Nota de la autora: jueves, 26 de agosto de 2010.

¡Hola qué tal!. Espero que bien. Para refrescaros la memoria, os recordaré que terminé "La Apuesta" el pasado 28 de febrero de 2009. Os dije en el último capítulo, que estaría desaparecida un tiempo porque entre junio y julio de 2009 haría las oposiciones de Maestra de Inglés, que es lo que soy. Pues con gran satisfacción por mi parte, os comunico que desde el pasado abril de 2010 soy una "Maestra Funcionaria de Carrera". Es decir, que conseguí aprobar con plaza y eso desde luego da mucha tranquilidad.

Si os preguntáis por qué no publiqué nada hasta ahora, os diré que se ha debido a unos meses en los que he estado muy ocupada. Tras éste mini resumen de lo que ha sido mi vida en el tiempo que he estado sin subir historias, os presento mi nueva serie. Sólo adelantaré, que os resultará parecida a "Salvaje" en el sentido de que tiene mucha carga emocional y que uno de los protagonistas tendrá un lado animal. Y nunca mejor dicho, porque cuando leáis el título y empecéis a ver por medio de la lectura, todo lo que va a ocurrir, comprenderéis que efectivamente, esta historia tiene más de un algo en común con la de "Salvaje". Aunque por supuesto, no se desarrollará de la misma manera porque si fuese igual… ¿Para qué publicarla?

PD: Dedico esta historia con todos los capítulos que tendrá en su totalidad, a mi gran amiga y crítica literaria "Sonia Granger Potter." Pero también a mis amigos: Romycrazy, Nicu y Flor (harryherms), Tyflos, Sandrita Granger, Diana, Tooru Hally Bell Potter, Connie (petaquita), Alicia Ham, Eréndira, Gerardo, Christian, Raúl, Manuel, Gy Ganoza, Galina Pacheco Covián, su amiga a la que aún no conozco pero sé que se lee mis historias y también se la dedico a mucha otra gente que a pesar de que no la nombre aquí, está ahí. Aprovecho también para dedicársela a un nuevo seguidor, que se llama José Luis, es español y un poquito sólo mayor que yo en edad. (Cómo me gusta saber que tengo lectores adultos además de adolescentes). Para él y todos/as vosotros/as, os dedico la historia como dije anteriormente y espero no sólo que disfrutéis la lectura sino que también os guste y por supuesto, me digáis lo que pensáis como siempre habéis hecho: Con sinceridad, respeto y educación. Un abrazo fuerte de oso. Cuidaros mucho. RAkAoMi. ;-)

Advertencia 1: Debido al contenido de la historia y a más de una situación planteada durante la misma, tanto en el desarrollo del argumento como en los comportamientos y/o reacciones de los personajes, ellos y ellas aparecerán como nunca leímos en los libros. Lo que implica que puedan estar Off Of Character en mayor o menor medida. Por otra parte, sí conservarán cosas de sus personalidades que los identifican como siempre los hemos conocido. Bueno, como los conocimos hasta el quinto libro porque reconozco que Rowling fue la primera en meter Off of Character a partir del sexto y séptimo libro. Sobre todo cambió muchísimo a Hermione. Y sobre esto podría escribiros una Biblia para explicaros por qué pienso así, pero no tengo ganas de aburriros tanto. Así que sólo diré que si el Off of Character supone un problema para alguna gente, le animo desde ya a que no se lea la historia. Si no me hacen caso y la leen y con ello se cogen un trauma o les provoca un enfado monumental, será su problema, no el mío. Pero como se pongan a insultarme a tutiplén o a soltarme amenazas estúpidas como ya han hecho otras veces en los Reviews que me dejan, tomaré medidas al respecto por muy poco que eso pueda gustarles. ¿Ha quedado claro? Eso espero.

Advertencia 2: Yo soy una autora española que habla y escribe en Castellano, por lo tanto sigo las reglas ortográficas y gramaticales de mi lengua materna. Aunque admito, que mis escritos muchas veces presentan errores ya no porque los cometa yo sino porque esta página es especialista en cargarse la ortografía y gramática española no sé por qué. Así que a esas personas que se definen así mismos en los Reviews como "súper entendidos en escritura" y que además se les llevan los demonios cuando ven cómo uso las comillas y que no entienden por qué no las empleo para escribir los diálogos y encima me dicen que el no hacerlo está mal…He de informarles, que están equivocados. Pues en cualquier libro de Lengua y Literatura Castellana, se explica claramente que lo correcto en mi lengua materna es usar no las comillas sino los guiones para escribir uno o más diálogos. Por esa razón y no por otra, es que yo suelo meter guiones para poner los diálogos de los personajes en mis historias.

¿Queréis saber los que sois fuera de España para qué usamos las comillas en la lengua Castellana? Pues aquí va la respuesta: 1) Escribir los pensamientos de alguien para que el lector lo sepa. 2) Reproducir fielmente las palabras de alguien cuando se las dices por escrito a otro alguien. 3) Citar textualmente las palabras de un dicho o refrán o emplear un calificativo determinado cuando explicas algo a alguien. El calificativo iría entre comillas siempre y cuando fuese algo denotativo y determinante para que el oyente supiera cómo se siente la persona exactamente. 4) También se usan las comillas para escribir el apodo o mote de algo o alguien. Ej: aquí viene Manolito "Gafotas".

Disclaimer: Todos sabemos que el mundo Harry Potter y sus personajes, pertenecen a J.K. Rowling. Igualmente en este fic, aparecerán cosas e incluso personajes o bestias, que no son de Rowling ni tampoco han aparecido en sus libros. Pues del único sitio del que han salido es de la propia invención de RAkAoMi. Ya que como autora, soy muy capaz de inventarme todo lo que me dé la real gana. Por algo tengo una imaginación sin límites. Por cierto TODO LO QUE SE CONTARÁ EN LA HISTORIA RESPECTO A LOS LIPANS, ES DE EXCLUSIVA INVENCIÓN MÍA, COMO EL RESTO DEL FIC. LO ÚNICO QUE NO ES MÍO ES LO PERTENICENTE AL UNIVERSO QUE CREÓ ROWLING. ES DECIR, LA SAGA HARRY POTTER.


"Monstruo."

Cap.1. "Harry y la bestia."

Harry corría, corría todo lo que le permitían sus piernas. Era necesario si quería salvar la vida. Pues, cuando un monstruo te persigue con ganas claras de matarte…Lo único que puedes hacer, tras intentar vencerle sin éxito, es huir a toda prisa aunque una parte de ti mismo te diga que es inútil ya que la potencia y velocidad de un monstruo, no es comparable ni por asomo a la de una persona adolescente por muy mago y extraordinario que seas. Igualmente lo intentas, tratas por todos los medios de correr lo más aprisa posible por si de esa manera consigues evitarle y con ello escapar de él. Sabes que de todas formas, tarde o temprano te dará alcance. Porque tú eres humano y él no, y porque también sabes, sin que nadie te lo diga…Que la fuerza, potencia y velocidad de una bestia monstruosa pueden más que toda tu velocidad y magia, juntas.

Hacía una hora que había perdido la escoba debido a un zarpazo de aquél horrible monstruo capaz de destrozar cualquier cosa con un solo golpe. Y eso precisamente fue lo que le había ocurrido a su saeta de fuego: había quedado hecha pedazos.

Al romperse la escoba, Harry había caído al suelo de golpe, pero como siempre fue un chico rápido de reflejos y reacciones, no había tardado ni dos segundos en ponerse en pie y echar a correr. Esperaba ganar el tiempo suficiente como para encontrar refugio o quizás un buen escondite que fuese inaccesible al monstruo que seguía persiguiéndole con todas sus energías. Unas que parecían no tener fin.

El monstruo gruñó y Harry se llevó una mano a uno de sus oídos de manera instintiva, pues aquel sonido era insoportable.

Sin dejar de correr, pensó en lo estúpido que había sido por haberse metido en aquella parte del bosque prohibido, sin más compañía que la de sí mismo.

¿Y por qué lo había hecho? Es lo que le preguntaría cualquiera que pudiese hablar con él si lograba volver al castillo con vida…

La respuesta vino a la cabeza de Harry en cuestión de segundos.

"Porque soy idiota y más idiota. Un enorme idiota amante del riesgo. Eso de explorar es superior a mis fuerzas, no puedo resistirlo. Y si hubiese hecho caso a la parte de mi conciencia que tiene la voz de Hermione, habría sido lo suficientemente prudente como para no visitar sitios que acobardarían hasta al más valiente de los hombres. Pero claro, lo cómodo y fácil era no escuchar esa vocecita prudente y sensata. Lo guay era desobedecerla, igual que desobedezco las normas del colegio que me prohíben salir del castillo a deshora. Y por no haber hecho caso, ahora me encuentro en esta situación que sólo yo he causado por ser imprudente. Lo único que espero, es salir vivo de ésta y si lo logro…me prometo a mí mismo escuchar a mi "Hermione conciencia" con la misma atención que escucho a la Hermione de carne y hueso cada vez que me aconseja algo."

Sonrió pensando en su mejor amiga y su sonrisa se convirtió en irónica cuando la imaginó disfrutando de un apacible sueño mientras él sentía que iba a reventar por culpa de la carrera frenética que llevaba desde hacía ya dos horas.

"Ella durmiendo como un angelito y yo huyendo para que no me coman." Fue lo siguiente que pensó. Entonces volvió a la realidad, pues el sonido cercano de un nuevo gruñido, obligó a Harry a apresurar aún más su carrera.

Sabía que le era imposible poner más velocidad de la que ya llevaba y que sólo era cuestión de minutos que aquel horrible monstruo le diese alcance, y entonces, si nada lo evitaba, lo más probable sería que aquel ser lo devorase.

Pues, desde que le vio volando con la escoba horas atrás, el monstruo se puso a perseguirlo no sólo con intenciones asesinas sino también con la de pegarse un banquete. Y eso Harry lo notó desde el instante en que lo vio salivar mientras aquella bestia le contemplaba con sus penetrantes y fríos ojos amarillos.

Harry pegó un último spring, le pareció distinguir una cueva unos metros más alante del sendero que ahora recorría entre la arboleda.

Si hubiese tenido la escoba, habría llegado a ella en cuestión de segundos, pero como aquella horrible bestia se la había destrozado de un zarpazo, no pudo más que continuar corriendo al mismo tiempo que concentraba todos sus sentidos en vislumbrar algo o incluso a alguien, que pudiese echarle una mano o ponerle a salvo.

Lamentablemente, ni siquiera Hagrid estaba a su alcance porque estaba durmiendo al igual que el resto de los habitantes humanos de aquél castillo y sus alrededores.

Bueno, dormían todos los humanos que no fuesen Harry, claro, puesto que el moreno era el único chico de Hogwarts, con un agudo caso de insomnio. Algo normal cuando dormir para él era más una tortura que un disfrute. Y era lógico que así fuese porque cuando conseguía conciliar el sueño, no tardaba mucho en despertar sobresaltado por culpa de una o más de una pesadilla, producida por los malos recuerdos que le habían causado los maltratos de sus parientes o las torturas del ya difunto Voldemort. Pues Harry había conseguido acabar con él, una semana antes de empezar su último año en Hogwarts.

Y ahora, en pleno mes de marzo y a tan sólo dos meses de graduarse como un mago oficial, Harry Potter no tenía tiempo de ponerse a pensar lo que haría tras terminar el colegio o si se casaría en un futuro próximo.

Lo que había en la mente de Harry mientras hacía lo posible por salvar su vida, no eran pensamientos románticos ni tampoco de formar una familia sino más bien sobre cómo conseguir librarse de un monstruo hambriento y horrible, que estaba a punto de darle alcance.

"¡Allí está la cueva!" pensó con alegría al ver la entrada a tan sólo unos pasos de donde se encontraba.

Haciendo un último esfuerzo, pegó un salto potente hacia delante y entró en lo que creía ser su salvación. Pues el acceso a la cueva no era adecuado para el tamaño del monstruo y sí muy conveniente para el de Harry.

El moreno aterrizó bruscamente en el suelo pedregoso de la cueva. Había quedado bocabajo pero se puso de espaldas cuando escuchó rugir al monstruo. Harry quedó tumbado y de cara a él. No podía levantarse y seguir corriendo debido a que el techo era muy bajo para su altura. Sin embargo, sí podía retroceder ayudándose con sus pies y manos y eso fue lo que hizo cuando la bestia quiso agarrarlo por una de sus piernas: moverse hacia atrás mientras le contemplaba.

Al ver que no conseguía atrapar al humano… El animal de piel negra, con cara de león, cuerpo de pantera, alas de vampiro y zarpas de oso…emitió un potente gruñido que hizo que todos los pelos del cuerpo de Harry, se pusieran de punta.

Comprendiendo que no podía atrapar al chico con sus zarpas, el monstruo intentó meter la cara dentro de la cueva para intentar comérselo, pero desistió en su intento al contemplar cómo el muchacho seguía retrocediendo y escapando así de su alcance cercano.

- ¡Te jodes!- fue lo primero que dijo Harry al ver que aquella bestia no iba a poder hincarle el diente. Sin embargo, cuando una de las patas del montruo apareció estirándose lo suficiente como para sacar las garras y clavarse en la pierna derecha de Harry, el moreno no habló pero sí emitió un potente grito que resonó por toda la cueva donde se había refugiado.

Tras varios intentos más de atrapar y matar al humano y notar que era imposible, la bestia se dio por vencida y echó a volar por el cielo nocturno buscando a su próxima víctima.

Harry esperó un tiempo prudencial antes de salir de la cueva y emprender su regreso al castillo.

Cuando llegó a Hogwarts, sintió que estaba a punto de desmayarse. Pues debido al fuerte arañazo que le había hecho aquél ser en su pierna derecha, Harry había perdido mucha sangre y lógicamente, se encontraba débil. Pero no quería perder el conocimiento antes de llegar a la enfermería y que la Señora Pomfrey le curase.

Nada más vislumbrar la puerta de la sanadora oficial del colegio, llamó tanto con la mano como con la voz.

La bruja médica no tardó en aparecer abriéndole la puerta y cuando ella le vio todo pálido, sudoroso y con la pierna derecha llena de sangre…Su primera reacción fue abrazarle, para sujetarle antes de que Harry se quedase inconsciente. Algo que no tardó en suceder.

Poppy cogió a Potter en brazos y lo dejó en la cama más próxima a la puerta.

Interiormente agradeció que aquella noche no tuviese más enfermos aparte del moreno. Pues estaba segura que necesitaría de todas sus energías mágicas para atender rápidamente al chico que cada vez estaba más pálido.

- No se preocupe, señor Potter-. Pronunció mientras comenzaba a desnudarle para hacerle un reconocimiento completo-. Mañana estará no sólo curado sino también con sus energías al cien por cien.

La señora Pomfrey estuvo atendiendo a Harry durante varias horas. Ella no sólo se limitó a sanarle sino que también lo metió en una bañera llena de agua curativa que hacía de función limpiadora al mismo tiempo. Con lo cuál, Harry terminó no sólo sano sino incluso brillante y oliendo a limón ya que el agua, además de jabón tenía aceite perfumado.

Después de sacarle de la bañera, Poppy secó al moreno con un hechizo y empleó otro para dejar a Harry en la cama. Entonces le tapó hasta el cuello y se quedó contemplándole dormir profundamente gracias al sedante que le había pinchado además de otras inyecciones buenas para él. Como una revitalizante, otra reconstituyente y hasta le pinchó en la pierna donde tenía la herida, un potente y efectivo antídoto capaz de anular cualquier efecto venenoso que pudiese ocasionar en su piel, el animal que le había atacado.

Y no hacía falta ni si quiera que el propio Harry se lo dijera cuando recuperase el sentido, la señora Pomfrey sabía perfectamente, que al moreno lo había atacado un animal no sólo peligroso sino también mortal.

Cuando dieron las ocho de la mañana, la buena enfermera dio por terminado su trabajo y se quitó el delantal ensangrentado. Ella se lavó las manos, se puso un delantal limpio y se fue al Gran Comedor, dispuesta a desayunar junto al profesorado y el resto de estudiantes de Hogwarts. Entre los cuales se encontraban los dos mejores amigos del moreno que seguramente no tardarían mucho en percatarse que Harry Potter no vendría a desayunar.


- Entonces…-continuó Hermione mientras Ron se metía algunos cereales en la boca-. ¿Harry no ha dormido esta noche con vosotros?

El pelirrojo negó con la cabeza mientras tragaba.

- ¿Podría haber pasado la noche con tu hermana?-. Preguntó ella con naturalidad. Ron escupió de golpe los pocos cereales que le quedaban sin tragar. Hermione hizo un gesto de desaprobación-. No seas guarro, Ron.

- No soy guarro, sólo me he asustado un poco al imaginarme a Harry en la cama con mi hermana.

- ¿Por qué habría eso de asustarte? El sexo es natural en una pareja enamorada. Y tanto Harry como Ginny están muy enamorados el uno del otro. Eso lo sabemos desde el año pasado y ya que Voldemort está muerto, Harry no necesita romper con tu hermana para protegerla de él como sí hizo el año pasado cuando estábamos en sexto. Por lo tanto, es muy lógico y normal no sólo el que hayan retomado su relación durante el verano que él ha pasado en tu casa, sino que hayan conseguido intimar más de lo que pudieran hacer el curso pasado. Por consiguiente…¿Qué tiene de guarro lo que te he dicho? Yo creo que nada. Lo que sí creo es que tú has escupido los cereales porque eres incapaz de imaginar a tu hermana y a mi mejor amigo, en esa tesitura.

- Pues mira sí, soy incapaz de imaginármelo. Es más, ni siquiera quiero intentar imaginarlo. Tú quizás puedas verlo en tu cabeza con total claridad, pero para mí, esa idea que para ti es natural, hace que se me revuelva el estómago.

- Pues vaya tontería…

- No, Hermione, no lo es. Mi hermana es aún pequeña para tener sexo con cualquier chico por muy novio suyo que sea.

- Tu hermana tiene 16 años, Ron. Y te recuerdo que en el mundo mágico la mayoría de edad se alcanza a los 17. Por tanto y a tan sólo un año de tener la adultez legalmente reconocida, no creo yo que Ginny sea tan pequeña ni tan niña como tú la quieres poner. Yo diría más bien que está más espabilada que muchas otras chicas de las que hay aquí. Y no es de extrañar que lo esté cuando ha tenido un novio distinto cada curso escolar.

- Eso fue porque tú le dijiste que saliera con chicos para que Harry la considerase atractiva.

- Cierto es que se lo comenté, pero se lo dije cuando yo estaba en sexto, no antes. Y que yo recuerde, ella lleva saliendo con chicos desde tercer curso.

- ¿Y con eso quieres decir...?

- Que tu hermana ha hecho lo que le ha dado la gana siempre, sin contar con los consejos que yo y otras chicas, pudiésemos darle. Además, yo nunca le he dicho que se comporte como una frívola. Sino que saliese con otros chicos distintos a Harry, para que él notase que ella despertaba interés como chica y que así dejase de verla sólo como la hermana pequeña de su mejor amigo. Que es como siempre la vio antes de fijarse en ella de otra manera.

- ¿Y tú crees de verdad que mi hermana es frívola?

- No exactamente, lo que yo creo es que simplemente es una chica atractiva consciente del interés que despierta en el sexo masculino. No sólo en el de Harry.

- Y si no crees que es frívola…¿Por qué usaste esa palabra?

- Porque fue la primera que se me ocurrió. Y porque también sé que así consideráis los chicos, a las chicas que han tenido muchos novios. Pero no, yo no pienso eso de cualquier mujer que salga con varios hombres. Principalmente porque creo que las mujeres, tenemos el mismo derecho que los hombres, a tener todas las parejas que queramos antes de encontrar la que consideremos la relación definitiva.

- Pues me ha sentado fatal que usaras la palabra "frívola" para dirigirte a mi hermana.

- Me disculpo por eso. No pretendía ofender, sólo dije un calificativo que tú pudieras considerar normal dentro de tu lenguaje masculino.

- Para mí no es normal ni natural que alguien llame frívola a mi hermana, y mucho menos que lo haga mi novia.

- Tienes razón, eso no ha estado bien. Lo siento, Ron. ¿De acuerdo?

- Sí.

- Pues dicho sea de paso a mí me molesta que tú creas que yo desprecio a tu hermana, porque no es verdad. Y no sé cómo puedes pensarlo cuando sabes perfectamente que ella y yo somos amigas.

- Bueno…lo sois ahora. Antes no lo erais.

- Porque años atrás, no pasábamos el suficiente tiempo juntas como para conocernos mejor. Y eso fue debido en su mayor parte, a que tú nunca me has invitado a pasar los veranos en la Madriguera como sí has hecho siempre con Harry.

- ¿Y te molesta?

- Pues claro que sí y además lo encuentro injusto. Yo soy tan amiga tuya como de él. Y si se supone que los tres formamos un trío de amigos que está muy unido, lo lógico y normal es que compartamos tiempo juntos no sólo dentro del colegio sino también fuera del mismo.

- Pero si lo hemos compartido, Hermione.

- Cuando hemos estado en peligro o en alguna de nuestras aventuras. Pero nunca lo hemos pasado en vacaciones, por ejemplo. Y ya que estamos sincerándonos respecto a eso, te diré que no sólo encuentro injusto que paséis de mí durante el verano sino que además me resulta muy desconsiderado y egoísta de vuestra parte que lo hagáis durante hasta ahora, seis años seguidos de curso escolar. Ya que no puedo considerarlo siete cuando todavía no ha llegado el verano de este último curso nuestro. De todas maneras, no sólo es culpa tuya o de Harry que paséis de mí durante el verano. Después de todo, la Madriguera no es el hogar de Harry sino de tu familia y por lo tanto es muy lógico y normal que él no me invite cuando es él el invitado. Pero sí me resulta alarmante que tu familia no cuente conmigo cuando sabe perfectamente que tú y yo somos novios, desde que empezamos séptimo.

- Tú misma lo has dicho, desde que empezamos séptimo. Eso fue después del verano pasado, Hermione, por lo tanto no tiene que extrañarte que no te invitásemos a la Madriguera. Tal y como tú misma has comentado antes, a quien siempre hemos invitado a nuestro hogar, ha sido a Harry. Así que no tiene que molestarte que te hayamos ignorado cuando eso lo hemos hecho siempre.

- ¿Y porque lo hayáis hecho siempre, implica que nunca cambiéis la costumbre?

- Más que costumbre…yo diría que ya es una tradición eso de invitar a Harry, a pasar los meses de julio y agosto con nosotros.

- Ah, genial-. Dijo ella con clara ironía-. Entonces…¿cuándo podré pasar los veranos contigo y Harry, cuando tú y yo estemos por ejemplo casados o quizás tengo que esperar a que él se case con Ginny y sea el mismo Harry quien se le ocurra invitarme a la que será su segunda casa?

- ¿Segunda?

- Sí, porque la primera sería la que compartiese con tu hermana como hogar del matrimonio Potter. ¿No crees?

- Ah sí, claro…

- ¿O quizás piensan casarse y vivir también en la Madriguera?

- No sé, nunca se lo he preguntado a ninguno de ellos.

- ¿Y bien?

- ¿Y bien qué, Hermione?

- ¿Vas a responderme a la pregunta?

- ¿La de cuándo te invitaré a pasar el verano en la Madriguera, que es la única que todavía no te he respondido?

Ella asintió.

- Probablemente cuando tú y yo estemos casados.

Hermione frunció el ceño en señal de molestia.

- ¿Y no te parece eso injusto cuando Harry siendo como es el novio de Ginny, ha podido estar con ella todo el verano bajo el mismo techo?

- No-. Dijo Ron convencido-. No es injusto para nada, sino lo normal en la relación que ha tenido siempre mi familia con él.

- ¿Y a tus padres les parece bien que tu mejor amigo y el novio de su única hija, duerma en la misma casa que ella?

- ¿Y por qué no habría de parecérselo cuando tanto ella como Harry están en dormitorios separados?

- Porque por muy separados que estén, y sé perfectamente que lo están como también sé que Harry y tú dormís juntos en la misma habitación…

- Continúa.

- Sigo pensando que eso no les impide tener intimidad entre ellos por mucha gente que haya en la casa.

- Te aseguro Hermione, que ni Harry ni mi hermana harían cosas que sí llevarían a cabo si estuviesen completamente solos. Principalmente, porque en nuestra casa familiar es casi imposible que lo estén, siempre hay algún miembro de la familia o más de uno, pululando por ahí. Con lo cuál, eso de esconderse para tener intimidad sin que les pillemos in fraganti lo tienen realmente difícil.

- No estoy de acuerdo.

- Me da igual.

- A ti siempre te da igual lo que opino cuando no coincide con lo que tú dices o piensas.

- Eso no es verdad.

- Sí que lo es.

- No quiero pelearme contigo ahora. ¿De acuerdo?

- Yo no estoy peleando, Ron, sino hablando. Gran diferencia.

- Estás hablando, sí, pero sé que por dentro te estás enfadando y cuando eso sucede…terminamos discutiendo a lo bestia y ahora mismo no tengo ninguna ganas de gritarte o que me grites. Menos todavía cuando estamos en el Gran Comedor, rodeados de gente cotilla.

- Como si a ti te molestasen los cotilleos, eres igual de chismoso que lo ha sido siempre tu madre…

- ¡Oye no te pases!

- No lo hago, sólo digo una verdad que sabe toda persona que se relacione con la familia Weasley.

- Pues tu madre tampoco es perfecta, así que no te metas con la mía.

- Mi madre no es perfecta, es cierto. Como yo tampoco lo soy. Es más, no creo que exista una sola persona perfecta, en todo el mundo. Se supone que el único ser que existe perfecto, es Dios, y tú no crees en él. Así que…

- ¿Por qué habría de creer en un Dios que ni si quiera era mago?

- Eso que acabas de decir, es una solemne tontería, Ron. Dios no necesita ser mago, Dios es más poderoso que todos los magos juntos que te puedas imaginar. Y si tú no quieres creer en él, a mí me parece genial, pero yo no perderé la fé, por mucho que tú te empeñes en convencerme que el simple hecho de creer en Dios es inútil o incluso estúpido.

- Sí sí…ya sé que tú crees en eso que llamas Dios. Llevas tiempo diciéndomelo. Pero en lo que a mí respecta, prefiero creer en otras cosas que no tengan relación con él. ¿Puedo terminar por fin de desayunar?

- Puedes-. Dijo ella conteniendo su ira todo lo que podía-. Y espero que se te atragante, pedazo de estúpido-. Añadió por lo bajo. Entonces una pregunta le vino a la mente…

"¿Cómo puedo estar con una persona que se burla así de mis creencias religiosas? Y no sólo eso…¿Por qué me he enamorado de él cuando ni siquiera me tiene en cuenta para estar conmigo durante dos meses de verano? Por mucha tradición que él diga que sea en su familia… No creo normal que Ron pase de mí durante las vacaciones cuando a cualquier novio le encantaría pasar todo ese tiempo con su chica.

Ron debería ser capaz de buscar tiempo para estar conmigo incluso fuera del colegio. Diga lo que él diga, a mí no me resulta natural ni tampoco lógico, que no sólo no me invite a su casa en vacaciones sino que tampoco me escriba ni una corta carta para preguntarme cómo estoy o donde me diga lo mucho que me echa de menos cuando no estamos juntos. Por favor, incluso los simples amigos se mandan cartas durante las vacaciones aunque sea para contarse lo que están haciendo o lo mucho que les gustaría compartirlo contigo.

Yo misma les he escrito tanto a Harry como a Ron, durante los seis veranos que hemos pasado separados desde que nos conocimos al entrar en primero. Y la verdad es…que jamás me han respondido salvo cuando nos preguntábamos algo acerca de la Orden o cualquier cosa relacionada con Voldemort. Y lo siguiente que me pregunto es... ¿Es que a ellos no les entra nada por el cuerpo cuando me ignoran de esa manera? ¿De verdad les resulta normal y hasta natural, olvidarse de mi existencia durante dos meses de verano? ¿Tan incordiante les supone escribirme una carta para hablarme de cosas triviales? ¿Será que estoy perdiendo el tiempo en mantener una amistad durante siete años, con dos chicos que pasan olímpicamente de mí fuera del colegio?"

Sin darse cuenta, una lágrima salió de su ojo derecho deslizándose hacia la mejilla también derecha.

Ron tampoco notó que Hermione empezaba a llorar. Estaba demasiado ocupado mirando su plato mientras comía como para ser consciente de lo triste que estaba ahora su novia.

Una que se levantó del asiento que había ocupado en el banco de Gryffindor y echó a caminar hacia la salida del Gran Comedor sin ni siquiera decirle adiós.

- Hey Ron…- dijo Neville Longbottom que estaba al lado del pelirrojo y que había visto el llanto que había tenido Hermione mientras salía de la estancia-. ¿Qué le pasaba a Hermione?

- ¿Por qué lo preguntas?

- Porque es mi amiga y me intereso por ella. Más todavía cuando la veo triste por algo.

- ¿Triste?

- Sí, es lo que sucede cuando alguien llora, Ron. Bueno, también cuando se está muy alegre. Pero no creo que Hermione llorase de alegría precisamente, su cara desde luego no era la de alguien feliz.

Ron le miró como si no quisiera creérselo. Neville insistió.

- Ella lloraba, Ron, te lo aseguro. No sé qué lo causó porque no estaba pendiente de vosotros sino de lo que me comentaba Seamus. Pero puedo decirte con total seguridad por mi parte, que cuando se levantó del banco, vi una lágrima caer por su mejilla que luego se convirtió en miles mientras caminaba por el Gran Comedor.

- ¿Lo dices en serio?

- Sí.

- Entonces iré a ver qué le pasa.

- Lo anormal sería que no te preocupases por ella siendo como es tu novia desde ahora…7 meses que llevamos de curso escolar.

Ron no añadió más, sólo se levantó de su asiento y se fue en busca de Hermione.

La encontró cuando estaba a punto de abrir las puertas hacia los terrenos del lago. Él la llamó, pero ella no hizo caso.

Con paso firme y decidido, Hermione salió al exterior de Hogwarts sin importarle lo más mínimo las voces que pegaba ahora Ron mientras corría para alcanzarla.


- ¡Hermione!-. Pronunció Ron cuando logró agarrarla por uno de sus brazos-. Deja de ignorarme y hazme algo de caso-. Pidió una vez que la soltó y se situó delante de ella-. He corrido hasta aquí para ver qué te ocurría. Neville me dijo que llorabas.

- Pues ya has visto que no mintió-. Pronunció la castaña quitándose las últimas lágrimas con ayuda de sus dedos-. ¿Para qué has venido, quizás para seguir burlándote de mí por creer en Dios o porque a lo mejor quieres seguir demostrándome lo normal que es para ti, tu familia y Harry, eso de no invitarme a la Madriguera durante las vacaciones?

- No, yo…no he venido para nada de eso, Hermione. Sino para ver lo que te pasa. No me gusta verte triste…Eres mi novia, y me preocupo por ti.

- Quizás no lo suficiente-. Añadió ella girándose y dándole la espalda.- La verdad es…que desde hace rato me estoy planteando por qué coño estoy con alguien tan distinto a mí. En muchos aspectos, no sólo en las creencias religiosas. Realmente eso de la religión es secundario. Lo que de verdad me planteo y lo que hace que me entristezca, es el hecho de saber o intuir, que quizás me he equivocado tanto contigo como con Harry.

- ¿En qué sentido?

- En el único que hace que me pregunte cómo puedo seguir siendo amiga de dos chicos que pasan olímpicamente de mí y mi existencia cuando estamos fuera del colegio.

- ¿Por qué piensas eso?

- Porque es verdad, Ron.

- No lo es.

- Sí que lo es.

- Estás equivocada.

- No lo estoy.

- ¡Pues sí que lo estás!

- No me grites…

- Te grito porque estás diciendo una enorme tontería que además es mentira.

- ¿Ah sí?-. Dijo girándose para estar de nuevo de cara a él-. ¿Es tonto y falso lo que he dicho sobre el hecho de que me ignoráis cuando no estamos en el colegio?

- Sí, lo es.

- Pues tú mismo lo reconociste antes, en el Gran Comedor. Yo no cuento para ti, ni para tu familia ni tampoco para Harry, durante los meses de verano. Por eso no me invitáis a la Madriguera. No ya por lo que tú llamas tradición, sino porque en el fondo, os da igual el no verme ni estar conmigo. Y la mejor prueba de eso la tengo en que ni siquiera, tanto tú como Harry o incluso Ginny, os molestáis ni en escribirme una sola carta preguntándome qué estoy haciendo o los sitios preciosos a los que siempre me llevan mis padres y que tanto tú como Ginny o incluso Harry podríais compartir conmigo si os decidierais a veniros cada vez que os he invitado. Que por cierto han sido varias ocasiones a lo largo y ancho de todos los años que nos conocemos. Sobre todo los que hemos compartido entre Harry, tú y yo. ¿Y sabes otra cosa, Ron?

Ésa es una verdad que duele, duele tanto como ni te imaginas. Pero dudo mucho que seas capaz de imaginarlo cuando tú no has vivido ni experimentado lo que es que tu mejor amigo pase de ti cuando es precisamente tu mejor amigo el que siempre está contigo durante dos meses de verano. Pero claro, es que ahí está el quid de la cuestión, que yo no soy un "mejor amigo" sino "mejor amiga". Y ésa es la gran diferencia. No soy un chico sino una chica y los chicos, siempre os sentís más cómodos y a gusto con otros chicos. Da igual que esa chica y amiga sea además la novia de uno de esos dos chicos, eso no importa. ¿Verdad? Porque como ella no es chico, no cuenta para compartir con vosotros dos algo que no sea lo que sí compartís estando en el colegio o salvando la vida gracias a la gran protección y el apoyo que siempre os ha dado ella.

- Hermione…

- No, déjalo. No quiero oír nada más de tu parte. Porque sé que eres incapaz de reconocer todo lo que te estoy diciendo. Que son cosas que sí son verdad aunque tú las niegues. Yo sé lo que he vivido siempre con vosotros y sé cómo me siento cada vez que pasáis de mí fuera del colegio. Y si quieres que ponga ahora, un calificativo acertado que te dé una ligera idea de cómo me siento por dentro, te diré que la palabra "despreciada" es la mejor.

- Yo…siento mucho que te sientas así. Realmente no quiero que te sientas de esa manera…

- Pues es un poco tarde para disculparte por eso. ¿No te parece? Y si realmente quisieras evitarme ese sentimiento, te habrías planteado actuar conmigo de otra forma. Pero la realidad es, que incluso dentro del colegio, sigues relegándome a un segundo plano. Tu prioridad es la de siempre, hacer otras cosas. A mí me buscas cuando quieres lo que tú consideras intimidad de pareja o cuando necesitas ayuda con los deberes. ¿Y sabes qué, Ron? Esa actitud tuya, hace que me sienta no ya despreciada sino utilizada. Y eso, tampoco es agradable.

- Lo sé, sé que no lo es. Lo que no entiendo es cómo puedes sentirte así. Cuando tanto Harry como yo mismo, te hemos demostrado durante ahora siete años de nuestras vidas, lo mucho que te necesitamos y todo lo que nos gusta contar contigo para las cosas importantes.

- Pero no para las triviales. ¿Verdad? Ésas os las reserváis para vosotros dos o incluso para Harry con Ginny. Porque incluso él, le dedica el mayor tiempo posible a tu hermana, Ron. Algo que no haces tú conmigo.

- Bueno es que…es un poco difícil estar contigo el mayor tiempo posible cuando eres tú la primera en quitarte de en medio. Siempre estás estudiando o haciendo rondas de prefecta o incluso practicando nuevos hechizos…Sin contar con el tiempo que le dedicas a Harry cada vez que él te pide opinión en algo o cuando te da por ser su mamá y ponerte a consolarle si por ejemplo le ves triste. Y por cierto, Hermione, él ya no necesita ese tipo de atención de tu parte cuando tiene a mi hermana para todo lo que él necesite.

- ¿Ah sí?

- Tú sabes que así es, Hermione.

- Ah, entonces…Y obviando la parte en que mencionas a Harry…¿Tienes la cara dura de decirme que sólo estamos juntos cuando a mí me apetece dedicarte tiempo?

- No, pero en cierto sentido así es.

- ¡Anda y vete al carajo, Ronald Bilious Weasley. O mejor, lárgate y déjame sola, ahora mismo no me apetece verte ni tampoco estar contigo!

- Pues vas a estarlo porque no pienso hacerte caso. Voy a quedarme contigo por muy poco que eso te apetezca. ¿Y sabes por qué voy a quedarme? Porque te quiero y quiero estar contigo por muy enfadada que estés ahora mismo.

Él intentó agarrarla para darle un beso, pero Hermione se echó hacia atrás esquivándole justo a tiempo. Ron la miró triste.

- Hermione por favor…no me rechaces ahora. Necesito besarte…

- ¿Por qué?

- Para demostrarte lo mucho que me gusta estar contigo por muchas rabietas tontas que te pilles a veces.

- ¿Rabietas tontas?-. Cuestionó ella claramente molesta-. ¿Sabes qué, Ron? Aquí, la única persona que me resulta tonta ahora mismo, eres tú.

- ¿Y ahora me insultas? Qué bonito-. Dijo él con ironía-. Claro, ahora te toca meterte conmigo para sentirte mejor. ¿Cierto?

- ¡Dios mío!-. Exclamó Hermione haciendo un gesto de exasperación con las manos-. ¡Pero qué poco me conoces después de haber pasado juntos siete años de amistad!

- Yo te conozco perfectamente-. Apuntó Ron dando un paso hacia ella. Hermione retrocedió otro más.

- Realmente no me conoces tanto como tú crees-. Añadió ella mirándole más que seria-. Si lo hicieras, sabrías perfectamente que cuando me enfado contigo, lo que menos me apetece es besarte o que me beses. Cuando tú me enfadas, Ron, y no me refiero a un enfado tonto o de esos que se pasan rápido…Lo que me apetece no es mimarte ni que me mimes, sino estrangularte. Y para no hacerlo me voy. Ya que tú me has dejado clarísimo antes, que no te vas a marchar por mucho que te lo pida.

- Hermione…

- ¡Déjame en paz, de acuerdo!

Y sin más que añadir, Hermione echó a correr colina abajo poniendo rumbo a la cabaña de Hagrid.

Contrario a lo que él le había dicho que haría, Ron no la siguió sino que respetó su deseo de escapar de su compañía por el momento.

Tras verla entrar en el hogar del semigigante, el pelirrojo se dio la vuelta y regresó al castillo. Quería localizar a Harry y contarle lo que le había ocurrido con Hermione así como todo lo que ella le había dicho. Pues el moreno, tal y como ella había apuntado acertadamente, era su mejor amigo y con él compartía cosas que nunca practicaba con Hermione. Como las confidencias más íntimas que Ron sólo le confiaba a Harry o incluso a Ginny.


- Tranquila…-dijo Hagrid acariciándole el pelo castaño-. No llores más, Hermione. No me gusta verte triste.

- Es que me siento tan mal…- confesó ella aún liberando lágrimas mientras se acurrucaba más en el sillón de Hagrid. Donde se había acomodado cuando él le dijo que tomara asiento donde quisiera.

Hermione había entrado a la cabaña con un "gracias" y cuando él le había preguntado qué tal le estaba yendo el día, ella había respondido "mal" antes de ponerse a llorar a lo bestia.

Hagrid se había preocupado en seguida. No era normal para él verla llorar así. Y como buen amigo que era de la castaña desde hacía 7 años, lo primero que había hecho, además de preguntarle qué le pasaba, era ofrecerle una tila por si eso conseguía relajarla.

Hermione no aceptó la infusión, ella no quería una bebida caliente, sino que un amigo la consolara. Y cuando ella vio cómo Hagrid se sentaba en una silla que colocó junto al sillón que ocupaba la castaña…Él se quedó sin habla cuando ella de repente, le abrazó escondiendo la cara en su pecho mientras lloraba con todas sus fuerzas.

Tras la sorpresa repentina, el semi gigante sonrió. Comprendiendo que Hermione necesitaba calor humano, sobre todo de un buen amigo. Y él siempre lo había sido de ella.

Por eso, comenzó a susurrarle palabras suaves y también a acariciar de arriba abajo su largo pelo castaño porque sabía, sin que nadie se lo dijera, que cuando una chica lloraba, lo que más la tranquilizaba era recibir contacto de alguien que la quisiera y a su vez, a quien ella también quisiera. Y Hagrid sabía de sobras que tanto Hermione, como Harry y Ron, le habían querido siempre mucho. Quizás tanto como él los quería a ellos.

- ¿Estás mejor ahora?-. Preguntó el semi gigante al ver que el cuerpo de Hermione temblaba menos que antes.

- Sí-. Contestó ella con la cara escondida en su pecho grande y cómodo-. Muchas gracias por consolarme-. Dijo aún sin mirarle a la cara.

- No, Hermione-. Pronunció Hagrid sin abandonar el tono suave-. Gracias a ti en todo caso, por acudir a mí. No es necesario que te diga que puedes hacerlo siempre que quieras o lo necesites. ¿Verdad?

- No, Hagrid, no es necesario-. Entonces levantó la cara y le miró a los ojos-. No les dirás nada a Ron y a Harry de todo lo que te he contado. ¿Cierto?

- Te prometo que seré una tumba, Hermione. Ahora prométeme tú algo.

- Lo que quieras…

- Si Ron o Harry vuelven a hacerte sentir miserable, utilizada o despreciada en algún sentido que ellos no sean capaces ni de intuir…Dales una buena patada en el culo para ver si reaccionan y si por el contrario siguen sin tomar conciencia del daño que te han hecho, mándamelos y yo mismo les daré no sólo una patada en el culo sino unas cuantas, que si no consiguen abrirle los ojos al menos los mandarán a otra galaxia. Con lo cuál, dejarán de molestarte.

Hermione se rió un poco, entonces le dio un beso a Hagrid en la mejilla que tenía más próxima. Él sonrió.

- No creo que sea necesario que les saques fuera de órbita con una patada, Hagrid-. Dijo ella riéndose otro poco-. Aunque sin duda sería algo increíble de ver. Pero también pienso que luego les echaría de menos. Después de todo, son mis mejores amigos…

- Y uno de ellos concretamente, es más que sólo eso.

- A veces me pregunto cómo he podido enamorarme de Ron. La verdad es que no sé cómo sucedió. Podría decir que un día sentí que le quería como algo más que a un simple mejor amigo. Y también admito que me siento físicamente muy atraída por él. Pero aunque es verdad que le quiero mucho, hay ocasiones en que hasta yo misma me pregunto si no me habré equivocado con él.

- ¿Equivocado?

- Al aceptar ser su novia.

- ¿Estás dudando de eso? No deberías hacerlo si se supone que tú le amas. Cuando una persona se enamora de otra, Hermione…No es normal plantearse cosas así. Lo lógico y también normal sería que te imaginaras todo de color de rosa estando con él. Quiero decir, que deberías tener mejores pensamientos respecto a Ron y vuestra relación en lugar de plantearte si te has equivocado al escogerle como tu pareja definitiva.

- Ése es el mayor problema, Hagrid, que no sé con seguridad si él es mi pareja definitiva.

- Entonces…¿No le amas?

- Sí lo hago. En su mayor parte, eso es lo que siento por él. Siento que le amo. Pero también siento que si en lugar de ser su novia, lo fuese de cualquier otro chico, las cosas serían diferente o incluso mejores. Ron…no es ni siquiera consciente del daño que me hace a veces con las cosas que me dice o los desplantes que me da. Y lo peor de todo es que antes él me acusó de que sólo le dedicaba tiempo cuando yo quería. Dijo que le resultaba muy difícil estar conmigo cuando era yo la primera en quitarse de en medio.

- ¿En serio que dijo eso?

- ¡Sí y yo no tengo la culpa de que me hayan nombrado prefecta y con ello tenga obligaciones que me mantienen lejos no sólo de Ron sino también de mi otro mejor amigo!

- Si Harry supiera cómo te sientes ahora y lo triste que estás, estoy seguro de que haría lo posible por levantarte el ánimo. Él nunca ha soportado verte sufrir.

- ¿Qué qué?-. Cuestionó ella mirándole con asombro.

- Lo que has oído-. Dijo Hagrid contemplándola con ternura. Entonces acercó un pulgar a la mejilla más próxima de Hermione y la acarició mientras le decía…- Creo que nunca has sido consciente de lo mucho que te quiere Harry Potter y de todo lo que le importas.

Ella abrió aún más sus ojos marrones.

- Puedo asegurarte que lo que digo es cierto-. Continuó Hagrid-. Y lo digo porque tú, no has compartido con Harry ciertas confidencias que sólo ha dicho estando conmigo. Ni siquiera Ron lo sabe, Hermione. Pero desde hace años, Harry siente una preocupación tan grande por ti, que sería capaz de partirle la cara y otras partes del cuerpo a quien pudiera ser capaz de provocarte un llanto como el que tenías antes. Y si no me crees, no me importa. Pero yo te juro, que lo que digo es verdad. Porque incluso cuando estabais en cuarto curso, Harry amenazó a Ron con pegarle si él volvía a hacerte llorar.

- ¿Te refieres a la noche del baile cuando Ron me acusó de traidora por ir con Víctor en lugar de con él?

- Sí. Cuando Harry te vio llorar por culpa de los comentarios hirientes que te hizo Ron…¿Sabes lo que le dijo al que siempre fue su mejor amigo y su posesión más preciada tal y como tú y las sirenas del lago siempre habéis creído?

- ¿Qué le dijo?-. Quiso saber Hermione con claro interés en su rostro aún lloroso.

- Creo recordar que sus palabras exactas fueron…"Si la haces llorar otra vez…"

- ¿Quieres decir, que esa frase inacabada fue una amenaza directa para Ron?

- Por supuesto, y sé bien que Ron la captó porque fue lo suficientemente prudente como para no volver a pronunciar nada malo contra ti, delante de Harry, aquella noche.

- ¿Y tú crees de verdad que Harry Potter pegaría a su mejor amigo sólo porque él me hubiese hecho llorar?

- Pues claro que lo creo.

- Pues yo no estoy de acuerdo contigo, Hagrid. Porque a lo largo de estos siete años de amistad, Ron me ha hecho llorar más de una vez con sus comentarios hirientes y nunca jamás he visto ni oído a Harry, amenazar a Ron con pegarle o incluso hacerlo delante de mí.

- Tú misma lo has dicho, Hermione. Nunca lo has visto ni oído, pero eso no quiere decir que no sea posible que suceda porque yo sé que sí es posible. Es más, ya ha sucedido.

- ¿Ellos se han pegado por mi causa?

- Por tu causa no, Hermione. Pero Harry sí ha pegado a Ron por defenderte y protegerte de sus malas opiniones hacia ti.

Hermione se quedó completamente asombrada e impactada ante lo que Hagrid acababa de confesarle. El semi gigante se rió un poco al ver su cara de asombro supremo, sin embargo, eso le animó a seguir confesándole cosas a ella, de lo que sabía él sobre lo mucho que representaba Hermione para Harry.

- ¿Y cuándo, si puedo saberlo?-. Preguntó Hermione antes de que Hagrid siguiese hablando-. ¿Ha pegado Harry a Ron, para defenderme de él, si puedes contármelo?

- La última vez que Harry pegó a Ron porque no soportaba más el escuchar cómo él se metía contigo, fue el año pasado. Cuando tú le lanzaste a Ron el ataque de canarios.

- ¿En serio?

- Sí. Harry vino a verme porque quería contarme algo importante para él, igual que has hecho tú conmigo cuando has venido y te has puesto a llorar. Sólo que en aquella ocasión él no lloró delante de mí pero sí me hizo ver lo furioso que estaba con Ron por todo lo que él te criticó.

- ¿Ron habló mal de mí porque estaba enfadado al haberle lanzado los canarios?

- Sí, y no sólo eso, sino que se puso a decir cosas que fueron horribles para Harry. Cosas que seguro Ron no pensaba de verdad. Pero tú sabes tan bien como yo que cuando Ron se enfada contigo lo que menos hace es hablar bien de ti.

Hermione asintió, dándole la razón, Hagrid prosiguió con su relato.

- Él empezó a insultarte y también a decirle a Harry lo horrible que eras además de agresiva, por haberle lanzado los canarios sólo porque tú le acusaste de no pasar tanto tiempo contigo desde que él estaba con Lavender.

- Ésa fue una excusa para ocultar lo celosa que me sentía de que él se hubiese fijado en ella en lugar de en mí.

- Lo sé. Como también lo sabía Harry. De hecho, se lo dijo a Ron. Le dijo que tú le gustabas y que él estaba siendo injusto contigo. Pero Ron no quiso creerse que te sintieras atraída por él. Principalmente porque en aquellos momentos, él no consideraba posible que eso fuese cierto.

- ¿Ron creía que sería imposible que yo me fijase en él como chico además de cómo amigo?

- Sí.

- ¿Y por qué?

- Digamos que porque él…siempre se ha sentido de alguna forma, inferior a ti. Como si no estuviese a tu altura. Como si tú no le considerases lo suficientemente bueno para ti. Eso le producía rabia además de frustración y por eso y otras muchas cosas negativas que sentía hacia ti en aquellos momentos, reaccionó criticándote a más no poder.

- ¿Y cuándo sintió Harry que ya no soportaba escucharle más? O mejor dicho…¿Cuándo consideró necesario pegarle?

- Cuando Ron le dijo que todo iría mejor si tú no estuvieras en la vida de ninguno de ellos.

Al oír eso, los ojos marrones de Hermione volvieron a llenarse de lágrimas. Hagrid se las quitó con un dedo antes de que cayesen.

- No te deprimas de nuevo, por favor-. Pidió el semi gigante aún usando el tono dulce con ella-. Tú sabes perfectamente que no lo dijo en serio. Ron es muy hiriente en sus palabras cuando está molesto, pero si realmente no te quisiera o no te apreciara, no sólo no se habría relacionado contigo de manera amistosa sino que tampoco se habría enamorado de ti. ¿Verdad?

Ella asintió, pero eso no hizo que se sintiese mejor.

- De todas maneras-. Continuó Hagrid-. Tanto tú, como Harry y yo sabemos, que Ron os quiere a los dos muchísimo. Y también sabemos que cuando él te acusó de traidora en el baile de los campeones, lo dijo porque no quería admitir la realidad delante de ti y Harry.

- ¿Y esa realidad a la que te estás refiriendo tiene que ver quizás con que Ron estaba celoso de que yo hubiese escogido a otro chico en lugar de a él, como pareja del baile?

- Exactamente, Hermione. Eso es el trasfondo de todo. A Ron le gustas desde que estabais en cuarto. Pero no tuvo el valor de admitírtelo hasta que pasasteis a séptimo.

- A mí él me gusta desde el año pasado. Antes sólo le veía como un buen amigo. Pero cuando él estuvo con Lavender en sexto…Me entraron unos celos terribles. Entonces me di cuenta que él me gustaba como chico además de cómo amigo.

- Y eso nunca te ha sucedido con Harry. ¿Verdad?

- No. Para mí Harry Potter es el mejor amigo que he tenido y tendré en toda mi vida, pero no pienso en él como el hombre ideal para mí. Al menos no por el momento.

- ¿Por el momento?

- Lo digo por lo mismo que me ha sucedido con Ron.

- Ah, ya, entiendo por dónde vas. Tú te refieres a que, igual que un día descubriste que Ron te gustaba como chico, también podría sucederte con Harry pero hasta ahora eso no ha ocurrido. ¿Voy bien?

- Bien no, Hagrid, perfectamente.

- Y…aunque sea un poco cotilla por mi parte preguntártelo…¿Nunca te has planteado cómo te iría en una relación con tu otro mejor amigo?

- No digas otro, Hagrid, porque para mí, Harry es el mejor amigo de los dos que llevan conmigo siete años seguidos.

- Vale, rectifico. Harry es para ti el mejor amigo que has tenido jamás y Ron es sólo tu novio.

- No, Ron es mi novio y un buen amigo. Pero Harry es el mejor amigo, ahí está la diferencia.

- ¿Y qué es más importante para ti, tener un buen novio o un mejor amigo?

- Un mejor amigo, Hagrid. Las relaciones amorosas pueden terminar tan fácilmente como empiezan. Pero si la amistad es buena, ese lazo no se rompe nunca por mucho que esos amigos puedan discutir o incluso pelearse.

- Entonces…¿Tú jamás dejarías de ser amiga de Harry y Ron?

- Por supuesto que no. Al menos no por mi parte. Si ellos me dijesen "ya no soy tu amigo" tendría que conformarme con perderles. Pero estoy completamente segura que yo no les abandonaría a no ser que hiciesen algo imperdonable para mí.

- ¿Algo como qué?

- No lo sé, pero sería suficientemente horrible como para no querer volver a verles las caras mientras yo viviera.

- Ponme un ejemplo.

- Matar a mis padres, ése es uno buenísimo. No soportaría ser amiga de la persona que acabó con quienes me trajeron al mundo y se han ocupado de mí durante todo lo que llevo de vida.

- Entiendo perfectamente por qué dices eso, Hermione.

- Puede que Ron y Harry no tengan una relación tan buena con sus padres como sí tengo yo con los míos. Principalmente porque en el caso concreto de Harry, él ni siquiera ha podido tenerla ya que Voldemort mató a James y Lily cuando Harry tenía tan sólo un año. Pero aún así, soy perfectamente consciente de lo mucho que le habría gustado a mi mejor amigo, tener una relación normal con ellos. Respecto a Ron…

- Sus padres sí están vivos y le quieren igual que al resto de sus hijos así como quieren a su única hija…

- Que dicho sea de paso vuelve a ser la novia de Harry este curso escolar…

- Pero tú no valoras igual la relación que tienen los Weasley con Ron que la que sí tienes tú con tus padres. ¿A que no?

- Claro que no. Mis padres no son nada parecido a los suyos y no sólo porque sean tan muggles como yo sino porque el concepto que tienen mis padres de familia y de cómo educar a los hijos, es muy distinto a como siempre he visto que llevan en el hogar de los Weasley. Igualmente no dudo de que Arthur y Molly quieran con locura a todos sus hijos y a su única hija. Lo que sí creo…es más, incluso siento…es que…por mucho que ahora yo sea la novia de uno de sus hijos, ellos nunca me verán como alguien de la familia. Algo que no sucede con Harry. Yo diría que los Weasley adoptaron a Harry como parte de la familia incluso mucho antes de que él decidiera hacerse novio de Ginny.

- ¿Y a ti te gustaría tener una relación tan cercana con los Weasley como siempre ha tenido Harry?

- No lo sé, sí en ciertos aspectos, no en otros.

- ¿Y cuáles son los más grandes, los ciertos aspectos o los otros?

- Los otros.

- Entonces no tienes que preocuparte, Hermione…

- ¿Por qué lo dices?

- Porque realmente, los Weasley no te importan tanto ni tampoco te inquietan como tú crees creer.

- ¿Ah no?

- Si lo hicieran, estarías buscando desesperadamente su aprobación. Y eso es algo que tú nunca has hecho, al menos a mí no me has dado la impresión de necesitarlo.

- Porque no lo necesito, Hagrid. Pero si algún día Ron y yo fuésemos un matrimonio…A mí me gustaría que su familia me considerase un miembro más de su clan y no sólo la esposa de uno de sus hijos.

- Sigo entendiendo todo lo que me dices, Hermione. Aún así…me mantengo en mi opinión. Tú no necesitas tanto a los Weasley como sí quieres creer. Realmente creo que ni siquiera necesitas a Ron para ser feliz. Sin embargo…

- Dilo.

- Sí necesitas a Harry.

- Eso que nadie lo dude. Por él soy capaz de todo…Y por su seguridad…

- Harías lo imposible porque estuviese a salvo. ¿Verdad? Incluso dar tu vida para salvar la suya.

- Por supuesto que la daría.

- Porque le quieres.

- Tanto como no puedo ni describirte. Harry es para mí, algo esencial no sólo para mi felicidad sino también para mi vida. Si él desapareciese, creo que perdería una parte de mí tan importante y grande como para sentirme incompleta si él no está conmigo.

- Ya sé lo que te ocurre-. Dijo Hagrid colocando un poco de pelo de Hermione tras una de las orejas de ella. La castaña le miró curiosa.

- ¿Qué me ocurre con qué exactamente?

- Con muchas cosas que me has contado, Hermione, pero sobre todo con lo que sientes de verdad por Harry.

- ¿Lo que siento de verdad por Harry?

- Eso he dicho.

- ¿Crees que no sé lo que siento por él?

- Creo, que tú crees saberlo, pero realmente no eres consciente de todo lo que sientes por tu mejor amigo, sino sólo de una parte. Aunque es una parte muy importante, sin duda.

- ¿Y qué, según tu intuición es lo que me ocurre o incluso siento, por mi mejor amigo?

Hagrid abrió la boca para responder, pero en ese momento, la puerta de su cabaña se abrió con estrépito para dar paso a Ginny. Quien apareció con la cara desencajada de angustia.

- ¿Qué te ocurre?-. Preguntó Hermione bajándose del sillón de Hagrid y acercándose a la pelirroja-. Estás pálida…- dijo preocupada.

- Harry está en la enfermería-. Apuntó la hermana de Ron al mismo tiempo que sus ojos marrones se llenaban de lágrimas-. Le busqué por todo el castillo porque quería hablar con él y cuando sólo me faltaba la enfermería, vi salir de ella a la Señora Pomfrey. Al verme en la puerta, ella me dijo que mi novio estaba inconsciente desde anoche. Por lo visto, un animal peligroso le atacó en la pierna derecha y ella ha pasado varias horas curando a Harry. Ahora está dormido porque Pomfrey le dio un sedante además de otros remedios curativos. Pero lo peor de todo es que ella no me ha dejado verle. Dice que no quiere que ninguno de sus seres queridos le vea hasta que él tenga mejor aspecto. Por lo visto no quiere preocuparnos. Pero yo no puedo evitar asustarme cuando ni si quiera me dejan ver a mi novio. ¡Seguro que cuando despierte y se vea sin más compañía que la de la señora Pomfrey, se asustará mucho!

- Eso no es cierto-. Dijo Hermione amablemente frente a Ginny-. Harry ha despertado solo en esa misma enfermería, más ocasiones que a la que tú te estás refiriendo, Ginny. Y nunca se ha asustado al no vernos a ninguno de nosotros. Es más, creo que lo normal para él, es verse solo, porque así es como se ha sentido la mayor parte de su vida.

- ¿De qué estás hablando?-. Quiso saber la pelirroja mirando con recelo a Hermione-. ¿Y por qué piensas eso cuando no es verdad?

- ¿Qué no lo es?-. Cuestionó Hermione mirando significativamente a Hagrid. El semi gigante asintió demostrándole a la prefecta que entendía perfectamente a lo que ella se refería en aquél punto de la conversación.

- Pues claro que no-. Insistió Ginny mirando mal a Hermione-. Y no sé cómo puedes decir algo así cuando tú precisamente eres la mejor amiga de Harry y también su sombra. Ya que no le dejas solo a no ser que tú misma estés ocupada en algo. Si incluso a veces tenemos que quitarnos de tu vista y la de mi hermano para poder tener algo de intimidad entre nosotros…

- Para que luego me diga Ron, que Harry y ella no se esconden para estar solos por mucha gente que tengan alrededor-. Dijo Hermione aún mirando a Hagrid. El semi gigante se rió por lo bajo, Ginny bufó en señal de molestia. Eso hizo reír otra vez a Hagrid.

- Mira, Hermione, no sé a qué viene ahora eso que has dicho y la verdad es que tampoco me importa en estos momentos. Sólo vine a buscarte porque Ron me dijo que estabas aquí y pensé que quizás te gustaría saber lo que le ha ocurrido a mi novio que de sobras sé, es tu mejor amigo. Ahora que, si tan claro tienes que no te preocupa lo solo que pueda sentirse Harry si no te ve, prefiero ser yo la única que vaya a la enfermería y quedarme en la puerta hasta que el mismo Harry salga de ella o la señora Pomfrey cambie de idea y me deje entrar a verle.

- Ginevra Weasley-. Dijo Hermione con seriedad mirando a la pelirroja-. Que sea la primera y última vez, que te oigo decir que no me importa que Harry se sienta solo o que yo no esté con él. La verdad es que no sé cómo has podido decir algo así cuando tú misma has reconocido, que eres consciente de la amistad tan grande que nos une. Y para tu información te diré, que tanto yo misma como el propio Harry, sabemos perfectamente lo mucho que nos importamos y lo que nos preocupamos el uno por el otro.

- Pues yo añadiré algo más-. Comentó Hagrid mirando también serio a Ginny-. Tú serás su novia, pero no conoces a Harry ni la mitad de bien de lo que sí crees conocerle. Si lo hicieras, habrías entendido a la perfección qué quiso decir Hermione cuando dijo que para Harry no representaba ningún problema verse solo en la enfermería cuando se ha sentido solo la mayor parte de su vida.

- Con todos mis respetos, Hagrid…- continuó Ginny mirándole molesta-. No te metas en lo que no te importa.

- Me meto porque sí me importa-. Apuntó el semi gigante poniéndose en pie y acercándose a la pelirroja. Quien tragó saliva cuando vio la mirada que él le dedicaba-. Sólo para que te quede bien claro, señorita Weasley…De las tres personas que estamos aquí presentes, la primera de todas en conocer a Harry fui yo. Yo también fui quien se presentó en el faro donde le tenían sus tíos, para evitar que él siguiera recibiendo cartas mágicas que le anunciasen su ingreso en Hogwarts. Yo fui la primera persona en traerle un pastel de cumpleaños y de paso fui yo mismo quien le dijo que él era un mago, cuando ni el propio Harry era consciente de que lo era. Así que no me digas lo que me importa y lo que no, cuando es de Harry Potter de quien estamos hablando. Porque para tu información te diré, que ese chico me importa más a mí de lo que nunca jamás te importará a ti.

- ¡Pero cómo te atreves a decirme algo así!

- Te lo digo y me atrevo, porque soy adulto, un profesor de este colegio, un amigo personal de Harry y porque además no tengo por qué medir lo que digo y lo que no, cuando estás presente. Para mí, tú no eres ni tan siquiera la mitad de importante de cómo sí me resulta Harry o incluso Hermione. A quien por cierto considero la única mujer y persona, que entiende y comprende a Harry, como jamás le ha demostrado ninguna otra fémina de este colegio. Ni siquiera tú, Ginny, por muy novia que seas ahora de él. Yo no dudo que él y tú os queráis, pero sí dudo que seas capaz de darle lo que él necesita para ser completamente feliz con alguien del sexo opuesto al suyo.

- ¿Qué has dicho?

- Lo que has oído, ni más ni menos. Y no pienso seguir aclarándotelo. Lo que sí voy a hacer es advertirte, como profesor de este colegio, que si vuelves a faltarme el respeto en tu trato hacia mí, te castigaré de tal manera que no volverás a pasar un rato a solas con Harry de aquí a que él termine su séptimo y último curso en Hogwarts.

Ginny le miró con asombro pero fue lo suficientemente prudente como para no pronunciar palabra alguna.

Hermione puso cara neutral mientras miraba tanto a Ginny como a Hagrid, pero en su fuero interno, se alegraba enormemente del corte que le había pegado Hagrid a la pelirroja. Sobre todo se alegraba haber oído una cosa tan bonita como la que había dicho Hagrid a la hermana de Ron, refiriéndose a lo mucho que él valoraba a Hermione respecto a lo conveniente que era ella para Harry.

En toda su vida de estudiante, Hermione jamás había creído que escucharía algo así no ya de un amigo personal como era Hagrid sino además por parte de un profesor. Los profesores no solían tener amistad con el alumnado ni tampoco compartir confidencias con ellos o escuchar sus problemas. Siempre mantenían las distancias, era necesario en su profesión para no dar lugar a malos entendidos ni tampoco a que los estudiantes les perdiesen el respeto.

Pero Hagrid nunca había sido como el resto de los profesores del castillo. Principalmente porque él se hizo amigo de Harry, Ron y ella incluso mucho antes de que le nombrasen profesor de Hogwarts. Esa amistad que vino antes de su profesión, le había propiciado tener una relación con el trío que se salía de lo normal entre los profesores y los alumnos. Pero en su fuero interno, Hermione se alegraba de tener un profesor que no sólo fuese bueno en su trabajo de enseñante sino también un amigo excepcional y leal como siempre lo fue de ella y sus dos mejores amigos.

Al oír como él pronunciaba su nombre, la castaña le miró dejando sus pensamientos a un lado.

- ¿Sí Hagrid?

- Vamos a ver a Harry. Yo también quiero saber cómo está.

- Iré con vosotros.- dijo la pelirroja comenzando a caminar tras ellos.

- Por supuesto-. Apuntó el semigigante situándose al lado de Hermione, quien le miró sonriente a la vez que le guiñaba un ojo-. Pero no pienses que te dejaré entrar en la enfermería mientras Hermione y yo estemos ahí.

Ginny se paró en seco.

- ¿Por qué?-. Quiso saber ya sin ningún rencor ni desprecio en su tono de voz.

- Porque ahora mismo, estoy molesto contigo, señorita Weasley. Y apostaría todos los pelos de mi espesa barba a que Hermione también lo está. Y como amigo que soy de ella, no tengo ninguna gana de compartir espacio con una persona que nos ha despreciado tanto a ella como a mí, hace sólo unos minutos.

- Yo…- dijo Ginny tomando conciencia de cómo había metido la pata-. Lo siento.

Hermione notó sinceridad en su tono de voz, ella miró al semi gigante. Él no quiso conmoverse. Hagrid miró a la castaña y negó con la cabeza, la única prefecta de Gryffindor comprendió rápidamente, devolviéndole un gesto afirmativo. Él sonrió, contento de que ella respetase su decisión de no perdonar a Ginny por el momento.


Cuando Hagrid, Hermione y Ginny llegaron a la enfermería, se encontraron con Ron en la puerta de la misma. Él los saludó, Hermione ni si quiera le miró. Eso molestó al pelirrojo pero no quiso montar un número delante de su hermana y el semi gigante.

Hagrid y la castaña entraron en la enfermería, Ron se quedó fuera junto a su hermana. Pues ella le dijo que sólo Hermione y Hagrid debían pasar por el momento.

El pelirrojo preguntó por qué, pero Ginny no quiso darle más detalles hasta el instante en que vio cómo Hagrid y Hermione cerraban la puerta.


- Hola Poppy-. Saludó Hagrid amablemente-. La señorita Weasley nos ha dicho a Hermione y a mí que Harry estaba aquí. ¿Nos dejas verle?

- A ti sí, pero a ella no-. Añadió la enfermera mirando a Hermione. La castaña la miró alarmada.

- ¿Tal mal está?-. Quiso saber la Gryffindor.

- No, ahora está a salvo-. Apuntó Pomfrey volviendo a mirar a Hagrid-. Pero sigue pálido. Perdió mucha sangre, creí que no conseguiría salvarle…

- Pero lo conseguiste-. Dijo Hagrid mirando con cariño a su compañera y amiga-. Porque eres la mejor enfermera que ha tenido jamás este colegio.

- Gracias, Hagrid-. Dijo la buena mujer ruborizándose un poco, pues no estaba acostumbrada a que le hicieran cumplidos a menudo-. Tú puedes pasar a verle, pero no quiero que lo haga la señorita Granger. Sé perfectamente que si ella o incluso Ginny, viesen cómo está Harry ahora, se asustarían y prefiero evitarles ese mal trago.

- Por favor señora Pomfrey…- pronunció Hermione mirándola suplicante-. Déjeme ver a mi mejor amigo. Usted sabe tan bien como Hagrid, que ya he visto herido a Harry otras veces. No se preocupe por mí, le aseguro que no me asustaré si le veo pálido. Para mí es más preocupante aún el no poder verle. Si no compruebo por mí misma que está bien, entonces sí que me imaginaré cosas verdaderamente horribles.

- Créame señorita Granger…- continuó la enfermera con amabilidad-. La palidez a la que me refiero no es a la que usted está acostumbrada. Le aseguro, que es mejor que usted no vea al señor Potter hasta que él mismo despierte y pida verla o yo misma le dé el alta.

- ¡Pero…!

- He dicho que no, Hermione. Además, necesito que por el momento sólo Hagrid entre conmigo. Él es el especialista en cuidado de Criaturas Mágicas. Conoce todas las criaturas de Hogwarts mucho mejor de lo que yo misma sé sobre animales o seres capaces de causar heridas graves.

- Ah, ya entiendo-. Dijo Hermione de nuevo-. Usted quiere que Hagrid entre a ver a Harry para que le dé su opinión profesional sobre lo que ha atacado a mi mejor amigo…¿Verdad?

- Así es, señorita Granger. Por lo tanto… ¿será usted tan amable de esperar aquí hasta que tanto su profesor como yo misma hayamos comprobamos lo que necesitamos?

- Sí señora. ¿Luego podré ver a Harry?

- Por supuesto, querida-. Apuntó Pomfrey con una sonrisa-. De sobras sé que usted es no sólo la mejor amiga del señor Potter sino también la persona que más le quiere.

Hermione no dijo nada pero sus ojos marrones miraron los de la señora Pomfrey transmitiéndole que estaba de acuerdo con ella. Sin más, la enfermera y Hagrid entraron en la habitación de las camas.

Tras contarle lo que había tenido que hacer para curar a Harry, Hagrid se acercó hasta la cama donde descansaba el moreno y situó una silla junto a la misma, para poder observar al chico de cerca.

- Parece ser que su aspecto es bueno a pesar de lo pálido que está. Que lo está y mucho. Pero sé de sobras que la pérdida de una gran cantidad de sangre puede ocasionar una palidez como la que él tiene ahora.

- No es su palidez lo que más me preocupa, Hagrid, sino las consecuencias del arañazo que le hicieron en la pierna derecha. Si mueves la sábana, podrás ver el aspecto que tiene.

- ¿Tan malo es?

- Compruébalo tú mismo.

Sin más, Hagrid siguió la sugerencia de su amiga. Y una vez que retiró la sábana suficiente para ver las dos piernas de Harry, el semigigante emitió un sonido de asombro supremo que también denotaba preocupación.

- Por las barbas de Merlín…

- Pinta mal. ¿Verdad?

- De lo peor, Poppy. Creo que se está gangrenando.

- Eso parece, pero te aseguro que el antídoto que le apliqué, lo evitará. Igualmente me da mucha pena de Harry…

- Como si lo de Voldemort no hubiese sido suficiente. Ahora tendrá que lidiar con un nuevo problema en su vida que seguramente la trastocará por completo.

- Por eso quería que tú lo vieras antes que sus amigos o incluso su novia, Hagrid. Necesito tu opinión como experto en Criaturas Mágicas.

- Antes de emitirla dime sinceramente cuál crees tú que fue la criatura que le atacó.

- Quizás me equivoque, pero creo que pudo ser un Lipan. Sus garras son suficientemente potentes como para desgarrar así la piel de cualquier humano. Y por el aspecto del profundo arañazo que tiene la pierna derecha del señor Potter, estoy segura que fueron las uñas de un Lipan las que lo ocasionaron.

- Te doy la razón en esa sospecha, Poppy.

- ¿Qué ocurrirá ahora, Hagrid?

- Eso depende de lo efectivas que puedan ser tus curaciones. No me interpretes mal, no dudo de tu efectividad como enfermera. No es eso, Poppy. Pero me interesa mucho saber qué tipo de antídoto fue el que empleaste para eliminar el veneno que pudiera introducirle a Harry, esa terrible criatura.

- Usé el más potente y efectivo de todos los que conozco. El único capaz de anular hasta el más mortal de todos los venenos.

- Entonces obraste bien, Poppy. Pero me temo, que eso no evitará que Harry sufra las consecuencias de haber sobrevivido al Lipan.

- ¿Crees que se convertirá en uno de ellos?

- No lo sé. Esto no es igual que cuando un humano sufre la mordedura de un hombre lobo. Después de todo, el hombre lobo es medio humano media bestia. Los Lipan son criaturas mágicas completas. No tienen ninguna parte humana ni tampoco comportamientos de personas. Son bestias, monstruos asesinos sedientos de sangre y carne fresca. Es posible que Harry no se convierta en un Lipan completo, pero sí podría transformarse en una especie de híbrido que sin duda mataría con la misma efectividad que lo haría el monstruo original que le atacó.

- Entonces…¿Harry será peligroso a partir de ahora, podría atacar o incluso matar a cualquier persona de este colegio, ya sea estudiante o profesor?

- Por supuesto que podría. Y sí, Harry será peligroso. Por lo tanto, lo mejor que podemos hacer es aislarle de todas las personas de este castillo.

- ¿Deberíamos llevarle a San Mungo? Quizás allí encuentren algún remedio que le devuelva a la normalidad.

- No sé si existe alguna cura para los híbridos de Lipan, Poppy. Principalmente porque es la primera vez que veo que un humano sobrevive a un arañazo de estas criaturas. Aunque tampoco me extraña que Harry lo haya logrado. Él siempre ha sido muy fuerte, sobre todo por las ganas tan grandes que tiene de vivir. Ha pasado todo su crecimiento en Hogwarts, sobreviviendo a Voldemort y sus Mortífagos. Si Harry Potter ha conseguido acabar con ese psicópata y sus seguidores, estoy seguro que logrará sobrellevar esta nueva situación horrible que va a tener en su vida a partir de ahora.

- ¿Y si te equivocas, Hagrid, y si el señor Potter no consigue sobrellevarla? Imagínate que él se pone a matar gente o incluso criaturas del bosque prohibido. Imagínate que cuando eso sucede él no es por ejemplo consciente de lo que hace porque domine en él su parte animal. Pero luego…tomará conciencia de lo que haya hecho. Ya sea porque él mismo vea restos de lo que haya matado o porque alguien le diga que él ha sido el causante. Eso le crearía un sentimiento de culpabilidad tal, que no creo que pudiese asumir fácilmente.

- Tienes razón, Poppy, Harry es muy capaz de enfrentarse a cualquier batalla para salvar la vida, pero no es un asesino nato como sí lo era Voldemort. Tener muertes o asesinatos en su conciencia…Le serían muy difícil de sobrellevar o incluso aceptar.

- Podría llegar a creerse un monstruo de verdad y no sólo porque le hayan convertido en eso…

- Y si eso sucede entonces tendremos que lidiar con un Harry no sólo transformado en una bestia asesina sino en una persona que no se acepta así mismo ni a la situación que tiene que vivir por lo que le ha ocurrido con el Lipan.

- Claro que si él no hubiese desobedecido esa norma del colegio que dice que no se puede explorar a deshora, esto no habría sucedido.

- Que Harry Potter respete todas las normas del colegio es casi tan imposible como el hecho de que sus padres resuciten de repente.

- Tienes razón-. Dijo la enfermera riéndose un poco-. Harry siempre ha sido un merodeador nato, por algo es hijo de James…

- Me pregunto qué diría él si pudiese ver lo que le ha pasado a su único hijo…

- Probablemente le llamaría "estúpido" unas cien veces. Luego haría lo imposible por encontrar una cura o algo que evitase su transformación.

- ¡Eso es!

- ¿Qué es lo que es, Hagrid?

- ¡Tenemos que buscar algo que nos sirva para que Harry no se transforme en otro algo parecido al Lipan. Y si no existe ese otro algo, quizás sí encontremos la manera de evitar que se convierta en un asesino sediento de sangre!

- ¿Existe algún remedio o incluso alguna cosa que venza los instintos asesinos de los Lipans?

- Que yo sepa no. Esos instintos los llevan innatos, igual que su fuerza. Pero estoy convencido que si no podemos vencerles, al menos sí podremos controlarlos. Hay una leyenda que dice…

- Cuéntamela, Hagrid.

- Antes de eso, debería hablar primero con Irma.

- ¿Para qué necesitas el consejo de nuestra bibliotecaria?

- Su consejo no, encontrar un libro que necesito sí. Y sólo ella conoce todos los libros que tenemos en Hogwarts.

- Cambiaré la pregunta: ¿Para qué quieres consultar un libro si según tú, no existe cura posible para que Harry no se convierta en un Lipan?

- La leyenda que aún no te contado, está en ese libro. En ella se dicen varias cosas que podrían sernos útiles a la hora de controlar a Harry. Cuando la haya leído y revisado por completo, vendré a decirte todo lo que sé sobre ella. O puede que no sea yo quien te lo cuente, sino otra persona a quien también le apasionan los libros y que haría cualquier cosa, por su mejor amigo.

- Por supuesto te refieres a Hermione.

- Sí, Poppy. Estoy seguro que tanto Irma como ella, no dejarán de buscar en cada libro de Hogwarts, hasta encontrar lo que necesitamos para que Harry vuelva a ser el que era.

- ¿Puedes al menos decirme lo más importante de esa leyenda antes de que me cuentes de qué trata?

- Lo único que puedo adelantarte, es que aporta lo que se supone la clave, para acabar con la bestia interna que pronto dominará a Harry.

- ¿Y esa clave es?

- Matar al monstruo.

- Por las barbas de Merlín…

- Entiendo que te asuste, Poppy. Porque estoy seguro que también comprendes lo que eso implica.

- Si matas al monstruo, también matarás a Harry…Porque Harry será ese mismo monstruo…

- Eso es. Por eso necesito encontrar el libro de la leyenda. Quiero leerlo con detalle, puede que encontremos más cosas aparte de esa medida extrema, que nos sirvan no sólo para acabar con el monstruo que pueda habitar en Harry sino conservar la vida del Harry humano que tanto hemos querido siempre todos nosotros.

- Espero de corazón que lo consigas, Hagrid. No quiero ni imaginarme, el dolor tan grande que produciría en Ron, Ginny y Hermione, la muerte de Harry Potter.

- Sobre todo en ella…

- Sí, sin duda alguna la señorita Weasley sería quien más le lloraría. Después de todo es su novia.

- Yo no me refería a esa "ella"-. Apuntó Hagrid mirando significativamente a la señora Pomfrey-. Sino a la única "ella" que ha estado al lado de Harry de manera incondicional, durante siete años de sus respectivas vidas. Es más, yo creo que para Harry, "ella" es única y también insustituible.

- Vuelves a referirte a Hermione.

- Por supuesto, es la única mujer y persona que conozco, que no sólo es capaz de hacer cualquier cosa por Harry Potter, sino que también es quien más le quiere.

- En eso, estoy completamente de acuerdo contigo, Hagrid.

- Espero de corazón, que el amor desinteresado que siempre le ha mostrado Hermione a Harry, unida a esa amistad leal y verdadera que sólo ella es capaz de transmitirle…Sirvan de algo para dominar al monstruo si por cualquier motivo, no conseguimos matarle y salvar la parte humana de Harry al mismo tiempo.

- ¿Amor desinteresado? Ah, espera, ya sé a qué tipo de amor te estás refiriendo. Después de todo, ese amor va incluido en la amistad tan fuerte que siempre le ha unido ella al señor Potter.

- Así es, Poppy.

- ¿Y tú crees de verdad que eso será suficiente para dominar al monstruo que habitará en el interior de Harry?

- Lo creo. Siempre se ha dicho que "eso" todo lo puede. Hasta las cosas más imposibles.

- Pues yo espero que no te equivoques, Hagrid. De sobras sé que nadie más que tú, entiende de bestias y criaturas mágicas. Además, durante años te he visto no sólo dominarlas sino domesticarlas. No creo que exista una sola criatura del bosque prohibido, que no obedezca el sonido de tu voz o un gesto concreto que le hagas.

- Existe una que nunca me ha obedecido. Precisamente porque yo no sabía, que estaba en el bosque.

- El mismo Lipan que ha atacado a Harry. ¿Verdad?

- Sí. Ignoro cómo y cuándo llegó al bosque prohibido. Pero pienso hablar con Firenze para que me ponga al corriente. Después de todo, los centauros siempre están al tanto de todo lo que ocurre. No en vano se consideran los guardianes del bosque.

- ¿Me contarás luego lo que él haya podido decirte?

- Por supuesto, querida amiga.

- Tendríamos que informar a McGonagall de lo ocurrido al señor Potter. Ella como directora de Hogwarts debería estar al tanto. ¿No crees?

- Desde luego que lo creo. Pero no le digas nada todavía. Primero quiero ver cuánto tarda Harry en cambiar.

- ¿Quieres esperar a que mate?

- No, Poppy. Quiero comprobar durante cuánto tiempo puede seguir siendo humano antes de convertirse en una bestia asesina.

- Entonces…guardaré el secreto de lo ocurrido hasta que tanto tú como yo notemos los primeros síntomas de cambio en el comportamiento o incluso aspecto, del señor Potter.

- Gracias por apoyarme en esto, Poppy.

- De nada, Hagrid.

- Ahora, si te parece bien, iré afuera a decirle a Hermione que puede pasar a ver a Harry.

- De acuerdo. Pero primero cúbrele con la sábana. No creo que deba verle desnudo.

- Ah no, claro…

La señora Pomfrey se rió un poco por el despiste que había tenido el semi gigante. Y justo después de que él cubriese al moreno, tanto él como ella salieron para decirle a Hermione, que podía verle.


Continuará.


Nota de la autora 2: El monstruo presentado aquí como Lipan, del que conoceréis más datos a partir del segundo capítulo, no existe ni sale en los libros de Harry Potter. Es decir, que es de pura y original creación mía. No confundáis la palabra "Lipan" con la de "Lycan". Pues aunque se parezcan, no tienen el mismo significado. "Lycan" en inglés, es la acortación de "Lycantroph" que en castellano significa "Licántropo", más comúnmente conocido por "Hombre Lobo." De todas maneras, a partir del segundo capítulo, se incluirá una conversación entre Hagrid y la señora Pomfrey, sobre los "Lycans" y los "Lipans". Ahí aprenderéis más de la bestia que ha atacado a Harry en este primer capítulo.

Conforme avance la historia, vais a conocer a dos personajes que también son de mi invención. ¿Recordáis a Tracy Jonhson de "Salvaje"? Ella también era de mi propia creación y no de la de J.K. Bueno, pues en esta nueva historia que hoy os he presentado, van a salir dos personajes nuevos: un chico y una chica. Creo que os van a gustar, aunque también podéis cogerle a él algo de recelo porque…digamos que va a interesarse por una chica concreta, que también interesa a dos chicos concretos. El nuevo personaje del que os hablo y que todavía no conocéis en este primer capítulo del fic, será un rival bastante potente de superar para la opinión de los dos chicos. Ya entenderéis por qué conforme avance la historia. Sin más, me despido, espero que hayáis pasado un verano fantástico (excepto en Chile y Argentina que si la memoria no me falla ahora están en invierno) y que hayáis ligado bronce (ponerse moreno/a). Yo he vuelto a casa bastante morena y no es de extrañar cuando he pasado tanto julio como agosto, en la playa con mi familia.

Un abrazo fuerte de oso, cuidaros mucho. Atentamente: RAkAoMi. -)