LOVE OF DOOM
INVADER ZIM FANFIC
Disclaimer: Invader Zim ni ninguno de sus personajes me pertenecen, sino a Jhonen Vasquez y a Nickelodeon.
NOTA: Este fic contiene ZaDR (Zim And Dib Romance) con un poco de Lemon… El inicio les dirá todo.
ºººººººº
¿Alguna vez has tenido sexo? Muchas personas han tenido sexo, y por varias razones en varias circunstancias. Por ansias, por amor, por diversión, etc. ¿Y con quién lo has tenido? Con tu pareja, con algún desconocido, con un amigo, con tu hermano (?). Pero a fin de cuentas, es sexo y sólo eso. Y causa mucho placer.
Para Zim y Dib es como una droga realmente adictiva. Todas las noches, Zim va a casa de Dib y se encierran en la habitación de éste, para hacer el amor con mucha pasión.
Pero esto es un secreto que nadie debe saber. Y durante cuatro años, esto ha permanecido en secreto… Pero como cualquier secreto, algún día tenía que descubrirse.
Usualmente en las noches Gaz se duerme muy temprano y con el MP3 encendido para no tener que escuchar las cosas raras que puede hablar su hermano. Y el Profesor Membrana, como es sabido, no se encuentra en casa a lo más una noche a la semana. Eso lo hacía una invitación 100% abierta a cualquiera que quisiera acostarse con Dib.
Y ese era Zim.
Una de tantas noches, Zim nuevamente se encontraba en la habitación de Dib… En cuanto llegó, platicaron un poco, pero ambos sabían –o más bien querían- que no iba a durar ni cinco minutos esa plática. Se quedaron viendo fijamente los ojos un breve momento, y Dib tomó delicadamente el mentón de Zim y le dio un beso. Ese beso lentamente se fue apasionando cada vez más, hasta que Zim tuvo una serie necesidad de meter su lengua en la boca del humano. Jugueteaba con su lengua y con la de Dib rápida y deliciosamente, hasta que al aficionado de Misterios Misteriosos le faltó el aire. Se separó de Zim brevemente y tomó una bocanada de aire. Segundos después, vio a Zim a los ojos nuevamente, y después volvió a besarlo de forma salvaje.
Dib se dirige lentamente al cuello del irken, donde empieza a besarlo, lamerlo, morderlo. Inevitablemente Zim suelta unos cuantos gemidos de placer y dolor. Dib lentamente baja más, hasta llegar al pecho de Zim, donde empieza a lamer un pezón y pellizcar el otro. El irken inevitablemente gemía, y eso excitaba cada vez más a Dib.
—Te gusta todo esto, ¿Verdad? —preguntó Dib, al ver la mirada de excitación de Zim.
—Claro que si. Me encanta.
—Ahora te va a gustar más.
Dib se quitó los pantalones y la ropa interior, e hizo lo mismo con Zim. Recostó al extraterrestre en la cama, y lentamente entró en él, haciendo que Zim soltara unos gemidos cada vez más fuertes. Dib lo hacía de repente muy rápido, y luego lento, y eso excitaba más a Zim, a quien le faltaba la respiración debido a los besos tan atrapantes que le daba Dib.
—Voltéate. —dijo Dib, al momento en que ponía a Zim boca abajo en la cama. Tomó la cadera del irken y empezó a embestirlo fuertemente. Pasaron así un largo rato hasta que Dib se vino dentro de Zim.
Ambos estaban agotados. Se acostaron en la cama y se pusieron siquiera unos shorts. Se encontraban abrazados y dispuestos a dormir, cuando se escuchó la puerta abrir.
—Papá… —dijo Dib que se quedó pasmado, mientras Zim despertaba de su breve sueño, y se daba cuenta de la escena. El profesor Membrana no dijo nada, simplemente cerró la puerta de golpe. Zim estaba nervioso y Dib preocupado.
—Zim, quédate aquí. Yo voy a bajar, pero volveré pronto. Por nada del mundo salgas del cuarto, ¿Está bien?
—Sí, Dib. Pero…
—No digas nada, yo arreglaré esto. —y Dib se puso un pantalón y una camisa y salió de la habitación.
Zim se quedó en la habitación, tal y como le había dicho Dib que hiciera. Se sentó en la cama, y se encogió en la misma, y abrazó sus piernas en cuanto empezó a escuchar los gritos furiosos de padre e hijo. Pasaron unos minutos que parecieron horas, y fue cuando Dib regresó a la habitación.
— ¿Qué pasó Dib? —preguntó Zim preocupado.
—Nada, no pasó nada. —Dib tenía la voz quebrada. Era obvio que la discusión fue muy fuerte. Se sentó en la cama, donde inevitablemente las lágrimas rodaron de sus ojos. Zim lo abrazó fuertemente, intentando consolarlo.
CONTINUARÁ…
