¿Qué tal? Básicamente escribí esto en los viajes en tranvía. Estando en Alemania no pude resistirme a esto : )
Disclaimer: Hetalia no me pertenece y menos la FIFA...
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De razones y fútbol
Alemania
Los gritos resonaban por todo el estadio y contrario a lo que sucedía cuando el partido finalizaba, la cantidad de gritos de pena y desaire o lloros era mucho mayor a los gritos de alegría de mi gente. No me extrañó, la mayor parte de los allí presentes eran brasileños venidos de todas las zonas de Brasil. Una desventaja que se debía afrontar cuando jugabas tan lejos de casa y contra el anfitrión de la copa.
Mi hermano se lanzó encima mía con toda su fuerza, un pobre intento de lanzarme al suelo; estaba demasiado agotado como para pasar por más que una simple intentona.
-West! ¡Ganamos! ¡Deja de parecer una estatua! ¡7-1 ganamos! ¡Esto saldrá en todos los libros! ¡Y mi nombre en grande por ser el líder del equipo! Kesesesese.- Me abstuve de mencionar que yo era el líder del equipo como representación oficial de toda Alemania. Era un día de fiesta, se podía perdonar.
Tras felicitar a todo el equipo por su duro trabajo en esos noventa minutos de infarto; me acerque a un destrozado Brasil, tirado en medio del césped, sin creer aun la catástrofe que les acontecía.
Se incorporó, quedando sentado encima de la hierba y mirándome con lágrimas en los ojos. Nunca comprendería como podía afectar tanto a las naciones este tipo de eventos, a veces les dolía más que perder una guerra o una alianza ¡Solo era un deporte!
-Brasil, buen jugado.- Le felicité dando en su hombro una torpe palmada.- Ummm Fuiste un buen rival.
-No digas tonterías.- Apartó mi mano de un empujón, levantándose del suelo y encarándome, difícil para él al ser unos centímetros más bajo que yo.- No ha sido un buen partido ¡Hemos perdido por seis goles! ¿Sabes las burlas que voy a recibir de Argentina? ¿Y de mis hermanos? ¿Qué te hice para que me tratases de ese modo?
-Nada, no me hiciste nada.- Levanté la manos en son de paz. Quizás hablar con Brasil con la derrota amarga tan fresca no había sido una buena idea.
-Eso no se lo cree nadie west. Pero juraría que la razón la tiene tu "amigo" italiano ¿Qué te prometió? ¿Una noche de sexo completo si ganabas?- Se rio de su propio comentario, dándome una fuerte palmada en mi hombro. ¿Qué quería hoy? ¿Tirarme al suelo?- Vamos, west. Cuéntanos porque parecías que te ibas a comer a los brasileños si se atrevían a marcar un gol. Tenías hasta a nuestros jugadores aterrados.
-No hubo ninguna razón. Quizás fui un poco brusco al animarlos antes de partido, pero no tuvo nada que ver con el juego. Nuestros jugadores jugaron bien, eso es todo.
-Claro que la hubo. Y fue por Italia, apostaría la copa.
-Feliciano no tiene nada que ver.- Brasil parecía haber olvidado su duelo y nos miraba atentamente.
-El sonrojo te delata, hermanito. Confiesa o te lo saco por las malas.- Como si eso fuese para mí una amenaza, las muchas veces que le vencí en cualquier pelea cuerpo a cuerpo, causaba que su amenazas me importasen tanto como Portugal en el partido de este mundial.
-Me comporté de ese modo... ¡Para vengar a Italia! Tus hermanos le vencieron y era mi deber vengarme. Y por los otros países que ganaste...- ¿Contra quién había jugado Brasil en octavos?
Ninguno de ellos creyó en ninguna de mis excusas patéticas. No había preparado nada por si este resultado se daba. Hasta el final o mediados de la primera parte temía que remontasen y ganasen.
Ambos querían una respuesta clara y parecían dispuestos a obligarme a confesarla. Por suerte, los jugadores nos llamaron la atención para entrar en los vestuarios o hablar con uno u otro periodista.
Tras cambiarnos, felicitar otra vez a los jugadores por su excelente desempeño nos reunimos con algunas de las naciones eliminadas anteriormente en una pequeña habitación con unos cuantos muebles para dirigirnos en unos minutos a una fiesta que se realizaría por nuestra victoria. Las naciones eran, salvo Japón, todas europeas: Los otros dos componentes del estrambótico grupo de mi bruder, Austria, Hungría, Feliciano y su hermano.
No pasó ni un segundo antes de que varios de ellos se acercaran a felicitarnos por los siete goles marcados minutos antes.
Como si de un nuevo saludo se tratase, los amigos de mi hermano se lanzaron sobre él, alborotándole el pelo y pasándole una cerveza. Solo esperaba que sus festejos no denigrasen en una fiesta salvaje o en peleas en los bares contra algún brasileño picado por el marcador.
Feliciano se acercó para abrazarme y felicitarme efusivamente, algo que no era visto con buenos ojos por su hermano. Austria y Hungría comentaron algunas palabras positivas sobre el partido y nuestro desempeño en él.
-Buen juego. Este partido será recordado durante varios meses.- Comentó el austríaco sentado en uno de los sillones.
-Te corrijo, señorito ¡Años! ¡Y todo por el increíble yo!- Respondió separándose de sus dos amigos para tomar un largo trago de cerveza.
-Tu hermano también hizo un buen trabajo. Parecía bastante motivado honhonhon. ¿Por qué será?- Francia apoyó una mano en mi hombro que fue apartada instantáneamente de mí, colocándome más cerca de los italianos encantando a uno y disgustando a otro.
-¡Y qué lo digas Francis! Ha intentado colarme la excusa de que fue para vengar a los italianos. Tonterías.
-Si es por eso, que les pateé el culo a los holandeses porque el idiota de España no sabía jugar.- Refunfuñó alejándose de su hermano y mí en dirección al otro país mediterráneo, arrepintiéndose al instante.
-¿Estás preocupado por mí?- España abrazó al italiano mayor, valiéndole varios golpes de su parte ¿Por qué tenía que estar rodeado de personas tan estresantes incapaces de comportarse civilizadamente?
-¿Por ti? ¡Me hiciste llevar tu estúpida camiseta durante más de una hora! ¡Y todo para que perdieses contra él 5-1! ¡Quiero que sufra! ¡Suéltame! ¡No estaba preocupado por ti!- Comenzó a gritar en italiano, no siendo difícil que la clase de palabras que escupía eran insultos y maldiciones en su lengua.
-¡Qué es mentira, Tonio! ¿Una venganza? Ni de broma ¡Creo que Italia le prome...- Apresuradamente me moví unos cuantos pasos hacia mi bruder y le tapé la boca, inmovilizándole por detrás. Solo necesitaba que los demás tuviesen extrañas ideas sobre mí y Feli... Más todavía de las que ya tenían.
España, al menos, no entendió lo que quería haber explicado; enfrascado en continuar aferrado al italiano mientras este gritaba algo sobre aumentar un castigo, pero en la cara de Francia se notaba que comprendía demasiado perfectamente cómo iba a continuar la frase antes de mi interrupción.
-Así que es eso...- Sonrió maliciosamente. Si esto iba a ser algún tipo de venganza por su derrota...- Feliciano, Dile a tu hermanito mayor si le has prometido hacer cositas para mayores a Alemania.
-¿ve?- Preguntó Feliciano, claramente sin entender las palabras. Recé para que eso siguiese así.
Para los demás, quienes si comprendieron las implicaciones, sus reacciones fueron bastante variopintas: Austria parecía conmocionado, el hermano de Feli a punto de asesinar a Francia si no fuese por España, Hungría y Japón estaban por extraño que pareciese, emocionados y si no estuviese impidiendo a mi hermano hablar sería yo mismo quien acabaría con la vida del país francés ¿Qué le puede interesas a todos nuestra vida privada?
-Ya sabes, como una apasionante noche donde os dais amour.- Tarde. Esperaba que Feliciano no dijese nada raro o nunca me libraría de mi hermano y sus preguntas.
-¿Cómo le puedo dar amor? Ya le amo ¿Te refieres a que le diga "Te amo"? ¿O sería darle un corazón como en algunas películas?- La inocente pregunta alivió a más de uno y consiguió algunos chillidos por parte de Hungría. No pude sino alegrarme, si hubiese dicho "Sí" su hermano me hubiese matado. Eso sí, después de que asesinase personalmente a Francia con mis propias manos.
-Vamos a dejar a Feliciano darle la enhorabuena a Ludwig a solas mientras nosotros nos encaminamos a la fiesta. No quiero quejas.- La cara puesta por Hungría no daba lugar a oposición.
Diligentemente se dirigieron todos a la puerta; si todos hiciesen el mismo caso en las reuniones de la unión europea o de la ONU... Al menos los gritos y teorías estúpidas pararían.
Tras repetir varias veces Japón que si había algún ruido extraño no nos preocupásemos, un fallo en la ventilación era el causante, la puerta se cerró.
Suspiré, aliviado de librarme, aunque fuera por unos minutos, de mi hermano y sus amigos.
-Gracias por no responder las preguntas de Francia.- Le agradecí. A pesar de que todo supiesen que éramos pareja, no quería que supiesen nada sobre nuestra vida juntos y algunas naciones parecían dispuestas a lo que fuese por sacarnos algo de información.
-No fue nada. Sigo sin entender por qué te molesta tanto que los demás sepan. ¿Crees que se creyeron que no sabía de lo que hablaba?- Me preguntó. Asentí, no tenía ninguna duda de que creyeron cada palabra dicha por Feliciano. Feli podía ser muy inocente, pero no tanto como todos llegaban a pensar.
Como anteriormente hizo, me abrazó y esta vez sí respondí, rodeando con mis brazos su cintura y apoyando mi frente sobre la suya. Sin gente alrededor, me permitía este tipo de gestos; algo que encantaba a Feliciano cuando lo hacía.
Ahora solos podía hacer la pregunta que llevaba desde que acababa el partido queriendo hacerle a Feliciano; debía aprovechar que ahora no había nadie escuchando más que nosotros dos. Carraspeé, preparándome y, armándome de valor, me atreví a preguntar.
-Feli, cuando apostamos que lo haríamos esta noche una vez por cada gol que marcase... ¿Era en serio?
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Feliciano
Mi hermano se revolvió en el asiento, cansado de esperar. Yo me mantuve en pie, a su lado bostezando ruidosamente.
-¿Dónde está ese bastardo de España? Llevo diez minutos esperando.- Miró el reloj en la pared de enfrente por décima vez.
-Quizás algo lo retenga.- Comenté, intentando inútilmente proteger a Antonio de la ira de mi hermano cuando llegase.
-O se ha quedado dormido otra vez como el puñetero vago que es. ¡Es por el que hago esto!
-y por ti, fratello ve~
Permanecí de pie a su lado. ¿Por qué no me había quedado en la cama y apagado el móvil cuando mi fratello llamó? Si lo hubiese hecho, Ludwig estaría mimándome. Ahora no lo único que tenía era sueño y cansancio y un dolor horrible por cada movimiento que hacía.
-No digas tonterías.- Bufó y giró la cabeza, claramente en desacuerdo.- Puedo vivir perfectamente sin sexo, no como otros. Esos cinco meses no me hubiesen afectado en nada.
No dije nada. Mentía de una forma descarada y él sabía que yo sabía lo mal que lo estaba pasando, pero nunca lo reconocería.
-Fratello, podría haber sido peor.
-¿Peor para Antonio? Si le hubiesen marcado siete goles como a Brasil si hubiese sido peor...- Pobre Brasil, los demás países no dejaban de molestarle por ello.
-Podrías haber apostado respecto a los goles marcados... Y vuelto a apostar con la final.
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Espero que les haya gustado el oneshot. Y ya saben, un review siempre me hace feliz :)
Chao ^^
