Hoy conocí Vocaloid, y no pude evitar que me encantara la pareja entre Miku y Luka. Así que eso, he aquí un fic mío sobre ellas. No será un fic largo, pero espero que sea igualmente de su gusto ^-^

Disclaimer: Vocaloid NO me pertenece.


Melodía

Por E. Waters

Capítulo I

Miku POV

En realidad, nunca supe el momento exacto en el cual comencé a pensar diferente sobre mi mejor amiga Luka. No sé si fue cuando mis ojos, sumamente azules se toparon con los de ella, en aquella fiesta en casa de Gumi en donde ambas habíamos tomado de más o bien cuando accidentalmente mi mano rozó la suya, provocando un ligero cosquilleo cerca de la zona de mi vientre.

Pero eso no podía ser, si que no, y yo lo sabía a la perfección; para empezar, ambas éramos chicas, y aunque no vivía en un ambiente homófono, ni mucho menos, estaba igualmente esa barrera entre ambas… y bueno, también porque ella, Luka, tenía un novio.

En realidad, la pareja conformaba por ella y Gakupo-sempai, era la pareja más popular de nuestro instituto, siendo pareja desde hace un año y medio más o menos, cuando yo veía a Luka sólo como amiga, y nada más.

Nada más…

Aunque las cosas ahora, como ya he dicho anteriormente habían cambiado, y no sabía con exactitud que qué hace respecto a ello. Siempre, desde que nos conocimos, supe que la felicidad de mi amiga, era la mía, pero ahora no podía pensar así, de esa forma.

—Te ves rara, Miku… ¿pasa algo?

Mis ojos se alzaron, y se toparon los intensos ojos azul cobalto que Luka poseía. Y por supuesto, por supuesto pasaba algo, pero…

—Nada, Luka, son cosas tuyas.

Era demasiado cobarde como pata admitirlo.

Yo quería a Luka, ansiaba estar junto a Luka, y en cierta forma hasta necesitaba de Luka. ¿Y ella? ¿Ella qué entonces conmigo? ¿Me necesitaba igualmente, o con Gakupo-semapi le bastaba y sobraba?

La pregunta resonaba por mi cabeza, una pregunta que posiblemente, no tenía respuesta.

—Está bien, vamos. —y ella posó su mano sobre la mía, provocando casi una descarga eléctrica por mi espina dorsal. —. No llegaremos atrasadas.

Desde que nos habíamos conocido, en pre escolar, que siempre nos íbamos juntas a la escuela, siempre Luka viniendo por mí a casa. En realidad, cuando íbamos al colegio o regresábamos a casa, era mi tiempo favorito, puesto que solo estaba conformado por mí y Luka, y nadie más.

Porque Gakupo-sempai, no estaba admitido, en ese momento, en ese momento tan especial entre ambas.

Me gustaba, en serio que me gustaba estar en compañía de mi amiga. Por supuesto, ambas teníamos otras amigas, pero lo de nosotras era especial, o al menos eso yo quería con tanta ansía creer.

Finalmente, llegamos al colegio en donde Luka dejó de ser solamente para mí, puesto que Gakupo-sempai la estaba esperando.

—¡Hola, Gakupo! —saludó ella, tirándose poco menos a los brazos de aquel chico, cosa que hizo que mi sangre hirviese de celos, celos por algo que yo quería, por algo que tal vez jamás podría conseguir.

¿O tal vez sí?

Desperté de esa especie de ensoñación, al escuchar como el timbre del colegio sonaba, cosa que indicaba que las clases comenzaban.

—¡Nos vemos! —y Luka, sí, mi Luka, plantó un beso en los labios de Gakupo-sempai.

Por un breve instante, estreché mi mirada y miré con un intenso odio a ese muchacho. Sin embargo, fue sólo por ese pequeño instante…ante todos del instituto, yo era la mejor amiga de Luka, y por ende, también amigo de Gakupo-sempai.

—Venga, Miku. —y me dejé llevar por Luka, encaminándonos rápidamente hacia el salón de literatura, en donde teníamos la primera clase del período escolar.

Como siempre lo hacía, me senté al lado de Luka, y al tenerla tan cerca sólo hacía que mis ojos se perdiesen en su cabello rosas, y que dejase de prestarle atención, casi en su totalidad, al profesor Suou.

—¿Señorita Hatsune?

—¿Ah? —y miré completamente sonrojada, al profesor.

—Por segunda vez, ¿por qué cree usted que el protagonista de este libro, tiene tal dilema con el antagonista?

—Eh... yo…

—¿Alguna idea, señorita Megurine?

—Sí, profesor, creo que es porque el protagonista subestima en un principio al antagonista y después descubre el error que ha hecho casi llegando al desenlace de la historia.

—Excelente, señorita Megurine. —y el profesor esbozó una sonrisa.

Si bien, durante el resto de la clase mis ojos estuvieron posados sobre la pizarra, no podía evitar pensar en mi mejor amiga.

Luka. Luka. Luka.

Mi mente estaba obsesionada con ella, y mi corazón estaba embriagado y totalmente adicto a su sutil y dulce aroma, que solo el cuerpo de Luka podía despedir.

Las clases pasaron rápidamente, o al menos para mí que siempre me quedaba mirando a Luka, aún cuando hacía un gran esfuerzo como para que no fuese tan evidente… si alguien supiese, sería fatal.

Llegó entonces la hora del almuerzo, y cuando yo ya estuve lista mi bandeja, mis ojos automáticamente se fijaron en donde se encontraba Luka con Gakupo-sempai. Otra vez estreché la mirada, y cuando ya iba en camino hacia esa mesa, como todos los días lo hacía, alguien me detuvo del brazo.

—¿Uhm?

—Hola, Miku.

Miré de soslayo, y observé cómo Kaito, un chico del mismo año que Luka y yo, posaba una de sus manos sobre mi hombro izquierdo.

—Hola, Kaito-san. —saludé de manera formal. Kaito era el segundo chico más guapo del instituto, después de Gakupo-sempai, pero yo jamás lo había observando con mucha atención, tal vez porque era Luka la absoluta dueña de mis pensamientos.

—¿Almorzamos juntos?

Miré con atención a Kaito, con una mirada interrogativa.

—O sea, sino quieres…

—No, está bien, almorcemos juntos.

Tal vez el hecho de no ver de forma permanente a Luka con Gakupo-sempai, ayudaría a mitigar un poco el dolor que se gestaba en mi pecho, y que parecía poder explotar en cualquier momento.

Almorzar con Kaito, fue una buena idea, después de todo; ambos teníamos similares gustos, preferencias en común y era un chico muy agradable.

Pero nunca tan agradable como Luka.

—Así que…—levanté mi rostro, y fijé mis ojos en los de Kaito-san, el cual estaba ligeramente sonrojado. —.¿Te gustaría ir al cine conmigo, el fin de semana?

Por lo general, los fin de semana siempre Luka y yo alojábamos en nuestras casas, siendo una semana en la de Luka, y la otra semana en la mía, siendo como una especie de ritual, un ritual al cual yo estaba más aferrada que nunca.

—Pues…—vacilé un momento, y miré de reojo hacia la mesa de Luka, en donde estaba conversado muy animadamente con su novio. Algo molesta, al ver lo concentrada que estaba hablando con Gakupo-sempai, me rebelé o algo así y posé mi mirada sobre Kaito-san. —. Está bien, vamos el domingo.

Una gran sonrisa se esbozó en el rostro de Kaito-san, el cual se veía más guapo que nunca, aunque nunca tanto como Luka.

Cuando las clases finalizaron, Luka y yo nos dirigimos de inmediato a nuestras casas, caminando juntas como siempre lo hacíamos.

—Así que, Miku, ¿esta semana en tu casa, no?

Cuando me dijo eso, recordé cuando acepté la invitación de Kaito-san, todo por estar algo frustrada por el perfecto noviazgo de Luka,.

—Es que…

—¿Sucede algo? —y esos preciosos ojos de ella se posaron sobre los míos, haciéndome sonrojar un poco.

—Kaito-san, ya sabes ese chico alto y guapo, me ha invitado al cine, y le he dicho que sí.

—¿Al cine… con Kaito-san? —y Luka dejó de caminar, posando sus ojos, esos hermosos ojos, en los míos, y yo creí desfallecer.

Pero pronto volví a la realidad, y vi como la expresión de mi mejor amiga, comenzaba a alterarse un poco. De una forma muy sutil y ligera, pero alterada finalmente. Y aunque yo pude sentir muchas cosas, lo que más me produjo fue satisfacción…

La satisfacción de ver ese toque en los ojos de Luka, ese toque que siempre era el que yo tenía cuando la veía a ella con Gakupo-sempai.

—Sí, así es… es que…

—No es necesario que me des explicaciones, Miku. —y su rostro volvió a la normalidad, cosa que me desilusionó un poco.

—¿No te… importa?

—Por supuesto que me importa; eres mi mejor amiga y sólo quiero que es lo mejor para ti… Kaito-san me parece un excelente chico, de seguro que se divertirán mucho.

Quise decirle algo, pero fue cuando llegamos a mi casa.

—¿Quieres pasar, Luka?

—No, tengo tarea que hacer.

—Pero…

—Nos vemos, Miku. —y aunque pude jurar que su sonrisa no era como las de siempre, dejé que se fuera, dejé que fuese libre y regresase a casa, y no retenerla conmigo en el acto.

Suspirando, llegué a mi casa, en donde vivía con mi padre. Estaba a solas, por lo cual pasé por la cocina, merendé algo y subí de inmediato al segundo piso de la casa, donde se encontraba mi alcoba.

Me lancé sobre mi cama, y miré el techo de mi habitación.

—Kaito-san. —dije, pero aunque traté de pensar en él, sólo Luka aparecía en mi cabeza.

¿Era acaso que realmente había irremediablemente caído en el amor, por Megurine Luka? Todo parecía indicar que sí… y tuve miedo, un miedo combinado con algo de frustración.

Por un lado, estaba el miedo, el temor de no ser correspondida, porque ambas éramos del mismo género, porque ella tenía un novio, un perfecto novio que contrastaba conmigo. Y por supuesto, estaba la frustración, la frustración de saberme con las manos atadas.

Aquella noche, sólo tuve sueños con Luka, los cuales si bien no eran precisamente húmedos, sí habían besos en los labios de por medio.

Rápidamente llegó el fin de semana, y en todo esos días Luka se comportó de forma normal conmigo, como si no supiese nada sobre la cita (¿Por qué eso era, no?), entre Kaito-san y yo.

Debo admitir, que me sentí un poco desilusionada al respecto. Pensé, en mi fantasiosa mente, que tal vez que si ella me veía con alguien más, tal vez lograría sacarle celos a Luka, o algo por el estilo.

Y sin embargo, no pasó nada de eso…

Pero mis esperanzas, ya casi marchitas, se renovaron cuando a la entrada del cine me encontré con Luka y Gakupo-sempai. Olvidando de pronto que estaba junto a Kaito-san, salí al encuentro con Luka, a la cual la abracé casi con desesperación.

—¡Luka!

—Hola, Miku. —y ella sonrió, una sonrisa que me llenó de dicha.

—No esperaba encontrarlos aquí…—dijo Kaito-san, rascándose la nuca.

—Ni yo. —habló esta vez Gakupo-sempai, mirándome atento, cosa que me asustó un poco.

¿Era sólo mi imaginación, o Gakupo-sempai estaba al tanto de ese odio que tanto le profesaba a él? —¡Imposible! —pensé yo, negándome a lo que sería mi caída total y absoluta, después de todo yo había sido muy cuidadosa.

Sea como sea, los cuatro entramos al cine, a ver una película de terror. Luka se sentó entre Gakupo-sempai y yo, a la vez que Kaito-san se sentó a mi lado.

Siendo así, la película empezó, y aunque yo debí por lógica aferrarme al brazo de Kaito-san, en vez de ello agarré con fuerza el brazo de Luka, casi hundiendo mi cabeza en su pecho, cerca de su hombro.

Mas Luka no hizo nada para detenerme.

Es más, ella aceptaba mi acercamiento posando su mano sobre la mía. Y sin poder evitarlo, mi corazón comenzó a galopar con fuerza, con una fuerza la cual jamás había existido en toda mi corta existencia.

Ladeé mi rostro en dirección a mi amiga, y mis ojos se detuvieron sobre los labios de Luka, los rojizos y apetecibles labios de Luka.

¡Ah! ¿Por qué tenían que ser tan, pero tan tentadores?

Cuando me di cuenta, mi rostro ya estaba muy cerca del rostro de Luka, en medio de la oscuridad del cine. Mis ojos se encontraron con los ojos de ella, y cuando creí que algo iba a suceder entre nosotras, cuando creía que ella me besaría, o que yo besaría esos labios, Luka ladeó su cabeza hacia Gakupo-sempai.

Mi corazón, entonces, dejó por un momento de latir.

Aún así, en todo el resto de la película, continué agarrada del brazo de Luka, y ella mantuvo su mano sobre la mía.

Cuando terminó la película, mi amiga de forma algo brusca se soltó de mi agarre, siendo sumamente rápida en su actuar, casi como si temiese que Gakupo-semapi o Kaito-san se diesen cuenta de nuestro acercamiento físico durante la película.

Kaito-san y Gakupo-sempai, se quedaron en la estación de trenes, mientras Luka y yo tomamos un bus para llegar a nuestras casas respectivas.

Durante el trayecto, ni Luka ni yo cruzamos palabra alguna, pero eso no quitaba que mis ojos siguieran perdidos en su figura. Fue entonces cuando ella me miró, y otra vez sin poder evitarlo me sonrojé.

—¿Te sucede algo, Miku? —y ella posó una de sus manos, sobre mi frente. —. No pareces tener fiebre, aunque estés algo sonrojada… ¿es por Kaito-san, no?

—¡No! —le respondí a Luka en mis pensamientos. Sin embargo, no le respondería eso a ella, hacerlo podía ser fatal para las dos.

—Supongo…—fue lo que le contesté finalmente, sintiendo una especie de dolor en el pecho.

—Hacen una bonita pareja.

De pronto, sentí como mis ojos humedecían. ¿Era que no me amaba, como yo la amaba a ella? ¿Era que, definitivamente, no era correspondida, y que nunca lo sería? Tragué con dificultad, y aquel dolor persistió.

Luka me dejó frente a mi casa, y con la promesa que mañana nos veríamos para ir al colegio, ella pronto se perdió en una de las calles aldeanas a mi casa

Suspiré.

¿Sería que algún día, Luka, tú me corresponderías?


Y eso o.o... ¿Les ha gustado? ¡Review! Eso hace a una autora y a un fic feliz, y con más inspiración (: