Lisa Cuddy no compartía su agenda personal con nadie. En el hospital todos la conocían como la férrea decana, la que no cedía fácilmente, la que sacaba el lado duro si era necesario. No por nada había llegado hasta donde estaba. Ella misma se lo recordaba diario, no podía ceder; no podía mostrar que, en el fondo, era una niña asustada, buscando la aprobación de papá. Pero su padre había muerto, y había que encontrar dentro de sí esas respuestas.
Nadie sabía, por lo tanto ,que cada tercer viernes de cada mes, Lisa Cuddy viajaba 50 kms de su casa, para pasar el fin de semana con estos niños huérfanos, solo eran dos noches, parte del domingo, pero esas horas la llenaban. Apenas tenía algunos 14 meses con esa rutina, pero ella los quería de toda la vida.
Cuando pasaba, que Lisa llegaba al fin de semana deseado, y alguno de sus pequeños, no estaba ya, la tristeza la embargaba. Por otro lado, sin embargo, ella sabía que eso era el sueño de sus pequeños, encontrar un hogar.
Esa pequeña casa -hogar -granja la hacía muy feliz. De manera casual la había encontrado, al darle seguimiento al niño cuyos padres fallecieron casi al llegar al hospital, después de tener un accidente automovilístico. Esa historia tan triste, le estaba robando el sueño por lo que decidió involucrarse; lo más que pudo hacer, de acuerdo a la trabajadora social, era darle visitas a Joshua, en ese entonces de 4 años, el cual no contaba con familiar aparte de sus fallecidos padres.
Joshua no hablaba con nadie. Había dejado de comunicarse. De ser un niño alegre en su jardín de niños, se transformó en una pequeña sombra. La vida le robó de golpe todos los sueños que sus padres tenían para él. Y así inició todo, Lisa comenzó visitando al pequeño, pero conforme iba conociendo un poco al resto de la "familia" ella se iba encariñando.
Había casos terribles, niños abandonados, quemados, maltratados al extremo. Cosas que Lisa no podía creer, pero sí, así era la vida, y ellos lo sabían en una forma muy dura.
Lisa deseaba verlos más seguido, pero aparte de su trabajo, no era recomendable por que los niños sufrirían más al verla con más frecuencia, y perderla. Elllos necesitaban estabilidad, y Lisa no podía dárselos a ninguno de ellos, No por el momento.
Le gustaba llevarles ropa, juguetes, cualquier cosa que ella detectaba que les hacía falta. No era fácil sobrellevar la economía en ese lugar, con la poca ayuda que el gobierno les brindaba al matrimonio Stevens, ya ellos tocando los 70 años cada uno. No podían quejarse, habían tenido éxito en sus carreras, hijos que crecieron se casaron y se fueron. Fue como ellos decidieron, devolver a la vida todo lo bueno que habían recibido. Con sus ahorros, invirtieron todo en esa casona a las afueras de la ciudad, y comenzaron la odisea de recibir niños sin hogar, para formarlos, alimentarlos y también buscarles un nuevo inicio.
Ya era martes, solo 3 días más y Lisa los vería de nuevo… se perdió un poco en ese pensamiento, llena de papeles en su oficina; sonrió levemente pero se sobresaltó con el ruido de la puerta al interrumpir en forma brusca el Dr. House, el cual, nunca, nunca, tocaba como era debido.
Qué se le ofrece Dr. House? Estoy ocupada. – bajaba la mirada a su escritorio
Vengo a distraerte un poco corazoncito, para que te desaburras, te ves cansada, y yo puede ayudarte a "animarte" – le levantaba las cejas sugestivamente
Como siempre, muy tentador, pero paso
No sabes de lo que te pierdes, solecito mío, bueno, pensándolo bien, si sabes….solo lleva tu mente cuando eramos unos pequeños estudiantes…
Mira House, dime a lo que viniste – le hablaba seria, molesta
Uff. Parece que toque algún punto sensible, válgame, no sabía que hice gran efecto en ti, mujer de piedra.
Ultima oportunidad, House¡ qué quieres?
Ya ya, está bien…necesito un favor.
Qué favor? No te voy a pagar la puta en turno, ni el cable en tu departamento, ni la cuenta de 500 dlls que tienen en la cafetería¡
Eres una negativa, Lisa Cuddy…eso lo hablaremos después. Ahora, es algo un poco más..personal.
Lisa no movió ni un centímetro de su rostro – House tuvo que seguir hablando…
El sábado al mediodía necesito….me acompañes a …Wilson tiene una nueva novia, y el infeliz quiere mi opinión de su "futura " esposita…y ella tiene no sé que reunión familiar y me ha invitado, obviooo con una pareja, y pensé que era más interesante llevar a una vieja …- hizo una pausa - conocida conocida¡ que andar con mis apasionadas conquistas. No tienes que hacer nada, comerás gratis, y tendrás la fortuna de salir conmigo¡ Paso por ti a la 1 ..- se daba media vuelta…
House¡ House te estoy hablando¡
Que pasa? Bueno bueno, recógeme tú a la 1…
No es eso House, temo que no puedo acompañarte. Muchas gracias por tu inivitación, pero tendrás que buscar a una de "tus conquistas".
En verdad? Que harás? Estás ocupada? Ya sé, día de lavar, o del jardín? Por favor Lisa, ten vida social, te estoy ayudando¡
Eso le dolió a Lisa , no le gustaba le restregarán lo que, era verdad
Vete House¡ tengo mucho trabajo¡ Una de tus putas feliz te acompañará.
House salió pensativo. Algo estaba raro con Lisa. El juraría que otros términos, ella se hubiera incluso emocionado un poco. No que ella lo amara, pero siempre creyó que ella estaba ahí, para él.
La comida con Wilson y su noviecita pasaría para mejor ocasión.
Ahora él, tendría una misión. La misión de averiguar que se traía entre manos Lisa Cuddy. A partir de ese día, comenzó a seguirla a su casa. Todo estaba en orden; vueltas a la tintorería, el super, la farmacia, normal.
Más sin embargo, el viernes no fue así. Lisa no tomó rumbo a su casa. Y pronto House sabría su destino.
