Traducción autorizada de la obra "Shared Flame" perteneciente a la autora Lady Miya.
Nota de autora: ¡Hola a todos! ¡Nuevo fanfic largo como los que les gustan! Como siempre, prometo terminar la historia y actualizar lo más seguido que pueda, tal vez una vez a la semana. Bueno, ahora solo tenemos un par de cosas de las que hablar antes de que la diversión comience:
Disclaimer! Esto será para toda la historia. Harry Potter no me pertenece y no gano dinero escribiendo esto, solo lo hago porque me gusta escribir en mi tiempo libre.
Advertencia! SMUT! TORTURA! MUERTE! Habrá spoilers de los siete libros. En esta historia Hermione y Tom Riddle/Lord Voldemort son la pareja sexual principal. Hermione tiene 18 cuando la historia comienza (Me baso en las declaraciones de JK acerca de que Hermione nació en 1979), y habrá mucho, mucho, mucho smut, algunas escenas con contenido más gráfico que otros. También habrá bastantes "malas palabras". ¡Si no te gusta eso, NO LEAS ESTA HISTORIA! Adicionalmente habrá algunas escenas de tortura y asesinato. No serán muy gráficas y pondré advertencias adicionales en esos capítulos.
El inglés no es mi lengua nativa. Trato de editar lo mejor que puedo, Ankoku Dezaia y Serpent in Red han beteado esta historia (Muchas gracias!), pero los errores ocurren. Si notas alguno, es bienvenido que me lo digas y lo cambiaré tan pronto sea posible! La critica constructiva siempre es bienvenida.
También quiero agradecer a Nerys y Ankoku Dezaia por ser mis musas y ayudarme cuando me pierdo.
Y entonces, comienza.
Prologo
Tom Riddle, mejor conocido como Lord Voldemort estaba teniendo un día pésimo. La batalla final, la cual se suponía que el ganaría matando a Harry Potter no salió como se había planeado. Primero pensó que había matado a Harry Potter y el chico había desaparecido. Después el mocoso Longbottom mató a su preciosa serpiente y último horrocrux. ¡Entonces Harry Potter apareció DE NUEVO! Cuando eso ocurrió, Voldemort pudo ver a todos sus mortífagos abandonándolo, muchos solamente bajaron sus varitas cuando él y Harry comenzaron a pelear.
En un último intento desesperado Voldemort trató de matar al chico, solo para que el hechizo le rebotara. Fue por suerte y reflejos extraordinarios que logró esquivarlo. Cuando eso pasó y él estaba tendido en el suelo, supo que la batalla había terminado. Antes de que alguien lograra acercarse, adquirió su forma de animago, una serpiente negra. De esa manera podía moverse a doce mph*. Su cuerpo de más de dos metros de largo hacìa que las personas huyeran en lugar de atacarlo. Una vez que estuvo fuera de los terrenos de la escuela volvió a su forma humana y se apareció en el primer sitio que pensó: Spinner's End**
Era extraño que hubiese escogido la casa de Snape, pero hacía mucho tiempo que él había aprendido a confiar en su subconsciente ya que resolvía las cosas más rápido que su cerebro y usualmente lo hacia bien. Ahora que lo podía pensar, se daba cuenta de lo brillante que era venir aquí, el propietario estaba muerto, él mismo lo había asesinado y en la casa había muchos instrumentos mágicos que podría necesitar.
Voldemort bajó al sótano en donde sabía que Snape conservaba las cosas más interesantes de su colección. Necesitaba un nuevo plan y lo necesitaba pronto. Esto era casi tan terrible como en 1981 cuando también lo perdió todo, la diferencia era que ahora al menos conservaba su cuerpo. Sin embargo, ya no tenía horrocruxes, lo cual significaba que si alguien lo encontraba y lo mataba él realmente moriría.
Ese pensamiento hizo que se congelara. ¡Merlín, él podría morir!
En lugar de sumirse en la angustia que sentía subir por su cuerpo comenzó a tomar libros de la estantería que cubría por completo la pared posterior del sótano. Necesitaba encontrar una forma de ser inmortal otra vez. No, primero necesitaba asegurarse de que nadie lo encontraría mientras encontraba la manera de volver a ser inmortal, desafortunadamente él no tenía una apariencia común. Cuando renació en este cuerpo, quería que para todo aquel que posara sus ojos en él fuera claro que él era mucho más que un simple humano. Ahora, a cualquier lugar a donde fuese sería reconocido. Claro, existían hechizos y pociones que lo esconderían, pero era arriesgado, no quería depender de hechizos y pociones todo el tiempo. Podrían quitarle su varita (Aunque esa era una posibilidad muy, muy pequeña) y las pociones podían ser un revoltijo. No, la primera cosa que necesitaba hacer era cambiar su apariencia para que nadie pudiese reconocerlo.
Voldemort finalmente halló el libro que necesitaba. Sólo había escuchado acerca de el pero nunca pensó que en realidad lo necesitaría. Era una poción utilizada por mujeres viejas que querían ser jóvenes y hermosas de nuevo. Tendría que hacer algunos ajustes ya que aún había personas vivas que lo recordarían de su juventud, sin embargo, ese sería el menor de sus problemas ya que los ingredientes de la poción eran muy inusuales. Se necesitaba sangre de fénix así como manzanas de oro, cada uno de estos ingredientes costaban tres veces su peso en diamantes y solo se podrían encontrar con los contactos adecuados.
Él tenía los contactos, pero no los diamantes y esos contactos no eran del tipo que podías amenazar si no obedecían, ellos eran muy poderosos para eso y no eran humanos. En realidad, ellos ni siquiera estaban realmente vivos, pero tampoco estaban muertos. Por más de mil años ellos habían permanecido atrapados en algún lugar entre la vida y la muerte.
Maldiciendo, golpeó las manos sobre la mesa. Tenía que hacerlo. Sólo debía ofrecerles algo más en lugar de los diamantes. Algunas veces estas criaturas solo querían ser entretenidos. No obstante, temió por la manera en que querrían entretenerse.
Antes de tener el tiempo para perder el coraje, se apareció en donde ellos moraban.
El bosque estaba verde y luminoso, haciendo un gran contraste con la oscuridad del sótano que acababa de abandonar. Estaba en Irlanda, en el lugar más mágico del mundo, la tierra de las hadas. Pero estas criaturas no eran pequeñas, con alas y vanidosas sobre las que aprendían los magos en la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. Estas eran criaturas de los elementos y podían tomar la forma que desearan. En el folklor muggle eran culpadas de robar niños humanos y reemplazarlos con los suyos. Pero eso no era verdad. La maldición de Merlín se había asegurado de eso.
Algunos magos conocían la verdadera historia de Merlín, el por qué era tan famoso y alabado. La mayoría simplemente lo admiraban porque eso era lo que todos habían hecho siempre. A Voldemort le gustaba pensar que era el único que realmente sabía la verdad. Sin embargo, eso era sobre todo porque tropezó con la verdad. Hace cincuenta años, él estaba en Irlanda y, completamente por accidente, encontró un hada. Algunas veces las hadas se trasladaban al terreno normal para jugar con humanos y otros animales. Un hada, vestida humanamente se intrigó por él. Él siempre había sido encantador y no tuvo que curiosear mucho para que ella -o eso (él no estaba seguro si las hadas realmente tenían algún sexo, pero le había aparecido a él como un humano, y en el folklor siempre habían sido humanas)- le hablara de las hadas.
En los tiempos de Merlín, las hadas poseían una magia excepcional. La historia era que Merlín estaba celoso de la magia que tenían, y cuando las hadas renegaron de contarle los secretos de los elementos, él los maldijo para que nunca estuviesen vivos, pero tampoco muertos. Aún tenían poderes, pero la única manera en que podían evocarlos en territorios humanos era a través de un mago o una bruja. Merlín lo sabía, sin embargo, debido a que tenían libre albedrío, no siempre ayudaban a los magos. Merlín no había contado con ello por lo que nunca pudo conocer los secretos de las hadas.
A través de los años, cuando las hadas fueron olvidadas, algunas simplemente se habían marchitado, fusionándose con los elementos. Unas cuantas hadas habían ido a Irlanda, de vez en cuando encontrando interés en un mago o bruja para darle el uso de sus poderes.
"Tom Riddle." Su nombre era una brisa contra su piel. Al mirar, la brisa tomó la forma de una mujer que una vez había conocido. Su cabello era largo y negro, flotando a su alrededor como si estuviese en el agua, su piel era incluso más pálida que la suya, pero sus ojos eran tan verdes como los árboles que los rodeaban. Ella no era completamente corporal, luciendo como algo entre un fantasma y un humano.
"Morgana" él contestó con una sonrisa.
Ella suspiró mientras sus ojos deambulaban sobre el cuerpo de Voldemort, entristecida. "¿Que te ha ocurrido, Tom Riddle?"
"Un percance menor, Morgana. Estoy aquí porque necesito un favor."
Ella inclinó la cabeza, repentinamente interesada justo como él sabía que lo haría. Las hadas eran seres gentiles, curiosos y, la mayoría del tiempo, simplemente molestos, amaban jugar y a veces engañar a algún pobre humano. No obstante, de vez en cuando uno de ellos se interesaba demasiado en la vida de algún humano, convirtiéndose en una clase de guardián para él o ella.
"Un favor, dice él" susurró ella con los ojos brillando.
Los escalofríos que recorrían su espina dorsal incrementaron cuando escuchó otros murmullos viniendo de su alrededor. ¡Los demás estaban aquí! ¿Por qué?
"Nosotros no hacemos favores, Tom Riddle." Otra voz vino detrás de él. Era tan caliente como el sol, pero al voltear no había nadie.
"Lo sé. Pero necesito sangre de Fénix y una Manzana de oro y no tengo diamantes. Pensé que podríamos intercambiar favores."
No sabía lo que Morgana estaba pensando. Ella estaba mirándolo, pero podía oír el susurro de voces y sabía que estaban hablando unos con otros de una manera que él no podía comprender.
"¿Qué puedes ofrecer que sea tan bueno como los diamantes?" otra voz susurró en su oído.
Voldemort pensó rápidamente. Los diamantes eran la única forma que ellos tenían para hacer magia sin un mago o bruja. Aunque no era magia activa como una maldición, era una forma de almacenar su magia. Este método aseguraba que tuvieran un lugar para descansar, para que no se marchitaran si no lo querían.
"Si me das lo que quiero, puedo robar todas las joyas de la corona de Europa para ti", ofreció. Él estaba seguro que no sería difícil robarlas de los muggles.
"Chico travieso. No queremos bienes robados, Tom Riddle", Morgana reía, flotando más cerca de él.
Más susurros fueron escuchados en el claro. La expresión de Morgana se iluminó y quedó llena de malicia.
Voldemort maldijo mentalmente. Era irritante como ellos podían sentir cuan desesperado estaba. Él sabía que esto pasaría.
"Dime tu precio" dijo severamente.
"Oh, es bastante simple, Tom Riddle. Queremos que restaures tu alma."
Voldemort parpadeó. Lo que sea que hubiese esperado no era esto. "Eso es imposible. Las piezas se han ido."
"No del todo. Sólo necesitas un poco de ayuda de tu alma gemela".
Quería reírse de Morgana, pero su rostro era serio. Las hadas sabían muchas cosas que los magos habían olvidado, y si ella dijo que él tenía un alma gemela, probablemente la tenía. No importaba cuán ridículo era el pensamiento. Sin embargo, si era cierto, y él pudiera restaurar su alma, podría hacer horroruxes nuevamente y…
"Mantendrás esta alma en una sola pieza" Morgana ordenó, levantando un dedo en advertencia, probablemente conociendo sus pensamientos. No importa cuán buena fuera su Oclumancia, no había manera de engañarlos. Era algo bueno que no pudieran realmente hacer nada en el mundo.
"Muy bien. ¿Por qué quieres esto?" preguntó.
No le gustó que ella soltara una risa. "El verdadero valor del precio se hará más evidente en su debido momento. Si estás de acuerdo, te mostraremos quien es tu compañera de alma y cómo restaurar tu alma."
Él pensó rápidamente. "Pero si realmente tengo que encontrar a mi alma gemela, tengo que tener la sangre de Fénix y una Manzana de Oro de antes. De lo contrario, estoy seguro de que mi alma gemela correrá en dirección contraria cuando él o ella me vea."
Los susurros parecían más agitados ahora, y se preguntó qué había prometido exactamente.
"Astuto como siempre, Tom Riddle. Pero para ahorrar tiempo, te ayudaremos a hacer la poción ahora. Sólo hay una oportunidad para que puedas estar con tu alma gemela y es esta noche."
Ah, así que al menos no tendría que permanecer con quien quiera que fuese. Eso era algo al menos. ¿Tal vez esa persona estaba muriendo? Ese pensamiento lo consoló. No le gustaba la idea de tener un alma gemela. Lo que sea que significase tener un alma gemela, creía que no sería nada bueno. O más bien, tenía que ser asquerosamente bueno y alegre. Algo que Dumbledore aprobaría. Voldemort odiaba la idea. No obstante, después de todo, él estaba desesperado.
"Muy bien, acepto tu oferta."
Morgana sonrió, y él podía sentir las risas en el aire. Ahora él realmente empezó a preguntarse qué era lo que había acordado, pero antes de que tuviera oportunidad de preguntar, ella se había disuelto en niebla de nuevo. Otra corriente de viento impactó contra su espalda y fue forzado a avanzar hacia el bosque. Los árboles doblados para indicarle el camino de una manera que él disfrutó. Desde que había aceptado que ellos podían ayudarlo, podía sentir un poco de su magia emanando de su cuerpo y mezclándose con las hadas mientras caminaba. Probablemente así ellos serían corpóreos el tiempo suficiente para hacer la poción. Después de media hora, él estaba en otro claro donde un cuenco lleno de poción estaba sobre una piedra.
"Bébelo." La voz de Morgana estaba justo al lado de su oído.
"Pero yo tenía que hacer algunos ajustes," afirmó. "De lo contrario la gente aún me reconocerá."
"Ya nos hemos ocupado de eso. Bébelo. Te dará una nueva y verdadera apariencia".
Como él había aceptado, no podía echarse atrás ahora. Todo lo que tenía era el conocimiento de que lo que estaba en esa taza no lo mataría. Las hadas no mataban. Ellos solo jugaban. Lo llevó a su boca y bebió.
Cuando nada parecía estar sucediendo, buscó a Morgana con la mirada.
"Qué…" se detuvo. Su voz era diferente, más grave. Él miró hacia abajo a sus manos. Todavía eran pálidas, pero más pequeñas y humanas. Movió las manos arriba hasta su rostro y sintió una nariz y labios. También se dio cuenta de que había calidéz en su piel. Su estómago comenzó a retumbar.
"Pensé que sería más doloroso" dijo lentamente al aire.
"Lamentas que no lo haya sido?" Morgana apareció nuevamente en el aire, creando un espejo entre sus manos.
Él sacudió la cabeza negativamente y miró en el espejo, perplejo. Dado que su cuerpo había comenzado a cambiar a los veinte años, nunca se había visto a si mismo tan maduro siendo normal antes. La única cosa restante de su antigua apariencia eran los brillantes ojos rojos. Esa era la única cosa conectada con su alma perdida. Los otros cambios en su cuerpo habían sido debido a otros rituales de artes oscuras y hechizos. Sin embargo, él no lucía exactamente como él pensó que luciría alrededor de los treinta. El pelo era marrón oscuro en lugar de negro, su rostro un poco más redondo, aunque los pómulos siguieran siendo elevados. Su nariz no era tan puntiaguda como antes, y sus labios nunca había sido tan rellenos.
"Los ojos tendrán su nuevo color normal una vez que hayas estado con tu alma gemela", Morgana confirmó sus pensamientos. "Hasta entonces, esto los disimulará."
El espejo desapareció, y un diamante en una cadena apareció en su lugar. Él lo tomó y lo colgó alrededor de su cuello, sintiendo la magia del diamante y sin saber lo que eso haría. No se sentía como él sabía que un objeto de hadas se sentiría. En su lugar, podía sentir su propia magia en el objeto. Las hadas debían haber utilizado la magia de él para crear esto también.
"También te ayudará a recuperar tu alma cuando estés con tu alma gemela", explicó. "Una vez que tengas tu alma de vuelta, deberás colocar el diamante en el estómago de tu alma gemela."
Él arqueo una ceja (y luego tuvo que mover su mano hasta allí para sentir su nueva ceja). Bueno, no le sorprendió que necesitara algo más que una cierta alma gemela para recuperar su alma, pero ¿Por qué él tenía que poner el diamante en el estómago de la persona?
"Es parte de tu precio" respondió místicamente cuando preguntó en voz alta.
Suspiró. Bien. "Entonces, ¿qué debo hacer con mi alma gemela?"
"Lo sabrás cuando la veas" Morgana respondió riendo.
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Hermione Granger había tenido un pésimo día. O bueno, no fue tan horrible, pensó. Ella había sobrevivido a la batalla final, y los mortífagos fueron destruidos. Claro, Lord Voldemort había desaparecido, pero todo el mundo estaba seguro de que él sería capturado ahora que todos sus seguidores lo habían abandonado. Al menos el Ministerio y Hogwarts habían sido recuperados.
Esa no era la razón por la que ella estaba teniendo un mal día. No, su pésimo día vino de un problema mucho más personal.
Justo antes de la batalla final, ella besó a su mejor amigo, Ron Weasley, y él le había respondido el beso. Ella se había convencido de que, si salían con vida de la batalla, estarían juntos. Sin embargo, la fiesta había comenzado. No estaba segura de quién la había comenzado, ya que muchos habían muerto y muchos tenían amigos y familiares que sufrían las perdidas, pero ella sabía en donde había empezado: en el Ministerio. Con su otro mejor amigo, Harry Potter, ella y Ron viajaron al Ministerio con todos los sobrevivientes de la Orden del Fénix para ver si había algún mortífago allí. Ellos habían vencido algunos, y el resto se había rendido cuando oyeron que su maestro había huido. Muchos de los trabajadores en el Ministerio habían comenzado a aninmar y pronto la fiesta había comenzado.
Hermione, queriendo olvidar todos los horrores que había visto, se dejó llevar por la felicidad y el alivio de los demás después de un par de copas. Un poco más tarde, ella había ido a buscar a Ron para ver si podían encontrar algún consuelo el uno en el otro. Sin embargo, cuando lo encontró, él ya estaba siendo consolado por alguien más. Su ex-novia, Lavender Brown.
Con todas las otras cosas horribles que habían sucedido, Hermione simplemente no había sido capaz de soportarlo. Se apareció en la casa de sus padres sólo para recordar que estaban en Australia con otros nombres, no sabiendo quien era ella. Esa había sido la gota que colmó el vaso, y ella se fue al pub más cercano, decidiendo que podría intentar esa cosa de bebe-para-olvidar-tus-penas que había escuchado mucho.
Estaba haciendo un buen trabajo haciendo justo eso en el pub cuando alguien se sentó junto a ella. Durante la noche, habían venido tres hombres a preguntar si quería compañía, pero ella los había enviado lejos con un comentario cortante. Estaba a punto de hacer eso con este hombre, también, cuando él colocó su mano en su hombro.
Una corriente eléctrica atravesó todo su cuerpo, ella saltó de su asiento y tropezó. El hombre la capturó en el aire y la ayudó a ponerse de pie. Ella lo miró con los ojos muy abiertos, él parecía tan sorprendido como ella. Sus ojos azul oscuro eran fascinantes, y cualquier insulto que había estado a punto de decir desapareció.
"Eh, hola" dijo él tímidamente.
Él era el hombre más hermoso que ella había visto en su vida. Era casi diez pulgadas más alto que ella, y el cabello oscuro enmarcaba su agraciado rostro de la manera más halagadora.
"Hola", respondió ella, queriendo decir algo más, pero sin encontrar las palabras. Era muy consciente de que él aún sostenía sus manos sobre sus codos para mantenerla de pie.
"Yo ..." Por alguna extraña razón, él parecía tener el mismo problema. "Eh ... ¿bebes?"
"Oh, eh, bueno ... sí, por-fracias" dijo y luego se sonrojó al darse cuenta de que había cambiado las palabras. ¿Qué pasaba con ella?
El hombre la ayudó a sentarse nuevamente en la silla y luego llamó al camarero antes de sentarse a su lado. Cuando él estaba mirando en la otra dirección, sus ojos vagaron por su cuerpo. Su ropa era completamente negra y olía bastante ... peculiar. No era desagradable, pero tampoco era agradable. No se veían como la ropa generalmente lo hacía, pero simplemente no podía señalar lo que estaba mal. ¿Tal vez eso era todo el alcohol en su cuerpo?
"Ehm". Se volvió hacia ella otra vez. "Soy Marcus por cierto".
"Hermione" dijo, finalmente logrando hacer algo bien.
Sus bebidas llegaron.
"Espero no ser demasiado directo, pero luces bastante triste" señaló él.
Ella hizo una mueca. "Prefiero no pensar en eso".
"Oh, bien. Bueno, está bien. Estoy seguro de que podemos encontrar algo más que hacer para que no tengas que pensar en lo que sea que es" aseguró rápidamente.
Cuando Hermione pensó en esa noche, había un gran agujero negro en su memoria. Ella recordó haber hablado con él durante mucho tiempo, pero no realmente de lo que habían hablado. Luego recordó el pub cerrando y que él la ayudaba a llegar a casa porque estaba bastante ebria. Cuando llegaron a su puerta, ella recordó haberlo besado y haberle pedido que entrara, lo cual él había hecho. Entonces todo era bastante borroso. Cuando se despertó por la mañana, sintiéndose como basura, él se había ido, y una parte de ella pensó que todo había sido solo una alucinación.
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*Mph: Millas por hora.
**Spinner's End: Calle en la que está ubicada la casa de la infancia de Severus Snape.
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Nota de traductora: Esta es la primera vez que traduzco una historia, si encuentran algún error por favor haganmelo saber. Por cierto, estoy buscando beta, si alguien está interesado, favor de ponerse en contacto conmigo. Espero que hayan disfrutado la lectura, nos leemos pronto!
