Historia Sontails salvaje se aproxima. ¡A leer!

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

-¡Sonic!-Llamó el pequeño zorrito desde su cama. Miró a su reloj, eran las doce y media de la noche. Entonces, ¿por qué su hermano mayor no estaba durmiendo en su cama? Se levantó posando sus pies descalzos en el suelo. No veía mucho en la oscuridad, pero, necesitaba a su hermano. Acababa de tener una pesadilla bastante impactante. Abrió la puerta de su cuarto con cuidado. Aquel zorrito de 6 años, todavía sufría temores, de todos modos, todavía era un niño… Entre sus temores, el más popular: los rayos. Aunque en aquel entonces, como todo niño temía a la oscuridad. Sintió una voz conocida, la voz de una mujer. -¿Eh? ¡Vino la tita Sally!-Sonrió. Comenzó a bajar las escaleras feliz. Y cuando fue a llegar al salón se detuvo en seco.

-Ahhh… Sí… justo ahí… lame ahí… ¡Ah!

-…-Tails se quedó callado. No sabía que decir. ¿Qué fue lo que dijo Sally? Asomó un poco la cabeza, pero solo pudo ver a la princesa acostada en el sofá. Esta aruñaba uno de los cojines gimiendo. Tails retrocedió y subió lentamente las escaleras paro no hacer ningún ruido. Caminó hasta llegar a su cuarto y una vez allí, abrió la puerta pasando por ella. Cerró con lentitud, pero, al soltar el pomo, este hizo un ruido. Tails corrió a su cama y se hizo el dormido. Lo que acababa de ver… ¿Era real? Se tapó hasta la cabeza quedándose debajo de la manta. Pero, oyó como abrían la puerta y entraban. Ese alguien que entró era Sonic, quien se quedó mirando al bulto que se hacía pasar por zorro durmiente. La habitación estaba a oscuras, por lo que no pudo fijarse si el zorro estaba dormido o no, así que, se creyó aquel engaño barato que cualquier niño haría. Tails temblaba de nervios. Tails comprendía perfectamente lo que vio. Sonic le había dado una charla sobre ello. De seguro, le había chafado la noche cuando hizo ruido con el pomo. El mayor se acostó en la cama y se durmió… o eso creía el menor. El pequeño zorro de dos colas se puso de pie, abrió la puerta y salió cerrando la entrada detrás de sí. Otra vez el pomo sonó. Tails lo miró con rabia. Bajó las escaleras y miró en el salón. Sally no estaba allí. Tails era realmente consiente de la relación entre Sonic y Sally, y aunque no había terminado de acostumbrarse, de muy mala gana lo aceptaba. Siempre tuvo un pensamiento muy egoísta, y era: "Sonic es mi hermano mayor, mi mejor amigo. Es mío. Solo mío." Era una frase que siempre utilizaba en perretas delante de Rossy a petición de Sonic para que la susodicha dejara en paz al erizo. La verdad, esa frase le hacía siempre mucho daño; no era verdad. Se fue a sentar en el sillón, pero, recordando lo que había pasado en él, prefirió sentarse en el suelo, para ser específicos, en una esquina. Así estaba cómodo. –Sonic… es mi hermano mayor… mi mejor amigo… pero… no es solo mío…- Dijo enrollando sus colas alrededor suyo. Él no tenía familia, más que la adoptiva: Sonic. Cosa que lo volvió egoísta. Al no tener a nadie, quería que su hermano estuviese pendiente de él cada segundo. Solo era un niño, se comprende que quería el cariño de su familia. Encima, lo que acababa de ver no ayudaba. Un par de lágrimas recorrieron sus pequeñas y suaves mejillas mientras que se le enrojecían los ojos. Estuvo así horas… No quería que Sonic lo abandonase por alguien y luego se quedara solo otra vez. La verdad… superando a la oscuridad y a los rayos, ese era su mayor miedo. Siempre lo fue. El pequeño zorrito cerró los ojos con miedo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Mientras tanto, el erizo estaba sumido en sus pensamientos… Le pareció ver a Tails mirando. Se sentó en la cama y buscó con su mirada al pequeño zorro de color semi-anaranjado. No estaba en el cuarto. Se levantó y caminó hacia la puerta. Recordó un par de frases que le había dicho Sally: "Tranquilo, no nos oirá." "Yo ya tuve la primera vez, tranquilo… te guiaré." "Empieza lamiendo ahí" Abrió la puerta. Minutos antes, cuando le pareció ver a Tails mirando, paró en seco. Entonces fue cuando oyó la puerta y le dijo a Sally: "Sally…Mejor lo hacemos en otro momento." Cerró la puerta detrás de sí. Bajó las escaleras buscando al zorrito. Entró en la cocina. Observó el reloj; había pasado 4 horas y media, las cuales se pasó pensando. Entró en el salón y buscó al zorrito. Se calentó las manos con el aliento; empezaba a hacer frío. Miró al sillón… a las sillas… nada… Notó como entraba un poco de luz por las ventanas aunque tenían las cortinas puestas. Y entre los rayos de luz, Sonic pudo divisar una sombra, un tanto pequeña. Por la falta de luz, parecía una bola de pelusa enorme. Sonic encendió la luz y ahí lo encontró. El pequeño zorrito hecho bolita. Se acercó a él y lo encontró dormido aun con lágrimas en los ojos. Sintió tanta pena por el zorrito. Lo cogió en brazos y lo abrazó. Subió las escaleras de la casa y entró en el cuarto de ambos. Acostó al oji-celeste en la cama del cobalto, y luego se acostó él. El menor tenía el cuerpo frío y temblaba. Se pegó aun más a su hermanito menor. Cerró los ojos y se quedó dormido.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Tails abrió los ojos con lentitud dándose cuenta de en donde estaba. Era la cama de Sonic. Miró el despertador; eran las doce de la mañana. Miró al mayor, este solo miraba a un punto inexistente. No quería volver a molestarlo, por lo que se mantuvo callado. De seguro, estaba enfadado con él por haberse cogido un berrinche, o por haberle chafado la noche, o por… ser un incordio en su vida.

-Tails, ¿Está despierto, coleguita?- Le preguntó Sonic. El susodicho se hizo el dormido como pudo. –Sé que estás despierto.-Dijo con un tono alegre. –Si no me respondes te voy a hacer cosquillas.-Sonrió. El menor no le creyó. –Vale, tú lo decidiste.-Dijo sentándose. -¡Arriba Zorrito! ¡Arriba!-Comenzaron las cosquillas.

-¡Ja ja! ¡No! ¡Para! ¡Ja ja ja!-Rió.

-Pues, venga, arriba.-Dijo el cobalto levantándose de la cama lanzándole una almohada al menor.

-¡Malo!-

-¿Yo? ¡Pero si soy muy bueno!-Rió el oji-esmeralda.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Una vez en la cocina, Sonic comenzó a preparar el desayuno.

-¡Hey, peque! ¡Hoy crepés!-Anunció el mayor. El menor se alegró, le encantaban los crepés con mantequilla y sirope de chocolate. Sonic puso dos platos en la mesa. –Venga, a comer, Tails.-Sonrió. Una vez el susodicho se sentó en la silla, Sonic habló: -Oye, coleguita. Sé que anoche te despertaste.-Según dijo esto Tails se puso a temblar. –Tails, tranquilo, no volverá a ocurrir… fue cosa suya, a ella se le ocurrió la idea.-Informó mirando a su plato. –Y también se que luego de eso, te cogiste un berrinche… ¿Te pusiste celoso?-Preguntó sonriendo. El menor asintió. -¿Ah sí? ¿Por qué?-Se notaba que le hacía gracia el asunto.

-¡…Porque tú eres mío! ¡Eres mi hermano mayor! ¡Me perteneces!-Gritó haciendo un puchero.

-Con que… te pertenezco.-Repitió el erizo. El zorro asintió serio. –Vale, te pertenezco.-

-¡Claro qué…!-No terminó la frase. -¿Me perteneces?-Preguntó el menor extrañado.

-Claro, soy tuyo y de nadie más.-Afirmó el mayor sonriendo. El menor se alegró, le daba igual si era una broma o no, solo quería ser feliz. –Venga, peque, come, que se enfrían las crepés.-

-¡Okey!-

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Bueno, ¿es verdad lo que afirmó Sonic? Este fue el capítulo 1 y aunque la historia no será tremendamente larga, habrá varios capítulos. ¡Bye! *Kisu*