Disclaimer: "Xmas" es un fanfic basado en la serie Castle, Martha, Jim, Castle, Beckett y el resto de personajes mencionados no me pertenecen, son propiedad de su creador Andrew W. Marlowe y de la cadena ABC. No intento violar las leyes del copyright ni obtengo ningún tipo de remuneración económica por escribir esto.
Nota de la autora: Tras el capi de Navidad de Castle me quedo un detalle rondando la cabeza, Martha vestida como en el Cascanueces haciendo que todas las navidades de su hijo fueran lo más felices posibles y al final, el tema se me escapo de las manos que es lo que me suele pasar.
Así que un repaso a las navidades de los Rodgers – Castle – Beckett a lo largo de la historia. En este caso las primeras navidades de Rick.
Espero que os guste.
Tipo: Para todos los públicos.
Lo comencé a escribir en diciembre 2012
Xmas
24 de diciembre de 1969. Brooklyn. Nueva York.
Martha Rodgers no tiene muchas cosas. Le cuesta llegar a fin de mes y su carrera como actriz no termina de despegar. Vive en un pequeño apartamento en el distrito de Brooklyn y no sabe muy bien como va pagar las facturas médicas con su sueldo de actriz secundaria de una producción independiente.
Martha Rodgers no tiene muchas cosas, pero sabe y siempre ha sabido que tiene todo lo necesario para ser feliz. Tiene talento, tiene ilusión y muchas ganas de triunfar. Ahora, a parte, tiene algo más, algo único y maravilloso, algo perfecto, algo que se ha convertido en el centro de su existencia y que la hace levantarse cada día con más fuerzas, con más ilusión, con más esperanzas.
Tiene a su pequeño Rick en brazos.
Cuando se enteró de que estaba embarazada todo fue demasiado horrible y aún lo recuerda como el drama que fue, el mundo se le cayó desestructurado encima de sus hombros y durante un rato fue incapaz de respirar.
Si como siempre insinuaba su madre era incapaz de cuidarse ella misma, ¿cómo iba a cuidar de otro ser humano?
Sin embargo Rick ha sido su mayor regalo, el mayor premio que la vida le ha hecho. Es un niño bueno y dulce, de expresión noble y sonrisa fácil que casi nunca llora. A veces pone morritos, sobre todo cuando le deja con la vecina para ir a trabajar, pero la abrazaba con fuerza y la dedicaba un alegre gorjeo cada vez que le recoge de nuevo.
Le gustaría poderle ofrecer algo más, algo más de su tiempo, tal vez un padre y algo más que un pequeño árbol sin regalos, pero las cosas son como son, hay que ahorrar, pagar facturas y conseguir una casa más grande, un trabajo mejor, un poco de estabilidad económica... Sus padres han dejado muy claro que no la van a ayudar, ya fue bastante malo cuando les dijo que iba a ser actriz, lo del embarazo ha conseguido romper completamente las relaciones con su familia. Ni siquiera la sonrisa de Rick ha conseguido convencer al Sr. Rodgers de dar su brazo a torcer.
Estan ellos dos solos. Y esa es la única verdad.
Alex ni siquiera sabe que se quedó embarazada, ni siquiera sabe si realmente se llama Alex y no está en sus planes volverse loca buscándolo. Rick es suyo, su príncipe, su niño y no necesita a nadie para quererlo más que a nada. Ella hará lo necesario para que se convierta en un buen hombre y no necesita a nadie para eso, pero su casa le parece triste y su árbol deprimente, su cena demasiado carente de grasas saturadas y su hijo debería poder tener cosas más bonitas.
El pequeño Rick es muy chico aún y siendo prácticos él no recordará aquellas navidades, nadie recuerda sus primeras navidades... pero... pero ella sí, ella sí recordará estas navidades, ella nunca las olvidará. Tiene la sensación de que son las primeras navidades de su vida.
Ricky mira a su madre con curiosidad al ver que una lágrima cae desconsidera por su mejilla, una de sus manitas se acerca a su cara y toca la lágrima con todo el cuidado que puede con su coordinación de bebé y algo parecido a la palabra "mamá" sale de su boca.
Martha le mira perpleja, su niño ha dicho su primera palabra, ella es la primera palabra de su hijo. Una sonrisa feliz aparece en su cara y de repente lo ve todo claro. No eres lo que posees, eres lo que sientes y Martha Rogers se siente en ese momento la persona más feliz del mundo.
Va al armario y coje uno de sus posesiones más preciadas, el traje de princesa de "El Cascanueces" que le regaló su tía-abuela Laura cuando la dijo que quería ser actriz. Se viste ante la atenta mirada de su hijo y pone la música del Cascanueces. Empieza a narrar el cuento con su hijo en brazos mientras se pone manos a obra a adornar su casa con todo lo que tiene a mano.
Las palomitas explotan poco a poco en la sartén haciendo un ruido divertido y su hijo se ríe sin descanso ante su exagerada declamación de la guerra contra el rey de los ratones.
Esa va a ser la primera de muchas navidades perfectas.
Va a ser la celebración del amor y eso, eso la da esperanza.
