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Cap. 1. Tu amor, Mi amor.
P.O.V. Andrew.
Dentro de la habitación obscura camino entre sombras guiado por la pequeña luz de la flama que ilumina el rostro perfecto y angelical de mi princesa que yace dormida en la cama acolchonada, me siento en la cama y la veo dormir y acerco mi mano a sus cabellos castaño acercando mi rostro a su cabello para aspirar su embriagante aroma a rosas frescas y jazmines.
Escuchando el tic tac del reloj, estando a su lado sólo a la hora acordada, a la hora en que a mi princesa puedo acercarme y tocarla, enfundada en ese camisón blanco que deja al descubierto el inició de la piel blanquizca de sus senos y me permite apreciar las curvas de su precioso cuerpo para mi prohibido.
Me acuesto a su lado, acurrucándola en mi pecho, sintiendo su suave piel, los latidos de su corazón tranquilo, acariciando su suave y tersa piel que ansío probar desde aquel día en que la mire jugando en el jardín opacando con su belleza a todas las flores, conformándome con sentirla así cada noche, resignado a saber que ella a mí por siempre me ignorará, que de ella jamás una mirada obtendré.
Las horas van pasando, escucho el tic tac del reloj anunciando el amanecer, la luna llena que se va metiendo en el horizonte y la luz del día saliendo anunciando que terminara su sueño y que tendré que esperara de nuevo a la noche y conformarme con verla a lo lejos, acercándome a ella, tocándola sin sentirla, amándola sin ser correspondido, mirándola sin que ella en mi pose sus ojos color esmeralda.
La veo removerse, siento sus frágiles brazos que me rodean y la escucho bostezar, sé que su sueño está por terminar y sucumbiendo ante la tentación prohibida me atrevo al fin a sus labios rosados besar, aspirando el dulce sabor de sus labios, separándome al fin de ella para mirar al luz de sus ojos verdes, esos ojos que me enamoraron, que se posan en mi como si me miraran pero sabiendo que ignorándome siempre estará.
P.O.V. Lita
Abro los ojos y estiro mis brazos, sonriendo al ver aun el amanecer que poco a poco da paso a los rayos del tenue sol que van filtrándose por mi ventana, de ese tenue sol que en un lugar nublado como este pocas veces se ve y me levanto, caminando hacia el balcón, abriendo las ventanas para aspirar el aroma de la mañana y aspirar la brisa fresca del otoño.
Camino hacia adentro y veo mi reflejo en el espejo enmarcado en caoba, sonriéndome como cada día, y volteo entonces al lecho que siempre cubre mis sueños y sonrío, parece que he tenido una buena noche de sueño, una noche tranquila como pocas, más el día comienza y abro el guardarropa, sacando un hermoso vestido verde que deja mis hombros al descubierto, el cual lleva ese corset que se ciñe a mi cintura y esa falda vaporosa con crinolina de lado, un vestuario debo decir que aunque hermoso es difícil y pesado de llevar, tan difícil como es el hecho de haber nacido mujer.
Llamo a una de mis damas, la cual me ayuda a vestirme con ese elegante ajuar y me ayuda a peinar mis bucles castaños, adornándolos al final con una peineta de plata y al final camino hacia afuera, pues sé que un evento importante este día se ha de concertar más ansiosa extraño la noche, esa noche de luna plateada, con su manto estrellado en el que en mis fantasías sueño que con mi amado príncipe de ensueño me he de encontrar.
P.O.V. Andrew.
El atardecer ilumina todo a su paso, dentro del elegante salón de pisos de mármol y paredes con incrustaciones hombres y mujeres se reúnen en lo que parece una elegante recepción de sociedad en la que se presentaran a señoritas casaderas, celoso estoy de que mi amada tan bella aparezca en ese lugar donde el vals suena y entonces ella hermosa y elegante, vestida con ese vestido dorado que deja sus hombros al descubierto y ese collar con dije de flor dorada y sus cabellos sueltos adornados por una peineta baja las escaleras convirtiéndose en el centro de atención de hombres viejos y jóvenes que como lobos hambrientos desean una mirada suya obtener, sus labios besar, su cuerpo tomar.
Celoso de que a mi amada de mi quieran me abro paso entre los invitados e inútilmente me acerco a ella y e mis brazos deseo tenerla, mas ella no siente mi tacto, me ignora y sigue de lado hasta junto a sus padres pararse y al final escucho a ese hombre de gran altura, de blanca piel y cabello azulado vestido elegantemente a mi amada acercarse.
-Me concedería el honor de esta pieza.- Lo escucho a mi amada hablarle y deseo interponerme entre ellos, decirle que mi hermosa esmeralda mía es y nadie me la ha de quitar, pero me es imposible, esta maldita dimensión me lo prohíbe y ella le cede entonces su mano y una sonrisa le regala.
-Encantada señor Black.
P.O.V. Lita.
Los segundos pasan, los minutos continúan y al ritmo del vals danzo con mi apuesto acompañante, el señor Sapphire Black. Atractivo y joven él es, alto y gallardo, de blanca piel y viriles facciones, cabello azulado, clavando sus orbes azules en mis ojos esmeraldas, y yo le miro, mientras amenamente charlamos.
Noto pues, que la envidia entre las chicas casaderas soy, Sapphire Black, es el chico del que esta noche, antes de esta fiesta todas las jóvenes hablaban sin parar, soñando con ser, la elegida para esta noche con el bailar.
Debo reconocer, que el señor Black apuesto es, más mi corazón sé que a él no ha de pertenecer. En él amor verdadero siempre he creído, que mi corazón sabrá reconocer, a aquel que ame con todos mis sentidos, con todo mi ser, a aquel de quien su mujer quiero solamente ser y él no ha aparecido.
El vals al fin termina, el último de la noche, y entre despedidas, poco a pocos los invitados del salón comienzan a salir, mientras yo amablemente me despido del señor Black que con otro en esta noche no me permitió bailar y después de que todos se van avanzo a mi cuarto con ansiedad donde al cubrirme con mi blusón abro el ventanal que da al balcón mirando la luna plateada que deja su luz filtrarse por mi ventana, en esa noche tan anhelada, tan espera en que siento que me relajara y con ansias vuelvo a mi cama, ansiando el placentero sueño alcanzar.
P.O.V. Andrew.
Como cada noche, veo a mi princesa en el balcón pararse, peinarse sus bucles castaños y caminar hacia su lecho donde envuelta en sabanas de fina seda y acompañada de sus cojines lentamente se va quedando dormida y entonces ahí estoy yo como siempre, velando su sueño, perdiéndome al mirar su piel, recostándome a su lado, rodeándola entre mis brazos, perdiéndome en el aroma a rosas que emana de su piel.
De pronto en medio de la noche, sus ojos verdes veo abrirse y clavarse en mí, el corazón comienza a golpearme el pecho violentamente y noto miedo en su dulce mirar, la suelto poco a poco y noto quiere gritar, pues es normal que miedo yo le pueda provocar y entonces al fin la escucho su voz dirigir a mí.
-¿Quién eres tú?... ¿Qué haces aquí?
Acaricio su rostro, no lo puedo evitar, la quiero tranquilizar y entonces a su pregunta respondo:
-Descuida, no te haría daño jamás, estoy aquí cuidando tu sueño, pero si así lo quieres me puedo retirar.
P.O.V. Lita.
Sonrío al perderme en los orbes azules, de aquel hombre que en mi cama esta, debería miedo tener de un desconocido, de que mi doncellez a la fuerza se quiera robar, mas no comprendo porque, miedo no tengo de que el aquí este, lo examino lentamente, atractivo como un adonis es… cabellos dorados como el sol, ojos azules cual el color del cielo nublado, su perfecto torso desnudo en que me aprisiona haciéndome sentir el latir de su corazón, el calor de su cuerpo… y entonces siento que mi corazón al ritmo del suyo late, no comprendo quien es él, de donde viene, pero sé que me hace sentir diferente, que me hace sentir mujer y en sus brazos quiero estar.
-¿Cuál es tu nombre?- Me atrevo a preguntar, mientras sin pudor su rostro me atrevo a acariciar.
-Andrew.
-Andrew.- Repito su nombre con sutileza, grabándome en el corazón cada letra y entonces su voz escucho en mi oído susurrar.
-Andrew es mi nombre, mi querida Lita.
Abro los ojos sorprendida, de que él mi nombre sepa, mas tan extraño es que sepa mi nombre, como extraño que el este aquí haciéndome feliz, haciéndome sentir completa, sin miedo, sin nada que temer, queriendo estar así por siempre entre sus brazos.
Siento una de sus manos grandes acariciar uno de mis brazos y siento que no puedo más que estremecerme con su contacto, mis mejillas siento encenderse cuando él su mirada azulada clava en mí y de pronto siento sus labios rozando suavemente los míos… nunca antes he besado, siento miedo de decepcionarlo, pero poco a poco el miedo cede, siento que sus labios antes he besado y sin más me entrego a ese beso dulce y apasionado temblando de placer entre sus brazos.
Su lengua de pronto siento abriéndose paso entre mis labios, jugueteando con la mía en algo que parece una danza erótica y frenética que no tendrá fin, y entonces lo siento posarse sobre cuerpo estrechándome entre sus brazos y yo me pierdo en esas sensaciones, sintiendo como el contacto de su piel me quema entremezclándose con una deliciosa sensación de aire fresco que hace que miles de sensaciones placenteras recorran cada rincón de mi cuerpo.
Nuestros labios se separan, al fin por la falta de aire, me pierdo en su mirada, respirando agitadamente, sintiendo nuestros alientos entremezclarse y entonces con temor me doy cuenta de que no estoy en mi cama, de que lejos de mi habitación me encuentro y en un lugar desconocido estoy, en un lugar que es precioso, donde puedo ver la luz de la luna plateada brillar, el agua cristalina de una cascada hacia abajo precipitarse y a mi alrededor el ver pasto cubierto de extrañas y hermosas flores que en medio de la noche parecen brillar con luz propia.
-¿Dónde estamos?- Preguntó con cierto temor, pero entonces siento su mano mi mejilla acariciar, la sonrisa retorcida en su rostro dibujarse y entonces siento que a su lado no hay nada que temer.
-Estamos en mi hogar.
P.O.V. Andrew.
Sé que a mi hermosa princesa, las flores mucho le gustan, la veo mirarlas con curiosidad y la más hermosa arranco, mostrándole la luz que de ellas emiten, el color que en ellas va variando y con ella acaricio sus suaves mejillas escuchándola sonreír.
La miro tomar la flor entre sus manos, acariciando sus suaves pétalos mientras me acuesto de lado, rodeando su cintura en un abrazo.
-Me gustan las flores, pero no me gusta arrancarlas, prefiero verlas en su hábitad y morir de manera natural.
-Estas flores son especiales mi querida.- Le susurró al oído.- Pueden sobrevivir arrancadas de raíz y sus colores cambian dependiendo del estado de ánimo, dependiendo del estado de ánimo y sentimientos de quien las toca.
P.O.V. Lita.
Sonrió al escucharlo, mirando la flor que tiene colores entremezclados, teniendo reflejos lilas, blancos, rosas pero en ella predominando el rojizo y entonces me atrevo a preguntarle.
-¿A si?- Le pregunto.- ¿Y qué significan ahora los cambios de colores en ella?
-Cuando brillan con luz propia es porque perciben la felicidad, el amor de dos amantes, y las variaciones de color es porque perciben amor y pasión.
Siento mis mejillas sonrojarse, cuanto su voz escucho decirme lo que la hermosura de estas flores ahora significa, que él y yo nos amamos, que hechos el uno para el otro estamos y entonces lo veo ponerse de pie y cuando menos me lo espero me sorprendo al sentir que me levanta en sus brazos, besándome con pasión y me pone de pie al llegar al inicio de la bella cascada por la cual el agua cristalina va cayendo al precipicio y siento mis manos sudorizar, recordando la ocasión cuando al rio caí y a punto de ahogarme estuve.
Lo veo entonces voltear hacia mí, tomarme por la cintura, besarme con devoción.
-No temas mí querida, yo siempre te he de proteger.- Lo escucho susurrarme al oído.- Confía en mí y déjate llevar.
Cierro mis ojos y él me levanta en vilo y yo aferro mis brazos alrededor de su cuerpo y de pronto siento el agua fría golpetear mi piel, siento el agua de la cascada cayendo sobre nuestros cuerpos y entonces aferrada a su cuerpo, encontrándome con sus labios que beso con ansiedad siento que todos mis temores desaparecen, entregándome a ese delicioso éxtasis que me hacen olvidarme de todo y de todos, como si sólo existiéramos él y yo en toda la faz del universo.
-Te amo.- Lo escuchó susurrarme cuando nuestros labios se separan, sintiendo sus manos que se deslizan por sobre mi cuerpo y le sonrió.
-Yo también te amo Andrew… mi Andrew, amor mío… siempre hemos estado juntos… desde antes… ¿Verdad?
-Antes ha sido así princesa mía.
Lo siento rodearme entre sus brazos, sus manos ansiosas acarician mi cuerpo y siento una necesidad desconocida dentro de mi ser, una extraña necesidad que mi cuerpo pide a gritos y que sé sólo él con su amor puede llenarme y saciarme, convirtiéndome en su mujer y mientras el besa mi cuello enredo mis piernas en su cuerpo, frotándome contra él.
P.O.V. Andrew.
Mis manos recorren el cuerpo de mi dulce princesa, saciándome al besar la piel de su cuello perfecto, acariciando sus curvas, aspirando el delicioso olor de su fragancia, disfrutando al sentir como a ella al fin con amor y pasión me corresponde, dispuesta a entregarse a mi sin reparos, escuchando los gemidos de placer que salen de su garganta y de pronto recuerdo que ella tan perfecta, que yo parte de su mundo no soy, que aunque la ame y desee marcarla como mía no la puedo exponer a la ira de los que jamás la podre defender y haciendo un esfuerzo por contener mi deseo me separo de su lado, ganándome de ella una mirada de molestia.
-¿Qué sucede?... ¿Por qué te detienes?- La escucho preguntarme.
-No podemos.- Le respondo.- No debemos… podrías salir lastimada y y no estaría ahí para defenderte.
-Yo te amo… no quiero que te detengas… quiero ser tuya Andrew.
Acaricio sus mejillas rozadas, perdiéndome en sus hermosos orbes esmeraldas, para mí el amor pecado no es, más en su mundo la entrega entre un hombre y una mujer por pleno amor muchas veces aceptado no es, castigado muchas veces es para las mujeres entregarse al ser amado aun con amor, obligándolas a casarse por cualquier otra banal razón.
-Sabes cómo reaccionaría tu familia si descubrieran que alguien ha robado tu doncellez.
-No me importa, quédate conmigo, llévame contigo, no quiero nunca de otro hombre ser.
Veo la tristeza en su mirada, me conmueven sus palabras y de que ella me ame culpable me siento ya y la estrecho entre mis brazos, sintiendo que mi corazón se desgarra al saber que mi amor por ella prohibido es, pero me queda el consuelo de saber que ella mi recuerdo siempre de día olvidara y no sufrirá por este amor prohibido entre los dos.
-No puedo tenerte conmigo siempre mi princesa.
Veo que de sus orbes color esmeralda las lágrimas asoman cayendo por sus mejillas, y acuno su rostro entre mis manos, limpiado aquellas lagrimas traicionera, estrechándola entre mis brazos. Sé que mejor sería dejarla seguir durmiendo salir de su dulce sueño donde ella sólo me puede ver y entonces la beso una vez más, sintiendo como ella con pasión me responde hasta que al fin en su lecho de nuevo estamos, donde ella duerme de nuevo, ajena a mí, ajena a mi recuerdo, sabiendo que lo vivido esta noche será como inolvidable por la eternidad para mí, algo que quedara borrado de su mente al despertar, como un sueño precioso del que no se logre acordar.
P.O.V. Lita.
Miro mi reflejo en el espejo, mi vestido azul de corset y amplia crinolina que se ciñe a mi cuerpo y arreglo mi cabello con una sencilla peineta, pues tengo que bajar a la sala donde mi padre me ha dicho de algo importante tener que hablar conmigo. Más sin embargo desearía dormir, que el sol se ocultara dejando salir la luna plateada y dormir con devoción como lo hago cada noche, como si algo esperara.
Abro uno de mis cajones para sacar un par de guantes y entonces veo esa extraña flor que hace días apareció en mi cama de manera extraña al despertar, brillando con luz propia, con hermoso destellos plateados, rosados y rojizos iluminando cada noche; mas sin embargo, con el paso de los días parece haber perdido su color, convirtiéndose en una flor grisácea, tan grisácea como de manera extraña siento mi corazón como si de pronto algo hubiera perdido que duele tanto en mi corazón.
Miro de nuevo a mi lecho y sonrió con tristeza, si días atrás extrañamente despertaba feliz, desde aquel día en que esta flor apareció la tristeza parece haberme embargado, perdiendo a la vez esta flor su precioso color y entonces escucho que alguien a la puerta llama y guardo la flor dentro de mi cajón.
-¿Quién?- Pregunto con voz suave.
-Mi Lady su padre la llama en la sala.- Escuchó la voz de una de mis doncellas llamándome.
-Gracias Amy, dile que en un momento estoy allá.
Sin más me miro al espejo una vez más y acarició mis labios con el dorso de mi mano, como si algo añorara y entonces camino hacia la puerta la abro y salgo de mi habitación caminando hacia abajo, pues papá me llama.
P.O.V. Andrew.
Miro a mi princesa de cabellos castaños salir de la habitación y camino a su lecho, ese su rincón donde días atrás me conformaba con su sueño velar, su piel acariciar; me queje muchas veces de su atención no poder tener, más ahora que alguna vez su mirada y su amor pude para mi tener, me siento dolido al saber que su amor para mi prohibido es, que en su dimensión yo no puedo estar y ella en mi mundo tampoco me puede acompañar, pues prohibido tenemos cruzar esa línea que divide las dos barreras que a nuestros mundos siempre han de separar.
Sé que jamás debí posar mis ojos en ella, enamorarme de su belleza grácil, pero es ella entre todas las criaturas la más preciosa y perfecta y no pude evitar con devoción amarla, mas ella solo en sus sueños conmigo puede estar, mas no puedo ser egoísta y debo soportar que ella para mí no debe ser, pues una vida tranquila y normal merece tener.
P.O.V. Lita.
Toda la tarde con el señor Black he conversado, mas mis sentidos parecen en otro lado haberse encontrado pues poca atención este día le he prestado.
Temerosa estoy de que permiso me haya pedido para llamarme por mi nombre y de que me haya pedido de favor que yo lo llame por su nombre, pues mi instinto me dice que esto es un intento por cortejarme que él puede tener y después de despedirlo antes de subir a mi recamara escucho a mi padre llamándome.
-Lita… ¿Podrías venir a mi despacho?
Ese tono de seriedad en la voz de mi padre no me agrada, mas como hija obediente seguirlo debo hacer y cuando llegamos al despacho me invita a sentarme frente a él más él espera a que mi madre se nos una hasta que al fin hace triunfal su entrada.
-Usted dirá padre.
-Lita, el señor Black me ha pedido tu mano, yo se la he concedido y en cinco meses será la boda.
Aquella confesión de mi padre me asusta, me hace recordar cuando a mi hermana mayor con un hombre que no amaba obligo a casarse y no puedo más que negarlo con un movimiento de cabeza, pues aun con lo puesto que el señor Black es, sé que mi amor jamás de él será.
-Me niego padre, yo no amo a ese hombre.
Miro los ojos oscuros de mi padre posarse sobre mí, mirarme con dureza, más aun con mis miedos le sostengo la mirada, podría soportar cualquier cosa, menos un compromiso sin amor.
-Lita, tienes 17 años, estas en edad apropiada para casarte, ya eres toda una mujer, además el señor Sapphire tiene buena posición y es joven, no puedes quejarte.
Sé que cuando mi padre una decisión ha tomado no hay nada que lo haga cambiar de opinión, siento las lágrimas salir de mis ojos, rodando por mis mejillas y asustada como nunca lo había estado en mi vida me postro ante sus pies, hablándole suplicantemente:
-¡Por favor padre, no puede hacer eso, yo no amo a ese señor, no quiero una boda sin amor!
-Esa es mi última palabra y no está a discusión Lita. El amor vendrá con el tiempo, además debes estar agradecida de que te estoy buscando un hombre de buena posición.
Insisto una y otra vez, más sólo logro a mi padre más enérgico es, camino hacia mi madre, quien me consuela en su regazo y entre lágrimas suplico que por mi interceda.
-¡Por favor madre, usted tiene que hacer algo!
-No puedo hacer nada pequeña, deja de vivir en una fantasía por favor, el amor siempre viene después.
Molesta me pongo de pie, defendiendo mi derecho a no ser obligada a casarme sin amor, mas solo logro a mi padre molestar aún mas y escucharlo ordenarme subir al cuarto castigada y sin cenar donde al llegar tomó aquella extraña flor que yace en mi cajón y con tristeza me vuelco sobre la cama, llorando por mi desdicha, abrazada en la almohada.
¿Acaso no merezco el amor verdadero conocer y casarme enamorada?... ¿Acaso no merezco la felicidad de sentir amor y ser amada?... ¿Acaso no tengo el derecho de entregar mi cuerpo y mi alma por amor al hombreo que mi corazón deba elegir?... Pero… ¿Dónde está ese hombre al que sin conocer añoro?... Del que sus besos ansió sin siquiera haberlos probado antes un poco… y por el cual sufre mi corazón como veo aquella flor tonarse gris cual está mi corazón.
P.O.V. Andrew.
Sufro al ver a mi princesa llorando postrada en su lecho, me pregunto yo si seré acaso el culpable de su sufrimiento, ¿Es que acaso puede sentir mi ausencia a pesar de no tener siquiera un pequeño resplandor de nuestro encuentro de amor en su mente?
Tonto fui al atreverme su sueño irrumpir y su mente traspasar por mi egoísmo de su amor y su mirada tierna para mi tener, confiando en la ley de nuestras dimensiones que dicen que ella a mí solo en sus sueños me ha de ver para al despertar olvidar, pero desde esa noche en que quiso mía ser y decidí no volverla a ver, fue entonces que aun sin recordarme vi su ojos triste durante el día, su alma y su corazón entristecer.
Quise que amara al prometido que sus padres le han designado aunque muriera yo de celos por su amor, quise que lo amara aunque infeliz por su amor fuera yo más veo que en el corazón de mi hermosa princesa de ojos verdes el fantasma de mi recuerdo de alguna manera quedo grabado por siempre.
Me siento en su lecho, atreviéndome a acariciar su cabello castaño, deseando inútilmente consolarla, estrecharla entre mis brazos cuando ella estando despierta sé que no puede verme ni puede sentirme; mas entonces se va quedando dormida lentamente y me meto en su triste sueño donde ella llora su desconsuelo, buscándome cada noche en lo profundo de su mente, en su mente dormida donde nunca me olvida, en ese mundo mío tan prohibido para ella, donde solo cuando duerme puede vagar y donde me he negado a que ella por su bien me pueda encontrar.
P.O.V. Lita.
Camino entre aquel hermoso bosque, donde antes las flores brillaran resplandeciendo hermosos colores que mi amado dijo se debía al amor y la pasión que desbordábamos él y yo, más ahora que sola y sin mi amado estoy, las flores en ese bosque que antes brillaran ahora grises son.
Siento las lágrimas de mis ojos caer, mi alma y mi corazón doliendo por su desamor, sabiendo que ahora comprometida estoy con un hombre que no amo y sin saber del hombre que ahora y que añora mi corazón, mi querido Andrew, mi príncipe de cabellos dorados y ojos claros.
Siento que mi alma lo añora, que quiero gritar y entonces en la inmensidad del bosque camino a aquella cascada donde antes con el estuve y grito su nombre esperando que el aparezca:
-¡Andrew!
Grito una y otra vez, inútilmente llamándolo sin cesar y al ver que mi amado no aparece en un peñasco frente a la cascada de aguas claras en esa noche sin estrellas me dejo caer al piso y me echó a llorar.
Mas entonces siento unos brazos fuertes rodearme por detrás y aspiro su fragancia masculina, siento sus labios besando mis mejillas y susurrando en mi oído con aquella su voz gruesa que me hace estremecerme:
-Mi dulce princesa, mi querida Lita, no llores más, aquí estoy contigo y no te voy a dejar.
Giro mi rostro y con sus ojos azules me encuentro de frente, pega su frente a la mía, me estrecha entre sus brazos y me pierdo en su dulce mirar, mientras con mis manos acaricio su rostro perfecto después su dorado cabello.
-Sólo no vuelvas a dejarme mi amor.
Nos miramos por un momento, sé que él sabe cómo sufro yo, no hay necesidad de palabras, sé que siempre él de mi todo sabe y entonces nuestros labios ansiosos por probar del beso del otro, se encuentran posesivamente, acariciándose sin cesar, dulce y apasionadamente, queriendo el tiempo y los días perdidos recuperar.
Lo siento recostarme en el pasto, acomodándose sobre mí y mientras sus manos fuertes bajan por mis hombros el vestido, vuelvo a sonreír y percibo la luz de las flores con sus hermosos colores brillar, porque de nuevo estamos él y yo juntos, en medio de nuestra felicidad, desbordando este amor y esta pasión que nos hace desearnos aún más.
Su boca me besa demandante, enredándose con mi lengua sin cesar, más en algún momento la falta de aire nos hace el beso acortar y siento su boca, su lengua ardiente la piel de mi cuello besar, acariciar y morder con sus dientes hasta lograrme sensibilizar, perdiéndome en deliciosas sensaciones que me hacen sentir paralizar.
P.O.V. Andrew.
La piel de princesa, suave y deliciosa es, me pierdo en su deliciosa fragancia, embriagándome de esa fragancia a rosas que de su precioso cuerpo emana, escuchando sus suaves gemidos del placer que sé yo en ella provoco, sé que quizá no es correcto, mas contenerme no puedo más y la beso con ansiedad, mordiendo su clavícula, el nacimiento de sus senos que al fin puedo mirar, ansioso por probarlos sin cesar, haciendo que ella no placer no haga más que gritar y de pronto mis manos llevo alrededor de su cintura y voy desatando el cordón aquel de su vestido despojándola de aquel corset que estorba entre su cuerpo y el mío, mas al descubrir sus senos redondeados, sus pezones duros y rozados, la siento temblar entre mis brazos y entonces levanto mi rostro encontrándome con su mirar y con esas mejillas sonrosadas que sólo me hacen enternecerme al darme cuenta de cual inocente es aun ella.
P.O.V. Lita.
Siento de pronto temor, al verme por fin sin corset ante él, miedo de no ser, quien a el feliz lo pueda hacer, mas es grande el deseo que siento por él y mi cuerpo me pide a él entregarme con amor y ser su mujer y entonces siento mis mejillas arder, sus ojos azules se clavan en mí y roza con su mano una de mis mejillas logrando tranquilizarme al fin.
-No tengas miedo querida mía, te quiero amar, tuyo en cuerpo y alma quiero ser.
Sonrío ante él, dándole así a entender, que sólo suya quiero ser y poco a poco entre suaves besos y caricias los dos nos desnudamos, y la ropa que antes estorbaba la verdad no sé a dónde va a caer, pues entonces nuestros cuerpos sin barreras entrelazados están, sus labios que me besan sin cesar, sus manos que me descubren acariciando mi cuerpo que sólo a él he querido mostrar, haciéndome sentir una imperiosa necesidad de ser su mujer y mientras tanto gimiendo de placer, voy tocando su piel perdiendo así la timidez.
Sus labios siento que abandonan mi boca, besando mi cuerpo sin cesar, deteniéndose en mis pechos que con ansiedad comienza a saborear, mientras sus manos tocan ansiosas mi intimidad resguardada hasta ahora haciéndome gemir de placer ante la anticipación de lo que mi cuerpo sabe que va a suceder.
P.O.V. Andrew.
La cumbre rosada de sus pechos, saboreo con deleite, acariciando con mis manos la entrada a su intimidad sintiéndola bajo mi cuerpo sudar y de placer por mi causa retorcerse mientras a respuesta de su deseo sus uñas en mi espalda se encajan y se frota contra mi sexo por ella palpitante, invitándome a por siempre solo de ella, mi dulce princesa saciarme.
Sus manos suaves que a detalle descubren mi cuerpo como yo el suyo, con sus toqueteos inocentes me hacen desearla más y de un momento la escuchó con su dulce voz implorar por un poco más.
-Por favor Andrew… no te detengas, quiero ser tuya.
Sonrío ante su deseo y sé que tan mía ella ya es y mientras sus manos me tocan, mi virilidad froto contra su sexo virginal que ansioso estoy por tomar y entonces sin mar a mi princesa volteo a mirar, perdiéndome en sus ojos esmeraldas ansioso por recordad su mirar en ese preciso momento en que como mía la he de marcar. La veo sonreír entonces, la rodeo entre mis brazos y sin más me atrevo a hundirme en su resguardada y estrecha intimidad, empujando una y otra vez hasta que siento algo dentro de ella romper, ser el primero en ese lugar estar y me guardo por siempre en la eternidad ese momento en su mirar mezcla de placer y dolor de su doncellez, mas no quiero a mi princesa dolor causar y acaricio su cuerpo mientras su boca pasionalmente vuelvo a besar, sintiendo como al fin ella responde con deseo, amor y ansiedad.
P.O.V. Lita.
Al fin su cuerpo unido al mío esta y siento que somos uno por siempre hasta el fin de la eternidad, dolor al principio me causo su intrusión, mas fue opacado por el delicioso placer que solo en mí él puede provocar, lo siento moviéndose en mi interior, llenándome con su grosor, marcándome al fin como su mujer y siento que de placer entre sus brazos he de desfallecer, perdiéndome en el sabor de su boca, estremeciéndome al perderme en el aroma de su piel que acaricio sin cesar queriéndole dar placer.
Lágrimas de éxtasis salen de mis ojos y no las puedo contener, pues nunca en mi vida tan feliz ha vida logrado ser, nuestro beso se rompe por la falta de aire y yo no quiero que él dentro de mi alguna vez se deje de mover, mas entonces lo veo detenerse, acariciarme sin cesar y abro mis ojos encontrándome con sus pupilas tan azules como el mar.
-¿Te he lastimado mi amor?
-No te detengas nunca.- Susurró en su oído, aferrándome a su espalda.- Ámame sin cesar.
Lo veo sonreír y me vuelve a llenar de besos y acariciar, mientras una vez más lo siento moverse llenándome de éxtasis y placer.
Nuestras manos ansiosas siguen descubriendo hasta el último detalle de nuestros cuerpos que en el recuerdo por siempre quedaran y no puedo evitar gemir cuando siento un delicioso escalofrió recorrer todo mi cuerpo llenándome de placer y sé que él lo disfruta tanto como yo, pues sus gruñidos en mi mente por siempre he de llevar.
P.O.V. Andrew
Siento el placer mi cuerpo recorrer, al fin he logrado saciarme de gozo y placer al saber que el amor de mi princesa mío siempre va a ser, mi virilidad palpitante siento a punto de explotar y ansioso dentro de ella me muevo sin cesar dentro del cuerpo de mi princesa que como mío ya al fin logre marcar.
P.O.V. Lita
Mi amado me eleva a la cúspide de la pasión, lo amo con todo mi ser y el placer por todos mis sentidos siento recorrer y al fin siento de puro placer estallar, como si miles de oleadas de calor inundaran mi ser, mi vista nublada esta, escalofríos que me recorren sin cesar, mientras escuchó como el grita, sabiendo que su ansiedad él también logro saciar.
P.O.V. Andrew.
Al fin estallo de placer, dejándome caer en el cuerpo de quien ahora es mi amada mujer, estrechándola entre mis brazos, mientras en ese bosque que triste lucia días atrás las flores aun con luz propia vuelven a brillar por el amor y placer que solo cuando ella y yo estamos juntos podemos desbordar, pues sólo mi princesa felicidad plena me puede dar.
El tiempo pasa, no se cuánto en realidad, pero entonces levanto mi rostro con sus ojos esmeraldas que logro encontrar y esa sonrisa preciosa que me llena de felicidad.
-Te amo Andrew.- Me susurra.
-Y yo a ti querida mía, mi dulce princesa.
Nuestros labios se encuentran besándose ansiosos y sin parar y sé que feliz conmigo ella solo será y aunque sé que difícil será con ella aunque sea en sus sueños por siempre prometo estar.
-Estaré siempre contigo.
-Gracias mi Andrew, a tú lado y aquí sólo quiero por siempre estar.
Un trueno se escucha en el cielo, anunciando la tormenta que llegara y al voltear a verla la veo sonreír pues sé que la lluvia a ella siempre le ha de agradar.
-Te encanta la lluvia… ¿Verdad princesa?
-¿Cómo lo sabes?- Me pregunta.
-Por qué se cada detalle de ti.- Le confieso.- Porque fue un día en que cortando flores en tu jardín, la lluvia llego te vi mojarte feliz y de ti entonces me enamore.
Las gotas de lluvia nuestros cuerpos sudorosos aun de tanta pasión comienzan a mojar y entonces siento sus manos mi rostro acariciar.
-Siempre he querido que me besen bajo la lluvia.- Le escuchó susurrar y entonces los labios de mi princesa de preciosos ojos verdes en un beso ansioso vuelvo a atrapar, amándola esa noche con cuerpo y alma una vez más.
Hola, pues aquí esta una invención más que de mi mente acaba de salir, tenía planeado que fuera un pequeño one shot, pero al ver que ya llevaba 16 hojas y todavía no llegaba al final que le quiero dar decidí ahí el primer capítulo cortar pero en el siguiente os aseguro que el final ya será, pero eso sí, no prometo pronto actualizar, pues Peccavi, Pasión Obscura e Inocente Ilusión son ahora mi prioridad.
Saludos a ustedes mis amigas y lectoras que mis locuras siempre suelen leer: Deshy, Patito, Jovidess, Ana, Cinthya, en fin, espero les guste.
Por cierto Jovidess, gracias por sugerirme este titulo.
Atte:
Mademoiselle Rousseau.
