Renuncia de derechos: Naruto (y sus derivados) asimismo como los demás personajes no me pertenecen, los uso por mera diversión y gusto. Sin fines de lucro.
Todos sabían, conocían la historia detrás de tu mirada.
Sabían que en un inicio tú no eras nada, eras un don nadie al que todos temían por un pasado y un presente que jamás elegiste, te dejaban atrás... en el vacío, en la soledad.
Pero, cuando aquella otra persona apareció en tu vida, nació algo que jamás habías experimentado. Había "una persona" en aquél vacío. Compartiendo tu dolor y, sin darse cuenta, a tu vida comenzó darle color.
Siguiendo sus pasos, observándolo. Queriendo ser él, de alguna forma; logrando, así, descubriéndote de poco en poco a ti. Dejando atrás, cada vez más, al pasado y, sin embargo, jamás olvidándolo... Sabiendo que poco a poco comenzaron a ser un equipo, un dúo imparable y jamás visto; comenzado a sonreír porque su amistad era de lo más extraña y, a la vez, la más adorable que jamás creyeron. Luchando por una libertad.
Y, sin embargo, eso sucedió.
Tan rápido, tan doloroso... tan cruel. Él se fue, mientras te dejaba atrás... te abandonaba, no sólo a ti, si no a la aldea.
Pero tú jamás te rendiste y, con el dolor de la mano, siguiste caminando.
Madurando a cada paso para poder ser ahora tú, el que lo salve de la obscuridad...
Desde aquél momento dejaste de ser un niño común y corriente (aún sabiendo que jamás lo fuiste). Y caminaste, caminaste hasta donde tus pies y sueños te permitían, conociendo a personas, luchando y descubriendo con ellas. Ganando no sólo fuerza, sino, esperanza...
Enfrentando pérdidas y ganancias, sabiendo que la guerra se acercaba y, cuando creías perder siempre había algo, alguien... ahí. Apoyándote en cierta forma, anhelante a que cumplas los sueños de los caídos, cargando en tus hombros no sólo la ilusión de recuperar un poco del bien del chico que era tu amigo, sino, también evitar que los caídos hayan muerto en vano.
Haciendo que sus esperanzas vivieran en ti...
Caminando, sin detenerte.
Cada paso más firme, más fuerte. Cada aliento tan repleto de vida, de esperanza. Cada golpe recibido con alegría, con devoción... porque sabías que luchabas por algo que querías.
Caminando, caminando. ¡Siempre caminando! No escapando jamás.
Queriendo que al estar frente a frente él te mire a los ojos y, de la misma manera en que lo hizo cuando tú no eras nada ni nadie, te mire y encuentre en ti... quizá no la salvación, sino, la amistad.
Dándole el mismo color que le faltaba y a ti sobraba, el mismo color que te dio cuando nadie creía en ti.
Con amistad.
Dolor.
Dulzura.
Recuerdos.
Felicidad.
Muertes.
Creencias.
Confianzas.
Haciendo que el intenso azul de tus ojos brillara con aquellos ojos negros.
Y así..., sólo así, se era capaz de creer aquella historia.
De una amistad tan poco común.
Pues en cada momento oías que mencionaban el si algún día oías a Naruto decir: "Es mi camino ninja-ttebayo" deberías confiar en él una alegría te embargaba.
Porque sabías jamás te rindes.
Porque sabías jamás les mientes.
Porque jamás estarías solo si Sasuke seguía aquí, contigo, a tu lado... caminando, siempre caminando….
