques de china. Peter el panda miró el interior sabiendo que no había forma de que cruzara por voluntad propia. Volvió entonces su mirada a Doof y cruzó los brazos.
–¿Qué, qué tienes? ¿Por qué no cruzas? Ese es tu hogar, el lugar donde los pandas viven. –Peter le entregó una hoja sacada de su sombrero–. ¿Eres mago o siempre tienes tus papeles en el sombrero? Acta de nacimiento, Peter el panda nacido en cautiverio. ¡Arg! ¡No me vengas con eso! –Doof tomó a Peter por el cuero del cuello y el de la espalda y lanzó al oso dentro del portal, cerrándolo casi inmediatamente–. Si pudiera hacer eso con Perry sería un lugar feliz. Ahora, tengo que ir a la playa, tal vez pueda llegar a un hotel en Cancún antes de que alguien termine por ganarme el lugar.
Tras de dos horas juntos, Phineas e Isabella salieron del cine encantados, cada quien por diferente motivo.
–Fue una película estupenda, de principio a final, cómo Stumbleberry Finkbat protegió a la princesa Driaduma de las garras del batallón imperial negro, aun arriesgando su propia vida.
–Fue tan romántico como ella le pidió que se fuera, pero él se puso como escudo de las flechas que estaban destinadas para ella. Gracias por invitarme a verla contigo, Phineas.
–¡De nada! Quizás pronto podamos ir a ver otra. Una que tú desees ver.
–¿Qué yo desee…?
–Sí. Fue grosero de mi parte invitarte a ver una película que yo quería ver. Sobre todo así de golpe. Así que, en vista de que no sabía si a ti te gustaba del todo…
–No, no. De verdad fue una película muy linda, aunque con algo de testosterona extra del enano herrero volador, pero fue buena.
–Gracias por animarme, pero la próxima vez será una película que tu desees ver.
Isabella no soportó tanta galanura del joven y sin pensarlo se aferró al brazo del pelirojo y apoyó su cabeza en el hombro del chico, que tomó esto normal, pues así lo hicieron la princesa y el héroe de la película. Sabía que era una escena romántica, pero para él, Isabella era la mejor amiga que tenía, aún mejor que Ferb. Al saber que esta acción era inofensiva, Phineas dejó que continuara.
A sus espaldas su hermanastro, salía del cine. La película que había visto con Vanessa fue mas corta, y por ello los alcanzó a ver irse del cine. La chica castaña, que había pasado un buen rato al ver la película, los vio alejarse también. Y aunque la honda Gotica aún estaba dentro de su personalidad, ella vio esta escena tan tierna como preocupante.
–Espero que seas suficientemente maduro como para no pensar que ella te quitará a tu hermano.
–No, de hecho ya era hora de que se expresara. Phineas puede ser bastante despistado e insensible.
–Vaya, esa es la línea más larga que te he escuchado decir, en todo el tiempo que tengo de conocerte. Bueno, me tengo que ir. Papá dijo que en una hora estaría llevándome de vacaciones. Debo ir por mis maletas. Nos vemos después, Ferb.
El profesor Doofenshmirtz estaba empacando sus últimas cosas, dispuesto a pasar dos semanas de vacaciones al lado de su hija en las playas del sur de México. Mientras movía sus cosas, un libro de hojas en blanco (originalmente) cayó. Este era el diario de -inadores que había creado para una referencia inmediata de sus experimentos anteriores, tratando de no cometer el mismo error e innovando en sus trampas.
–¡Papá, ya llegué!
–¡Si, ya escuche, Vanessa! Ve al laboratorio, en un momento te alcanzo –Doof se quedó viendo su diario, pensando que estas eran unas vacaciones para descansar al lado de su hija. Sin embargo, un poco de lectura ligera, siempre que no estuviera planeando nada, sería entretenido–. Supongo que no me hará daño leer acerca de mis inventos. ¡Que rayos, me lo llevaré!
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-Cada que inicio siempre saco un capitulo algo flojo y suave de entrada. El siguiente capitulo entramos de lleno en historia.
-Comentarios, regaños, opiniones, aquí abajo en la caja de comentarios.
-Hasta la proxima.
