hola!! Estoy intentanto escribir un fic serio, pero no se por donde me va a salir el tiro xDD

En todo caso espero que les guste .w.

Y que D. Gray Man no es mio (gracias a Dios xD) sino de el TODOPODEROSO Katsura Hoshino, que espero no se sienta insultado xDD

Ah! los guiones son cambios de escenario owo

La habitación estaba en penumbra, apenas alumbrada por unas cuantas velas aisladas, y en silencio, un silencio roto por el roce de las sábanas y jadeos incontrolables. Con cada envestida sentía la frustración de aquel hombre clavarse en él como una estaca, llenándole los ojos de lágrimas. Allí estaba, sumiso, con esas cuerdas apresando sus muñecas y esos labios ásperos y calientes sobre los suyos, capturando las pocas muestras de placer que sentía.

Con su corazón queriendo salir de su pecho y echar a correr lejos de aquel cuerpo.

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Miró la fachada del local con cierto desdén. Necesitaba algo nuevo, fresco y aquella casa se lo proporcionaría.

Era "Black Order" una casa de aspecto gótico donde les gustaba decir que se dedicaban a "acoger y acompañar almas solitarias" pero realmente, entre las gentes del barrio, era llamado como lo que era: un puticlub. Con la única diferencia de que era sólo de hombres.

Cuando iba a cruzar aquellas puertas un tipo visiblemente borracho salió corriendo llevando unas ropas en sus brazos. El japonés lo vio perderse en la noche y entró. Como le habían informado el interior chocaba considerablemente con la ciudad. Se trataba de un patio de columnas muy iluminado, circular y lleno de puertas por doquier. Un hombrecillo de aspecto chino y, al mismo tiempo infantil, lo recibió con una amplia sonrisa.

-¡Kanda-san, bienvenido! Soy el dueño de esto, Komui Lee ¿Qué se le ofrece? –demasiado entusiasmo para su gusto.

-Tsk, busco un chico –contestó con desgana.

-¡Por supuesto! ¿Le enseño la lista?

-Preferiría verlos en vivo.

-Oh, si, disculpe no todos los días tenemos clientes tan distinguidos como usted –esperó, esperando la aprobación o la gratitud del contrario por el cumplido, pero el otro se limitaba a mirar lo que le rodeaba sin prestarle la mínima intención. Komui suspiró decepcionado- Acompáñeme.

El patio estaba repleto de hombres de facciones finas y delicadas, vestidos con kimono, que le mandaban miradas indiscretas, pero lo saludaban educadamente a su paso. Kanda los observaba detenidamente, como en busca de algo. Un joven pelirrojo, con un parche en su ojo derecho, le saludó con un movimiento de cabeza más en un gesto de complicidad que otra cosa. El japonés se detuvo.

-Ah, ese es Lavi-kun, un intelectual algo revoltoso y maleducado –le explicó Komui para luego dirigirse a dicho personaje- ¡LAVI! ¡¿Dónde quedó tu educación?!

-Lo siento Komui –el tipo se acercó a Kanda con una sonrisa burlona, cosa que molestó al japonés- ¿Quién es este tipo amargado? Realmente necesita relajarse.



A Kanda le creció una venita en la sien. ¿Amargado? ¿Quién se creía ese sujeto con pinta de conejo?

-¡¿Que caraj..?! –iba a hacer muestra de su lindo vocablo cuando Komui lo frenó.

-¡Lo siento Kanda-san! Después lo castigaré como es debido –se excusó el chino- ¡Ahora lárgate, Lavi!

-Esta bien…. –contestó Lavi sin despegar la mirada del japonés, que hacía lo mismo.

Lo cierto era que el pelirrojo le había llamado la atención, tenía unos rasgos muy particulares, quizás podría servirle, pero decidió seguir mirando.

El jefe de aquel sitio le fue presentando a sus mejores hombres y a algunos novicios prometedores. Kanda vio a un pobre niño totalmente desnudo llorando a las puertas de una de las habitaciones.

-Llegó hace tres días –le contó Komui a pesar de que a Kanda no le interesara en absoluto- Aquí tan sólo miramos por los clientes así que si alguno tiene algún gusto extraño en la cama no podemos reprochárselo o echárselo en cara…

-Che.

De repente de unas de las habitaciones de la derecha salió un chico envuelto en unas mantas. A Kanda le pareció un anciano nada más verlo, puesto que tenía el cabello de un blanco puro, pero cuando hubo alzado la mirada vio que se trataba de un niño de tez pálida y rasgos delicados, ojos grandes y grises, y un misterioso tatuaje sobre el izquierdo. No pudo ver más, ya que se había tapado de tal forma que sólo asomaban su cabeza y los hombros. El chico parecía muy agitado y nada más ver que tenían un cliente se apresuró en hacer una torpe reverencia.

-¿Allen-kun y tu kimono? –le preguntó Komui sin mucha sorpresa.

-Se lo llevó el anterior cliente, Komui-san –respondió el aludido apenado.

-¿Y porqué no se lo impediste?

-Porque… porque estaba… atado –termino la frase en un susurro, mirando hacia otro lado para esconder el leve sonrojo que adornaba sus mejillas.

Este acto sorprendió bastante a Kanda. ¿Cómo alguien que se dedicaba a vender su cuerpo a pervertidos se avergonzaba de esa manera?

-Vaya… -Komui lo miró detenidamente- Bueno, busca uno en el vestidor y si no llamaremos a Lenalee-chan para que te tome medidas de nuevo.

-De acuerdo Komui-san –Allen dio otra pequeña reverencia y se retiró.

Al pasar junto a Kanda sus miradas se cruzaron de manera fugaz y aunque el peliblanco la retiró en seguida por educación, el japonés lo siguió escrupulosamente con la mirada.



Allen se reunía con los demás, siendo abrazado por Lavi, que no paraba de gritarle lo adorable y comestible que se veía con las sábanas, haciéndole sonrojar a tal escala que parecía un farolillo.

Komui seguía hablándole de la confidencialidad y la fidelidad que ofrecían sus servicios, pero él ya no lo escuchaba, había encontrado lo que buscaba. ¿Qué carajo le importaba la confidencialidad?

-Eh, Tú.

El chino se calló inmediatamente y lo miró con una mezcla de curiosidad y diversión. Era más que evidente que lo pasaba pipa él solito.

-¿Quién es el Moyashi?

Komui lo miró confundido.

-¿Moya…? ¡Oh, te refieres a Allen-kun! –exclamó como maravillado por el mote- También es un novicio, llegó hace apenas una semana, pero ha tenido tanto éxito que les ha puesto el listón muy alto a los más veteranos.

Kanda vio cómo Allen se quitaba una de las sábanas que le cubrían para tapar al chico que aún lloraba desconsoladamente en el suelo, dejando ver su brazo izquierdo, rojizo y deforme. Sonrió de medio lado al ver tanto misterio reunido en una sola criatura, justo lo que buscaba.

-Dile que le espero en su cuarto, tenemos que hablar.

Ale!! Espero que os aya gustado!!

REVIEWS Porfavor ;o;