– Ten una cita conmigo, Hombre Tigre.

– Por quinta vez, Akutagawa, es Nakajima o Atsushi, ambas me sirven.

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– ¿M-me acabas de pedir salir?

– Tsk.

Akutagawa ya se está yendo para cuando Atsushi se da cuenta de lo que acaba de pasar.

Se queda solo, en medio del campo de atletismo con las vallas que antes usaban casi cayéndose de las manos ante la sorpresa. Akutagawa Ryunosuke le ha pedido una cita.

Akutagawa.

¿Qué está pasando?

¿Quizá se ha equivocado de persona? ¿Quizá se refería a otro hombre tigre? Sería extraño pero en un instituto hay todo tipo de gente extraña. ¿Quizá...?

–Puedo oírte pensar demasiado alto –dice Akutagawa aún sin darle la cara.

Se acercan a donde se guarda el material y dejan las vallas.

Caminan hacia los vestuarios para cambiarse e ir a la siguiente clase de la mañana cuando Akutagawa se detiene de nuevo así que también lo hace Atsushi detrás de él.

– ¿Y bien? ¿Cuál es tu respuesta, Hombre Tigre?

Atsushi quiere recordarle que tiene un nombre y que no le importa ni el sufijo que use con él ni si lo hace con su apellido o... Bueno, pensándolo bien, si utilizase su nombre entonces Atsushi debería también utilizar el de Akutagawa y eso sería raro.

¡Toda esta situación es rara!

–Está bien.

Sin saber porqué, acepta. Después no vuelven a hablar.

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"AAAAAAAAAAAAA PERO QUÉ HE HECHO"

Los demás alumnos evitan al que está con la cara contra la pared. No es época de exámenes y en una semana, dos como mucho, tendrán vacaciones. Es un comportamiento inusual para la época. Además, de vez en cuando, extraños rezos salen del individuo y empieza a dar mal rollo.

–Atsushi-kun, ¿qué haces? ¿Tratas de asfixiarte contra los carteles publicitarios de los clubs? ¿Puedo probar? No dolerá, ¿verdad?

Atsushi tuerce la cabeza, entre muchas cosas para respirar porque se estaba muriendo y entre otras para ver a Dazai, sonriéndole de oreja a oreja.

–D-Dazai-san… DAZAI-SAN

Dazai se aparta cuando Atsushi se separa de la pared y trata de echarle las manos al cuello para llorarle sobre sus desgracias. Siendo el buen senpai que es, Dazai da un paso para atrás y deja que Atsushi abrace el suelo.

Se agacha a su lado.

–Ya te dije que abrazar hombres no es mi preferencia. ¿Y, qué ha ocurrido?

Atsushi le explica el incidente mientras se vuelve a poner de pie. Para su sorpresa, o tristeza, Dazai no parece sorprendido. Se queda un momento pensativo antes de decir:

–Yo le di esa idea.

–¿Eh?

Atsushi no se ha sentido tan traicionado en toda su vida y ha tenido tiempo y gente

–He oído que este año estáis en la misma clase, ¿no? Debe de ser toda una suerte~

–Dazai-san, ¿por qué le metiste esa idea en la cabeza? –trata de ahora sí tirársele al cuello a matarle.

– ¿Por qué aceptaste? Podrías no hacerlo.

–E-Esto… Yo…

Antes de poder responder, alguien coge a Dazai por el cuello y se lo lleva arrastrado. Al parecer, a Kunikida-san le ha tocado otro año más en la misma clase que Dazai. Que alguien se apiade de su alma piensa Atsushi mientras oye sus gritos en contra partida de los comentarios de Dazai por el pasillo.

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–Una cita… Huh… Cita…

Atsushi y Kyouka siempre vuelven juntos al terminar las clases porque ambos viven en el mismo bloque de apartamentos

Normalmente, si no tienen otros planes o algo importante que atender, pasean por la zona comercial de Yokohama y se sientan en un pequeño café del puerto a tomar el dulce de la casa de ese día.

– ¿Te ha dicho ya que vais a hacer? ¿Tenéis algún plan?

– ¿No realmente? –suspira–. Lo único que he hecho ha sido aceptar pero no tengo ni idea sobre de qué va todo esto.

– Hummm... Pregúntale.

Atsushi da un sorbo a su café.

– Digo, ¿no tienes su número?

–… ¿no?

– ¿Qué clase de idiota eres, Nakajima?

Esa es Lucy, que trae a Kyouka su postre. Este año está en otra clase pero el año pasado compartían aula para todo. Trabaja allí desde hace algo más de medio año.

– Está demasiado fría.

– Es tarta helada, ¿qué esperas? –chasquea la lengua. Ella y Kyouka aún no se terminan de llevar bien–. Y tú, intercambia números con ese chico antes de que tu vida romántica se estanque. Como el resto de tu vida, quiero decir.

Lucy se marcha con el mismo humor con el que ha llegado. El café de Atsushi ya está frío y Kyouka mira su tarta con desconfianza.

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Kyouka tiene el número de Akutagawa. Pero cree que es mejor que Atsushi haga esto por sí solo. Mientras vuelven a casa, hablan sobre el verano y ese tipo de cosas. Qué harán y cuándo, las películas de estreno de esa temporada entre otros. Después cada uno se separa para ir a sus apartamentos respectivos.

– Hasta mañana, Kyouka-chan.

– Hasta mañana.

Kyouka cierra la puerta tras ella aunque nunca llega a oír la de Atsushi.

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– Ne, ne, Kunikida-kun, ¿te quieres enterar del último cotilleo entre los de segundo?

– No.

– ¿Seguro~? He oído que está habiendo un gran revuelo porque se trata de algo… inusual.

– ¿En serio?

– Sí, sí. ¿Quieres escucharlo?

– Supongo que no estaría mal saber que hacen nuestros kouhai.

– Ah, Kunikida-kun es muy buen senpai~

– ¿Cual es el cotilleo, Dazai?

– Ah… ¿Te lo creíste, entonces?

Kunikida le golpea la cabeza con el puño hasta hacerle un chichón y tiene que controlarse para no seguir.

–Auch, auch… Que malo, Kunikida-kun, podrías dañar mi pobre cabeza.

– Si para lo que la usas daría igual.

– Eso me ha hecho daño…

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– Lo cierto es que si que me he enterado de algo.

– ¿Por qué debería creerte?

– También es verdad.

Siguen caminando. Kunikida arrastrando la bicicleta sin montarse y Dazai al otro lado de esta.

– Oi, Dazai –el nombrado le mira–, no que seas una molestia, pero… ¿Tu… donde-sea-que-duermes… no está por el otro lado?

Tienen esta conversación casi todos los días desde hace tres años. Sin interrupciones en lo más mínimo, salvo dos o tres días que se han quedado por cosas del Consejo Estudiantil. Kunikida se lo recuerda porque tampoco es cosa de hacer a Dazai andar hasta su casa cuando de vez en cuando se hace de noche.

Aunque tiene curiosidad por saber que hace Dazai todas las tardes que Kunikida lo manda antes de tiempo por la dirección que debería.

– Uhm… Tienes razón. Oh, tomaré este camino hoy, será más rápido. Nos vemos mañana, Kunikida-kun.

– Procura llegar a tiempo para la reunión del Comité.

Dazai le bate la mano y se pregunta si le habrá oído.

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Akutagawa recibe un mensaje de Kyouka cuando termina su baño. Lo único que dice es que mañana le dé su número a Atsushi cuando se lo pida. Y que le tendrá vigilado por si intenta algo durante su…

«""""cita""""»

…como ella lo escribe.

Lo cierto es, que no esperaba que Nakajima dijera que sí. Tampoco esperaba que ser directo y cortante sobre el tema como le dijo Dazai-senpai fuese a funcionar pero lo cierto es que funciona y da gracias.

(Se pasó el último trimestre del año pasado entre cartas y señales que el Hombre Tigre ni noto ni entendió, porque es así de denso e idiota).

Pero ahora…

"Ahora tengo una cita con Nakajima Atsushi"

Está todo rojo pero puede fingir que es por la ducha. Eso va a decir cuando Gin le llame para ir a cenar y le pregunte por qué trae esa cara.


Akuatsu es la pareja principal, pero hay otras por ahí dispersas que ya aparecerán (creo) Todo el fic está estructurado como "mini escenas" que van contando una historia (bastante más larga) porque me pareció más dinámico hacerlo de esta forma ovo y btw está basado (en general, aunque con bastantes cambios) en el au y merch oficial de bsd gakuen

¡GRACIAS POR LEER!