Último curso
Éste es mi primer fic y la verdad es que no sé que tal va a salir. Me gustaría que lo leyerais y me dejarais críticas, positivas o negativas todas son bienvenidas; sugerencias o todo lo que queráis. Espero que a alguien le guste y pueda disfrutar como he hecho yo con otros fics.
Chapter I. Otra vez en Hogwarts
Lily corría a gran velocidad para llegar a tiempo. Ella era una chica muy puntual y no soportaba llegar tarde a los sitios, normalmente llegaba antes de tiempo pero esta vez un accidente al salir de su casa y otro casi cuando llegaba la habían echo retrasarse.
Era una chica pelirroja con el pelo muy largo y ligeramente ondulado. Tenía unos enormes ojos verdes que dejaban atontado a todo aquél que se los quedara mirando. Era de mediana estatura, delgada y con un culito respingón.
Tenía mucha personalidad y cuando se enfadaba hacía verdadero miedo pero eran pocas las veces que esto sucedía. Así y todo era una chica sensible y comprensiva, muy hogareña y amiga de sus amigos.
Hacía 7 años que había subido por primera vez en el Hogwart's express y que había conocido a sus compañeros, compañeros que se habían convertido en los mejores amigos que uno podía tener.
No era una chica popular porque no le interesaba pero era muy inteligente y divertida y no le hubiera costado ser de las más populares si se lo hubiera propuesto.
- Lily, Lily! Ya me estaba empezando a preocupar-dijo Chris sonriendo a su amiga-¿Dónde está miss puntualidad?
- Uf… Pensaba que no llegaría, me van a salir los riñones por la boca de tanto correr.
- ¿Te has encontrado con el accidente de al lado no?
- Sí, y otro delante de mi casa.
- Bueno entremos, Lucy ha ido a buscar un vagón.
Las chicas cogieron sus pertenencias y entraron en el tren justo antes que se cerraran las puertas. Suspiraron aliviadas y fueron en busca de su amiga.
Chris era una chica castaña con el pelo por debajo los hombros y unos ojos azules pero que de vez en cuando se oscurecían y cogían un poco de gris. Era más alta que Lily y muy sociable pero iba a su bola. Siempre estaba contenta, vivía feliz sin preocuparse demasiado por los estudios ni los problemas pero era inteligente y se sacaba los cursos sin problema. A diferencia de Lily no le importaba no sacar muy buena nota, con aprobar le bastaba. Al igual que sus amigos era sincera y no le gustaba la falsedad. Su padre era muggle y su madre bruja. Le gustaba mucho el teatro y tocaba el piano bastante bien. Jugaba en equipo de Quidditch y por esa razón era la más conocida del grupo.
Las dos amigas charlaban animadamente cuando se abrió la puerta de uno de los compartimientos y vieron a su otra dos amiga.
- ¡Lucy cuánto tiempo!
- Nos vimos la semana pasada Lily-contestó una chica morena sonriendo.
- Ya lo sé pero da igual, estoy contenta de volver a Hogwarts con vosotras.
- Claro que sí y este año lo tenemos que aprovechar a tope porque os recuerdo que es nuestro último año.
- Sí, vamos a echar de menos todo esto, pero aún tenemos todo un año por delante así que mejor no nos pongamos tristes-dijo Chris sentándose al lado de la ventana.
Lucy era la tercera del grupo y era la más tranquila. Era más o menos de la altura de Lily y la más delgada de las tres. Venía de una famosa familia de magos conocidos en todo el mundo mágico. Le gustaba pasear y no era muy amiga de fiestas pero así y todo cuando se trataba de divertirse se lo pasaba bomba y se desmelenaba. Era la mediana de 5 hermanos y siempre se había tenido que espabilar sola. Sus padres no estaban mucho en casa y las niñeras nunca le habían echo mucho caso. Sus padres la querían mucho al igual que a sus hermanos pero no se daban cuenta que lo que necesitaba su hija era cariño. Dibujaba muy bien y a menudo sorprendía a sus amigas con divertidas caricaturas.
En un vagón no muy apartado, cuatro chicos charlaban animadamente.
- ¿Cómo va con Liza, James?
- ¿Ah no os lo dije? ayer corté con ella, ya estoy cansado de tanta niña tonta, Sirius, muy guapa y todo lo que quieras pero llega un momento que no lo aguantas.
- Vaya que coincidencia, yo también lo dejé con Jess ayer.
- Sois un caso - dijo un chico un poco pálido mirando a sus amigos - pero ya era hora que vierais que estas chicas con las que salís tienen menos cerebro que un pez. No me extraña que no hagáis durado más de dos semanas con alguna de ellas.
- Bueno, bueno, tienes razón pero de vez en cuando salir con alguna de ellas no esta nada mal. ¿Verdad James?
- Claro, claro - dijo éste riendo - Sirius tiene razón.
- ¿De vez en cuando? Pero si la mayoría de vuestros ligues son chicas sin cerebro - contestó Remus divertido - pero bueno, ya veo que os habéis cansado. Me gustará ver a las próximas cuantas neuronas tienen.
Estos tres chicos junto con Peter formaban el grupo más popular y codiciado de todo el colegio. Sobretodo los tres primeros. Eran apuestos y los tres tenían su propio club de fans. Un montón de chicas locas por salir con ellos. James y Sirius aprovechaban y salían con tantas como querían. Tenían un ego del tamaño del Titanic e iban por la escuela con aires de superioridad pensando que eran el modelo de todo chico y deseo de toda chica. Remus aunque también tenía bastantes fans era más discreto y no salía con cualquiera. Su principio era que la chica en cuestión le gustase un poco. Pero desde el año anterior sus ligues habían sido poquísimos porque se había fijado en una chica que lo tenía encuriosido. No sabía ni cómo se llamaba y tampoco había puesto un gran empeño en conocerla y por supuesto no había dicho nada de esto a sus amigos. Si la conocía y le gustaba, entonces se lo diría.
El trayecto siguió sin ningún tropiezo y al llegar la noche el tren llegó a Hogwarts. Entraron todos al gran salón dispuestos a ver la selección de cada año donde el sombrero adjudicaba la torre a cada nuevo alumno y preparados para engullir todo lo que se les pusiera delante hasta reventar.
- Queridos alumnos, bienvenidos una vez más a Hogwarts. Éste año más que nunca, a causa de los ataques que están habiendo, no se puede ir al bosque prohibido – Dumbledore miró a ciertos chicos de la torre Gryffindor y siguió con su anual discursillo.
Los chicos se miraron. Una vez al mes por lo menos debían salir al bosque prohibido, no iban a dejar a Remus sin su ayuda y esto no se lo podría impedir ni Dumbledore ni ningún otro mago, fuera o no fuera del mal.
Después de cenar, todos los alumnos se dirigieron a sus salas comunes. Las tres chicas estaban cansadas y querían ir a dormir temprano ya que al día siguiente iban a empezar las clases. Así y todo al final acababan durmiéndose muy tarde ya que no paraban de contarse todo lo que habían echo en vacaciones y que no se habían explicado ya.
Iban subiendo tranquilamente cuando alguien las detuvo.
- Vaya, vaya… si son la sangre sucia y sus queridas amigas… - dijo un chico de nariz aguileña arrastrando las palabras.
- Mira Snape mejor que te calles, no queremos escuchar tus estupideces ya el primer día – respondió la pelirroja.
- Tendré que recordarte que a mi nadie me hace callar y menos una sangre sucia, estúpida y engreída como tu.
- Que pasa Snape, tu vida social es tan poco interesante que tienes que ir molestando a la gente? – dijo la voz de un apuesto chico seguido de sus dos amigos.
- Bueno, hablando de engreídos, ya tenemos a todo el club.
- Si tienes algún problema y necesitas desahogarte sabes que nosotros te complaceremos no hace falta ni que nos o pidas, y sino mejor vete – le respondió el chico con voz cortante – claro que hoy estas solito sin tus amigos, podrías acabar muy mal…
Snape los miró desperdiciándolos y se fue.
- Lo mínimo que podrías hacer es darme las gracias no crees Evans? – dijo James mirándola fijamente – hoy me siento generoso, pero no creas que siempre estaré aquí para ayudarte.
Sus amigos rieron.
- Siento decírtelo pero nadie te ha pedido ayuda, puedo defenderme muy bien sola sin necesitar tu estúpida ayuda.
Las chicas se giraron decididas y subieron sin hacer el menor caso a los chicos.
- Estos tíos no se aguantan – digo Chris subiendo las escaleras de su cuarto – se creen dioses o algo por el estilo, no se como pueden ser tan estúpidas todas esas chicas que no paran de perseguirlos.
- Bueno, Remus no parece tan malo.
- Por favor Lucy, todos son iguales, unos engreídos más no poder.
- El peor es Potter – dijo Lily – es que se cree imprescindible en la vida de cualquier chica.
- Sí, no les vendría mal que alguien les bajara los humos…
- En que estas pensando Chris?
- Creo… que podríamos hacer algo para ridiculizarlos en medio de todo el colegio o por lo menos delante de bastante gente.
- Si, pero cómo lo hacemos – dijo Lucy – que yo sepa no es tan fácil ridiculizarlos…
- Bueno ya se nos ocurrirá algo, pero tiene razón Chris, a ver si dejan de molestar.
