Being blue is better than being over it.
«My life started the day I got caught under the covers with secondhand lovers»
Nunca supo como lo descubrió. Prefería pensar que ella lo podía descubrir todo con aquellos ambarinos ojos centelleantes y sonrisa taimada de Mona Lisa, a la idea de que él dejara entrever mínimamente sus sentimientos.
La primera noche que pasó en la Hermandad ella fue a buscarlo, como un depredador que acecha a su presa. Y cuando apareció en su habitación, relucientes escamas azules brillando a la pálida luz de la luna, mutaron, hasta tener ante él un rostro familiar.
Boqueó, perplejo, asustado, excitado...
Una seductora sonrisa llena de malas intenciones se dibujó en aquel familiar rostro, una sonrisa que quedaba completamente fuera de lugar, casi macabra, porque el boyscout jamás sonreiría así.
Pero cuando él -ella- se acercó a su cama no se alejó. Puede que no tuviera su amable sonrisa ni sus cálidos ojos, puede que no tuviera nada de lo que lo hacia amarlo, pero tenia su cuerpo, y en aquel momento era lo único a lo que podía aferrarse.
«Tied up in pretty young things in a state of emergency, who was I trying to be?»
Hubo un pacto tácito entre ellos.
Desde su primera noche aquello se repitió consecutivamente sin que ninguno dijera palabra. En otra situación, con cualquier otra persona, John habría negado profundamente lo ocurrido... pero con Mystique todo era distinto. Ella parecía saber ver através de él, ver su anhelo y necesidad, ver más allá de la bruma de libidinosidad, ver que en sus caricias desesperadas no solo se escondía la atracción, sino también la emoción.
Porque cuando la única luz que bañaba su cama era la de la luna, y un cuerpo demasiado parecido al suyo se abrazaba contra él, mientras que una frías manos lo hacen arder, podía escuchar su voz llamándole.
- John... John... Johnny. - dicho como una letanía vehemente salida de sus más ansiados sueños.
Y en ese momento no le importaba saber que eran las palabras de Mystique, porque era la voz de Bobby quien se las susurraba acaloradamente al oído.
En la Hermandad él era Pyro, pirómano con nada que perder y con mucho por lo que luchar. Pero cuando el resto dormía y nadie más estaba para juzgarlo, gracias a ella podía volver a ser solo John, un adolescente con demasiados problemas y muy mal carácter para enfrentarlos; y sentirse como lo que siempre quiso ser: Johnny, el desastre andante que perteneciera a la vida "perfecta" de Bobby Drake.
Después de un casto último beso de despedida, que siempre le era otorgado por carnosos y femeninos labios azules, ella desaparecía por la puerta dejándole en la soledad de la noche, con las energías necesarias para que cuando saliera el sol volver a ser Pyro.
Pero no podía evitar preguntarse, por mucho que se odiara a sí mismo por siquiera dudarlo, si ser Pyro era lo que realmente quería.
Proyecto inacabado que nunca retomaré. Aún así me gusta demasiado la idea como para olvidar los pocos párrafos que escribí y abandonarlos en mi ordenador, así que aquí está.
Mil gracias a LaEstrellaFugaz por su opinión sincera y desinteresada cuando la necesité.
Con cariño, mymystique.
