Sonic: Estrellas del futbol: Liga Master

Capítulo 1: El inicio de la justa

Station Square, una ciudad moderna, definida por el concreto y la tecnología, esta última era su firma principal, cuestión que era notoria en el estadio Capitol, hogar del equipo de los Red Rings.

La liga había comenzado, las butacas estaban cubiertas por el rojo de las camisetas de los hinchas locales, gritos de euforia acompañaban a las clásicas porras, banderas con el logotipo del club ondeaban junto con otras con los rostros de los miembros más destacados del equipo, sobretodo con la inconfundible cara de Sonic el erizo, el delantero capitán del equipo.

La patada inicial era del local, Sonic tenía el balón a sus pies y al frente suyo estaba su leal compañero, Tails, no el más habilidoso de todos pero sí el más confiable. El árbitro, un puma que miraba atentamente su reloj antes de poder dar el primer pitido se encontraba a un lado de ellos.

—Recuerda, yo iré por la banda y tú por el centro —dijo Sonic a su compañero.

Tails asintió, él ya comprendía qué tenía que hacer, pero sabía que a Sonic le agradaba tener la certeza de un plan de juego bien comprendido.

—Y Knuckles por el otro extremo, sí, lo discutimos varias veces, Sonic. —Sin embargo, la constante insistencia del capitán lo llegaba a hartar en ocasiones.

La noche era testigo del encuentro, los reflectores iluminaban el campo magistralmente, con el verde del césped mostrando un tono más humilde gracias a ello. El árbitro pitó generando más gritos de emoción de los anhelantes espectadores, Sonic dio el pase inicial a Tails quien inmediatamente se lo devolvió, un contrincante, del equipo de los Waves de Emerald Coast intentó quitarle el balón, pero aquel mapache no fue lo suficientemente rápido ante la fugaz reacción de Sonic quién, como se había planeado, fue hacia la banda controlando el balón mientras burlaba a los de azul. Llegó a la banda derecha y avanzó unos cuantos metros hasta que fue interceptado por Shadow, su rival deportivo tanto en el encuentro como fuera de este, eran comúnmente comparados entre sí por su similitud de juego y habilidades, la rapidez la más evidente de ellas, Espio el camaleón apoyó a Shadow cubriendo a Sonic por un costado.

—¿Vas a algún lado? —dijo Shadow confiadamente.

Sonic solo esbozó una modesta sonrisa y pateó el balón con la parte interior, haciéndolo pasar por el estrecho espacio entre los contrincantes, este voló hacia Tails quien lo bajó de pecho y con ello lo envió a sus pies, generando una leve pero honesta ovación de los espectadores.

—Con su permiso —dijo Sonic burlonamente haciendo un gesto de despedida solemne antes de dirigirse rápidamente al área grande de la zona del portero.

Shadow gruñó y miró a Espio.

—¿Qué esperas? ¡A por él! —dijo Shadow con un tono de molestia, después siguió a Sonic y Espio se unió a la persecución.

Tails lograba hacerse camino entre la defensa del contrario, frecuentemente usando la parte externa del pie para mantener la posesión del balón y esquivar las constantes barridas, se cerró el espacio que tenía al frente gracias a dos audaces defensas, Tails no tuvo más remedio que buscar un relevo.

—¡Knuckles! —Tails pateó con fuerza el orbe y lo envió hacia Knuckles quien esperaba junto a la banda.

—¡Al centro! —comandó Knuckles al saltar arriesgadamente dando una voltereta hacia atrás, logrando patear el balón justo con el empeine, cayendo después sobre la espalda.

Sonic ya esperaba en el área chica del portero, cuidando su posición, Tails resguardaba el área grande, continuamente evitando la presión de los dos defensas. Sonic se posicionó donde predijo que caería el balón y lo golpeó con la parte superior de la cabeza, mandándolo por encima del travesaño. Los Red Rings hicieron gestos de disgusto, hinchas y jugadores, contrastadas con las caras de alivio del equipo visitante.

—¡Vamos, vamos, ya! —apresuró Shadow al portero quien era un joven gato negro, Reflex el gato, él solo ignoró su autoritaria actitud y colocó el balón en el pasto, retrocedió unos cuantos pasos y en seguida pateó el balón, enviándolo más allá de media cancha.

Shadow se había adelantado y rondaba ya a tres cuartos del lado del equipo local, rozando la línea del área del portero, intentó recibir al balón con el pie pero Silver, el defensa estrella del equipo, se barrió errónea y precipitadamente, derribando a Shadow y haciendo que el balón regresara a posesión del equipo de Sonic, Ámbar el lobo, centrocampista cuyo pelaje le hacia total honor a su nombre, despejó la pelota, inútilmente ya que el árbitro marcó falta.

—¡Qué rayos te sucede! —Shadow empujó a Silver apenas se levantaron ambos del suelo—. ¡Pudiste haberme lesionado!

—Guau, ¿tan frágil eres? —respondió Silver, el árbitro lo escuchó y levantó el cartón amarillo.

—¡Oiga! ¡¿No vio el empujón?! —Silver estaba exaltándose, cuestión que Ámbar notó e inmediatamente fue con Silver y lo alejó del árbitro.

—Calma, amigo, lo que menos necesitamos ahora es que te expulsen —argumentó Ámbar.

Silver suspiró, aún con enojo.

—Ya sé, como sea. —Silver se apartó de él.

El árbitro silbó marcando penalti.

—¿Qué? —se dijo a si mismo el portero, Chase el gecko, empezó a dirigirse hacia el árbitro—. Perdón. —Intentó Chase mostrar el mayor respeto posible—. Pero eso fue tiro libre. —El árbitro negó con la cabeza y pitó nuevamente para que los de azul cobrasen el penalti.

Espio fue y se reunió con Shadow junto con Gray el mapache, uno de los delanteros más impredecibles de la liga.

—¿Y bien? —dijo refiriéndose a quién tiraría.

—Yo lo haré —dijo Shadow sin vacilar.

—Capitán. —Gray le tenía respeto a Shadow por su habilidad para liderar, aunque en ocasiones fuese algo mandón—. He estado practicando, déjeme intentarlo.

—Ya tendrás tu momento, chico —dijo Shadow, tomando del suelo el balón que se le había facilitado para realizar el tiro, después fue detenido por Espio en su caminar.

—¿No crees que deberías dejarlo? —inquirió Espio—. Seguro quiere compensar lo que ocurrió en la pretemporada.

—¿Qué parte de 'yo lo haré' no entendiste? —Shadow le dio una mirada definitiva y siguió su camino hacia el punto penal. Llegó y bajó el balón y comenzó a tomar vuelo.

«Enfocado, Chase», pensó el gecko de grises escamas. «Irá directo a tus guantes, no lo podrá ni creer», continuó hablándose en sus pensamientos, extendió las manos a los lados, cada una cubriendo un sector de la portería al igual que sus pies, solo veía a Shadow correr a máxima velocidad hacia el balón, su instinto le dijo que tiraría a la derecha sin lugar a dudas, Shadow pateó el balón fuertemente, Chase se lanzó una fracción de segundo antes de dicha acción, cayendo en el duro césped, con ambas manos alzadas. El agobio le llegó prontamente al escuchar el grito de gol de los hinchas visitantes y de la robótica voz del estadio.

Sonic bajó la mirada y sacudió la cabeza con decepción, al igual que Tails y Knuckles. Shadow pasó corriendo junto a ellos listo para la siguiente jugada.

—¡Uno y faltan tres, muchachos! —les dijo Shadow engreídamente, provocando en ellos fingidos gestos de indiferencia.

Los minutos pasaron volando después del gol, Sonic y Tails trataron de replicar la jugada todo lo que pudieron pero el equipo rival se los hacía cada vez más difícil. Durante el resto del primer tiempo el equipo de Shadow se comportó defensivamente, protegiendo la anotación que les estaba dando la ventaja. El árbitro silbó señalando el final del primer tiempo.

Quince minutos después, estando todos ya preparados para la parte complementaria, el entrenador, Vector el cocodrilo, les daba a sus jugadores indicaciones en los vestidores.

—¡Quiero que los enfrentes, Tails! No flaquees con los defensas! —dijo Víctor con un tono de regaño—. ¿Por qué no quieres tener el balón?

—Entrenador, esa defensa encabeza todas las listas y no puedo pasarlos yo solo, usted lo sabe —justificó Tails.

Vector soltó un suspiro.

—No me importan las listas, reportajes o lo que sea que hayas visto, tú y Sonic van a repetir esa jugada y no quiero que le des pase a nadie hasta que los burles —ordenó Vector.

—Pero… —Tails fue interrumpido por Vector.

—¡Ya dije! —acentuó Vector, levantándose del banco y dirigiéndose hacia la puerta que daba a los túneles seguido por sus jugadores.