Claim: Hitsugaya/Matsumoto
Notas: Está inspirado en el Omake del baño *gota*. Viñeta corta.

Disclaimer: Los personajes pertenecen a Kubo Tite, yo sólo los tomo prestados para bajar el nivel de azúcar a mi Musa (?).

~.Descanso involuntario

-Entonces nos bañaremos juntos

El Capitán de la décima división sufrió un segundo colapso bochornoso, todo regaño hacia la asistenta por llamarlo niño quedó en el olvido, sólo a Matsumoto se le podía ocurrir semejante barbaridad de bañarse juntos. Toda alarma física y mental le gritaron un ¡No! Y sólo atinó a gritar el nombre de la Sub-capitana.

Mientras estaba en aquel baño maligno, él estaba convencido de que lo era, se tapaba la poca dignidad que le quedaba con una pequeña toalla y miraba hacia el otro extremo de la habitación. Él podía tener apariencia de niño, que malamente lo tenía en aquella vergonzosa situación, mas como hombre que era su cuerpo reaccionaba a ciertos estímulos.

Maldijo internamente el voluptuoso estímulo que lo acompañaba en aquel baño.

-No sea tímido Taichô, acompáñeme con una co~opa de sake- le sonrió la mujer, con el tan característico rubor que indicaba su estado de ebriedad. Como era tan común en ella, pidió botellas de su líquido amigo, tomando a broma las advertencias de su Capitán.

-Estás ebria y ya no podemos seguir descansando- ese fue un vago intento de traerla al mundo cuerdo. No la había mirado durante todo el rato.

-Es sólo un momento de relajación, usted trabaja mucho y se lo merece- dijo contenta, mientras abría la tercera botella y se acomodaba en el agua.

Su compañero se decidió a encararla, dispuesto a decirle que él trabajaba más debido a que ella escapaba del papeleo que le correspondía. Y quiso no haberlo hecho. Un tanto turbado interiormente, se fijó en que su subordinada había dejado atrás la blanca toalla y que el vapor no cubría las desarrolladas partes de la anatomía de la mujer.

-Tonta- se limitó a decir, dispuesto a contar las figurillas decorativas de la pared. Y como si el destino se empeñara a acabar con su usual temple, Rangiku se acercó a él abrazándolo desprevenido, de tal forma que su cara quedó en medio del busto de su alegre subordinada.

-No me gusta beber sola, un buen sake siempre sabe mejor si es con compañía- comentó casi achuchándolo, ella era una experta en ignorar las respuestas monosilábicas del capitán. Él intentaba alejarla cuidadosamente, tomando nota de que era el sake el que la hacía reaccionar de aquella manera, sin embargo se detuvo y sintió como su espalda se ponía más tensa al notar el aliento de la mayor en su oído –Y sabe mucho mejor si quien me acompaña es usted- finalizó con un aire seductor.

Toushiro terminó concluyendo que a veces los descansos no siempre eran malos. El sake en ocasiones podía traer algo bueno.

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