Debía de admitir que la canción le gustaba, invitándole a mover las caderas con suavidad y provocando que ignorara como Peter la tomaba delicadamente de la mano, acercándola a él.

Lo notó demasiado tarde cuando, al salir de su ensimismamiento se vio a sí misma a escasos centímetros del rostro de Peter.

En un momento de cordura, rompió el hechizo diciendo con voz fuerte y brusca algo sobre que no la comparara con una de esas con las que solía pasar la noche, aquellas que se dejaban encantar por él y..

-...tu pelvis seductora...- terminó, su piel verde oscureciendose en un intento de sonrojo.

Él, por su parte, apenas lo notó. Su mente se hallaba rebuscando una explicación lógica a su repentina atracción hacia Gamora, preguntándose: ¿Qué le estaba ocurriendo? ¿Qué pasaba por su mente en el momento de preocuparse por ella y salvarla de que Drax la asesinara? Nada tenía sentido. ¿Qué era ese aleteo que sentía en el estómago al verla cerca?

Y lo último, pero más importante ¿Por qué, conociendo como era ella, había intentado besarla? Y esa desazón que sentía en su interior al verla rechazarle, ¿qué significaba?

Lo único que se le ocurría para justificar sus acciones era que él...se estuviera enamorando suyo.

Negó con la cabeza interiormente. Eso era totalmente imposible. Ellos solo debían de ser socios, aunque el rubio no iba a negar que ella le atraía de sobremanera, tentándolo con su continuo contonear de caderas y alterandolo con la seriedad de su rostro.

Sintió el impulso de acorralarla sin darle oportunidad de escapar, pero se contuvo.

Ambos, Gamora y Peter, miraron las estrellas, sus corazones latiendo a un ritmo rápido y desigual, con la confusión y el miedo inundandoles sus rostros, como clara evidencia de los sentimientos que profesaban.