o.O. Esta historia ha sido escrita sin fines de lucro solo para el sano (Hisoka: Sano?¬¬'), entretenimiento de las personas que quieran leerlo .O.o
Akai Tsuki no Omoi
Konnichi wa, minna-san! n.n Soy Bunny Kou y este es mi primer fic de Yami no Matsuei¡Amo esta serie! (Tatsumi:Aunque todavía no la termina de ver u.uU. Bunny: Tatsumi! TwT).
Últimamente estoy obsesionada con el Yaoi y la sangre º¬º, y he intentado escribir varios fics, tanto yaoi como no...¡Pero no hay caso¡Estoy terriblemente bloqueada¡Así que por favor no me demanden por el daño psicológico¿Sí?
¡Espero que les guste! Y si no por favor, repito, no me demanden T.T!
Advertencia: Este capítulo contiene insinuaciones de pareja hombre/hombre, si estas aquí es bajo tu consentimiento.
Una noche fría solo acompañada por el silbido de ultratumba del viento al pasar por entre las ramas de los árboles. Las hojas, crujían bajo sus pies y la oscuridad teñida de carmesí era la guía perfecta para tan tenebrosa oscuridad.
Sus pasos, aunque se disfrazaban de decididos, eran dados de forma cautelosa y con temor. Nunca había podido acostumbrarse a la oscuridad y odiaba no poder ver en ella.
Sus manos en los bolsillos comenzaban a entumecerse y su boca exhalaba bocanadas de humo..¿Cuántos grados harían?; ¿cinco?; ¿cero?...No quería averiguarlo.
La Luna era la única testigo de su andar errante, una Luna de rojo sangre, una luna que le traía malos recuerdos y parecía que esta vez no sería diferente...
Era extraño, de pronto se había encontrado en mitad de la nada, sin mas que su pijama y completamente desorientado. Sus pies desnudos tocaban la húmeda hierva escociéndole debido al frío que los arropaba.
"¿Dónde demonios estaré?"
Su voz resonó, en cada árbol y cada hueco...Pero no hubo respuesta...Era una voz suave y todavía aguda, pero voz de hombre, más bien de un joven.
Sus cabellos, seguramente claros, bailaban desenfrenados con el viento, golpeándole a veces el rostro y tapándole la vista en otros.
Caminaba erráticamente, tropezando con las raíces de aquellos árboles, que debían de estar en una avanzada descomposición. Bueno, eso creía él, por el olor a muerte que se alzaba en el lugar.
Dio otro tropezón, pero esta vez con menor suerte porque finalmente había caído al suelo a pesar de sus intentos de no hacerlo.
"¡Maldición!"Gruñó el joven al sentir como su tobillo ardía. En la caída seguramente se había doblado el tobillo"
Sentado como se encontraba, su mente seguía divagando en cómo salir de allí, pero al parecer no sería tan fácil habían pasado horas y el caminar no le conducía a nada. ¡Árboles, Árboles y más Árboles! Esto lo desesperaba... En situaciones como estas Hisoka desearía tener un poco del auto-control que poseía Tsuzuki...
"Tsuzuki...¿Dónde estar--?"
Un dolor muy fuerte lo hizo callar, era un dolor en todo su cuerpo pero más precisamente en su corazón...Millones de agujas parecían traspasarlo, sentía dolor...dolor y mucho terror...
¿Pero de quién era ese dolor?
¡Hisoka, ayúdame!
"Tsu-zuki...¡Tsuzuki!"
Hisoka comenzaba a entrar en pánico. Cada lamento de Tsuzuki eran desgarrador y casi podía sentir que su piel se cuarteaba ante la intensidad de aquellas emociones, profundas y dolorosas...
Su cuerpo dolía y más aún su tobillo pero sin importarle decidió comenzar a buscar a Tsuzuki...Si pudo sentirlo quiere decir que no estaría muy lejos...Corría, corría entre las bajas ramas de los árboles que lastimaban su rostro y brazos, el frío que antes lo atormentaba, seguía allí pero él ya era incapaz de sentirlo pues su cerebro se ocupaba solo de la búsqueda de su compañero...
Aún si se peleaban todos los días, aún si odiaba que lo tratara como un niño...Aún así, Hisoka lo quería, y...¿Lo amaba tal vez?...
Era muy difícil saberlo, pero sabía que algo había cambiado, algo había cambiado desde el preciso momento en el que le pidió a Tsuzuki que viviera por él...Si, ese fue el momento en que entendió que tal vez era más que una simple amistad, mas que un cuidado de compañeros...
...Lágrimas de sangre recorrían sus mejillas, mientras la luna roja parecía reírse de su desesperación...
Seguía corriendo el dolor en vez de aminorar aumentaba, lo que suponía que estaba acercándose. La luna de rojo carmesí lo cubría todo...¿Era su parecer o se había vuelto más roja?...
"Resiste Tsuzuki..."Soltó en un jadeo, cuando una punzada atacó con mayor insistencia su corazón"Resiste por mi"
¿Qué era eso que el viento traía¿Era acaso olor a sangre¿Y qué era aquel murmullo que traían las hojas¿Eran talvez, los gemidos de un moribundo?
Giró contadas veces su cabeza eliminando aquellos pensamientos que nada bueno, auguraban. Tsuzuki iba a estar bien, y él se encargaría de que las cosas no fueran de un modo diferente.
El ardor en su piel se incrementaba como también lo hacía el dolor en su corazón, desde hace varios minutos que corría en aquella oscuridad carmesí y delante de él, el bosque parecía comenzar a desaparecer para dejar a la vista solo una enorme extensión de lo que parecía, césped muerto.
El olor a muerte en aquel lugar era peor que el presente en mitad del tenebroso bosque y la humedad parecía estar hecha de sangre mas que del rocío nocturno, común en cualquier lugar, menos en aquella pesadilla.
La luz de la luna, que de rayos carmesíes estaba formada, se intensificaba, como también lo hacía el dolor de su pecho. Sus ojos atentos registraban cada centímetro de ese terreno buscando hasta la menor pista que lo condujera hacia Tsuzuki, pero sin resultados nada encontraba allí que le fuera útil. En cambio los olores nauseabundos de la sangre y aquellos gemidos aterradores de la noche, solo terminaban por marear cada vez mas al joven que intentaba –ya sin fuerzas-, continuar de pie, con esperanzas de encontrar a su compañero antes de que fuera tarde...
¡Hisoka¡Aquí estoy!
"¡Maldición!"Grito sin fuerzas mientras se dejaba caer en aquel suelo de horrible aspecto"¿Dónde estás Tsuzuki?...¿Dónde?" Las lágrimas cubrían sus mejillas mientras alzaba la vista para encontrarse con aquella Luna carmesí que tantos problemas le causó en vida, y que parecía que ni en la muerte lo dejaría en paz.
Aquellos ojos de amatista fulgor, se veían reflejados en el rojo del astro nocturno, veía la imagen alegre y siempre atenta del hombre que...Del hombre ¿Qué?...
Ya no valía la pena ocultarlo...Y es que ahora se daba cuenta de cuanto era que le importaba Tsuzuki...¡Por qué demonios tuvo que ocurrir aquello¡Por qué demonios no se dio cuenta antes de aquello!...
Sus puños maltrechos por el frío chocaban contra el húmedo suelo lastimándoselos más de lo que ya estaban y las lágrimas no cesaban de aparecer de sus hermosos ojos esmeraldas, que teñidos de dolor se encontraban...Tenía que encontrarlo. Costara lo que costara, debía hacerlo, debía decirle lo que sentía por él...
Sin pararse, descansando sus agotado cuerpo, se preguntó desde cuando...Desde cuando es que todo había cambiado en su frío corazón...¿Cómo había hecho Tsuzuki para introducirse en sus pensamientos¿Desde hace cuanto que esos ojos de púrpura mirar se encontraban en sus pensamientos?...
Allí, como estaba, una sonrisa triste se formó en los labios. Y cómo no hacerlo si lo que acababa de preguntarse era completamente estúpido...Tsuzuki, aquel hombre, lograba colarse en todos con su presencia, con su calidez. Era imposible no ceder a su encanto...
Hi-so-ka…¿Dónde estás?
El dolor volvió a hacerse presente en su corazón, pero algo más había llegado con él y era el lugar exacto donde su –más que-, compañero se encontraba.
Con la poca fuerza que le quedaba se levantó dispuesto a dar todo lo que fuera por el bienestar del que siempre protegió de él...Nadie lastimaría a Tsuzuki...No si él podía evitarlo...
Sus pasos retomaban fuerza al descubrir frente a él, el fin de tan devastador escenario, pero su alivio no fue mas que pasajero pues frente a él se encontraba una de las visiones mas aterradoras que jamás haya presenciado.
En una cruz de azabache fulgor, el cuerpo de aquel ser amado, se mantenía fijado a la madera a causa de los refulgentes y enormes clavos que atravesaban sus manos y pies.
El corazón de Hisoka dejó de latir al ver aquella mirada perdida y aterrada que le mandaba el oji-violeta...
"Es-Esto no p-uede estar pasando"Se decía Hisoka, totalmente pasmado en su lugar mientras no dejaba de ver el cuerpo casi inconciente de Tsuzuki...
Con pasos torpes, lo más rápido que su dolor –y el de Tzusuki le permitía-, se acercó hasta la cruz, para comprobar con terror que sus manos no alcanzaban ni a rozar los pies del peli-negro que lo miraba todavía con aquella mirada que comenzaba a aterrarlo. En su mente, el joven solo podía escuchar una y otra vez las suplicas y lamentos –mudos-, que su compañero le dirigía. Su cuerpo también se veía afectado ante la escena: Dolorosas agujas –más fuertes que las anteriores-, atravesaban su piel, y sus manos y pies se encontraban envueltos en un terrible ardor...Casi podía sentir la sangre recorriendo sus extremidades...
"¿Tsu...?"Las palabras se habían alejado de su boca y su mente solo tenía espacio para el dolor del oji-violeta"¿...Tsu-zuki...?"Volvió a intentar y esta vez su nombre al menos había salido de sus labios"
...Hisoka...
La fuerza de Tsuzuki cada vez era menor y el poder espiritual que hasta ahora lo había conectado a él bajaba de una manera demasiado rápida...
"¡Tsuzuki!"Grito Hisoka mientras trataba en vano de alcanzar el cuerpo de su amado. En cambio, algunas gotas carmesíes bañaron su rostro cuando el frío viento golpeo contra sus cuerpos"¡Por favor resiste!"Volvió a implorar totalmente desesperado"
Sus manos congeladas rasgaban la madera en un intento de alcanzar el cuerpo del cristo, pero solo recibía como resultados varios moretones y la piel de sus dedos comenzaba a romperse dejándole grandes partes en carne viva... "¡Tsuzuki¡Tsuzuki!" Los gritos de Hisoka eran aterradores, su cuerpo ya sin fuerza seguía intentando alcanzarlo, pero le era imposible...Esta era una de esas veces en las que querría ser más fuerte y grande...
…Hi-so-ka…Onegai…A-yú-da-me…
"Tsuzuki...¿Qué..."La voz que le seguía fallando ahora le escocía debido seguramente al frío y a los alaridos que había dado"¿Qué puedo hacer?"
Sus lágrimas había terminado por manchar el celeste de su pijama, de un rojo realmente contrastante. Mientras miraba hacia donde Tsuzuki ya no sabía que hacer...Pero de algo estaba seguro de este saldrían juntos...Pero había una cuestión...¿Vivos ... o ... Muertos?
"Tsuzuki...¡Tsuzuki¡Dime qué puedo hacer!"
…Hi-so-ka…Ai shite--…
Además del rubor en sus mejillas, el oji-verde quedo en shock al sentir como es que las fuerzas de Tsuzuki terminaban de desaparecer, sin finalmente, terminar de decir aquello que habría llenado a Hisoka de felicidad, si no fuera que podía asegurar que el corazón del oji-violeta se había detenido... Como si fuera magia, con un golpe sordo, el cuerpo del mayor toco el suelo. Hisoka que todavía no podía creer que todo esto fuera verdad se acercó torpemente hasta el pelinegro y acunó su cabeza en sus piernas mientras no dejaba de ver aquellos ojos amatistas que lo miraban...
... Hisoka ...
"..No..Me niego a creerlo.."
..Hisoka..
"Tsuzuki...¿Dónde estás?"El joven acariciaba los cabellos del mayor, mientras agudizaba sus oídos...¿Cómo es que todavía lo escuchaba?"
..Hi-so-ka..Despierta..
"¿Qué demo--?"Su cuerpo comenzaba a alivianarse y pronto se vio flotando, mientras el cuerpo de Tsuzuki se escapaba de entre sus brazos"¡Tsuzukiii!"
Su grito desgarrador hizo eco en todo el paisaje, mientras veía como aquellos ojos violetas todavía lo miraban entre los párpados entre abiertos.
..Hisoka..
Continuará...
¡Hola! Este es el primer capítulo, espero que les haya gustado y no se preocupen. Es solo un capítulo más y no más n.n. Quiero realmente que esto sea de su agrado y por eso me esfuerzo, para corregir errores y demás cosas. Por supuesto si notan algún error que me haya comido, por favor diganme que soy muy glotona n.n...Mal chiste u.uU...¡Nos vemos en el próximo capítulo! Y... ¡Por favor no se olviden del Review, que haría muy feliz a una dulce (Hisoka¿Dulce? ¬¬) niña n.n! Ja ne!
