Zero Kiryu. Ese era mi nuevo objetivo, o al menos eso decía la carta de la asociación de cazadores. Al parecer era un vampiro nivel E suelto en una escuela. Que despreciable. Yo odiaba a los vampiros, esa era mi razón de ser cazadora y la mejor de todos. Mis papás, los cazadores Akira, habían sido grandes y yo seguiría sus pasos.
La academia Cross era mi destino, estaba ansiosa por matar a ese nivel E. Podía imaginarlo perfecto, matando a los pobres alumnos y maestros, sin piedad, sin un alma. Esperé a que llegara la noche, ese era el momento perfecto para cazarlo, cuando él podía salir sin que el sol lo lastimara y podía cazar a quien quisiera sin ser visto, por lo tanto, conservaría la vida. Solo instintos, nada de racionalidad. Nadie entendía por qué odiaba tanto a esos seres, la verdad, ni yo lo entendía, solo sabía que desde los 12 años los había empezado a odiar con irracionalidad y con los años aumentaba...
Me recosté en mi sillón y al poco tiempo me quede dormida. Soñé con ese nivel E. Estaba parado en medio de la nada, era alto, tenía un uniforme negro y su cabello era blanco. Me veía y aunque sus ojos brillaban con un rojo intenso, no parecía malo ni agresivo, mucho menos salvaje. Más bien parecía que estaba sufriendo, casi llorando, como evitando acercarse a mí. Sentía compasión, incluso mi odio había desaparecido, me acercaba a él y lo abrazaba. "No tengas miedo Zero." Lo único que yo había podido decirle y él me contestaba: "Perdóname Tomari". Su voz era tan linda, tan masculina aunque llena de miedo al pronunciar mi nombre. Y de repente, sentía un par de colmillos en mi cuello...
Me desperté y miré mi reloj. Eran las 11. Creo dormí mucho considerando que me había acostado a las 2 de la tarde. No podía creer en lo que había soñado. Yo nunca tendría compasión de ningún vampiro, menos de un nivel E. Nunca abrazaría a ninguno ni le hablaría con cariño. ¿Por qué me había imaginado a ese vampiro de ese modo? ¿Uniforme negro? ¿Cabello blanco? ¿Evitando hacerme daño? No entendía el por qué mi imaginación trabajaba así, yo odiaba a los vampiros. Seguramente sería como todos los nivel E: apenas se distinguía una cara humana, siempre estaban atacando con la boca abierta y grandes ojos rojos; hablaban, pero de un modo que daba asco escuchar su voz y su ropa estaba desgarrada la mayoría del tiempo. ¿Por qué un nivel E sufriría? No lograba entenderlo. Intenté olvidarme de eso y mejor me alisté para salir. Tomé mi katana y me puse la ropa que era más conveniente para ir a cazar (unos jeans viejos, una blusa azul y una chaqueta negra) o sea la que no volvería a usar porque estaba segura de que la mayor parte de ella terminaría manchada de sangre. Me vi por última vez en el espejo antes de irme; vi mis ojos verde esmeralda sin cicatrices, mi cuello sin marcas de mordidas, vi como mi largo cabello negro corría detrás de éste, en fin revisé que no hubiera marcas en ninguna parte de mi cuerpo, tenía que conservarme así, para que cuando regresara a mi casa y me volviera a ver en el espejo, viera esa imagen. Suspiré y salí de mi casa.
Decidí que sería mejor caminar hasta la academia, aunque estaba un poco lejos me llenaría de fuerza y energía. Caminé como media hora en la carretera bajo la noche fría. Todo estaba muy tranquilo, el viento apenas soplaba y rara vez algún carro pasaba por ahí. Todo era bosque. Cuando llegué me detuve ante la reja de hierro. Apacigüé mi respiración, intenté escuchar algún grito, señal de inestabilidad en el ambiente, algo que revelara la posición del nivel E para poder atacarlo y saber de dónde llegaría el ataque, pero solo había silencio. Me concentré en no revelar mi posición. Salté la reja, no me molesté en revisar si estaba cerrada o no, seguramente lo estaba. Solo quería matar a ese nivel E. La academia estaba en medio del bosque, los árboles no eran muy altos y estaban perfectamente alineados. Caminé lentamente entre las líneas de árboles, hasta que vi un cadáver no muy lejos de mí, un chico, alumno de esa escuela, supuse al verlo con un uniforme. "Llegué tarde." Pensé. Noté que un árbol estaba arañado; no estaba sola. Había alguien esperándome arriba. Prepare mi katana.
Fue entonces cuando me sentí rodeada inmediatamente, percibí tres vampiros, o cuatro, volteé y vi solo a tres, todos nivel E. Aun así sentía un cuarto vampiro, su aura pertenecía a un sangre pura pero por alguna razón no lo veía, mis sentidos estaban fallando. No quedaba rastro humano en los nivel E, ni siquiera podían hablar, solo rugían. Supuse que el tal Zero no estaba ahí, el informe decía que aún quedaba un poco de humanidad en él.
Maté a los dos primeros con facilidad, pero el último me daba problemas, se movía bastante rápido y me empezaba a sentir débil. Cuando logré matarlo, sentí un par de colmillos en mi cuello. No me había equivocado, sí eran cuatro vampiros. Mi razón de sentirme débil, había sido el vampiro de tras de mí; un sangre pura, con sus dones me estaba debilitando y con los nivel E me distraía para poder morderme con facilidad. Maldición. Fue la primera vez que no supe qué hacer, tenía toda la oportunidad de matarlo pero si lo hacía me convertiría en un vampiro, cosa que no estaba dispuesta a hacer. Por otro lado si no lo mataba, simplemente moriría. Sentí un vampiro más y escuché un disparo. El sangre pura me soltó pero se acercó a mi oído.
-Si yo muero, tú serás nivel E en una semana.- Dijo el sangre pura y a los pocos segundos se hizo polvo. No encontré significado a esas palabras, hasta después supe a qué se refería.
Me caí, no me quedaban fuerzas para seguir de pie, el sangre pura había bebido demasiada sangre. Mi salvador corrió hacia mí y me cargó, no podía ver su cara, veía todo borroso aunque sabía que era un vampiro; podía ver el rojo brillante de sus ojos, al parecer había visto la mordida llena de sangre en mi cuello. ¿Qué clase de vampiro es este? Pensé.
-¿Cuál es tu nombre?- Pregunté con dificultad. Quería saber el nombre de mi vampiro salvador.
-Zero Kiryu.- Respondió. Su voz era idéntica a la del Zero de mi sueño. Me desmayé en ese momento.
