Como cada día, desperté, para ver el mismo cuarto, con las mismas paredes de piedra oscura, con esa misma ventana alta, por la cual solo pasaba un rayo de luz que me sacaba de mis momentos de sueño y únicos de tranquilidad y paz, el mismo olor a putrefacto al cual ya estaba acostumbrado, la misma puerta, los mismos cadáveres y las mismas personas rodeándome.
A veces me pregunto si los demás se darán cuenta de mi existencia, si quien quiero que lo haga piensa en mi, si se dan cuenta de que estoy pidiéndoles a gritos que me salven, aunque ellos no parecen darse cuenta, demasiado ocupados están con intentar detenerle que ni pensaran en sacarnos a los demás de aquí. En un principio, cuando llegue, solo pensaba en como salir, escapar, volver al frente ayudando a Harry a salvar a la comunidad mágica, pero ya se que es imposible, y que solo hay una salida para mi.
Ahora solo deseo que llegue ya mi turno, que me lleven lejos de ese cuarto, de ese infierno y aunque se que volveré, lo hare sin ser conciente de ello y solo entonces las torturas cesaran, también se que para ello tendré que pagar un precio, unas cuantas torturas más, pero el premio final será el mejor, el que tanto llevo esperando y el que seguramente muchos de los que están aquí también quieren, el descanso eterno…
