Aquí tenéis mi nuevo fic NaLu, espero k os guste, lo intentare hacer lo más romántico posible. Tengo ganas de escribirlo, porque la idea me parece buenísima.

Los odiaba. Odiaba a esos malditos Nazis. Su nombre era Lucy Heartphilia, y su pecado más grande era simplemente ser judía. Maldición, si ella no lo fuera, ni sus padres biológicos ni esos dos ancianos que fueron tan amables con ella, dándole los mejores años de su infancia y adolescencia, tendrían que haber sufrido ese terrible destino. ¿Traidores a la patria y a la bandera? Cabrones, no tenían ni idea de lo que eso significaba. Malditos Nazis.

-Lucy, hora de comer- el llamado de su madre adoptiva, la sacó de su lectura, y con una sonrisa, se acercó a la anciana para proceder a comer la exquisita comedia que preparaba. Ella la solía llamar Tía Cloris, pero la consideraba su madre, ya que la verdadera había sido asesinada por los Nazis. Ni siquiera llegó a conocer a sus padres. Le habían arrebatado absolutamente todo. ¿Acaso era justo?

-¿Que tal estás hoy?- dijo el tío Albert, el esposo de Tía Cloris, y por lo tanto el padre adoptivo de Lucy.

-Bien- respondió con una sonrisa. Aún se acordaba vagamente de cuando ella era perseguida por los Nazis. Cuando Adolf Hitler llegó al poder, su vida se convirtió en un auténtico infierno. Pero no se arrepentía de su procedencia. Nuca lo hizo, y nunca lo hará. Llevaba varios días sin comer, y se desmayó, por suerte los Nazis pasaron de largo y no logaron alcanzarla, para cuando despertó estaba en casa de unos ancianos alemanes: Cloris y Albert. Al principio tuvo miedo y sintió mucho dolor, ya que sus padres biológicos: Layla y Jude, habían muerto, pero poco a poco les fue cogiendo un cariño especial a estos ancianos, al punto de considerarlos sus padres.

-piiiiiiiip- sonó el timbre. Estaba tan contenta que fue a abrir. Había recordado los momentos felices de su vida, que aunque fueran escasos, siempre reconfortaban. Ese fue el mayor error de su vida. Al abrir, se encontró con un soldado. Llevaba en el pecho la insignia Nazi, y con una cara que jamás olvidaría, le acercó una pistola a la cabeza. El rostro de Lucy cambió de expresión.

-Mierda- se le escapó a Lucy.

-Muere, judía- sonrió el soldado. Albert agarró al soldado, y lo derribó.

-CORRE, LUCY, NO MIRES ATRÁS- le gritó su padre.

-Pero, papá…- Lucy lloró.

-si hago eso morirás...- dijo Lucy.

-Era cuestión de tiempo…-la mirada de Albert se ensombreció. Para ser un anciano tenía bastante fuerza. Había sido del ejército, pero cuando empezó a ver las atrocidades de los Nazis, desertó sin pensarlo.

-Pero…- Lucy fue cortado por un grito de Albert.

-¿ES QUE VAS A SER DESOBEDIENTE HASTA EL FINAL?-

Lucy no dudó más, y corrió todo lo que pudo, cruzando las calles nevadas de Múnich. Un disparó se oyó y una lágrima cayó des de los ojos de Lucy, al girar vio una imagen horrorosa, algo que no querría haber visto. La luz de dentro de casa iluminaba aquella lúgrube escena. Una bala había atravesado la cabeza del tío Albert. Los ojos de Lucy se agrandaron.

-NOOOOOOOO- gritó, horrorizada. El soldado hizo unos gestos, y mientras dos más iban a por Lucy, el restante entró dentro de casa, seguramente a matar a tía Cloris.

-Lo siento- Las lágrimas de Lucy caían de sus ojos, dejando un rastro de lágrimas, y corría como más podía, pero al fin y al cabo eran soldados, al fin y al cabo acabarían cogiéndola, y metiéndola en esos campos de concentración , dónde no volvería a ver la luz del sol, y la muerte sería un regalo divino.

Un grupo de Nazis se plantó delante de ella. Ya no tenía escapatoria.

-Eres bastante escurridiza, ZORRA- un sonoro bofetón fue propiciado por un sargento Nazi sobre la cara de Lucy, tirándola al suelo.

-atadla, y al camión con el resto de la mierda- dijo el sargento. Los soldados cogieron a Lucy y la ataron, después la empujaron a un camión oscuro, dónde la obligaron a subir. Antes vio cartel. Encima se cachondeaban.

"A todos los judíos: Este camión va hacia Auschwitz. Nosotros no somos monstruos, somos personas realistas"

¿Realistas? No me jodas.

El camión era oscuro, no se veía nada a más de un metro cuadrado, pero era tremendamente apretado, había muchísima gente. Era horroroso poder ver el rostro de la persona a su lado izquierdo: expresaba puro miedo, algo que haría tragar saliva a cualquiera, pero a ella ya no le quedaba por tragar. Demasiado sufrimiento en un solo día, en una sola vida. Miró a su lado izquierdo y sus ojos se toparon con algo muy extraño. Era un chico pelirrosa, musculoso y bastante atractivo. El chico iba con una sonrisa en la boca, y con las manos puestas en forma de almohada. Estaba durmiendo.

-Oye, ¿Cómo puedes dormir en un momento de tanta tensión?- le preguntó la chica. El chico abrió un ojo, y aún con la sonrisa en la boca, le respondió.

-Prefiero tomarme la vida con tranquilidad- y otra vez sonríe ¿acaso es tonto? O quizás es muy listo…

-Me llamo Natsu, ¿y tu?- el chico levantó su espalda, de ésta goteaba sangre, seguramente de alguna pelea con los Nazis.

-Yo Lucy, y… ¿Cómo te has hecho eso?- le preguntó.

-Un tiroteo con los Nazis, ya sabes…- sonrió de nuevo Natsu. ¿Podía existir tal imbécil en este mundo? Un tiroteo con los Nazis, y los dice tan pancho.

-¿Ya sabes adónde nos van a meter verdad?- preguntó Lucy.

-Si, en un campo de concentración, Auschwitz concretamente- A Natsu no se le borraba esa sonrisa de la cara.

-¿PERO ES QUE NO SABES LO QUE ES?- se alteró Lucy.

-Se qué es- respondió.

-¿ENTONCES POQUE TIENES ESA SONRISA EN TU CARA?- le gritó de nuevo la rubia.

-Ya te lo he dicho, hay que tomarse la vida con tranquilidad- volvió a sonreír Natsu.

CONTINUARÁ…

Espero k os haya gustado. Habrá romance he, no os preocupéis: D REVIEWS PLS BYE!