Esta historia, la estuve trabajando con una gran amiga, la conocí como Dark Light Gunderson en facebook y le prometí terminarselo a como dé lugar... A veces soy de aquellos sujetos que faltan en sus promesas, pero no asi me olvido de ellas y es por eso que publico este escrito, por si algun dia se anima a pasear por aqui y pueda echar un vistazo a la historia que juntos desarrollamos como idea...

Espero les agrade a algunos de por aquí, y realmente no estaba desaparecido, solo que no tengo el deseado tiempo por el momento para servirles, y he aquí, que en estos momentos encontré un pequeño espacio para subir este capítulo. Perdonenme si les fallé en algo o les juré cosas que no cumplí... Soy humano y puedo errar, pero no por eso me hecho hacia atrás, su servidor seguirá trabajando para ustedes y para este fandom y vere si me actualizo al tanto de por aquí...

Dejando esta charla, mejor los dejo con el primer capítulo de este fic, que de seguro les va a agradar un poco...

Capítulo I.

Ya pasaron meses desde que la amenaza depredadora del hombre hacia el hogar de los guacamayos de Spix fuese frustrada, eso ya pasó a la historia de muchos incluso dentro del clan de los azules... Y todo fue gracias a un guacamayo que sin tener experiencia alguna de supervivencia en la selva y ser el compañero de una humana durante más de quince años; quien tomando valor y sacando todas las agallas para enfrentarse a los humanos, y que convenció al clan a luchar por lo suyo; y de ello el resto de los seres que habitaban en sus hogares amenazados, pudieron espantar y hechar definitivamente a la amenaza humana. De ahí las organizaciones medioambientales resguardaron dicho lugar para asegurarse que jamás se repetiría otro incidente como ese, y el hogar de muchas aves y demás seres fue declarado un santuario. Con ello, muchas personas y familias que tenían en su poder algún ave exótica y querían dejarla en libertad pero con el temor que algo les pasara (como fue el caso de Linda y Tulio), ahora podían hacerlo con mucha seguridad y tranquilidad; el corazón de la selva amazónica definitivamente se convirtió en otro imán para que todo ser viva tranquilo y en paz. De ahí, que muchas aves devueltas a la selva, sean mascotas... Y aquí es donde se centra esta historia...


Es un día muy hermoso para todo ser que habita en el corazón de la selva amazónica, en especial dentro del clan de los Spix. Cada quien tenía algo que hacer, todos incluso los polluelos tenían roles que desempeñar, en especial de quienes protegen el perímetro de su territorio.

Posados en unas rocas, en lo alto de la hermosa cascada de agua que caracteriza su hogar, estaba Blu y cinco aves más, junto a su líder Eduardo; que al parecer, como si estuviesen en entrenamiento, esperando una orden de parte de su lider.

—... Muchachos, hoy es el día de cambio de turno; el grupo que lidera Roberto irá a descansar mientras que ustedes tomarán su lugar. Su trabajo es sencillo, deben vigilar en los alrededores de nuestro territorio, monitoreando lo que entra y sale, cuidando de nuestro alimento y detectar aves no bienvenidas o extrañas. Antes de seguir, ¿Tienen alguna pregunta...?—Dijo Eduardo en tono serio frente a las seis aves firmes y preparadas... Pero una de ellas levanta su ala para llamar la atención.

—Dime Blu... ¿Tienes alguna pregunta...?

—Pues... Si tengo una duda, ¿A qué hora iremos a almorzar...?

Las otras cinco aves, tratan de ocultar o fingir la risa para no molestar a su jefe, Eduardo se pega en la cara con su ala mientras suspira y niega con su cabeza... —Blu, ¿es necesario que hagas esas preguntas?

—A bueno... Pero...

—¡Se acabó el tiempo de preguntas!—Dijo Eduardo, interrumpiendo al asustado Blu...—¡Ahora estiren sus alas y vayan a hacer su trabajo...! ¡Qué esperan, muevanse...!

Las aves asustadas, rápidamente extienden sus alas y de una en una van cayendo al precipicio, planeando y volando hacia el interior de la selva... Blu estaba a punto de salir volando, pero Eduardo detiene su avance, interponiendo una de sus alas en su camino.

—Blu... Es tu primer trabajo como miembro de esta tribu, has entrenado lo suficiente y espero que no causes problemas...

—¡No se preocupe señor... Le prometo que no causaré otro problema como...

—¡Por favor Blu, no me recuerdes por enésima vez lo de Felipe... Eso ha sido una catástrofe!—Dijo Eduardo de mala gana al recordar ese fatídico momento—Y además, ya no me llames señor, ya eres parte de mi familia y se oye feo que me sigas diciendo asi... Confío en tí, y siento que lo harás todo bien... Y aunque jamás me acostumbré a hacer esto pero... ¡Ahhhjjj! ¡Blu, solo cuídate y regresa ileso... No queremos sorpresas que lamentaríamos yo y mi hija...!

—Descuide señ...—Blu se tragó el resto al ver que Eduardo lo observó serio y aclaró su garganta...—¡Este... Quiero decir suegro...! ¡No me meteré en más problemas y me cuidaré cuanto pueda... No me esperen en casa!—Dijo Blu, sin darse cuenta que Eduardo lo atrae y lo abraza con fuerza, dejando al pobre sin oxígeno en sus pulmones. Después del abrazo, Blu trata de recuperar el aire, pero el grito de Eduardo lo asusta mucho...

—¡Oye! ¿Que no deberías estar volando a tu puesto...? ¡Muévete que no tenemos todo el día...! ¿Sabes el significado de "moverse"...? ¡MUEVETE...!

Blu cayó al suelo de lo aterrado que lo dejó Eduardo, sin pensarlo se arrastró y se lanzó al vacío, planeando y volando, siguiendo el camino de los demás. Eduardo cruza sus alas y se ríe a sus adentros, observando lo cómico que seguía comportándose Blu.

Blu llegó donde se encontraban los demás compañeros, en un pequeño lago de barro húmedo; cada quien huntó sus plumas y ocultaban el color azul de sus plumajes, todos parecían aves de color marrón oscuro. Luego cada una y con una cierta sincronización planeada, emprendieron vuelo oculto, entre el follaje de los árboles altos, indetectables para cualquier ser. Blu volaba con elegancia y en silencio, mientras se acercaba a las fronteras del territorio y patrullaba con sigiléz. Después de meses de entrenamientos, Blu ya estaba apto para desempeñar los mismos roles como los demás, y su forma de vida cambió drásticamente desde que llegó... Pero las sorpresas aún no acaban aquí... Y no es por Blu, sino para todos.


Perla se encontraba entretenida visitando a su tía Mimi... O mejor dicho, trataba de zafarse de ella. Su tía no esta que digamos "bien" de la cabeza, y aunque Perla trate de seguirle la corriente, los deseos agobiantes de escapar eran grandes...

—¡Perlita! ¡Parece que estás engordando preciosa...! ¡Deberías de hacer la dieta de la luna... o la del mango...! ¿Desde cuando estas gorda?

—Tia... No estoy gorda, estoy bien y siempre me he estado cuidando durante todo este tiempo... Pero si tomaré tu consejo, haré todo lo que digas...—Dijo Perla, al instante que retrocedía despacio hacia la salida, pero no contó con que su tía la atrapara con sus alas y la volviera a empujar más al interior de la morada.

—¡No te vayas Perla! ¿Estás tratando de escapar de mi?...

—¡No.. ! ¿Cómo se te ocurrer pensar eso?. ¡Para nada... Creo que confundes ciertas cosas en tu cabeza, no sería capáz de hacer semejante cosa...!—Dijo Perla, nerviosa, tragando un bulto de saliva al instante que conversa en su mente...—«"¡Y ahora que hago! ¡Siempre me he librado de ella... Y ahora no puedo, es más lista que cuando era polluela! ¡Hayyy Blu, donde estas cuando más te necesito...!"»

... Está claro, Perla no le agrada estar con su tía... Y Blu siempre era el medio para zafarse de ella, pero ahora que él ha dejado de ser su señuelo, ella tiene que aguantar todo lo que nunca ha tenido desde hace mucho. Como un ángel llamado, Eduardo aterriza en el hogar de Mimi y se lleva la sorpresa de ver a su hija y a su hermana charlando, eso ocasionó un asombro en él...

—¡Perla... Te estuve buscando por todas partes! ¡Es un milagro que compartas tiempo con tu tía...!

—¡Papá, que gusto me da verte...!—Dijo Perla, al instante que se zafa del agarre de su tía y se dirige a darle un cálido abrazo a su padre. Ambos, padre e hija, eran elogiados por su tía, de forma tierna y nostálgica; pero entre ellos, su padre, sin soltar el abrazo, habla en susurros a los oídos con su hija...

—¡Pissssh...! ¡Es un milagro que te encuentres con tu tía a solas...! Cuando eras pequeña, no la soportabas y encontrabas siempre la manera de escaparte de ella cuando te cuidaba...

—¡Papá! ¡Eso era de pequeña...! ¡Ahora creo que puede leer mis pasos... O mi mente! ¡Papá... Ya no la aguanto...! ¡Sálvame por favor!

—¿Que te salve? ¡Jajajaja...!—Eduardo se reía cómicamente mientras mantenía su plática privada...—¿Aún le tienes terror a tu tía...? Durante todo este tiempo quise averiguar porqué le tienes tanto miedo...

No pudo terminar con su comentario, cuando ambos sienten que alguien los separa del abrazo sin dar aviso; Mimi se ríe entre ellos a carcajadas mientras con palmadas de ala, saluda a su hermano por la espalda con tanta fuerza que practicamente lo dejó sin aire...

—¡Eduardo... Al fín has llegado! ¡Jajajaja...! ¡Estaba a punto de darle a Perla unos secretos para hacer felíz a su marido...! ¡Son unos tips que ayudarán a excitarlo incluso si aún no llega la temporada de celo...! ¡También te pueden servir a tí Eduardo, ya es tiempo que vuelvas a encenderte en todo, deberías de conseguir a menudo diversión un poco privada con alguna pajarita! ¡No dejes que se marchite tu potencia y pierdas tus atributos...!

Eduardo y Perla, al escuchar eso; quedaron pectrificados y boquiabiertos, trataban de decir algo pero solo salían de sus gargantas unos gemidos casi inaudibles... Mimi dio la vuelta y se alejó con unas risitas hacia un rincón, buscando algo; mientras tanto, Eduardo aprovecha ese momento para hablar en susurros con su hija, teniendo sumo cuidado de no ser escuchado por su hermana...

—¡Ahora si comprendo porqué siempre has huído de ella...! ¿Porqué no me di cuenta...?

—¡Trabajo pa...! ¡Trabajo...!

Sin oportunidad de seguir con la conversación, Mimi volvió pero con unas cosas entre unas hojas; se las dejó frente a ambos mientras observaban varias bayas de colores verdes y rosadas... Ambos observaron incrédulos sin tener conocimiento de lo que pudiese ser...

—Ehhh... Mimi, ¿qué es eso?—Preguntó Eduardo a su hermana, al instante que tomaba una de esas bayas extrañas con sus alas.

—¿Esto?... ¡Ahhh...! ¡Son solo unas bayas que poseen unos grandes poderes afrodicíacos, muy pocos saben pero sirven para potenciar el apetito sexual...! ¿Quieren probar...?

—¡NOOO...!—Dijeron ambos al mismo tiempo, asustados al mismo tiempo que retrocedían lentamente en busca de la salida. Eduardo traga un bulto de saliva mientras observa a su hermana sostener esas frutas extrañas...—Mira, me gustaría seguir hablando contigo... Pero es que justo ahora buscaba a Perla para que me ayudara en unas cositas que solo ella puede hacer y... ¿Perla, quieres ayudarme en algo... O en cualquier cosa?—Dijo Eduardo, inundado del miedo al seguir más tiempo en el nido.

—Ahhh... ¡Si... Con gusto iré a ayudarte...!

Ambos ya estaban al borde de nido, perseguidos por su tía con esos frutos en sus alas; Perla observó a su tía que se acercaba mucho hacia ella, pero llamó su atención hasta lograrlo...—Tia, ahorita tengo que hacer algo con mi padre... ¿No te molestará para nada...?

—¡Por supuesto que no... Podemos dejar esto para despues...!

—Pues entonces... ¡Adiós tía...!—Dijo Perla y sin dudarlo batió sus alas y salió volando a toda máquina; Eduardo ni se había dado cuenta cuando su hija lo abandonó, tragó un bulto mientras observa a su tía frente a él...

—Ehhh... Nos vemos mas tarde, o bueno, cuando tengamos un poco de tiempo... ¡Nos vemos!—Eduardo se lanzó y batió sus alas lo más rápido que pudo, mientras Mimi los observaba hasta perderlos en los árboles...

—¡Chao... Nos vemos mas tarde Perlita! ¡Nos vemos Eduardo!—dijo para despedirse de ellos, al instante que comienza a devorar varias bayas que tenía en sus alas... Hasta que algo atravesó su mente como un rayo, al mismo tiempo que observaba la ruta donde siguieron ambos...—Ya regresó Perla, ¿pero que ya nadie recuerda a su hermana...? Juntas desaparecieron en el incendio, pero tampoco encontramos su cuerpo... ¿Será que algún día regresará... O definitivamente tuvo mala suerte...? Pero bueno, así es la vida en la selva...

... Y con eso dicho, Mimi le da un buen mordisco a una de las bayas de entre sus alas; masticando y tadareando, entra de nuevo a su humilde... pero escandalosa morada.


... En otro lado de la comunidad, Roberto estaba posado a las orillas de un estanque de agua, perdiendo la mirada hacia un grupo de guacamayas que estaban entretenidas en su baño diario, en el lado opuesto del estanque. Al verlas, el deseo embriagante de acercarse y estar junto a ellas era muy fuerte y su imaginación estaba lleno de perversión y lujuria. Eso fue interrumpido por unas voces que llamaron su atención...

—¡Oye Roberto...! ¿Tratando de hacer tu próximo ataque?

Roberto voltea a ver hacia arriba... Solo para ver aterrizar a un grupo como de cinco guacamayos, tres hembras sexys y dos machos cementales, quien le habló era casi idéntico a él, la unica diferencias es que sus ojos eran castaños, su pico es más encorvado y su cresta es abundante que llega hasta el cuello... Del resto es un macho monumental. Roberto suspiró al ver a ese grupo estar frente a él, el colmo está en que perdió la vista a las hembras que espiaba, eso lo enojó...

—¿Realmente tienes que fastidiarme todo el tiempo? ¿Qué no te das por vencido...? ¿Y ahora a qué vienes Alejandro?

—Pues... Solo paseaba por aquí y casualmente te encontré por aquí, así que decidí saludar a mi gran amigo...

—¿Amigo? Sabes que no nos mezclamos Ale, sabes que desde que estoy en esta tribu siempre has tratado de desacreditarme, tu envidia hacia mí jamás tiene descanso...

—¿Envidia? ¿Cómo piensas eso, no te tengo envidia...? Solo busco la manera de ser popular... ¿No es así chicos?

Sus amigos, quienes lo acompañaban eran como una especie de grupo de fabios, y Alejandro es quien lo lidera; los elogios no paraban hacia Ale. Roberto solo volteó su miraba e incrédulo suspiró, tratando de ignorar aquellos visitantes; de cierta manera, Roberto no tenía amistad con ellos...

—¿Tú popular? ¡Por favor... Cada festival de fundación a la tribu, siempre te he vencido en el concurso del mejor guacamayo por todo el clan, cinco veces consecutivas...! ¿Y tú?, solo has hecho un acto de presencia... ¿Y así te mofas de declararte popular...? ¡Ya despierta de tu mundo, deja de soñar!

Roberto silenció al grupo de aves, Ale se enojó y lo observaba con mucha furia. Roberto les dió la espalda y extendió sus alas para irse sin despedirse... Pero Ale lo toma de una de sus alas con fuerza, y lo hala hacia él para hablarle atrás de su espalda, bajo su cuello...

—¡Veremós quién ríe de último! ¡Encontraré la forma de humillarte, de hacerte caer! ¡Algún día tendré la libertad de pisotearte la cara en el barro, y tú no tendrás ni las fuerzas para mirarme a mis ojos...!

Roberto volteó la mirada para verlo a los ojos, con fuerza se zafa del agarre y voltea para empujarlo con sus alas, sin dejar de mirarlo seriamente a los ojos...—Veremos quien humilla a quién... dentro de un mes será el festival, así que prepara tu rostro porque el humillado aquí siempre serás tú... Me das lástima, definitivamente el único sentimiento que te tengo es lástima, ¿comprendes...? Y para que lo tengas bien claro... Jamás seremos amigos...

Roberto dejó al grupo admirado, les dió la espalda y sin pensarlo emprendió vuelo para abandonarlos en el sitio. Ale hizo puños con sus alas, jadeando con furia, tratando la manera de desahogar su odio...

—Algú día encontraré la manera de humillarte, de hacerte infelíz... Si quieres jugar sucio, entonces usaremos el juego sucio para ver quién es el mejor... ¡Pagarás por tus humillaciones maldito...!

Furioso, batió sus alas para salir hacia los cielos, sus amigos no dijeron nada, solamente lo siguieron uno tras otro, sin el valor de dirigir tan solo una palabra a su amigo...


Roberto estaba volando entre los árboles, en busca de algo para entretenerse durante el resto del día; la discusión que tuvo con Alejandro lo dejó molesto y amargó el resto de su día. Para su suerte, encontró a Perla y a Eduardo en una rama del árbol donde cordialmente regaló a Perla para poder asentar toda su familia ahí. Se dirigió para encontrarse con ellos y charlar un poco...

—¡Perla... Eduardo...! ¡Cómo están!—Dijo Roberto, mientras aterrizaba justo en la rama donde ambos familiares se encontraban.

—¡Roberto... Cómo estas! ¿Porqué tienes esa cara de disgusto?—Dijo Perla, notando que él revela molestia en su rostro. Roberto se acordó de la discusión que tuvo hace rato, pero mejor no le prestó atención y actuó como si nada hubiera pasado...

—¿Yo? ¡Para nada... es que me levanté con la pata izquierda! Cuéntenme mejor, qué han estado haciendo ambos... que los veo un poco alterados...

Perla y Eduardo no sabían que decir, así que tuvieron que explicarse de la mejor manera...

—Pues... Yo solo quise encontrar a mi hija para pasar el resto del día... Y me la encontré con mi hermana en su hogar...—Dijo Eduardo, pero cada vez reflejaba miedo en su rostro... Como si hubiese visto o escuchado algo espeluznante...—Y... El resto mejor no te lo diré... Porque hasta yo no me lo creía.

—Parece que ya sabes el motivo del porqué Perla se escapaba de ella... ¿Verdad?

—¿Pero cómo lo adivinastes?—Dijo Perla, sorprendida.

—Pues... Porque ya tuve una no tan grata experiencia con ella... Y además porque ella viene hacia acá...

—¡QUEEE...!—Dijeron padre e hija al mismo tiempo, Roberto no pudo soportarlo y se rió de forma burlesca.

—¡Son mentiras... No me la crean!

Ambas aves suspiraron de alivio, se unireon a la risa al ver lo cómico de la situación. Roberto Observaba para todos lados, como si estuviese buscando a alguien...

—Oye Perla... ¿Y los niños?

—Los niños están bien, siempre hacen de las suyas... Carla está con Rafi y Bia junto a Tiago están jugando con sus amigos...—Dijo Perla

—Y bueno... ¿En donde está Blu...? ¿Eduardo, lo dejastes solo otra vez?—Dijo Roberto de forma irónica, para luego sentir que Eduardo lo atrajo y lo abrazó amistosamente como siempre suele hacer, explicando su pregunta...

—¡Descuida, él está bien! Está con un grupo de aves, patrullando los límites de nuestro territorio...

—Eduardo... ¿Aviso a los demás por si pasa algo... O sólo para saber qué es lo que hace?

—¡No seas tan desconfiado! Confío en él y sé que lo logrará... Ya pasaron meses de entrenamiento y quiero decir que ha progresado mucho; incluso ha cambiado un poco... Pero aún así no se le quita lo tímido que es.

—No es que sea tímido... Es porque él es humilde; y espero que se cuide bien, es su primer trabajo; siempre me he preocupado por él desde que lo conocí.—Dijo Perla, preocupada al pensar en cómo estaría Blu en estos momentos.

—¡No te preocupes Perla, lo hará todo bien esta vez!—Dijo Roberto.

—¡No te preocupes, yo sé que lo hará bien...! Pero bueno, ya que los tengo aquí, recordé lo que tenía que hacer. Ya que los tengo a ambos aquí, necesito que me ayuden para los preparativos del siguiente festival de este año; será dentro de un mes concordando con la siguiente luna llena... —dijo Eduardo.

—¿Fiesta? ¡Eso si que no lo sabía...! Papá, ¿No crees que te adelantas mucho?—Dijo Perla incrédula.

—¡Para nada... Siempre se ha hecho así, nos adelantamos para ultimar detalles; pero este año será diferente...

—¿Porqué lo dices Eddy?—Dijo Roberto, curioso y dudoso, junto a Perla...

—Bueno, para comenzar, por motivos de celebración por la relación y la paz que hemos hecho con Felipe, decidimos celebrarlo uniendo a los dos clanes en una sola celebración... Es primera vez que hacemos esto y es como debemos adelantarnos mucho...

—¡Guau! ¡Igual como la fiesta del carnaval de hace meses...! ¡Está genial! Cuenten con mi ayuda...—dijo Perla, mientras se acercaba a su padre

—¡Igual yo! Además debo estar preparado para el siguiente concurso de la mejor ave del clan... Habrá mucha competencia...—Dijo Roberto, emocionado.

—¡Tú siempre has ganado Roberto... Y gracias a mis consejos y al entrenamiento que hemos mantenido cada año! ¡Siempre has sido el mejor!—Dijo Eduardo, dejando a Roberto apenado...

—¡No, tu eres el mejor...

—Insisto que tú eres el mejor...

—No, no es cierto...

—¡Claro que sí...!

—¡Ya... Los dos son mejores!—Gritó Perla para acabar con esa discusión—A propósito, ¿Qué es ese concurso?

—Pues verás hija...—dijo Eduardo—Es un concurso donde se escoje de entre todas las aves, a la pareja de guacamayos más hermosa y mejor de todo el clan, tiene cinco años de estar funcionando...

—... Y durante cinco años yo siempre he sido escojido como ganador—Dijo orgulloso Roberto—Y automáticamente soy el mejor fabio y galán hasta ahora... Y espero volver a ganarlo. Se escojen tanto un macho como una hembra, y son declarados reyes de las fiestas. ¡Deberías de participar Perla, tú puedes ganar este concurso...!

—¡Ni loca lo haré!—Dijo Perla molesta—¡No me gustan esa clases de concursos...! Además, estoy casada, tengo a mi Blu, mi príncipe azul y a mis queridos hijos... No me vería muy bien en un concurso como ese...

—¡Te comprendo Perla, no puedes hacerlo ya que posees familia! ¡Solo lo dije para molestarte!—Dijo Roberto, riendose a sus adentros...—Tienen que ser solteros, nada de familias o compromisos; así evitamos arranque de celos...

—Comparto eso contigo Roberto—Dijo Eduardo, interrumpiendo la charla—sería indecente que participes ahí... Y aún así no deberíass hacerlo porque ya te ves un poco vieja...

—¿Vieja yo? ¡Ja... ja...! ¡Qué chistositos!—Dijo Perla un poco molesta, mientras observaba a ambos machos reírse en secreto...—Papá, mejor cuéntame más de cómo es esa fiesta... Y también cuáles son tus ideas para este...

—No te preocupes hija, a eso quería llegar... Bueno como les decía...—Eduardo siguió contando con detalles todo sobre dicha fiesta, y los planes que tenía para el siguiente.

Entre risas y charlas, los tres se entretuvieron clarlando y preparando para el siguiente festival que será pronto... Solo que este año, estará lleno de muchas sorpresas.

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¿Se preguntarán de quién realmente se trata esta historia? Varios personajes influyen mucho, pero solo uno es quien tendrá más la carga, además de nuevos personajes... que bueno, se los dejo a su imaginación.

... Y tal parece que Roberto tiene algunos adversarios por ahí, pero eso no es nada comparado para lo que viene, en el proximo capítulo ;)

PD.: Me pueden chantajear con galletas :)