CAPÍTULO 1
Hola. Me llamo Isabella Swan, y tengo 16 años. Mis padres, Charlie Swan y Renee Dwyer, están separados, como en su apellido se puede apreciar. Yo y mis 2 hermanos vivimos junto a mi madre y su nuevo marido, Phil Dwyer, en Phoenix. Pero ahora que se han muerto, nos trasladaremos junto mi padre Charlie, que vive Forks, un pequeño pueblo, en el que la lluvia es algo tan común, como su vegetación verde. Ahora mismo estoy sentada entre mis 2 hermanos, en un avión, que nos llevará al fin del mundo.
Hermanita... ¿me dejas 5 pavos?Te prometo que te los devuelvo.-dijo mi hermano Emmett, mayor que Jasper y yo por un año.
Lo mismo dijiste hace 1 semana, y sigo esperando a que me los devuelvas.-dije yo sin apartar la vista de mi móvil.
No hubo respuesta, porque sabía que la insistencia, conmigo, no servía de nada. Antes yo no era así, ni tampoco Jasper. Antes no éramos tan fríos y tan distantes. Las personas piensan que es por la muerte de nuestra madre, pero la verdadera realidad es que hace unos días descubrimos que poseemos dones, aun incontrolables para nosotros, capaces de hacer daño, a cualquier persona, incluidos vampiros.
Si, vampiros, a pesar de que los 3 somos humanos, conocemos su existencia. Ya que fueron dos de ellos los que mataron a nuestra madre y a Phil, delante nuestra. Fue en ese momento, en el que Jasper y yo sacamos nuestros dones a flote, sin saber que los teníamos.
Jasper, que controla las emociones, sumió a uno, en una profunda depresión en la que se suicidó. Y yo, solo lo toqué. Mi don consiste en que todo lo que toco, lo mato. Cuando descubrí lo que podía hacer, me encerré en mi cuarto, para así evitar accidentes. Pero mis hermanos al no saber la razón de mi repentino encierro, entraron en mi cuarto, y me tocaron. Y para mi sorpresa, no se murieron.
Fue entonces en que me dí cuenta, que mi don, se llegaba utilizar, cuando de verdad deseaba la muerte de alguien, y que si no la deseaba, mi tacto solo los convertía en piedra, que luego de unas cuantas horas la piedra se desacía y la persona volvía a su estado normal.
Mi hermano Emmett, no tiene ningún don, pero posee una fuerza anti-natural, es el único que sabe nuestro secreto.
Ante todo el mundo, la muerte de Renee y Phil, sucedió por la noche cuando dos ladrones al verse pillados por mis padres, decidieron matarlos, mientras todo esto pasaba, Emmett, Jasper y yo estábamos dormidos en nuestras respectivas habitaciones, sin enterarnos de nada. Y que al día siguiente, al levantarnos y encontrar a nuestros padres muertos, llamamos a la policía.
El avión acaba de tocar tierra, y ahora estamos saliendo por la puerta del avión. A lo lejor veo a mi padre saludarnos. Charlie no había cambiado nada apesar de que la última vez que lo había visto cuando tenía 5 años.
Hola chicos.-nos saludó al llegar ahí, dándonos un abrazo, incómodo.
Hola!.-respondimos los tres a la vez.
Que grandes estáis.-dijo Charlie.
Es lo que tiene, no vernos durante 11 y 12 años.-dijo Jasper. Jasper comenzó a guardar rencor a Charlie, cuando el no opuso resistencia a que Renee nos llevase, nunca se lo perdonó, y no se lo perdonará.
Jasper...-intentó decir Charlie.
¿Donde tienes tu coche, papá?.-pregunté, intentando ver el coche patrulla entre los demás coches que había en el aparcamiento.
Es este.-dijo señalando un Jeep Wrangler de color negro.- Bueno, en realidad, no es mi coche, es el coche de Emmet.
¿De verdad?.-gritó Emmet echándose a los brazos de Charlie.- Gracias, gracias, gracias,...
Y siguió dando gracias hasta que se subió a el, y metió la llave para arrancar.
Vamos!¿ A que estáis esperando para subir?-preguntó Emmett.
Y mientras subía al coche, sentí esa sensación, de hogar, de bienestar. Pero solo fue un momento, y la única razón de ese sentimiento, era Jasper, mi mellizo, que estaba controlando mis emociones.
Jasper, estate quieto.-dije mirándolo fijamente, mientras el sonreía burlonamente.
Bella, hija. Jasper no te está haciendo nada.-dijo Charlie inocentemente.
Si el supiera, lo que tiene por hijos, no nos trataría como nos trata. 2 horas más tarde llegamos a una casa de tamaño normal, blanca, con el coche patrulla aparcado delante de la puerta del maletero.
Tal como Charlie, la casa no había cambiado tanto.
Vuestras habitaciones, siguen estando, donde estaban antes.-dijo Charlie ayudándonos a subir las maletas, por lo menos a mi y a Jasper, porque Emmet no necesitaba ayuda.
Yo puedo.-le dije a Charlie, cogiendo mis maletas, con mis guantes.
Está bien.-dijo Charlie, y al ver que su ayuda no era necesaria, entró en casa, y fue hacia la cocina.
Subí las escaleras y me adentré, en lo que una vez fue mi cuarto, y en lo que de ahora en adelante sería. Estaba todo igual, quizás había cambiado la cama y la estantería, pero por lo demás lo recordaba igual.
Necesito hablar contigo.-dijo una voz, que reconocí como la de Jasper.
Entra y cierra la puerta.-dije en voz baja, mientras me sentaba en la cama.
Viniendo para acá, ví un vampiro.-dijo Jasper en un susurro, sentándose al lado mía.
¿Qué?.-susurré asustada, no me lo podía creer,¿ es que había vampiros por todas partes?
Si, pero no tenía los ojos rojos, los tenía castaños.-dijo Jasper.
Eso quiere decir, que son vegetalianos.-comprendí a donde quería llegar Jasper.
¿Crees que irán al istituto?.-preguntó Jasper, confundiéndome.
¿Y eso a nosotros, que nos importa?.-le pregunté.
No, nada.-dijo Jasper confundiéndome aún más.
Escúchame Jasper, no podemos confiar en ellos porque tomen sangre de animales, no los conocemos, y además siguen siendo vampiros.-dije intentando convencerlo.
¿De verdad crees, que me llevaría con unos vampiros?Porfavor hermanita, ni que no me conocieras, a la mínima sospecha, no dudaré en usar mi don.-dijo Jasper.
Por cierto, ¿viste que cuando abracé a Charlie no lo convertí en piedra?.-dije recordando el momento.
Si, por lo visto ya controlas más tu don.-dijo Jasper sonriendo mientras me quitaba el guante y cogía mi mano.- Muy bien, hermanita!-dijo sonriendo.
Esto solo funciona, porque estoy tranquila. Un acontecimiento que me ponga nerviosa y...-no fui capaz de terminar pero sé que el me entendió.
Lo sé, tranquila, el oso y yo siempre estaremos a tu lado.-dijo Jasper.- O si no siempre podré controlar tus emociones.
Ni se te ocurra, solo cuando esté en estado crítico.-dije avisándolo.
¿Entonces como practico?.-preguntó Jasper levantando una ceja divertido, ya sabiendo la respuesta.
Jasper, déjame en paz.-se oyó el grito de Emmett desde el otro lado del pasillo, y luego unos pasos apresurados hacia mi habitación.- Estate quieto.-dijo desde la puerta de mi cuarto.
Oso, solo era una broma.-Le expliqué intentando tranquilizarlo.
Chicos, se que estáis cansados, pero tenéis que ir a matricularos ahora.-dijo Charlie desde abajo.- Yo me tengo que ir, tengo un asunto urgente.
¿Que hora es?.-le pregunté a Jasper.
Las 14:30, nos hacemos un bocata, y nos los vamos comiendo por el camino, para así llegar antes al instituto.-dijo Jasper.
Jasper y yo comenzaríamos 1º de Bachillerato, y Emmett 2º de Bachillerato. Las clases habían comenzado ayer, y comenzaban a las 10:00 y terminaban a las 17:00. Por lo que, asistiríamos a las 2 últimas clases.
Cuando llegamos al instituto nos dirigimos a secretaría, donde la señora, intento ligar con mis dos hermanos sin ningún éxito. Cuando terminó de darnos los horarios, cada uno ser marchó a sus clases. Como Jasper y yo teníamos las mismas clases todos los días, nos fuimos juntos. Al llegar a la clase, nos dimos cuenta de la presencia de dos vampiros, los dos con los ojos castaños.
Habíamos llegado temprano, y no había mucha gente por lo que nos apoyamos en la mesa del profesor. Cuando empezó a llegar la gente, oímos piropos, silbidos,...
No es que fuéramos feos, para nada, pero tampoco nos considerábamos tan bellos. Jasper era rubio, que, según mi madre, había heredado de su padre, es decir de nuestro abuelo, también muerto. Era musculoso, elegante y tenía unos ojos azules de ensueño. Eso era en lo único que nos parecíamos, en los ojos azules. Mi hermano, Emmet también los tenía de ese color, además de ser musculoso, y tener el pelo corto y oscuro. Mi pelo también era de un color cobrizo oscuro liso, hasta llegar a las puntas que se convertían en suaves ondulaciones. Soy delgada, y me considero y me consideran torpe.
Hola!.-dijo una chica saludando a mi hermano.-¿Llevas lentillas?
Solían preguntárnoslo, mi madre decía, que eran de un color único, claro, que reflejaba el alma, y engatusaba hasta al más duro de pelar.
No.-dijo mi hermano con indiferencia.
Siéntense.-dijo una voz profunda y ronca, perteneciente al profesor de literatura.- Ah! Ustedes son los hermanos Swan¿cierto?
Asentimos a la vez. Y el nos indicó con la mano nuestros nuevos asientos.
Hola, soy Alice Cullen y este es mi hermano Edward Cullen, somos hermanos adoptados, pero como si fuérmos de sangre...- y la pequeña vampira siguió hablando y hablando, hasta que harta le respondí.
¿Puedes callarte?No me interesa tu vida ni la de tu hermano.-dije en voz baja, y conseguí mi ojetivo se calló, pero para mi desgracia, minutos después siguió hablando.
Mi hermana te ha dicho que te calles.-le avisó Jasper.-Por tu bien, más te vale que lo hagas.
Ese comentario, llamó la atención del otro chico vampiro.
Cuida tus palabras.-dijo girando la cabeza hacia nosotros, y entonces me maldecí por dentro, me maldecí por sentir, lo que sentí al ver su atractiva cara posar sus ojos en mi.
