Advertencias: Mangaverse. Spoilers.
DECLARACIONES, CAMELIAS Y COLORES
Threeshot
1. Blanco.
El trío de Rizenbull juega en lo alto de un prado verde, enriquecido con el olor de las flores y los colores propios de la primavera. Tienen apenas cuatro años y sus padres les observan a lo lejos, charlando sobre sus propias cosas e intercambiando comida de los cestos que han llevado. Hay una enorme manta de cuadrillé blanco y rojo bajo ellos, como en las imágenes de los cuentos y los días de campo, y un par de sándwiches a medio comer en una esquina sobre un pañuelo blanco. Son de los niños, quienes se han hartado de comer y han elegido jugar tan rápido como pudieron.
Sus padres observan cada pequeño movimiento de ellos, dichosos de tener un momento de tanta paz en medio de tantas guerras y conflictos que merman al país.
—Sería bueno —dice Trisha Elric, mirando a sus propios pequeños andar de allá para acá con sus pies pequeños y ligeros— que Ed y Al puedan estudiar en central. En una gran escuela y luego en una gran universidad. Son chicos muy listos. Me gustaría poder llevarlos.
—Nada de eso —opina Sarah Rockbell—. Winry se pondría muy triste si se van.
—Podemos irnos todos —Urey Rockbell sugiere como la solución final—. Seguro que se pondrán muy contentos si pueden vivir juntos.
—¡Pero si ya se ven todo el día! —se exalta su esposa, fingiendo estar escandalizada.
—Apuesto a que les encantará verse también en la noche.
Los tres adultos ríen de buena gana y luego cambian un poco el tema hacia cosas mucho más mundanas, como el clima y la ropa que deben lavar antes de que se venga una llovizna primaveral. En medio de esa charla llega Winry, con su vestido de tirantes de mezclilla azul sucio de pasto y tierra mojada, y las bolsas repletas de flores mutiladas y aplastadas.
—Me las han dado Ed y Al, ¿a que son bonitas? —le extiende las manos y abre los puños para enseñar otro montón de flores que guarda allí.
En una mano hay un montón de pétalos de girasol y en la otra una muy maltratada camelia blanca.
—Al me ha dado la amarilla y Ed me ha dado la blanca —explica—. ¡Las de Al son tan grandes que no me caben en la mano!
Trisha alza la vista de las manos de Winry y ve a sus hijos corriendo de aquí para allá, haciendo pequeños ramos de flores con sus manos y molestándose el uno al otro por ello. Seguramente están discutiendo y ella ya se imagina la razón detrás de ello.
—Bueno, Winry, ¿y cuáles son tus favoritas? —pregunta su madre, sonriendo.
—Uhh… las más grandes —titubea un poco—. Creo.
Su padre le acaricia la cabeza y le revuelve los cabellos amarillo limón a la niña.
—Sólo no se lo digas a Ed, le romperás el corazón.
—Su primera declaración y le han rechazado —dice Trisha mirando la espalda de Winry correr hacia sus hijos.
Camelia blanca: Amor puro.
Tanto tiempo sin escribir de mis niños consentidos. Los quiero tanto. Hasta el fin de los tiempos :3
En fin, ¡hasta luego y que la fuerza de las papas fritas ilumine su camino!
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