El jardín de los secretos.
¿Puede un segundo destruir una vida?, bueno en mi opinión si puede y de hecho eso me pasó.
Capítulo 1.
Aquí parada en medio de este jardín me doy cuenta de que todos y cada uno de mis pasos me guiaron fielmente a este día, el día en que mi vida por una simple frase dicha por alguien que no entendía las consecuencias de sus dichos ni la devastación que causaría en mi vida, no puedo recordar que paso luego de que las peores cuatro palabras que uno puede escuchar, solo recuerdo sus labios moviéndose a un compás constante y sin parar, puede que digiera cuanto siente lo que me ha ocurrido, o las miles de posibilidades con las que puedo enfrentar este dolor, pero déjenme decirles algo este sin fin de palabras no son más que una mierda, una mierda dicha para que no enloquezca y les diga los ineptos que son por no haber podido salvar a lo más preciado que tenía, esta persona no entiende lo que siento o como mi mundo se derrumba a mi alrededor, no comprende que la única salida que veo en este momento es morir, porque lo que ha muerto en esa sala de paredes blancas y olor a desinfectante es mi otra mitad, la mitad de mi aire y mi sangre, la mita que me permitía cada día levantarme y seguir luchando contra el asco de vida que me ha tocado. No sé cuándo o como llegue aquí, este jardín que es una burla de los preciosos momentos que viví, pero que ahora se ven empañados por el dolor de su partida, todo aquí me lo recuerda, en especial el azul profundo de las aguas a unos pasos de donde estoy, ese azul me recuerda al color de sus ojos el azul más hermoso que he visto en la vida y que a pesar de cuanto lo desee nunca volveré a ver, ya que se ha ido y me ha dejado sola en este triste y gris mundo, este mundo donde nunca más las tocaré o veré y donde nunca más escuchare su alegre voz diciéndome
-"Te amo mamá"
Porque si lo que perdí hoy fue ese pedacito de mí que me hacía mejor, que me hacía levantarme cada día y olvidar el desastre que ha sido mi vida estos últimos cinco años desde el momento en que me topé con él y su estúpida mirada que trajo lo peor y lo mejor a mi vida.
Hace 5 años.
Riverdale quien en este mundo le pone ese nombre a un pueblo, entre más me lo pregunto más estúpido suena, pero así es y aquí es donde vivo, un pueblo en un remoto lugar del mundo con un tonto nombre como Riverdale, toda mi vida he deseado salir de aquí, conocer las grandes maravillas que la vida me prepara pero mientras conduzco mi bicicleta al colegio y para variar tarde dudo que lo logre.
Llego cuando está tocando la campana, corro por los pasillos cruzando los dedos para que alcance a llegar antes que el señor Smith, pero hurra mi suerte me ama y él ya está en el salón y me llama con su chillona y espantosa voz.
-señorita Cooper, me alegra que nos deslumbre con su encantadora presencia, pero está llegando tarde en el primer día de su último año, no sé qué tan bien se verá esto en la aplicación a las universidades, "Elizabeth Cooper, la mejor de su clase en llegar tarde" no no no no eso no sonara nada halagador señorita Cooper, no lo cree
Y bien si esta soy yo Elizabeth Cooper, último año de colegio, a puertas de salir de este terrible pueblo e ingresar a la universidad para conocer el mundo, reconocida por llegar tarde a todos lados y objeto de burla de este horrible duende llamado señor Smith y obsesionado con la puntualidad, bravo por mí, el primer día de clases y tarde, entre mis pensamientos escucho a la distancia su horrible voz.
-señorita Cooper.
-Elizabeth Cooper le estoy hablando
Rayos, bien Cooper ignora al profesor para que te castiguen peor.
- si señor Smith tiene toda la razón, pero me podría perdonar hoy por ser el primer día, prometo que este año seré otra Elizabeth una con una llegada puntual a todos lados, lo prometo, por favor. Hago mi mejor carita de cachorro espero que dios y esto me salve, sino bienvenida sea la sanción y la llama a mi tutor, dios todo menos eso por favor.
-déjeme decirle señorita Cooper que solo esta perdonada porque tenemos cosas más importantes a tratar que su falta de puntualidad, pase y siéntense rápido.
Bien un día más sin tener que ver la horrible mueca de los Blossom diciéndome por qué no soy tan perfecta como Polly.
-como seguía diciendo el día de hoy queridos estudiantes tenemos el ingreso de un nuevo alumno, espero una cálida bienvenida al señor Jones, adelante.
Y ese fue el principio del fin, aun lo recuerdo, el entrando con su metro ochenta y cinco, su precioso cabello castaño y ondulado, que enmarcaban su precioso rostro de pómulos altos y mentón fuerte, acompañado de esos ojos azul profundo, el mismo azul que heredo mi bebe y me llevo a la perdición, estampada con el nombre de Forsythe Pendleton Jones III.
-Jughead Jones, señor.
