Capitulo primero.
"Richard VII" era un colegio para chicos, edificios con un estilo gótico construidos hace siglos con materiales asazmente particulares.
Por dentro eran elegantes paredes, adornadas con una temática artística propiamente del teatro; cortinas rojas y candelabros por decoración; el comedor estaba adornado con finas copas de cristal negro, platos y cubiertos hechos a mano con porcelana y plata.
El sitio de clases era muy diferente- dejando de lado lo antiguo para llegar a lo moderno-, focos blancos en forma de pequeñas gotas de crital en los techos de cada salón de clases y en cada uno de los pupitres se encontraba un notebook de última generación con el logo del colegio, una águila roja sosteniendo un libro abierto y alrededor dos rosas enroscadas…
Últimamente hay un chico que me desespera enormemente, esa actitud arrogante y ese ser ególatra y presumido me irrita de sobremanera. Se que esas cosas es con todo el mundo – en forma figurativa- pero lo que en realidad me lo hace realmente tedioso, es que aún siendo como es, casi todos lo que estudian aquí dicen que es genial y mola un montón, parecen ciegos, sordos o discapacitados mentales…
Se han escuchado rumores de que paso toda la noche con una chica del internado "Madame Curie" en su habitación, pero ni la directora ni el profesorado le hacen mucho caso al asunto, ya que es imposible, impensable, ya que nada ni nadie burlaría la seguridad de este instituto, y si lo lograran hacer, tardarían días y hasta semanas, es un sistema al extremo complicado, pensado en la seguridad de los futuros prodigios, jefes de empresas, en resumen , los hijos de las parejas más ricas de Europa y el mundo.
Nosotros salimos cada dos meses en unas pequeñas "vacaciones" de un fin de semana. Podemos salir de excursión, hacer deporte, o si queremos también podemos quedarnos en la comodidad de nuestra habitación tanto para descansar como para estudiar para una evaluación futura.
Ahora estamos unos veinte estudiantes de camino a un campamento extracurricular, valía siete puntos en el promedio general y consistía en saber desenvolverte sin la mayor parte de la tecnología, estaba entusiasmado, pero mayormente nervioso, en mis dieciséis años de edad nunca me había separado a más de un metro de mi celular, de mi facebook, de mi twitter, ¡de nada! Ahora verme separado de él en la mesita de noche en mi alcoba me llena de tristeza.
Ahora me encuentro aquí, en un autobús de último modelo, cerrando mis ojos para descansar de lo que venía.
Altos árboles, casi sin una hoja, un fría que erizaba la piel de mi cuello, y mis mejillas en conjunto con la nariz estaban tornándose de un color rosa. Mi mejor amigo me lo había advertido, "Llevate el abrigo, el tommy hilfiger", yo pensé en llevármelo pero sinceramente se me ocurrió que hubiese sido una broma, así que lo único que llevo "abrigado", es mi uniforme de invierno, o cual no es mucho que digamos.
Suspiré pesadamente y terminé de bajar mi cabeza en él asiento con un ligero temblor a la vez que salía graciosamente mi el vapor de agua visiblemente de mi boca.
Repentinamente me vi atrapado en los brazos de mi mejor amigo, poniendo su aliento cálido en la curvatura de mi cuello y oído haciéndome estremecer.
-¡Kiba!- exclamé.
-Sólo te estoy dando algo de calor, ¿sabes?, deberías agradecerme.- Dijo soltándome- Te estás muriendo del frío y ahora es que estamos entrando al bosque.
-¿Quién dijo?- me cruze de brazos. Él me miró arqueando una ceja.- Vale, ¿tienes un abrigo?
-Claro que sí.-afirmo tomando su maletín.- Traje otro porque sabía que no me harías ni el más mínimo caso.
-Se nota que me conoces.- Dije divertido. Tomé el abrigo que él me extendía y disimulando mi desesperación me lo coloqué suavemente no pudiendo retener una expresión de satisfacción.
-Mira.- Me llamó Kiba señalando con la mirada a un par de nuestros compañeros de dormitorio, Neji y… Sasuke. Oh, ese último; mi mente siseó su nombre con veneno en mi cabeza. Ese era el tipejo del que ya les había hablado, ese que tiene gran complejo de superioridad, el cual – como siempre- no seguía las reglas.
Si, ese chico tenía escondido su nuevo smatphone contra la ventana, viendo alguna cosa con su compañero de habitación. Pero fue algo efímero, ya cuando íbamos llegando a nuestro destino, él guardó su celular, ya –seguramente- no había señal.
Ya después de un rato el autobús se aparco en la parte más espesa del bosque, dónde se notaba un muy pequeño caminito que nos llevaría a las profundidades.
-Venga, ya pueden bajarse chicos.- Habló uno de los supervisores encargados, tomé mi mochila y bajé del autobús seguido de Kiba, luego salieron los demás; estaban Chouji, Gaara, Shikamaru, Shino, Sai, Neji, Kiba y yo. Nosotros éramos el grupo de primer año, mientras que los otros once que pertenecen a otros años se fueron en los otros dos autobuses restantes.
-Les daré las reglas, cuatro personas tienen que ir en busca de leña al llegar al lugar donde pasaremos la noche. Los nombraré de una vez por todas.- Habló Yamato acompañado por Kakashi- Naruto Namikaze y Neji Hyuga. Sasuke Uchiha y Shino Aburame.- Hizo una pausa.- Por favor, no se alejen mucho del campamento, les queda prohibido, ¿Entendido?-Asentimos juiciosos.
-Está bien, entonces vámonos.
El cielo se veía de un humor pésimo, el color levemente azulino del cielo, se estaba convirtiendo en un suave y opaco gris.
Empezamos a caminar por todo el centro del bosque, ¡Por Agatha Cristie!, parecía el mismo bosque que habían utilizado para el film de "La Aldea", las hojas a nuestros pues crujían con fuerza y el viento helado de ese lugar golpeaba con soberbia mi rostro, haciendo que para caminar tuviera que cubrir mi nariz con mis manos para que no se me desprendiera- en sentido figurativo-. Miré con impresión los altos esqueletos de árboles los cuales no tenían un color marrón, estaba de un gris verdoso bastante extraño, además había bastante espacio para caminar y después de avanzar un rato pude ver un poco de vida en los seres del reino plantae, árboles igual de altos y con bastantes hojas, también pude notar que el espacio se hacía más estrecho, entorpeciendo nuestros pasos y la poca luz que había la tapaban las copas de los árboles.
-Pararemos ántes que caiga la noche.- Dijo Kakashi mientras caminábamos.
-Si, en un lugar seguro que encontremos- Secundó Yamato.
-Profesor, falta casi una hora para que se ponga el sol.- Habló Shikamaru.- Eso nos pasa por salir a las dos de la tarde.- Susurró- Que problemático.
-Eso ya lo se, por eso sólo nos faltan unos cien metros para llegar a donde nos quedaremos- Finalizó Yamato señalando al frente.
Pude notar que Sasuke iba bastante tranquilo, llevaba como siempre las manos en los bolsillos y la cabeza un poco ladeada hacia tras con los ojos cerrados.
Neji como siempre con un caminar derecho y porte serio, al igual que Gaara, Chouji movía graciosamente los brazos a los lados y Sai… él parecía un modelo de revista. Shino llevaba la cabeza hacia abajo y tenía las manos dentro de los bolsillos de su abrigo.
Kiba caminaba… Normal, como cualquier persona lo haría y yo… Sólo cogía mi mochila y a veces daba pequeños saltitos.
Todos parecían bastante tranquilos, en especial Sasuke… No, el muy descarado tenía un pequeño auricular, seguro se estaría relajando con alguna canción.
-¡Lo odio!- Exclamé furioso y todos voltearon a verme, todos menos a la persona a la que iba dirigido.
-¿Qué ocurre, Namikaze?- Preguntó Kakashi, fruncí el seño y suspiré profundo.
-Nada.-Solté más clamado- Disculpe.
-Esos gritos no se deben repetir- Dijo Yamato.
-Está bien, profesor.
Kiba frunció el entrecejo entre intrigado y a la vez confuso, así que con sólo lanzarle un mirada discreta al azabache azulado, supo a que me refería.
-¿Y ahora qué ocurre con el Uchiha?- me preguntó con voz mínima.
-Está escuchando música- Dije con el mismo tono.- Siempre hace lo mismo y nunca lo descubren. ¡apuesto que lo hubiese hecho yo, y ahí si me descubren!- Me expresé molesto, como siempre cada vez que la conversación era de ese insufrible.
-Hey, no te metas en eso, sólo ignóralo. Es fácil, ¿si?
-Trataré, ¿eh? Pero no te prometo nada, es un tío que llama mucho la atención y me hace perder la paciencia. Es que el sólo verlo me irrita.
-He, guapo, cálmate.- Dijo dándome unas palmaditas.- Estamos cayendo a lo mismo.
Después de yo asentir a los consejos de Kiba, caminamos unos dos minutos más, viendo con la poca luz que ofrecía el atardecer, la escala de verdes del bosque.
-Paren, chicos. Aquí es donde nos quedaremos.- Dijo Yamato.
Nos detuvimos en un lugar que tenía un diámetro de por lo menos once metros donde estab totalmente despejado de árboles, dejando ver el hermoso color del ocaso.
-Miren, chicos. Es hermoso.- Dije mirando al cielo con una sonrisa, desde que me había ido de la gran hacienda de mis abuelos en Venezuela, no había visto un paisaje así.
A medida que se ocultaban los colores, mis compañeros estaban preparándose para encender una fogata y Yamato nos estaba llamando.
-Bueno chicos, es hora de que partan a buscar leñas, tomen las linternas y retírense, recuerden no salirse mucho del área.
-está bien.- Dijimos tomando las linternas que Yamato nos extendía y partimos, Neji y yo por un lado y Sasuke junto con Shino por otro.
Él viaje con Neji era bastante silencioso, él no hablaba y yo menos iba a entablar una conversación con ese hombre de hielo idéntico a Sasuke. Había oscurecido rápido y la pobre luz de nuestras linternas sólo alumbraban un poco, lo que estaba empezando a asustarme, pero más aún a molestarme, lo que hizo que golpeara varias veces con la palma de la mano el foco de la linterna.
-No la golpees- Me dijo.- Aquí al parecer hay algo como el triangulo de las bermudas, es un misterio lo del campo magnetico- según- así que es mejor tener cuidado, puede ser posible que nos quedemos a oscuras.- Dicho y hecho, como si sus palabras fueran magia verdadera, se apagó la linterna, mientras que yo presionaba el botón de encendido repetidas veces.
-¡No enciende, joder!
-Te lo dije.
-¡Muy tarde!
-Mejor busquemos rápido la leña para irnos ya de aquí. Deben haber varias ramas por allí.- Me dijo y yo asentí, y al agacharme escuche un sonido que me heló los huesos, un búho.
Era así como en los flims de terror sicológico fuerte, cuando la protagonista está perdida en el bosque y escucha un montón de animales espeluznantes, así. Tomé la leña y la llevé en mis brazos y ya estando preocupado, tenía un mal presentimiento.
-Oye, Neji. ¿Y si regresamos? Ya nos hemos alejado bastante y- Cayó la otra linterna, haciendo que quedáramos a oscuras por completo.- se va a apagar la linterna- dije terminado la frase tarde.
-Muy tarde.-Dijo.- ¿Me ves?
-No.- Dije nervioso.
-Yo tampoco te veo. A ver si caminamos al lado opuesto podemos llegar al campamento.
-De acuerdo.- Empezamos a movernos, esquivando torpemente las enormes raíces de los árboles. A menudo escuchábamos animales, pero se me erizó la piel al sentir una sombra atrás de mí.- Neji.
-Dime.
-¿Qué fue eso?- pregunté.- Esa sombra.- insistí al no recibir respuesta, cuando algo salto hacia mi repentinamente.-¡Ah!
-Ya lo tengo-dijo quitándome al animal de encima.- era una ardilla.- Escuche un gruñido que poco a poco se fue haciendo más fuerte.
-Un... Un lobo.- dije temeroso.- Neji fue el primero en ser atacado cuando se dispararon las primeras gotas de lluvia.
-¡Corre, Naruto! Ah…- Dijo y sin ponerme a discutir iba a irme, cuando escucho un grito de dolor aún más grande por él.
Me sorprendí al tratar de forcejear con el animal. El lobo aulló tan fuerte que me vibró el oído, aproveché el momento y tomé a Neji del brazo halándolo hacia mí lo más que pude, hasta que pude alzarlo un poco y corrí a todo lo que daban mis piernas, la tormenta se hizo presente y convirtió la tierra en fango en una forma efímera. ¡Maldición!, el pantalón de vestir me estorbaba y sentía a Neji sangrar por los hombros.
-Resiste… ¡Ayuda, ayuda!- Grite mientras iba perdiendo fuerzas, tenía fango por toda la cara y un ardor insoportable en los ojos. Escuché un gruñido delante de mi y yo con mucho cuidado doble a la derecha para empezar a correr de nuevo y lo hice, corrí y corrí por poca hasta que tropecé con una raíz. Notando varios gruñidos y sin la posibilidad de escapar, me coloque sobre el cuerpo de Neji tratando de cubrirlo con el mío, cubriendo su rostro y heridas con mi pecho, cerré los ojos con fuerza para luego sentir unos dientes afiladísimos clavándose en mi extremidades, tanto fue el dolor que me desmayé segundos después, preocupado por el castaño.
