Estoy en la sala de espera del hospital, veo a todo el mundo pasar pero a la única persona que deseo ver esta en una de esas habitaciones, han pasado varias horas desde que estoy aquí, veo entrar a dos chicos cada quien por diferentes lados, uno tiene la mirada vivaz y en el otro puedo notar preocupación. Ambos se sientan a un costado mío.
No hay palabras para explicar como me siento, se que ella esta aquí por culpa mía, no se que como he de estar por que de inmediato siento dos miradas las cuales son las de los chicos de hace un rato y reconozco esa mirada: es de comprensión
Y me he llegado a preguntar de verdad sentirán compasión por un ser como yo, alguien que no se detuvo a pensar en el daño que hacia a la persona que juró nunca lastimar, fui un cabrón eso lo sé y no puedo más con esta sensación necesito desahogarme, supongo yo que han notado eso por que el más joven de los dos se acerca a mi con cuidado.
-Disculpa, ¿te sientes bien?- Me preguntó y lo único que pude hacer fue negar con la cabeza pues las palabras se quedan atoradas en mi garganta
- Hablar te ayudará- Me dijo el otro y realmente no lo creo pero no pierdo nada con intentarlo, me quede callado por unos largos minutos y ellos han de haber pensado que no quería por que se voltearon a ver por el gran ventanal que adornaba la sala, ahí estaba el ocaso precioso, si ella estuviera despierta ya lo estaría pintando, pero el ambiente se siente algo nostálgico tal vez presintiera el fin de su vida, cuando me doy cuenta por mi rostro caen gotas saladas que no son otra cosa más que lágrimas de tristeza, impotencia, coraje y frustración.
- La conocí en la universidad ella iba en Contabilidad y yo en Derecho, ella era la alumna modelo pero había un problema con ella- Terminé de decir y creo que los dejé en suspenso o al menos a uno de ellos si, sonreí al recordar como la conocí
Una chica de cabello corto iba corriendo por todo el campus, iba tarde a su primera clase universitaria, pero intempestivamente se detuvo al sentir unas horribles ganas de ir al baño ¡Diablos! ¿Por qué ahora? Decidió correr, y así hizo lo que tantas ganas tenía y volvió a correr con rumbo hacia su facultad sin notar que un chico venia de frente chocaron y él en pose coqueta se acercó a su oído y le susurro- Si quieras hablar conmigo no tenias que hacer tanto drama- Lo siguiente que vio el muchacho fue el carmín que adornaba su cara, estudió y memorizó cada rasgo de la joven: sus celestes luceros, los suaves y delgados de sus labios, su respingada nariz y lo níveo de su piel y a todo esto ver su cabellera a juego con su mirada que solo una palabra podía describirla: CELESTIAL
-¿Y cual era su problema?- Me preguntó el chico que estaba sentado más lejos de mi y con los brazos pegados a su pecho
- Ella tenia novio y lo peor era que yo lo conocía… era mi primo- Le terminé de contar, me di cuenta que todo esto pasó por mi egoísmo, por negarme a ver feliz a la persona que yo amaba, por que si, después de tan poco tiempo me enamoré como un tonto y como no si fui seducido por verla como ser humano: sumisa y atrevida, soñadora y realista, así que decidido busqué todas las maneras posibles de enamorarla, fueron 5 meses después que ella decidió aceptarme, no sin antes dejar a mi primo
- ¿Y como es que te acepto si estaba con alguien más?-
-Ella no sabia que era mi primo, no teníamos una relación cercana y cuando se enteró ya estaba a mi lado, se sintió culpable lo sé, no me lo dijo pero lo noté en su mirada, poco después me enteré que le fue a pedir disculpas por lo sucedido- Poco después de declarar eso, nos sumergimos en un silencio que me permitió recordar: acordarme de las palabras que le dijo a ella y que después me dijo a mi:
-Le he dicho que no se preocupe por mí, que estaré bien tarde o temprano pero que se cuide de ti, no eres una persona de confianza si vas pisoteando corazones solo por tu egoísmo, pero lo que te tengo que decir es diferente a las palabras que le dedique, eres un cobarde pudiste haberme dicho que te gustaba y si ella te elegía me hacia a un lado solo por su felicidad, una jugada limpia seria mejor que las tretas que hiciste, pero déjame te recuerdo algo primo: La cobardía es la madre de la crueldad, y espero que esa crueldad sea contigo mismo y no con ella y asi fue como se marcho dejándome solo en esa cafetería.
- Después nos graduamos y le pedí matrimonio al poco tiempo de eso hace 6 años, todo había sido miel sobre hojuelas como muchos dicen, hasta hace poco más de 8 meses, cuando conocí a una enfermera que era golpeada por su novio, la defendí ante la ley… después de todo era mi deber, nos solíamos frecuentar para ver los avances de su caso, notaba como me coqueteaba pero la ignoraba, yo creía que era por su falta de cariño que lo hacia, muchas veces volvía a salir aquel joven coqueto que enterré en mi desde hacia mucho tiempo y correspondía a sus flirteos, pero todo sobrepasó el limite cuando dieron el veredicto final en le juicio y el cual la beneficiaba ella sugirió que fuéramos a un bar a celebrar, acepté después de todo se me hacia de mala educación dejarla plantada, fue tequila tras tequila hasta que ya no supe de mi, a la mañana siguiente desperté con un dolor que me taladraba mi sien, reaccioné al poco tiempo de darme cuenta de la ropa esparcida en toda la habitación, una que no era mía, pronto me di cuenta de que le había sido infiel a mi mujer con una clienta, pero dentro de mi se llevaba a cabo una batalla interna que me llevaría hasta donde estoy en estos momentos: una parte de mi le encantaba la sensación que la chica me dejaba, la sensación de que ella me devolvía la vitalidad de hace no más de 6 años y ahora que lo pienso era ilógico pues ambas tenían la misma edad, pero por otra parte estaba ella mi preciosa contadora, por que así la llamaba yo desde que la conocí la que había estado conmigo desde siempre y de la cual que me daba pavor separarme de ella, pensé que un affair no afectaría en lo más mínimo mi vida.
Pero mi lado pasional me dominó sin importarme nada ni nadie, cada vez los encuentros eran más fogosos, ante tan ardientes deseos llegaban las culpas por lo que al llegar me dedicaba a hacer a mi mujer mía con vehemencia simplemente con locura pero aun así no dejaba de sentirme culpable.
Nunca imaginé que una simple aventura iba a acabar en tal tragedia: Hace dos días nos reunimos mi amante y yo en el restorán donde solíamos tener nuestras reuniones, pasó una hora en la que nos dábamos caricias por debajo de la mesa pero mi calentura se fue muy lejos cuando en la entrada mi esposa venia acompañada de mi primo, sentí un coraje horrible, me puse paranoico pensé que ella me estaba pagando con la misma moneda, ni siquiera me di cuenta de que ya iba en camino hacia ellos, estaba tan enfermo de celos y tan apurado por llegar que no me importaba empujar e insultar a quien se cruzaba en mi camino.
Con lo que no contaba es que ella se hubiera dado cuenta de mi amorío y todo por boca de la otra, ella le había llamado y dicho donde íbamos a estar, ella fue acompañada por mi pariente por que tenia miedo de ver la realidad, no me detuve a oír razones simplemente mi enojo fue tal que le reclamé cosas sin sentido, la agarré por el brazo sin medir mi fuerza, nunca había tratado a una mujer así pero la furia me dominaba, luego la subí al auto y arranque sin importar los gritos que ella me dedicaba, reclamándome el por que de mis acciones y yo le reclamé de nuevo, le grite que desde hace cuanto me verían la cara, giré mi rostro en dirección al suyo y vi la mirada dolida y vacía que me dedicaba, además de los sollozos que luchaba por esconder, no pensé que esta fuese la ultima que me dedicaría, esto lo digo por que después ella gritó que tuviera cuidado simplemente ya no me dio tiempo de hacer algo por lo que solo cerré los ojos esperando el impacto.
En esos momentos se me olvido que ella iba de copiloto, al abrir de nuevo los ojos sentí un liquido escarlata recorrerme desde la cabeza y escurrir por mi cuello, además de que me dolía mi brazo izquierdo, algo en mi hizo clic y de nuevo mi vista se posó en mi esposa sólo para ver la escena más escalofriante de mi vida…. Sus ojos estaban cerrados mientras que al igual que yo estaba bañado en sangre, le di un rápido vistazo para encontrarme algo peor, un fierro la atravesaba de lado a lado en su bajo vientre, a lo lejos escuche las sirenas de la ambulancia y luche por no cerrar los ojos pero simplemente no pude.
Desperté y ya no sentía aquella calidez que desde hace 7 años me acompañaba ahora sentía frustración, culpabilidad y miedo, el pánico me inundaba por que no sabia como estaba y lo único que quería era olvidar esa imagen de mi cabeza. Oí la puerta abrirse y vi asomarse al doctor, me dijo que tuve un daño casi nulo bueno a excepción de mi brazo fracturado, que corrí con suerte y noté como su semblante cambió diciéndome el estado de mi mujer:
"Ella esta en coma además de que perdió al bebé a causa de la viga que la atravesó"
Esas simples palabras hicieron que mi mundo se cayera, anhelaba con todo el corazón el fruto de nuestro amor, y cuando por fin pasa yo mismo provocó la desaparición de ese sueño. Ayer me dieron de alta y no me he separado de ella aunque no la visto en este corto tiempo, antes de esta con los muchachos a los cuales les estoy relatando mi historia llegó a mi el origen de mi perdición, me pidió disculpas que no era su intención provocar un daño de tal magnitud, no he tenido las fuerzas para responderle a sus disculpas después de todo no soy yo el que las merece, es la chica que esta postrada en esa cama le pedí que se fuera que no volviera a acercarse a mi.
Veo acercarse al doctor y me despido de los chicos con los que me desahogue.
CONTINUARÁ….
HOLA!!!!!!!!!!!!
Bueno aquí una de mis locas ideas jejeje, decidí hacerla como aniversario en FF y por mi cumpleaños, pero la historia no va a ser muy larga máximo 5 capítulos creo y pues espero y les guste, si cumplen con sus reviews le tendré el otro pronto.
XoXo
Sailor O
