Buenas a todos otra vez. Para variar,estoy escribiendo aquí sobre una serie que realmente me encanta y de la que me alegraría muchísimo escribir sobre cada uno de sus personajes y,visto lo visto,es lo que estoy logrando. Jajajaja.

Bueno...antes de empezar,debo decir,como siempre,que los personajes y la historia original no me pertenece a mi,sino a Takaya Natsuki(Kami-sama bendiga a esa estupendísima mujer por llegar a pensar y crear esa historia que a mi tanto me ha apasionado).

Antes que nada,decir que la historia es algo medio-universo alternativo,medio-historia del manga. Sé que dicho así suena extraño,pero cuando comencéis a leer,os daréis cuenta de que es a lo que me refiero. También tengo que comentar que yo también me he visto la serie que hicieron y pusieron aquí en España y en ella, Hiro cada vez que hacia una pregunta,siempre añadía al final``¿o qué?´´ y eso se me quedó como algo característico de él,así que no os extrañéis si cuando pregunta algo,sale. Por otro lado, también debo advertir que,en momentos puntuales,como Akito me cae fatal,en vez de por su nombre,lo llamaré ``indefinido´´,ya que a pesar de ser una chica,esta empeñada es vestir como un tío,aunque su madre también tiene parte de culpa en eso.

Y...creo que ya esta todo lo que necesitaba aclarar,así que ahora simplemente os dejo con la historia,para que podáis matarme cuando veáis que no os gusta,si?. Hasta pronto!.

RADICAL CAMBIO DE PAPELES.

Hacia un día absolutamente perfecto. El cielo estaba despejado,sin una sola nube, y tenía un hermoso color celeste. Los pájaros cantaban alegres desde las copas de los árboles cercanos, pero Hanabi estaba ignorante a todo esto,sentada como se encontraba frente al ordenador,releyendo por cuadragésima vez su manga favorito,``Fruits Basket´´.

Le encantaba aquel manga desde que había oído hablar de él a unas compañeras de clase y había echado un vistazo por internet para ver que tan bonito era aquello que tenía encandiladas a tantas chicas.

Y no tardó ni un día en acabar también bajo su hechizo.

Mientras las demás chicas comenzaban a olvidarlo y seguir leyendo y hablando de otros, Hanabi simplemente no pudo abandonarlo así sin más. Siguió releyéndolo,por mucho que le dijeran que había otros mangas muchísimo mejores.

-Si yo dejo de leerlo y solo paso a otra cosa...¿no es como si no hubiera existió?.¿No es como si me diera igual que estuviera o no allí?-se había preguntando muchas veces.

No entendía bien de donde salían aquellas ideas,solo sabía que no las podía evitar y que por tanto, no podía pasar a otra cosa. Y allí seguía ella,alzada como la mayor fans de aquel manga.

De todas formas,tampoco se había sabido relacionar bien con el resto de sus compañeras de clase,así que poco le importaba lo que estas pensaran de ella.

Su padre no andaba mucho en casa por el trabajo,así que no había ningún problema de que se pasara todo el día leyendo. En realidad,su padre lo prefería a que estuviera todo el día enganchada a la caja tonta. Y su madre...

Hanabi se tumbó en el suelo,con las mantas del brasero sobre el regazo a pesar de que no hacia ni una pizca de frío,y se dedicó a mirar al techo,donde no había nada,ni siquiera una mancha que destacara sobre aquella superficie. Todo tan igual y frío como una cárcel.

-Será mejor que me ponga a estudiar un poco-murmuró esta,poniéndose en pie y dirigiéndose a su cuarto.

Unos días después, cuando el resto de sus compañeros estaban preparándose para la hora del almuerzo,ella se acercó a una profesora y estuvo con ella resolviendo algunas dudas que tenía sobre el próximo examen en el pasillo.

Cuando esta ya dijo que no podía quedarse más tiempo y que la buscara si de verdad había algo que no le había quedado claro, Hanabi se arrodillo en mitad del pasillo,buscando su obento*(N del A.:como muchos ya sabréis,los obentos son la caja donde se lleva el almuerzo y demás. Seria como un taperwere).

Tan pendiente estaba de buscarlo,que no se percato de que una persona había comenzado a acercarse por su espalda,con un sigilo enviado por cualquier ninja.

Cuando esa persona estaba justo a su espalda,sin que ella aun no se percatara de nada, este colocó su mano en la cabeza de ella y la movió ligeramente mientras murmuraba un apenas audible``hola´´.

Hanabi se puso en pie,molesta,dispuesta a volverse y soltarle 4 cosas bien dichas al idiota que no se le había ocurrido otra cosa más que molestarla,pero todas sus intenciones se fueron volando por la ventana cuando vio a la figura que tenía parada en frente suyo.

Era un joven de su edad,con el cabello naranja y los ojos rojizos y,tal vez,demasiado tristes para una persona tan joven. Llevaba una camiseta negra de manga corta y unos pantalones anchos de un ligero color verdoso oscuro. Parecía algo avergonzado,pero no parecía que se fuera a mover del sitio.

Ella lo contempló con cuidado,sin salir aun de su asombro,mirándole de arriba a bajo con la atención de un cirujano.

-No...no puede ser posible...pero...te pareces tanto...Tú...tú no serás por casualidad... Kyo Sohma...¿verdad?.

Este asintió,aun sin mirarla demasiado.

-Si. Si que lo soy. No sé por que estoy aquí ni por que te andaba buscando,por que no te conozco de nada,pero...es solo...que es como si te conociera de algo. Además...ahora mismo no tengo un sitio donde quedarme...

Hanabi se acercó a este,sin dejarle terminar de hablar y se puso a comprobar si llevaba lentillas,casi sacandole un ojo. Y le obligó a agacharse para comprobar que su color de pelo era natural y no teñido,con lo que descartó que aquello fuera alguna broma contra su persona. Con lo que solo le quedaba una prueba más que realizar para confirmar del todo que aquel chico era en realidad Kyo Sohma y no era ningún farsante. Pero aquel lugar estaba lleno de gente, así que decidió sacarlo de allí. De todas formas las horas de clase que quedaban no eran tan importantes.

-¿De verdad esta bien que te saltes las clases así?-le preguntó este mientras ella se dirigía a la puerta,alegando que se encontraba mal y que se iba a casa. El profesor de guardia miró a Kyo,pero este no llevaba el uniforme de la escuela,un conjunto de falda y chaqueta negra para las chicas y pantalón para los chicos,acompañados por una camisa blanca y una corbata a cuadros de colores oscuros, así que los dejó salir a ambos sin problemas.

-Tu colegio tiene pinta de ser muy estricto-comentó este mientras ambos iban de camino a la casa de Hanabi.

-Es un colegio normal. Hacemos exámenes,festivales,deportes...como cualquier colegio normal-. Le respondió fríamente por que aun no se hacia a la idea de que todo aquello estuviera teniendo lugar y su cabeza no lograba asimilarlo.

Nada más llegar a la casa,una vivienda que consistía en una casa de dos plantas con 4 habitaciones y 2 baños, Hanabi cerró la puerta,soltó la cartera,que salió volando hacia algún lado,y se lanzó a abrazar a Kyo ,que soltó un grito de sorpresa antes de que ambos cayeran al suelo,este último transformado ya en gato.

-Así... así que es verdad. Eres Kyo Sohma de verdad-murmuró ella,aun sin salir de su asombro.

-Pues claro que sí. Pero...¿tú sabías lo de la maldición?.

Ella asintió,intentando contener las lágrimas de emoción. Un personaje que le encantaba de su anime favorito se había convertido en un chico de verdad y lo tenía ahora mismo delante de sí, diciéndole que no tenía ningún lugar a donde ir.

-Pero...¿cómo es posible que lo sepas?. Los Sohma siempre han mantenido bien en secreto la maldición de los 12 signos.

-Yo sé muchas cosas,pero sería muy complicado explicarte por que las sé.

-¿Y no podrías hacer un esfuerzo?-le dijo este,aun entre los brazos de Hanabi,que se negaba a soltarlo por miedo a que se desvaneciera como si todo aquello se tratara simplemente de un sueño.

-¿Tú sabrías explicarme de donde te viene esa sensación de que me conoces?.

-Pues...no...no creo que pudiera hacerlo.

-Pues entonces será mejor que dejemos las cosas como están ahora,¿si?.

Kyo pareció estar de acuerdo por el momento y,cuando recuperó su verdadera forma, Hanabi subió a su cuarto para que pudiera vestirse tranquilo y se puso a buscar el manga en el ordenador ,ya que seria complicado explicárselo de otra manera,pero...cual fue su sorpresa cuando comprobó que este no existía. No estaba en su ordenador ni salia ningún resultado buscando el nombre en internet. Era como si se hubiera esfumado. Pero...¿cómo era posible aquello?. ¿Cómo era posible que el manga y la realidad se hubiera fusionado de aquel modo?.

Hanabi no tenía respuesta para eso,así que dejó de calentarse la cabeza por ese detalle y decidió disfrutar de esa oportunidad que le había concedido el destino. De todas formas,seria muy tonto quejarse por que se había cumplido un deseo,¿verdad?.

Cuando bajó de nuevo al salón,que se encontraba al lado del pasillo que se abría desde la entrada e iba todo recto hasta el patio de atrás,con las escaleras abriéndose paso hacia el piso de arriba en el lado izquierdo,con el baño al lado,justo enfrente de la puerta del salón, Hanabi se encontró a Kyo de pie en mitad de el cuarto,mirando a su alrededor,sin saber que hacer ni que decir,ya que a ella se le había olvido decirle que podía ponerse cómodo.

-Puedes sentarte. A no ser que quieras permanecer así para crecer más.

Kyo se sentó tranquilo en la mesa camilla y hay permaneció en silencio.

`` Es demasiado tímido´´,pensó Hanabi sonriendo y dirigiéndose a la cocina para preparar algo de té y servir algunas galletas.

Cuando lo tuvo todo,salió de la cocina,que estaba al final del pasillo,junto a la puerta que llevaba al patio trasero,volvió al salón y lo colocó todo sobre la mesa,percatándose que Kyo aun no se había movido ni un ápice desde que se habia ido.

-En el instituto me comentaste que no tenias ningún sitio donde quedarte,¿verdad?.

Este alzó la cabeza,pareciendo que acaba de darse cuenta de ese detalle.

-Ah. Pues...si,es verdad. No tengo ningún sitio al que pueda ir en este momento.

-¿Y eso?.

-Por que mi Shishou no se encuentra aquí y sin él,no me queda de otra más que volver a la casa principal,pero...yo no...

-¡No voy a dejar que vuelvas allí ni loco!.¡Tú te quedas a vivir aquí el tiempo que haga falta y punto!-exclamó ella,sabiendo perfectamente lo que significaría que Kyo volviera a la casa principal. Acabar en las garras de Akito.

Este la miró sorprendido,no esperando para nada ese tipo de reacción. Y ella no se dio cuenta de que se había puesto de rodillas y había apretado los puños con fuerza cuando había comenzado a hablar.

-¿De...de verdad que no hay ningún problema con eso?-preguntó Kyo,mirando para otro lado mientras un ligero sonrojo le cubría las mejillas. No estaba acostumbrado a que la gente pudiera apreciarlo de ese modo.

-¡Claro que no!. La mayoría del tiempo,estoy sola en casa, así que no hay ningún problema. Además,estoy segura de que mi padre tampoco lo tendrá. A él también le molesta que este sola casi todo el tiempo.

Kyo agachó un momento la cabeza,como si estuviera pensando en algo,pero se puso en pie e hizo una reverencia mientras dijo:

-Muchas gracias por permitirme vivir aquí. Espero que cuidéis bien de mi.

-No hace falta tantas formalidades,hombre-le dijo esta sonriendo,poniéndose también en pie.-Venga. Sígueme,que te voy a mostrar tu habitación a partir de ahora.

Salieron del salón y subieron las escaleras. Allí, Hanabi le mostró la habitación de su padre,al lado del cuarto de baño,en el lado izquierdo. La habitación de ella se encontraba justo en frente,con un pequeño balcón y la habitación que pertenecería a Kyo estaba justo al lado de la de ella,con otro balcón que daba al patio trasero,al final del pasillo. En el otro lado al cuarto de esta,quedaba otra habitación libre,justo al lado de las escaleras. Y en el cuarto de enfrente,al otro lado de las escaleras, estaba la habitación de la lavadora y donde Hanabi tendía la ropa,ya que era donde estaba uno de los balcones más amplios.

-La habitación es...bonita-comentó Kyo al entrar en esta.

-¿De verdad te gusta?-le preguntó Hanabi. Ella se había ocupado de que las habitaciones que no se utilizaban permanecieran impecables por si algún día fueran a ser utilizabas.

-Sí. Es amplia y esta limpia. No necesito nada más-le dijo. Y entonces se dio cuenta de los dibujos que estaban colgados en cuatros en la pared donde estaba la puerta del balcón.-¿Qué es eso?-le preguntó a ella al percatarse de ellos.

-Oh. Esos son dibujos que hice cuando era pequeña. Mi padre se empeñó en colgarlos por la casa,por que decía que tenía talento,pero hace ya tiempo que no dibujo-. Esto ultimo lo dijo con un aura un poco extraña,pero Kyo prefirió no meterse en ello.

-Dibujabas muy bien-murmuró.

Ella solo sonrió y le dio las gracias,diciéndole que si tenía algún problema con los cuadros,podia sentirse con el derecho de quitarlos,aunque este alegó que no hacia falta.

-¿Y de verdad tu padre no tendrá problemas conmigo viviendo aquí?.

-Ya te he dicho que no. Te aseguro que estará encantado.

Y entonces fue cuando Hanabi reparó en algo que aun no le había preguntado.

-Oye...Kyo...¿tu...tu padre y Akito también están por esta ciudad?-murmuró,mirando al suelo.

Este se puso en tensión,pero asintió con la cabeza.

-Y estoy seguro que ese hombre vendrá a buscarme para que vuelva a la casa principal. Nada le gustaría más que verme en las garras de Akito.

-Pues...que venga. Le estaré esperando.

Hanabi dijo eso con una voz que a este le dio miedo y se volvió hacia ella para mirarla. La determinación que vio brillar en los ojos de esta le hizo pensar que lo más seguro era que no fuera a tener una tranquila charla.

…...

Unas horas más tarde,mientras ambos charlaban tranquilamente en el salón sobre las artes marciales,el padre de Hanabi llegó a casa.

Este era un hombre de 34 años. Había tenido a Hanabi con 18 años,ya que se había casado con la madre de esta a los 17,por mucho que sus familias se habían puesto en contra de ello. Aunque,tras el nacimiento de su primera y única nieta,los padres del señor Umino parecieron aceptar su felicidad y ayudaron más a su hijo. Ahora este tenía que criar a su hija solo,así que trabajaba todo lo que podía en una empresa de transportes,encargándose de los documentos y licencias. Tenía el cabello negro oscuro,algo que ella había sacado de él,aunque algunas pocas canas habían empezado a teñir su cabello,y tenia los ojos marrones castaños. Tenía que ponerse unas gafas cuando necesitaba leer algo,pero,a parte de eso,se encontraba en perfectas condiciones de salud,a pesar de que siempre estaba muy cansado.

Pero hacia todo eso por Hanabi,a la cual adoraba. Era la niña de sus ojos,a pesar de que esta había sacado los ojos verde oscuro de su mujer y le recordaban a ella en algunas ocasiones. Le había pedido a su hija que se dejara el cabello largo,ya que la hacia parecer más bonita y su mujer nunca se lo había permitido. Y a Hanabi pareció encantarle la idea,dejándose el cabello largo hasta media espalda.

Le molestaba dejarla tanto tiempo sola,haciéndola tener que cuidar de la casa cuando encima también tenía que ir a clase,pero a él no le quedaba de otra y sus padres vivían en otra ciudad,así que tampoco podían estar pendientes de ella. Además,sabia que no tenía amistades. Por eso se extraño cuando entró en el salón y se encontró a un joven sentado en la mesa,enfrente de él.

Este lo miro y alzó la mano para saludarlo,pero no dijo nada.

-Oh-exclamó Hanabi mientras se ponía en pie.- ¡Hola,papá!.¿Ya estas en casa?. Te presento a Kyo Sohma. Es un amigo mio y ahora mismo no tiene un lugar donde quedarse,ya que a tenido unos problemas familiares,por eso me preguntaba si no tendrías problemas en que se quedara aquí por un tiempo.

El señor Umino observó a Kyo,que también se había puesto en pie y le mantenía la mirada sin pestañear. Parecía un buen muchacho y se preguntó que le habría pasado para tener una mirada tan triste como tenía. Después miro a su hija,la cual esperaba una respuesta por su parte,con los ojos brillando de expectación e ilusión.

-Bueno... mientras que te ayude con la casa,yo no tengo ningún problema-dijo simplemente,volviendo a mirar al chico,que le hizo una inclinación de cabeza,gesto que le quería dar a entender que era para darle las gracias.

Hanabi sonrió aun más y le dio las gracias en voz alta.

-Esperad aquí,que ahora mismo voy a servir la cena-dijo mientras desaparecía del salón hacia la cocina mientras dejaba a los dos hombres a solas,luciendo una sonrisa de oreja a oreja.

-Etto...-el padre de Hanabi se puso a pensar sobre que hablar con aquel joven.-¿Tú...practicas algún tipo de deporte?.

-Practico artes marciales con mi maestro desde que tenía 6 años.

-Vaya. Así que eres un maestro de las artes marciales entonces,¿no?-preguntó el padre de Hanabi alegre al saber eso. Al menos aquel chico sabría proteger la casa y a su hija.

-No exactamente. Aun me queda mucho por aprender,ya que mi maestro es mucho más fuerte que yo.

-Pero con un buen entrenamiento intensivo no debería ser muy difícil que alcances su nivel. A no ser que él también mantenga un entrenamiento constante.

Kyo miro al padre de Hanabi con algo de curiosidad.

-Me he dado cuenta que usted y Hanabi saben bastante sobre artes marciales.¿ A qué se debe eso?.

-Bueno...yo practicaba cuando era pequeño por que mi padre se empeño. Al principio estaba bien y era divertido,pero lo dejé cuando empezaron a presionarme para que acudiera a campeonatos y demás. Y Hanabi...yo le estuve hablando sobre eso de pequeña y las cosas que no entendía,las buscaba por hay. Se podría decir que soy algo culpable de su curiosidad.

Kyo asintió,sin dejar de observarlo,pero en ese momento volvio Hanabi de la cocina,llevando en una bandeja 3 platos con la cena y una sonrisa en los labios.

El señor Umino se la quedó mirando mientras pensaba que cuando había sido la ultima vez que la había visto sonreír de aquella manera. Y el portador del gato solo pudo preguntarse de donde salia tanta felicidad.

Cenaron tranquilos y en silencio,viendo la televisión,comentando de vez en cuando alguna cosa que salia y con la que no estaban de acuerdo. Y hay fue cuando Kyo vio lo unidos que estaban Hanabi y su padre. En un momento que no estaban de acuerdo, Hanabi le lanzó la servilleta a la cabeza de su padre. Este se la quito riéndose como si no tuviera importancia,pero le lanzó rápidamente a esta un cojín que tenía a mano. Esta no tardó en devolvérselo,sin dejar ambos de reír,con lo que,sin querer, el tercer miembro de la sala se vio envuelto en aquella improvisada guerra de cojines,hasta que los 3 estuvieron lo suficiente cansados como para decidir parar.

Tras eso,todos se fueron a la cama,despidiéndose los unos de los otros mientras sonreían.

…...

A la mañana siguiente, Kyo se levantó cuando oyó la puerta de la entrada cerrarse. Cuando miró el reloj,se percató que eran las 6 y media de la mañana y el señor Umino ya se había ido a trabajar. ¿Cuantas horas trabajaba aquel hombre?,se preguntó,pensando en lo tarde que había llegado la noche anterior y lo que parecía ser normal,por el comportamiento que había tenido Hanabi al verlo llegar.

Desde el balcón de su habitación,subió al tejado sin problemas y vio al padre de esta alejarse rápidamente andando hacia la estación de tren más cercana,a unos 15 minutos desde allí.

¿Por eso había dejado que él se quedara en la casa?.¿Por qué Hanabi debía pasar casi todo el día sola y temía por ella?. Kyo suponía que eso seria lo que haría un padre de verdad,preocuparse por sus hijos incluso cuando uno mismo no podía más.

Tras estar como una media hora en el tejado,observando como la ciudad se despertaba poco a poco, oyó el despertador de Hanabi sonar desde su habitación y como esta se levantaba,arrastrando los pies hasta llegar al cuarto de baño,donde la oyó abrir el grifo de la ducha.

Después de eso,la oyó dirigirse a la cocina.

-¡Kyo,el desayuno ya esta listo!.¡Date prisa o se te va a enfriar!-le gritó esta.

Este permaneció paralizado durante un segundo. ¿Cuantas veces había visto aquella escena en las casas de los demás?.¿Cuantas veces había estado andando por la ciudad y había oído a las familias llamándose así,por que no podían comenzar hasta que no estuvieran todos?. Pues aquello era como eso...era como si... Hanabi no pensara en comenzar el desayuno hasta que él no fuera.

Consiguió salir de su sorpresa y bajó del tejado de un ágil saltó,cayendo en el patio trasero,abrió la puerta que conectaba con la casa y se dirigió al salón,donde se encontró con esta ya sentada y,efectivamente,esperándolo.

-Venga. Si no te sientas ya,voy a llegar tarde al instituto.

Este avanzó lentamente hasta su asiento y,sentándose en el suelo,cogió su bol de arroz y comenzó a comer,observando que Hanabi hacia lo mismo.

¿Por qué aquello se le antojaba tan...familiar y hogareño?.

-¿Vas a querer ir conmigo al instituto,Kyo?-le preguntó Hanabi,haciendo una pequeña pausa en su desayuno.

Este dejó el bol sobre la mesa.

-Para poder acceder a una prueba de acceso y a un instituto,necesito el consentimiento de mi tutor legal-murmuró este.

Ella pensó en el padre de Kyo,aquel hombre que le echaba a él las culpas de todo,y apretó los dientes para no decir algo indebido.

-Pero... Kazuma tiene cierto poder legal sobre ti,¿no?. Si le enviamos una carta para que resuelva todo el papeleo,estoy segura que lo hará encantado. Además,no puedes pasarte todo el día en casa sin hacer nada.

-Bueno...-pensó este mientras hacia otro intento por seguir con el desayuno.-No creo que el maestro tenga problemas con eso.

-¡¿Verdad que no?-exclamó Hanabi,sonriendo ampliamente.-¡Estoy segura de que le encantara la idea!.¡Además,será estupendo tenerte en clase!.

Este la observó,sorprendido por sus palabras.¿Por qué aquella chica lo aceptaba tan incondicionalmente a pesar de la maldición?. Estaba seguro que si viera su verdadero ser,ya no pensaría de aquel modo. Y,sin darse cuenta,tocó la pulsera de cuentas para darse cuenta de que la llevaba puesta.

-Tengo que irme ya-le dijo esta,poniéndose en pie,aun con la ultima cucharada del desayuno en la boca,recogiendo sus platos.-La comida la dejé echa anoche. Solo tienes que calentarla,¿de acuerdo?.

Este asintió,sin moverse del suelo.

-Ah. Antes de que se me olvide...saca tu futon al bacón para que se airee. Hay una copia de la llave de la casa en la mesilla de la entrada. Si quieres salir,no tienes más que cogerla,¿si?. Y ...creo que no tengo que decirte nada más. Ten cuidado y cuida bien de la casa.

Y con esas,cogió su cartera y se despidió.

Kyo se quedó sentado donde estaba.¿Por qué tenía la sensación de que se había fusionado con aquella casa y con aquella gente?. No era una sensación desagradable,pero si que resultaba de lo más extraña.

…...

Hanabi permaneció intranquila en clase. Quería haberse quedado en casa y haber hablado un poco más con Kyo,pero no podía faltar mucho a clase precisamente cuando acaban de empezar el curso, así que aguantó cuanto pudo. En la hora del almuerzo,pensó en llamar a casa,pero no le había dicho a este que podía coger el teléfono cuando alguien llamara,con lo que,lo más seguro,sería que no lo cogiera.

Ella frunció los labios.

Quería que se sintiera como en casa,pero estaba comprobado que le iba a llevar más trabajo del que suponía en un principio. Aunque...ella no pensaba rendirse. Conseguiría que Kyo se sintiera a gusto en su casa durante el tiempo que pasara allí.

Aquella mañana,cuando se había levantado,ella no pudo evitar echar un vistazo al cuarto de este para asegurarse que él estaba realmente y no lo había soñado. No se había dado cuenta de lo contraído que había tenido el pecho hasta que respiró hondo y se calmó.

Pero la gran duda que no la abandonaba seguía siendo la misma.¿Cómo la realidad se había fusionado con un manga y ella era la única que parecía que se había dado cuenta?. No había rastro del manga en ningún sitio y Kyo era tan tangible como ella misma,con lo que a ella no le quedaban explicaciones razonables para entender aquello.

No es que no le gustara la idea de que aquello estuviera ocurriendo,era simplemente que se había pasado toda su vida buscando respuestas cuando no conseguía entender algo,con lo que un problema que parecía carecer de solución se presentara frente a ella era como un gran grano en el trasero,no le hacia ni la más mínima gracia y la obligaba a encontrar una respuesta aunque en el fondo le diera igual encontrarla.

Agitó la cabeza para intentar apartar aquel asunto de su mente y terminó su almuerzo,preguntándose a su vez si Kyo habría comido.

Por el manga,habia visto que sabía cocinar y era mañoso,así que por esa parte no tenía por que preocuparse,pero no podía evitar hacerlo de todos modos.

Miro al cielo,tan azul como debía ser a finales de Abril,y rogó en silencio ser capaz de lograr lo que tenía que hacer con aquella situación que se le había presentado.

…...

Cuando terminó las clases y cumplió con la limpieza de su clase,que esa semana le tocaba a ella,y se dirigió lo más rápida que pudo hasta casa,deseando que,por favor, Kyo siguiera allí y que aquello no fuera ningún sueño.

Y también intentó controlarse así misma.

``No puedo estar en este estado de nervios cada vez que salga de casa. No es sano´´,se reprendió a sí misma cuando se colocó ante la puerta.

Abrió esta y exclamó un sonoro:

-¡Ya estoy en casa!.

Pero no le llegó ningún sonido en respuesta. Se quedó en silencio para ver si la televisión estaba encendida,pero no parecía ser el caso. Dejó la mochila al lado de la puerta y se descalzó,viendo que los zapatos de Kyo no estaban. Se dirigió a la mesilla que había cerca de la puerta y abrió el primer cajón,dandose cuenta que la llave de reserva seguía estando allí.

Antes de dejarse llevar por el pánico,se dirigió al patio trasero de la casa y entonces pudo respirar tranquila.

Allí,en mitad del jardín,estaba Kyo,practicando sus movimientos de artes marciales,tan concentrado que ni se había dado cuenta de la presencia de ella en la puerta.

No había encontrado sus zapatos en la entrada por que los llevaba puestos.

``Pero que tonta soy´´,pensó esta mientras lo observaba practicar,sonriendo débilmente mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

Y entonces él pareció notar algo y se volvió a mirarla.

-¡Ah!. Hola.¿Ya has vuelto?.

-Si. Ya estoy en casa-le contestó esta,sonriendo ampliamente.

…...

Cuando Hanabi pidió los papeles en el instituto,ella y Kyo escribieron una carta a Kazuma para que permitiera el acceso de este en el instituto.

Por algún motivo,el portador del gato no las tenía a todas consigo,ya que afirmaba que lo más seguro fuera que la familia se acabaría metiendo por medio e impedirían que el maestro firmara los papeles.

Como esta no soportaba verle en aquel estado tan abatido,el cual no pegaba para nada con su verdadera personalidad,aprovechó que este estaba sentado,se acercó a él y comenzó a revolverle el cabello.

-¡No pongas esa cara de deprimido,cabeza de naranja!.¡Estoy segura que el maestro podrá hacerlo,cabeza de naranja!.

-¿Ah,si?. ¿Con que esas tenemos,larguirucha?.

-¿A quien llamas larguirucha,cabeza de naranja?-preguntó Hanabi,sabiendo perfectamente que no lo era,pero cometió el terrible error de dejar de desordenar el cabello de Kyo,con lo que este aprovechó para volverse y atacarla con cosquillas.

-¡Es la hora de la venganza!-exclamó este,jubiloso.

-¡No!-le rogó ella,retorciéndose de risa en el suelo.-¡Te pido clemencia!. Jajjaajjaja.¡Te prometo...que...que no lo volveré a hacer!. Jajajjajajaj.

-¡Es demasiado tarde para que la compasión te salve!.¡Tú atacaste primero y ahora sufrirás las consecuencias!.

Pero tuvieron que detener su juego al oír que alguien llamaba al timbre de la casa.

Era sábado por la tarde y Hanabi hacia poco que había vuelto de la escuela. Su padre estaba trabajando y,aunque fuera él por que se le hubieran olvidado las llaves,nunca llamaba al timbre,sino que era de los que llamaba a la puerta así se dejara las manos en ello, así que Kyo y ella se miraron con la misma pregunta brillándoles en los ojos.

¿Quien podría ser?.

-Será mejor que vaya a abrir-dijo esta,poniéndose en pie e intentando recomponer su ropa y su pelo,que se había arrugado y revuelto con el juego.

Tomó un poco de aire para calmarse y abrió la puerta de golpe.

Ante ella había un hombre de la edad de su padre aproximadamente. Tenía el cabello negro y los ojos claros,pero eran unos ojos llenos de odio y culpa,todo al mismo tiempo y con una expresión molesta en el rostro que ella estaba segura que no solía desaparecer.

Hanabi apretó los puños,temiéndose que ya sabía de quien se trataba,pero esperó a realizar la preguntaba para que sus temores terminaran de cumplirse.

-¿Quien es usted?-preguntó sin ningún tipo de delicadeza.

-Soy el padre de Kyo Sohma. Estoy aquí para llevármelo de vuelta a donde debería estar.

Este,desde el salón,asomó la cabeza y,viendo a su padre,su ánimo se esfumó.

Sabía que ese momento iba a llegar,pero no había esperado que fuera tan pronto.

-¿Así que usted es el idiota que osa llamarse el ``padre´´ de Kyo?-le preguntó Hanabi,completamente cabreada.

El señor Sohma,que en aquellos momentos había estado mirando hacia el interior de la casa al ver la cabeza de Kyo desde el interior,bajó la cabeza hasta aquella chica y no pudo evitar retroceder un paso.

No le había parecido una niña débil ni mucho menos,pero la ira que vio en sus ojos en aquel momento no pudo evitar hacerle retroceder,fuera de su alcance,por que tenía la extraña sensación de que si pudiera,le sacaría el corazón allí mismo.

-Me alegra que haya venido al fin-dijo Hanabi,sin ningún tono amistoso en la voz. En realidad,sin ningún tono en particular,lo que solo servia para que su voz sonara mucho más aterradora,acompañada de aquellos ojos.-Tenia un pequeño asunto que tratar con usted.

Fin del 1º capitulo.

Espero que os haya gustado el capitulo. Sé que es extraño que Tohru no aparezca,pero...imagine como seria para una fans de Fruits Basket que el manga cobrara vida y este es el resultado.

Cada semana procuraré ir subiendo el resto de los capítulos,de los que creo que me van a salir unos pocos bastantes,según veo cuando reviso mis apuntes,ya que este capitulo solo es la 1º pagina de ellos y ya llevo 11.

Si ha habido algo que no os ha gustado o que no os a quedado claro,solo tenéis que decírmelo e intentaré aclararlo lo mejor posible.

También espero vuestros reviews,que animan un montón para seguir escribiendo.

Así que,con esto y un bizcocho,hasta el siguiente capitulo.

Bye y nos seguimos leyendo.