"Ah..."
Gimió Chloé al sentir un dolor en esa parte de su cuerpo. Al intentar encajar, amoldarse.
— ¿Te duele?
Chloé negó con la cabeza, apretando sus dientes. ¡Lo iba a soportar!
— ¿Te lastima?
Como respuesta Chloé hizo una mueca de dolor y evitando gemir, apretó sus labios.
— Entró la punta, solo... —Emitió un quejido y al rato un suspiro— Ya está, entró...
— ¿Lo podes soportar?
Chloé sonrió altivamente.
— Esta muy duro y apretado... —Confesó— Pero, puedo soportarlo.
Nathaniel la miró por unos segundos a los ojos.
— ¿Quieres que lo saque?
— Solo tengo que acostumbrarme —Espeto Chloé. Dando el tema por finalizado.
Nathaniel la seguía mirando, mientras ella se movía, intentando acomodarse, acomodarlo.
Viéndola sonrojada por el esfuerzo físico que estaba realizando. El mismo que él había hecho al metérselo. Al rato el pintor cuestiono: "¿No crees que sería mejor comprar otros tacones?" "¿Uno que fuera de tu talla?"
Chloé se cruzó de brazos ante esa propuesta.
— Este es el único par. Son tacones de edición limitada.
— Pero tus pies...
— Estarán bien.
Con eso dicho, se dirigió a la recepción a pagar sin tomar en cuenta el consejo de su novio. Entretanto era observada por él y varias personas, las cuales, se encontraban sonrojadas por oír partes de aquella conversación pertenecientes a la joven pareja.
Y eso, que estaban en una zapatería...
Omake
Chloé había llegado a su habitación de hotel, usando los tacones nuevos, pero al momento de sentarse a su cama. Empezó a gritar con dolor mientras Nathaniel intentaba calmarla.
— Duele, duele —Repetía Chloé entre sollozos y quejidos— Nathaniel, sácalo, rápido, sácalo.
Te dije que no ibas a poder soportarlo.
Chloé llevo su puño a su boca intentando no gemir al sentir como se lo sacaba.
— Pensé que se iba amoldar con el tiempo... ¿Por qué es grande? —Mirando sus pies con frustración y lágrimas en la comisura de sus ojos.
Nathaniel sonrió dulcemente.
— Son los pies más pequeños y lindos que he visto —Le dijo besando su empeine que se lastimó. Chloé sonrió levemente por lo que decía su novio.
Por otro lado, el mayordomo que antes estaba detrás de la puerta, decidió retirarse en el momento que Chloé le pidió que Nathaniel se lo sacara. Pobre, se fue creyendo que pasaba otra cosa.
