Apenas vi esta imagen (que puse como portada) y me puse a pensar... Está escrito a las carreras porque tengo tarea por terminar, lo siento por adelantado.
La imagen le pertenece a: kerolunaticat
Coco no me pertenece, uso sus personajes sin fines de lucro.
Lo siento
No comprendió lo que sucedía, apenas si abrió los ojos después de caer al suelo empedrado de esa ciudad por su malestar…
¡Maldito chorizo en mal estado!
La oscuridad de la noche era diferente, muy diferente; nunca pensó tener terror y un mal sabor de boca por la noche, aunque era cálida y algo vivaz seguí sintiendo que andaba fuera de lugar. Se tocó la cien en busca de calmar el dolor, no solo porque cayó, también la causa era la tenue luz del faro, también era distinto a otros faros; pero sintió una textura diferente a la piel, sus ojos se abrieron en grande cuando en vez de ver sus manos morenas, estas estaban en los huesos.
¡Por todos los santos! ¿Qué le pasó?
El sonido de unos pasos lo distrajo de ese pensar, tal vez Ernesto fue por ayuda y buscarían la manera de resolver el conflicto. Vaya susto que se dio cuando vio a un esqueleto ahogándose en tequila, apenas podía mantenerse en pie.
— ¡Ah!
Ambos gritaron, pero por distintas cosas; uno por encontrarse a alguien en su camino con las copas encima, y el otro por ver un esqueleto. Héctor se incorporó con miedo y eso lo captó el otro.
— ¡Un esqueleto!
— ¿Cómo que un esqueleto?―exclamó con apuros e hipos sin comprender a su semejante.
¿Es qué no veía que era igual que él?
Héctor dejo de tener miedo a ese ser, en cambio, a cambio, el mal sabor de boca comenzó a prolongarse más; porque el sujeto o esqueleto que cuyo nombre no sabía, se tomará tan a la ligera pasar en esas condiciones (y no estaba hablando de estar borracho) por las calles.
—Aquí no hay esqueletos―susurro para sí mismo
— ¡Claro que hay'! ¡Es la Tierra de los Muertos!
Muy tarde se dio cuenta para leer el ambiente; Héctor miró de nuevo sus manos y de nuevo al hombrecillo que empezaba a comprender lo que era estar aquí. Cayó de rodillas al suelo, tembló con la intención de suprimir toda la información y como eso le afectaba.
Solo recordaba que iba con Ernesto rumbo a la estación y sentirse muy mal, se desmayó a causa de sus dolores; ahora todo empezaba a tener sentido, las lágrimas corrían por los huecos donde debían estar sus ojos. No podía evitarlo, dio a la conclusión que estaba muerto.
No, no, no ¡No! ¡No ahora!
¡No cuándo quería regresar a casa!
No cuando quería volver con su familia.
No cuando quería verlas otra vez.
El corazón le dolía, lo sentía a pedazos. Ya no había otra forma de volver; les había fallado...
—Lo siento, Imeldita. Lo siento, Coco
El otro esqueleto lo miró con tristeza. No espero encontrarse a un recién llegado...
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