Título: Couples. {Parejas}
Personajes: Laxus Dreyar. Mención de la gran mayoría de miembros del gremio.
Genre: Romance/Amor.
Rating: K.
Nº de Palabras: 321.
Tipo de Fanfic: Drabble.
Advertencias: Crack Pairing. Situado después del Daimatou Enbu.

Couples.

Laxus observó a sus compañeros del gremio. Todos gritaban y reían, iban de aquí para allá, causado alboroto, como siempre. Aquello no era nuevo, pero el rubio no podía evitar pensar que las cosas habían cambiado.

Mientras que Gray y Natsu seguían peleando como siempre lo hacían, de vez en cuando se apartaban de la reyerta para prestarles atención a sus respectivas novias, Juvia y Lucy. Erza seguía comiendo pastel, como era costumbre, pero ahora no estaba sola. Jellal Fernandes la acompañaba, charlando animadamente con la pelirroja con un brazo descansando sobre la cintura de la reina hada.

El equipo Shadow Gear reía y comentaba su última misión, con Jet y Droy quejándose con Gajeel debido a que este les había robado a su "querida Levi-chan", que se encontraba sentada sobre su regazo, alimentando al Dragon Slayer de Hierro con metal de su propia creación.

Mirajane servía a sus dos compañeros de equipo, Fried y Bickslow. Las miradas entre la mujer demonio y el chico de cabello verde eran evidentes, y qué decir de Bickslow, que se divertía de lo lindo con su nueva novia a su lado, Lissana.

Cana charlaba con Macao en una esquina, ambos tomando vino e ignorando olímpicamente al mago más fuerte del gremio, Gildarts, el cual se moría de celos por no recibir toda la atención de su hija. Evergreen y Elfman discutían en la entrada del gremio, por una nimiedad, como siempre, pero al momento volvían a mirarse con ojos enamorados. Incluso Wendy parecía disfrutar inocentemente con el hijo de Macao, Romeo. Ambos reían mientras bebían sus batidos tomados de la mano.

Y ahí estaba él, sólo, con la única compañía de una cerveza y el barullo del gremio de fondo, preguntándose si sus pecados del pasado habían sido suficientes como para apartarlo del camino del amor. Laxus aún no sabía que faltaba poco para que alguien le demostrase que aún era merecedor de encontrarlo.