-Uhg ...- mira la hora- seis treinta, muy temprano-.
Era una fría mañana, se acurrucó en sus sábanas para seguir durmiendo cuando suena el teléfono. Se hace la dormida esperando que se corte.
-Maldita sea- se levanta apresurada- ¿Aló?
-Hola Janna, espero no haberte despertado- se ríe-.
-No, no te preocupes, ya desperté hace un buen rato- se resfriega la cara.
-Menos mal, acuérdate que tenemos que estar presentes una hora antes en la liga para el entrenamiento-.
-Oh cierto; ah si, ya estoy lista-.
-Vale, te veo allá- cuelga.
-¡Ahh!- Pega un grito y corre a la ducha.
Se alista en un rato y deja todo su departamento desordenado.
-Por fin llegas, te demoraste un año- ríe Lux, su mejor amiga desde siempre -te estuve esperando hace media hora-.
-Ajá, es que había un tráfico tremendo- dice Janna para zafarse.
-Bueno, como sea, vamos que ya nos llamaron-.
Las amigas entran a la sala en la que están todos sus compañeros de la Liga de Leyendas.
-Hola chicos- saluda Lux a sus amigos Nidalee, Shen y Darius.
-Hola- dice Shen.
-Hola lindas- saluda Nidalee.
-Saludos- dice Darius en seco.
-Alguien anda de malaaas- Lux lo abraza por atrás y le agarra las mejillas.
-Ay mujer- se queja Darius y la levanta sin problema- ve a jugar con tus muñecas o algo-.
-Ejem, son figuras de colección- corrige Lux.
-Si, como sea-.
-Alumnos, sientense que empezó la clase- dice el tutor.
-Siéntate acá amiga- le dice a Janna.
La chica se sienta casi al medio de la sala, Lux a su lado izquierdo, Darius al frente, Nidalee atrás, ya que nunca prestaba atención y se dedicaba a coquetear con su pareja, Rengar. Y finalmente un puesto vacío a su derecha.
-Ha llegado un poco tarde, ¿no cree señor Zed?- dice el profesor algo enojado.
-Ehmm, no- responde de mala forma y se sienta en el único puesto disponible.
El profesor empieza a hacer clases mientras Zed saca sus audífonos y se va a su mundo.
-Oye Zed, pesta atención a la clase, el mes siguiente hay examen-.
El hombre se saca los auriculares y mira a su izquierda- ¿Y tú quien eres, rubia?-.
-¿Yo? Janna, soy tu compañera desde que llegaste a la Liga- dice algo enojada.
-Ah, deja de molestarme, Ja-nna- vuelve a escuchar música- estoy ocupado-.
-Señorita, caballero, trato de hacer clases- dice enojado el tutor.
-Uh, lo siento, es que mi compañero no...-
-No me interesa, ambos a detención-.
Zed se levanta sin decir nada y se va, mientras Janna no sabía que hacer.
-Siga a su compañero-.
Asiente y sale de la sala. Afuera estaba el hombre esperándola.
-¿Qué crees que haces?- Zed se le acerca y ella camina hacia atrás hasta chocar con los casilleros -estoy pasando los exámenes con suerte y no necesito problemas con los tutores ahora, ¿te queda claro niña?- dice en mal tono.
-Eh, claro- dice Janna asustada- solo quería ayudarte un poco-.
-No necesito tu ayuda- se va a detención y la chica lo sigue de lejos.
Al llegar a la sala indicada, el tutor ahí les dice que se sienten en una esquina cada uno, separados. Janna estaba aburrida jugando con un lápiz, en eso le llega un avión de papel.
-¿Qué es esto?- lo abre y lee el mensaje "Deberíamos escaparnos, ¿no crees? Mira la hora, queda mucho aún".
Janna mira a Zed y éste le hace una seña al reloj de la sala. "¿Se te pasó el enojo?" Le responde.
El chico lee el mensaje y tira el papel por la ventana.
Rato después, el tutor se levanta y sale de la sala. Zed aprovecha y camina hacia Janna- Vamos ahora, hay oportunidad-.
-¿Qué? ¿Irnos? No, está mal-.
-Ay, rompe las reglas una vez- la agarra del brazo y la arrastra.
Se escondieron en el baño de varones -ya, quédate aquí- va a la ventana y se lanza.
-¡¿Qué haces?!-.
-Salta rubia-.
-No, tengo miedo-.
-¡Salta antes que entre alguien!-.
-Ay- se asoma a la ventana- ¿me atraparás?-.
-Obvio niña- Zed estira sus brazos.
-Ahí voy- Janna salta, Zed la atrapa y caen juntos al pasto a las afueras de la liga- uff, gracias, no quería seguir en esa horrible detención-.
-Si, se te notaba desde mi escritorio- ríe.
-Si... y ¿qué harás ahora?- le pregunta la chica.
-No sé, vagar hasta que dé la hora de salida- se rasca la cabeza.
-Y ¿no te vas a tu casa?-.
-Llamarán a mis padres si saben en la pensión que me escapo de la liga, siempre que lo hago espero la hora de salida en algún lugar- levanta los hombros.
-Pues... podríamos ir a comer a mi casa si quieres, tengo torta- musita mientras juega con el pasto con su zapatilla.
-Ehm, está bien- dice Zed.
-Vamos-.
