PARTE I

MIRADA...

Milo se encontraba sentado afuera de su templo mirando hacia el horizonte, sus pensamientos eran confusos, aun le costaba comprender como es que habían sido regresados a la vida después de varias veces, aunque en su caso solo sería la segunda vez, pero seguía sin entender el propósito (la primera vez fue después de morir en el muros de los lamentos, la segunda después de Asgard)… ¿Es que acaso los dioses aún tenían planes para ellos? y de ser así, cuales?.

Sin embargo, para Milo no importaba demasiado, lo único que tenía en mente era disfrutar de esta nueva oportunidad que le era otorgada a él y a sus compañeros de armas.

Si bien, su interacción con ellos había sido poca y meramente cordial debido a los continuos problemas dentro del santurio durante la epoca de Arles, les estimaba demasiado, puesto que todos compartian un lazo especial que les unia, en especial a sus más cercanos compañeros, a los cuales con plena seguridad les llamaba "amigos".

-Hey! apuesto una moneda por tus pensamientos –Esa voz jovial y divertida era de Aioria, al que consideraba como uno de sus mejores amigos, no, más bien, su UNICO amigo. Milo pudo reconocer su voz y su aroma aún sin la necesidad de voltear

Milo sonrió para si, le agradaba la compañía del león -En realidad nada importante Aioria, dime ¿Qué te trae por aquí?-La pregunta de Milo le pareció sin sentido a Aioria puesto que él siempre tenía la libertad de entrar a su templo sin necesidad de pedir permiso o tener algún motivo en específico, ambos se tenían la suficiente confianza para hacerlo sin restricciones, más sin embargo, no fue la pregunta lo que extraño a Aiora sino el tono algo lúgubre rara vez escuchado en la alegre y vital voz de Milo y eso lo alarmo un poco.

-En realidad solo quería un momento para platicar y tomarme un rato libre contigo…. ¿estás bien?

-Si, lo estoy Aioria, perdona, es solo que me siento algo cansado…..aunque...Aioria, ¿alguna vez te has pregutnado el por qué hemos regresado?

Aioria se sento cerca de su compatriota y le observo un instante mientras Milo seguía con la mirada fija en el horizonte, su mirada era intrigante y reflexiva.

-Hmmm , bueno, honestamente si, pero no me preocupa saber si hay o no un motivo detras de la decisión de los dioses. En realidad, solo quiero disfrutar esta nueva vida y no preocuparme más..-Diciendo esto Aiora tomo la mano de Milo y la apreto en un gesto amistoso. Este acto sorprendió un poco a Milo, por lo que lo saco de sus cavilaciones y le hizo mirar a Aioria. Pudo entonces ver la mirada de Aioria fija en la de él, esté le miraba de manera dulce y con una hermosa sonrisa en labios, Milo no pudo evitar sonreír ante aquel gesto.

En tanto, en la mente de Aioria estaba solo la imagen de Milo y su hermosa mirada turquesa, algo sorprendida al inicio para luego cambiar a una mirada dulce así como su abundante cabellera ondulada y azulada que se dejaba llevar por el viendo. Los ultimos brillos de sol del atarcer se posaban en los labios de Milo, dándoles un brillo especial, en definitiva, lo estaban enloqueciendo. Para Aioria los labios de Milo se le hicieron demasiado antojables, pudo entonces percibir el aroma de Milo, ese olor a manzana dulce mezclado entre la brisa del viento y entonces sin soltar a Milo de la mano se acerco a este, mientras que su otra mano se encaminaba hacia el rostro de Milo, acortando la distancia entre ellos, inconscientemente, se relamio sus labios porque se preparaban para probar los ajenos. No había más en la mente de Aioria que esa hermosa imagen Milo y el deseo de por fin besar esos carnosos labios.

Milo por su parte permacia estático, no dando crédito a lo que hacía Aioria, pero aún así, su cuerpo le traicionaba, puesto que pareciera que estuviera listo para recibir el "ataque" del leon.

Derrepente, el momento fue abruptamente quebrado cuando escucharon a sus espaldas una voz que se les antojo irritante y tosca...no había dudas...Kanon...

-Hey! USTEDES! Pero qué rayos hacen ?...!Milo!-su voz era demasiado demandante así como su expresión de ira contenida y de contrariedad,
obviamente el gemelo no tenía la intención de cubir su molestia.

-Kanon? -Milo se aparto inconscientemente de Aioria, se notó nervioso y no sabía el porque, al fin de cuentas Kanon y él eran solo amigos...no?,-

-Bueno, en realidad solo estabamos platicando y...- después de unos segundos de reflexion, Milo se sintió molesto puesto que no tenía porque dar explicaciones de nada y a nadie, mucho menos en su propio templo...-Olvidalo! No te importa Kanon! No tengo porque dar explicaciones en MI propio templo! Además, que es lo que TÚ haces aquí? y por qué rayos no te anuncias antes de entrar?-Milo estaba más que molesto, así como confundido por la actitud de Kanon, (sin contar con la actitud de Aioria unos segundos antes). Por su parte, Aioria se puso de pie, estaba fúrico y fue entonces que Milo pudo sentir los cosmos de ambos guerreros subiendo de intesidad, así como sus miradas desafiantes y llenas de desprecio mutuo que se propinaban Kanon y Aioria.

Milo sabia que Aioria no soportaba a Kanon y viceversa, por lo que las actitudes del gemelo no ayudaban para nada a la situación ya de por si tensa entre ambos. Ellos solo buscaban un pretexto para matarse a golpes de ser necesario.

Milo se puso también de pie y se posicionó entre ambos guerreros. Después de unos segundos de tensión, Kanon sereno un poco sus facciones así como su voz y se dirigio a Milo, pero aun sin romper el contacto visual de Aioria-Milo...el patriarca te busca..me ha mandado a buscarte para pedirte que subas a su recinto cuanto antes...-

-El Patriarca?! a su recinto? - "una misión?" de ser así, eso sería genial para Milo, realmente necesitaba urgentemente un respiro fuera del santuario. Desde que habian revivido no habían tenido ninguna actividad extra que no fuera permanecer en el santuario y entrenar. La convivencia entre los demás dorados era casi nula y parecia que ni Shion ni Athena estuvieran interesados en hablar o explicarles más detalles sobre el motivo de su regreso a la vida. Tal vez estarían al igual que ellos de confundidos, como fuera, Milo necesitaba salir de ahí cuanto antes y una misión era su salvavidas.

-Asi es, vamos...te acompañaré-Kanon se giro y espero que el santo de escorpio le siguiera.

-Tengo que ir Aioria, regreso después-Milo entonces siguió a Kanon-un "Esta bien Milo, te esperaré" fue lo único que Aioria puedo articular después de aflojar sus mandíbula.

Ver a Milo partir junto con Kanon le hervía la sangre, pero no podía hacer más. Desde su despertar Aioria no podia ocultar más sus sentimientos hacia Milo y
en consecuencia sus conductas eran más directas hacia él, ó al menos eso pensaba, pero parecia que no estaban dando resultado, tendría que ser AUN MÁS directo con Milo. Había estado tan cerca de besarlo. Cómo ser más directo que eso?!. Nunca antes lo había intentado y ahora que lo hacía, el maldito gemelo aparecia...como le despreciaba!, pero ya encontaría otro momento, necesitaba saber que pasaba en la mente de Milo después de ese acercamiento y necesitaban hablar sobre la situación, así que esperaría pacientemente a su regreso. Nunca antes esperar se le había hecho tan eterno