Tatarara ¡bien venidos a mi nuevo fic!
((Tatarara ¿a quien le importa?))
Hoy si que estas de malas. Bueno, el otro día estaba leyendo "Ellos ya no están"
((¡¿Qué clase de loca lee sus propios fics?!))
¡Esta clase de loca! Ahora cállate Z
((No, en todo caso ¿Qué tiene que ver eso con esto?))
Que leyendo esa historia me pregunte, ¿Qué habrá sentido Mello antes de morir?
((Dudo mucho que esto))
Si, ya lo sé, pero es que comencé a divagar y bueno, termine con esto, no me culpes por dejar volar mi imaginación, ¡SI A LA LIBERTAD DE EXPRECION!-sale corriendo.
((Okay, muy bien les diré ¡mejor corran mientras puedan!, pero si quieren seguir le advertiré, tiene OOC y faltas de ortografía, sigan bajo su propio riesgo))
¡ya volví! Por favor, sigan leyendo, no hagan caso a lo que dijo Z
((¿Mencione que nada de esto ocurrió, y sería imposible que ocurriera?))
Z, para eso escribo fics.
((Bueno, como sea, entonces síguele))
Disclamer: Death Note no me pertenece si no L, Matt y Mello seguirían con vida.
Oh si y una última cosa.
Z y Zachy: ¡NO HAY YAOI!
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El cielo estaba rojizo, y la luz teñía los adoquines y las lapidas de rojo, el aire se sentía pesado y no había nadie a demás de él.
-como si este maldito lugar no fuera ya muy tétrico-se quejaba un rubio, mientras miraba las lapidas, en una mano traía una barra de su preciado chocolate y en la otra un ramo de rosas negras y azules. Él lo sabía, pronto iba a morir, después de todo ese era el plan, pero antes necesitaba despedirse de él, él se lo merecía. Por fin encontró su objetivo, una lapida sin nombre, pero quizá la más importante, estaba cubierta por algunas hojas secas. Mello se agacho frente a la tumba, quito las hojas, coloco el ramo y se levanto.
-lamento no haber venido antes, bueno…pues…tú sabes, estuve-suspira-ocupado-se sentó frente a la tumba y comió un trozo de su chocolate-¿sabes L?, tal vez debí haber aceptado trabajar con Near-suspiro cansado-tal vez podríamos haber atrapado a Kira sin necesidad de esto, tú tenias razón, competir con Near no me llevo a nada bueno-agacho la cabeza y una lagrima casi escapa de sus ojos azules-lo siento L, te decepcione, lo sé, lo sé y lo lamento-una mano toco su hombro y al levantar la vista se encontró con L o más bien con su espíritu, por la sorpresa dio un salto hacia atrás y se golpeo en la cabeza al caer en el suelo, después volvió a levantar la vista y se encontró de nuevo con L, él lo miraba y sonreía disimuladamente.
-T-tú L, e…¡eres tú!-sus ojos estaban abiertos como platos.
-si, así es Mello, bueno…más bien soy mi espíritu o no lo se-se puso el pulgar en la boca-no lo había pensado-
-¿cómo es que estas aquí?- se sentó.
-no fue fácil-también se sentó (a su manera)-pero no importa, la idea es que estoy aquí-
Se miraron durante varios y largos minutos, sin mover ni siquiera un musculo, Mello miraba directamente a esos ojos negros y profundos, sabiendo que ellos lo miraban también. L miraba al joven frente a él, la última vez que lo vio era un niño, ahora sus facciones eran las de un adulto, su mirada se había hecho más amarga, pero aun podía distinguir una pisca del pequeño Mello que él había conocido.
-vaya que has crecido Mello, tu cabello se ve diferente, más desordenado y largo-Mello lo observo un momento, L se veía igual a como lo había visto la ultima vez, agacho la cabeza.
-si, bueno… ha pasado el tiempo-
-si, ahora debes tener unos 20 ¿no?-Mello asintió sin levantar la vista, guardo el silencio un momento y después hablo.
-L, dime, ¿Cómo se siente….morir?-L abrió los ojos con sorpresa, pero después recupero su inexpresiva mirada.
-no sabría describírtelo Mello-
-¿no puedes intentarlo?-
-creo que sí, veras, sientes como una punzada en tu corazón, mientras lentamente pierdes la capacidad de respirar y oír, sientes mucho frio y miedo, mucho miedo, algunos recuerdos vienen a tu mente, mientras lentamente todo se va a negro. ¿Sabes Mello? No puedes saber que te quedaste dormido hasta que despiertas, pues es lo mismo con la muerte, no me di cuenta en qué momento mori, hasta que desperté en un lugar que no conocía, todavía no sé que es, pero supongo que debe ser mi cielo-aguardo a recibir una respuesta del rubio y al no obtenerla prosiguió- Watari también está ahí y te manda saludos-
-¿Watari está contigo? Pues me alegra, ojala yo pudiera ir con ustedes-L se acerco un poco.
-claro que puedes, ¿Por qué no podrías?-trata de mirarlo a los ojos pero Mello esquiva su mirada.
-eh hecho cosas horribles, cosas, que no tienen perdón, lo más probable es que me vaya al infierno, después de todo eso es lo que merezco-
-¡no!-Mello levanto la vista, nunca había escuchado a L alzar la voz-no Mello, no hables así, tú no puedes ir al infierno-
-¿Por qué lo dices?-
-porque los niños no pueden ir al infierno-Mello no sabía si se burlaba de él o qué, pero la verdad L sonaba muy seguro de sus palabras.
-L, no soy un niño, soy un maldito, un cretino, un imbécil y un egoísta asesino-L se acerco más y le acaricio la cabeza, tal y como cuando era un niño.
-¿en serio? Entonces ¿Por qué todavía veo al pequeño y asustadizo Mello? ¿Eh?-
-¿¡a que te refieres!? ¡Yo no soy asustadizo!-
-claro que si, todavía eres mi pequeño gatito asustadizo, y por eso no voy a dejar que te pase nada, confía en tu Nii-san-
-me temo que no puedes hacer nada L, nada-las lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos, antes de que pudiera hacerlo él, L le limpio las lagrimas.
-¿tienes miedo Mello?-no respondió, L lo acerco a él, estaba frio y los latidos de su corazón, que en la niñez lo habían calmado tantas veces, ya no existían, sin embargo Mello se sintió más calmado, como si volviera a aquella época donde era feliz, aquella época en Wammy's house, sus ojos se sentían pesados, los cerro, todo estaba negro, pero a lo lejos se escuchaban unas voces, unas familiares voces…
-¡Matt ven aquí! ¡No corras cobarde!-de repente Mello se encontraba en Wammy's, corría por los pasillos y finalmente se encontró con su amigo de ojos verdes-¡te encontré!-
-¡Mello no me golpes!-
-nah, no vale la pena-camino en otra dirección-¡vamos camina!-el pelirrojo lo siguió.
-¿A dónde vamos?-
-a la cocina-Mello no sabía que pasaba, no podía controlar su cuerpo, aunque ya se había dado cuenta de que era muy pequeño, tendría su años, miro a Matt de reojo, el tendría su seguramente ya fumaba, lo hacía desde muy pequeño, llegaron a la cocina y se escabulleron hasta donde las cocineras guardaban las golosinas, ahí estaba L tratando de abrir el mueble, mientras Near vigilaba la entrada.
-hola Near-Matt revolvió los cabellos del menor.
-hola Matt, hola Mello-
-hola pelusa-se acerco a L-hola Ryuzaki-debían llamarlo así, pero ellos sabían perfectamente quien era-¿todavía no logras abrirlo? - el pelinegro lo miro y negó con la cabeza, Mello se acerco y con un alambre que llevaba en el bolsillo abrió el candado-tada, y así es como lo hace un experto-los otros tres le aplaudieron, L se agacho y le acaricio la cabeza.
-bien hecho, pero esto solo se hace en caso de mucha hambre-miro a los lados-o bajo mis órdenes-Matt y Mello se rieron bajito, los tres niños salieron cargando todo tipo de golosinas, mientras L se quedaba cerrando, al salir estaba una de las cocineras.
-así los quería pillar mocosos malcriados, no se comen la comida, pero se roban las golosinas-claramente estaba enojada.
-oh vamos, relájese, nos comeríamos la comida si es que no fuera tan mala-Mello adoraba hacer enojar a los adultos, no sabía porque, simplemente le encanaba, la cocinera tomo una cuchara de palo y lo golpeo-¡auch! ¡Oiga! ¡No tiene derecho a golpearme!-
-¿sabes lo que le pasa a los niños maleducados y desobedientes como tú?-
-no, ande, dígame-
-pues se van al infierno, donde arden por toda la eternidad-dijo de forma macabra, los tres niños abrieron los ojos de la impresión, entonces L salió de la cocina y la cocinera lo miro como si hubiera visto un fantasma, Mello se volteo a mirar a L, parecía claramente molesto.
-con que al infierno ¿eh?-el azabache se acerco y tomo a Mello en brazos, dejando que el pequeño escuchara sus latidos, calmados y constantes, que lo relajaban-me temo que está equivocada-tomo a Near de la mano-no importa cuán traviesos, desobedientes, maleducados o rebeldes puedan ser, los niños no van al infierno, porque sus almas son demasiado puras e inocentes-Matt se sujeto de la camisa de L, y comenzaron a caminar a la salida-ah, por cierto, le diré al señor Wammy que la despida, así que mejor vaya por sus cosas-
Todo comenzó a volverse negro, después Mello abrió los ojos, estaba en el cementerio y ya era de noche.
-¿fue un sueño?-se sobo la cabeza-se siente como una fuerte resaca-
-¿has bebido?-se volteo y vio a L parado junto a la cruz de su tumba.
-solo una vez y fue horrible-L se volteo y comenzó a marcharse.
-te estaré esperando Mello-el rubio se paro.
-si-se volteo-pero primero tengo que hacer algo-
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Near estaba jugando con un rompecabezas mientras revisaba los detalles del plan, un solo paso en falso y todos morirían, pero la verdad había algo que no le agradaba mucho.
Mello entro en la habitación donde estaba el albino sin saber exactamente porque lo hacía.
-buenas noches Mello-no volteo a mirarlo, pero no lo necesitaba, Mello era el único que no tocaba la puerta antes de entrar, nunca lo había hecho.
-buenas pe…Near-ahora si volteo a mirarlo, no le había hablado con su tono habitual, si no con uno más calmado, incluso amable.
-¿a qué has venido Mello?-como detestaba Mello ese horrible tonito de Near, tan frio, respiro profundo, no había venido a pelear, había venido a despedirse, diablos, esto lo hacía sentir como un estúpido sentimental.
-vine a despedirme de ti Near-el albino abrió los ojos de la sorpresa.
-creí que me odiabas-
-si…no…bueno…-suspiro-es complicado, no te odio Near, odio tu actitud y el hecho de sentirme inferior a ti-
-ya veo, la verdad no sé porque te sientes inferior, para mí, siempre fuiste muy superior-se paró de su lugar y camino hacia un sorprendido rubio, Mello nunca se espero que Near le digiera algo así, hace tiempo hubiera creído que se burlaba de él, pero ahora no, había madurado, ahora veía las cosas de un modo diferente, más allá del odio y el rencor, más allá de él, de una manera más comprensiva, si tan solo lo hubiera hecho antes, tal vez su vida podría haber sido diferente.
-era demasiado infantil y competitivo, te trate mal sin un motivo razonable y lo lamento, lo siento mucho Near-el albino se detuvo a muy corta distancia del rubio, lo miro y después agacho la mirada.
-vas a morir ¿no es así?-
-si-Near volvió a mirarlo, sus ojos estaban cristalinos, tratando de contener las lagrimas, esto le hiso recordar a Mello algo que L le había dicho ya hace mucho, "Near puede actuar así, pero en el fondo, al igual que tú, solo es un niño asustado que necesita que lo protejan"
-¿y si te pido que no lo hagas?-se abrazo a él-no lo hagas Mello, no me dejes, si tú y Matt se van como lo hiso L, me quedare solo, no quiero estar solo, no me dejen solo-Mello lo abrazo también, a la mierda el orgullo, ¿de qué le serviría el orgullo una vez muerto?
-jamás estarás solo Near, jamás te dejare solo-se separo de él y lo miro, el menor seguía aguantando las lagrimas-prométeme algo Near, prométeme que trataras de ser feliz, no trates de ser como L, porque créeme que no lo conseguirás, Near nosotros ya tuvimos nuestra oportunidad de vivir y la desperdiciamos, tú no hagas lo mismo-le revolvió los cabellos y camino hacia la salida.
-¿Por qué me dices esto Mello?-el oji azul se detuvo.
-porque para mí, tú eres como el hermanito genio que nunca pediste, puedes envidiarlo, maltratarlo, sentirte inferior y decir que lo odias, pero en el fondo, lo quieres y quieres lo mejor para él, y si alguien se atreve a hacerle algo, eres capaz de matar a ese alguien, es por eso, que te deseo una buena y larga vida Near- "me siento como un viejo sentimental, pero ya que, debía decírselo. Adiós Near"
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Ya faltaba poco para el secuestro de Takada.
Mello y Matt estaban a punto de partir.
-¿tienes miedo Mells?-Matt estaba apoyado en su auto mirando a Mello, el cual se preparaba para subir a su moto.
-si, claro que si ¿tú no?-Matt lo miro con sorpresa, en su vida se había imaginado que Mello admitiera que tenía miedo, él se esperaba que se enojara y lo golpeara.
-si claro, después de todo ¡esto es una misión suicida!-sobreactuó bastante e hiso gestos exagerados con las manos-y yo que pensé que me iba a morir de cáncer-señalo el cigarro en su boca, con decepción-¡oh diablos! ¡Moriré virgen!-Mello comenzó a reírse a grandes carcajadas, sabía que todo eso lo hacía para alegrarlo un poco y se lo agradecía, Matt siempre había estado ahí cuando lo necesitaba.
-me alegra que seas listo Matt, porque de actor te mueres de hambre-
-si bueno, por algo reprobé la clase de teatro ¿no?-
-si-se rio melancólicamente-qué tiempos ¿no?
-si, que tiempos-Mello pudo notar como la voz de Matt perdió fuerza.
-Matt-
-dime-le sonrió con una de sus típicas sonrisas amables, "no puedo hacerle esto" pensó Mello.
-si no quieres participar, secuestrare yo solo a Takada-ahora fue Matt quien se rio.
-ay Mello, tú solo no podrías, te ayudare-
-está bien, pero ten cuidado-Matt asintió, ambos se subieron en sus vehículos.
-creo que nos veremos en el infierno Mello-dijo de manera despreocupada.
-¿de qué hablas Matt? no importa cuán traviesos, desobedientes, maleducados o rebeldes puedan ser, los niños no van al infierno-le sonrió y Matt se rio.
-si jajajaja tienes razón-ambos arrancaron. El resto pasó muy rápido para el joven rubio, secuestro a Takada, mataron a Matt, condujo toda la noche y finalmente se detuvo en una iglesia.
Al detenerse sintió una fuerte punzada en el corazón, le dolía, como si se lo fueran a arrancar, perdía el aire, llevo su mano a su pecho, tomo entre sus dedos su cruz y estrujo con fuerzas su ropa, apretó los dientes y, con torpeza, saco dos fotografías de su bolsillo una de él mismo y la otra de los tres sucesores con L, durmiendo bajo uno de los arboles del patio del orfanato, sintió un dolor más fuerte en el pecho, aflojo todo el cuerpo, soltó las fotografías y su pecho, y finalmente cayó sobre el volante, muerto.
Todo estaba oscuro, hacia frio y tenía miedo, a su mente vino un recuerdo…que no sabia si era bueno o no.
Tenía miedo, gritaba y lloraba ordenando que lo dejaran salir, pedía ayuda, mientras, afuera, unos chicos mayores que él se reían a grandes carcajadas llamándole cobarde, niñita y otras cosas por el estilo, gritaba y gritaba, lanzaba maldiciones y les decía que los mataría de la manera más cruel que se le ocurriera, pero ellos solo reían.
Era su primer día en Wammy's house y unos chicos, que el calculaba tendrían unos 16 años, lo habían encerrado en un armario. Él tenía 4 años, sus padres habían muerto y él había ido a parar a ese lugar, ahora estaba encerrado, tenía miedo, no sabía cuánto llevaba ahí, calculaba que al menos una hora, hacia frio y le costaba respirar, gritaba con fuerza casi destrozándose las cuerdas vocales, mientras un rio de lagrimas caía por sus mejillas y sus pequeñas manos se teñían de rojo por las heridas echas al golpear la madera de la puerta en un intento desesperado e inútil por pedir ayuda. Entonces escucho unos golpes y gritos, después unos sollozos y como sus captores salían corriendo, alguien se acerco a la puerta y la abrió.
En un principio el pequeño oji azul quedo cegado por la luz exterior, pero cuando pudo ver mejor distinguió tres figuras, una era de un niño un poco menor que él, que tenía el cabello blanco, la otra era de un niño pelirrojo mayor que él, y por ultimo un joven azabache obviamente mucho mayor que él.
-¡oh! ¡Tú eres Mello! ¿No? Te vi en la oficina de Roger ¿es tu primer día no es así?-le decía el pelirrojo, el azabache lo echo para atrás.
-luego le preguntas, si te acercas mucho lo agobiaras-miro al rubio-no te preocupes, no te haremos nada-el rubio se alejo-no te asustes-le acaricio la cabeza, como si de un gato se tratase, después lo tomo en brazos-ven, necesitamos curar tus heridas-
-¡BIEN VENIDO A WAMMY'S HOUSE! ¡Ojala seamos Amigos!-le dijeron los otros dos niños, el pelirrojo le sonreía mientras el albino le extendía un robot de juguete, manteniendo un semblante frio.
Todo se volvió negro y después despertó en medio de un bosque, abrió lentamente los ojos y ahí, observándolo, estaban un joven azabache, un niño pelirrojo y un anciano de aspecto gentil.
-hola, hola Mello, buenos días-le decía el niño alegremente.
-¿Matt? ¿Porque te vez así?-al escuchar su voz abrió los ojos de sorpresa, se miro los brazos y se toco el rostro, era…un niño-¿Por qué soy un niño?-Matt se encogió de hombros, miro a L.
-los niños no van al infierno-le sonrió, ambos niños se miraron entre si y comenzaron a reír, después Mello se miro las manos.
-¿Por qué están vendadas?-el azabache se volteo y comenzó a caminar.
-era necesario curar tus heridas-volteo hacia Matt, este le extendía la mano, la tomo y el pelirrojo le ayudo a pararse, ambos se sonrieron, después sintió una mano en su hombro.
-me alegra verte de nuevo, Mello-Watari le sonrió.
-a mí también me alegra verte Watari-le sonrió, sintió como alguien le tocaba la espalda con su dedo.
-¿y a mí, Mello? ¿Te alegra verme?-
-claro idiota-lo empujo y salió corriendo detrás de L - ¡las traes!-Matt se rio y se paro, para después salir persiguiendo a Mello.
-¡oye Mello espérame!-Watari sonrió y los siguió.
Por primera vez, en mucho tiempo, Mello se sintió feliz, en paz, porque ahora estaba con su familia, miro al cielo "Near, se feliz" volteo hacia Matt, quien venía persiguiéndolo con una sonrisa en la cara "porque aquí te esperaremos, con mucho cariño y felicidad"
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¡BUAAAAAAAAAAAAAA! , ¡no puedo creer que me quedara tal lindooo!
((¡Ya cállate! Estas inundando todo- está en un bote con remos-))
Bueno, pero es que tienes que admitir que me quedo muy bien.
((¿Según quien?))
Mala, bueno, como sea, si les gusto déjenme un review que nada les cuesta.
((Solo esfuerzo y valioso tiempo que ya perdieron leyendo esto))
Cállate. Bueno, espero los reviews, anónimos también. ¡Matta ne! ¡cuidense!
((Coman sus verduras, lean un libro y entrenen su cerebro ¡Y POR KAMI! ¡SUELTEN EL COMPUTADOR! ¡Tú también loca! ¡Suéltalo!))
NOOOO-tomo el computador y huyo de Z (alias malvado subconsciente)