Capitulo 1

Eran las diez de la mañana de un sabado normal si eras un neoyorkino que disfrutaba de una taza de café caliente recién hecha mientras leias el periodico en tu dia de descanso. Pero si eras un detective o policia de esta gran ciudad este no era un simple sabado, ni ayer fue un simple viernes, y asi hasta tres meses atras. No habia tiempo para nada. Ni para una taza de café, ni para leer el periodico y, si eras Kate Beckett, ni siquiera para dormir. Durante el dia sus unicos momentos de paz era lo que tardaba el ascensor en subir hasta homicidios,si estaba vacio claro. Hoy tubo suerte. Mientras el ascensor subia la detective se acomodó su camisa y inspiró profundamente para soltar el aire unos segundos más tarde. Cuando sonó el pitido del ascensor, indicando que habia llegado, las puertas se abrieron y empezó el caos.

Todas las mesas estaban llenas de papeles y informes, policias de casi todos los departamentos yendo de un lado para otro, hablando por sus teléfonos o con el policia que tenian al lado. Beckett avanzó por el pasillo hasta que pudo divisar su mesa, que estaba llena de papeles, no le dió tiempo a sentarse.

-Detective Beckett.- La llamó la capitan Gates desde la puerta de su despacho-Tengo que comentarle una cosa- Despues de decir esto, Beckett se apresuró a ir hacia allí, entró, cerró la puerta y se sentó en una de las sillas que habia enfrente del escritorio de Gates. -Como sabrá detective- Empezó a decir la capitan- Llevamos tres meses tras la pista de El Zorro y, como no hemos hecho muchos avances ayer recibí la llamada del director del FBI. Tras hablar con él dijo que enviaria a uno de sus hombres con un equipo para hacerse cargo del caso.

-Pero señor el caso es nuestro.- Se quejó Beckett.- No pueden venir y quitarnoslo sin más.

- Por lo visto si que pueden, hoy al mediodia se instalaran. Espero que les faciliten toda la información.- Dió por concluida la reunión señalandole la puerta con la mano.

-Si señor.- Se limitó a contestar Beckett. No le hacia ninguna gracia que despues de tres meses trabajando sin parar vinieran los federales y les robaran el caso. Su caso. Beckett se sentó en su mesa con el ceño fruncido y ordenó todos los papeles que tenia sobre la mesa en un montón y los dejó en una esquina. Abrió el primer cajón de su escritorió, cogió unos informes y empezó a hojearlos.

" Jay Walker, 26 años. Estatura media, rubia de piel clara. Traumatismo con objeto contundente en la parte posterior de la cabeza. Marcas de ataduras en muñecas y tobillos. Cortes postmortem producidas por objeto afilado en gran parte del torso, brazos, piernas y corte en forma de Z detrás de la oreja. Causa de la muerte : desangramiento causado por tres puñaladas en el pecho."

Beckett cerró el informe y suspiró mirando a la nada.-Hace más de tres semanas que no ataca- Pensó recostandose en su silla.-Esto no me gusta.

-Beckett.- Un hombre alto, moreno, de ojos marrones la llamó mientras sostenia un teléfono en la mano. Su cara lo decia todo.-Ha vuelto a atacar.

Llegaron a la escena del crimen en apenas diez minutos. Atravesaron la cinta amarilla custodiada por un policia de calle, adentrandose en un estrecho y poco iluminado callejón, situado entre dos edificios que no parecian tener las medidas de higiene necesarias. Sortearon varios cubos de basura tirados por el suelo hasta llegar a donde estaba la forense que se encontraba en cuclillas junto a un cuerpo.

-Lanie.- La saludó Beckett. Esta se puso de pie.

-Detectives.- Lanie se quitó los guantes de látex azules y los guardó en su bolsillo.- Mujer de unos veintitres años, traumatismo con objeto pesado en la nuca, marcas de ataduras en ambas manos y pies y- Lanie se agacho y apartó un mechon del pelo del cadáver dejando ver una Z marcada detrás de la oreja- La marca.

-¿Hora de la muerte?

-Yo diría que entre las dos y media y las tres de la mañana de ayer.- Dijo Lanie mirando su pequeña libreta de espiral.

Beckett tragó saliva y se cruzó de brazos. Miró hacia arriba y vió las ventanas de los dos edificios que daban al callejón.

-Espo.- Lllamó a su compañero.-Habrá que hablar con quien quiera que viva en estos edificios para ver si alguno ha visto o oido algo.

-No creo que nadie que viva aqui quiera hablar con la poli.- Dijo Espo mirando a Beckett. Ella hizó una mueca.

-Tienes razón.- Dijo finalmente- Pero es lo que hay.

Ambos detectives fueron puerta por puerta por ambos edificios, que estaban medio vacios, hablaron con un total de quinze personas. Todas y cada una de ellas negó haber oído o visto nada, como era de esperar. Los detectives regresaron a comisaria con no muy buenas caras y una vez allí ambos se sentaron en sus respectivas mesas, que estaban la una enfrente de la otra. El móbil de beckett sonó y ella se apresuró a cogerlo.

-Lanie dice que en media hora tendrá los resultados de la autopsia, con suerte podremos saber quien es nuestra víctima.- Dijo la detective leyendo el mensaje que le había enviado Lanie. Esposito parecia distraido- ¿Espo?

-¿Gates te ha dicho lo de los federales?- Le preguntó él. Esa pregunta le había estado rondando en la cabeza desde hace un buen rato.

-Si.- Beckett frunció el ceño- Al parecer se van a "encargar" ellos de nuestro caso.- Dijo la detective centrándose en su ordenador.

-No me gustan los federales, siempre se meten por enmedio.- Beckett asintió dándole la razon sin apartar la vista del ordenador.

-Mierda.- Masculló Beckett.-La prensa se ha enterado.

-¿Que?- Esposito se levantó y se puso al lado de la silla de Beckett para poder ver la pantalla del ordenador.-¿Como se han enterado? No es posible.

-Deben tener algún informante dentro de la comisaría.- Dijo Beckett pensativa.

- Un topo- Espo miró a su alrededor. -A Gates no le va a gustar nada esto.- Ambos miraron hacia el despacho de Gates, que tenia las persianas medio bajadas. Se quedaron mirando el despacho unos segundos.

-¿Detectives?- Gates apareció por detrás de ellos sobresaltándolos.- Los quiero en mi despacho, ahora. Espo y Beckett se miraron.

-Lo sabe.

-Y tanto que lo sabe...