Declaimer: Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. Pero la trama es completamente de mi autoría. A casi 10 años de haber sido publicada por primera vez, regresa mejorada.
¡Estoy de vuelta!
Gracias a mi beta Andrea y mis prelectoras: Ericastelo, y mi hermanita Alexandra (Ta-Cullen) por ayudarme a aterrizar las ideas, leer y corregir los horrores de ortografía y redacción.
PRÓLOGO
Tras presionar el botón de enviar, Bella apartó la vista de la pantalla y se reclinó en la silla dejando su vista vagar por la estancia exquisitamente decorada. Era minimalista, las paredes blancas tenían apenas un par de cuadros, ambos eran obras de un pintor reconocido, originales valoradas en varios millones de dólares. Estaban ahí por ser sus primeras adquisiciones y porque representaban el triunfo sobre su madre quien las había deseado y al final ganó la mejor negociadora.
Una sonrisa torcida se formó en su rostro al recordar el momento exacto cuando Renee vio llegar las pinturas y la destinataria era Isabella Swan. Sin duda uno de los mejores días de su vida.
El brillo que estaba en su mirada se apagó al ser consciente de que los momentos malos seguían siendo mayores y los responsables de ellos eran sus padres. Con la yema de los dedos recorrió la suave superficie del escritorio de caoba hasta chocar con una pluma Montblack, un regalo de Charlie solo porque él tenía muchas y ella ninguna.
Charlie Swan era un hombre de negocios muy respetado por su gran inteligencia y audacia. Él provenía de una familia de clase media que se hizo un lugar entre los más privilegiados hasta ser una de las personas más influyentes del país. Renee por su parte se licenció como fisioterapeuta, profesión que abandonó cuando Charlie comenzó a escalar; ahora Renee era una mujer importante solo por asociación y no por mérito propio. Detalle que Bella se negaba a imitar, quería ser reconocida por ella y no solo por ser una Swan.
Finalmente apartó las carpetas que estaban sobre el último ejemplar de Vanity Fair, ahí en la portada tres rostros sonrientes reflejando una felicidad que en realidad no existía. Su padre al centro, a su derecha Renee y a su izquierda sobre una de las orejas del sillón estaba ella; la luz de la tarde bañaba la estancia de los Hampton resaltando el color de los vestidos de ambas así como las joyas.
Abrió la revista para leer el artículo "La Dinastia Swan" como se le conoce a la maravillosa familia formada por el aguerrido empresario Charlie Swan no deja de crear admiración no solo por su fortuna, sino también por la unidad que en ellos se aprecia para cada uno de los proyectos tanto en conjunto como por separado. Son una familia ejemplar…"
La arrojó al bote de basura, en solo unas líneas su estómago se contrajo, su familia no era ejemplar, era una farsa. Ante el mundo se esforzaban demostrando unidad, cariño y respeto. Cosas que no existían.
Las apariencias engañan de una manera magistral, muchos la envidiaban y no dejaban de preguntar cómo era su vida. Su respuesta automática era: magnifica, cuando en realidad era una pesadilla. Todos creían que ella hacía lo que deseaba, pero la realidad era otra muy diferente, Bella no tenía control de su vida, estaba sujeta a un guion, hasta ahora su padre había decidido el rumbo de su vida, tirando de los hilos como un titiritero.
Al inicio lo permitió todo, era más sencillo y creía erróneamente que eso la ayudaría a obtener al menos un poco de afecto, pero nada era suficiente cada vez exigían más y eso la agotó. No era la vida con la que ella soñaba, y si no podía vivir a su manera no tenía caso seguir haciéndolo.
El lapso señalado estaba cada vez más cerca, sin saberlo sus padres habían tenido la oportunidad de hacerla cambiar de opinión, pero solo acrecentaron sus ganas de terminar con todo y se los llevaría con ella, no de manera literal, pero lo que estaba planeando quitaría las máscaras de quienes eran en realidad y la sociedad terminaría con ellos. Su legado se desmoronaría y no volverían a tener el lugar que hoy ocupaban.
En esta parte del camino ya tenía un nuevo rumbo definido, uno que le pertenecía solo a ella. Lo único gratificante es que conseguiría su ansiada libertad.
…
Nos veremos pronto con el siguiente capítulo. No olviden activar sus alertas para no perder las actualizaciones y sus comentarios que siempre me encanta leerlos.
TitiC
