Declaimer: los personajes no me pertenecen. Son propiedad de la Sra. Meyer. Yo solo los tomo prestados. Por el momento la historia es completamente mía.

Prólogo.

En el fondo de mi corazón, yo lo sabía. No era real, era un sueño, un simple sueño, pero también el más hermoso.

No quería despertar pero todo a mi alrededor se volvía cada vez más borroso indicando la llegada del inminente final de mi fantasía.

Mi eterno escenario desaparecía, los árboles, las flores, el viento sobre mi rostro, todo el prado se desvanecía… y por ultimo, la razón por la que estoy aquí… él.

Lo abracé con todas mis fuerzas con la tonta esperanza de traerlo a mi realidad conmigo, aún sabiendo era imposible.

Su aroma increíblemente dulce pero sumamente masculino, me envolvía de una manera increíble dándome la sensación de comodidad y paz única que uno encuentra sólo cuando está en el lugar al que simplemente pertenece.

-¡No me dejes!- supliqué con lágrimas en los ojos y aforrándome a su camisa como si mi vida dependiera de ello.

- Sabes que no puedo quedarme -repitió mientras acariciaba mi rostro y me miraba con infinita ternura en sus ojos- pero te aseguro que vamos a estar juntos por siempre, y entonces nunca más me iré.

- Por siempre- repetí deseando con todas mis fuerzas que sus palabras se hagan realidad.

-Por siempre- juró; y no sé por que yo le creí.

-Te amo

-Ahora tú eres mi vida…

Eres mi vida…

Mi vida…