Hola a todos.

Los que leyeron "Amor Inesperado" ya conocen mi manera de escribir y mi amor por la pareja de Sakura y Fye.

Este es mi segundo Long-fic, lo empecé a escribir un tres de marzo del 2011, escuchando la canción "Mi Mejor Amiga" de Noel Schajris.

Espero que sea de su agrado.

Esta historia se lleva a cavo en un universo alterno y con muchos sucesos diferentes.

¡Gracias por leer!


Mi mejor amiga Capitulo 1 "El chico nuevo de ojos azules"

Estaba amaneciendo en la gran ciudad de Tokio, donde en una casa tamaño promedio en un lindo vecindario se encontraba una chica llamada Sakura, de 17 años aún dormida en su cama. Si no se levantaba en ese instante se le haría tarde para llegar al instituto donde cursaba el último año de preparatoria.

Sakura y su hermano Touya de 25 años viven solos en su casa. Perdieron a sus padres hace cinco años y no fue nada fácil para ambos salir adelante en todos los aspectos.

—¡Oh no! — Sakura se levantó de un salto de la cama al ver que faltaban tan sólo veinte minutos para que las clases dieran inicio.

La chica se apresuró a meterse a bañar para después secar y peinar su cabello castaño que le llegaba arriba de los hombros en un corte moderno. Se puso el uniforme del instituto que consistía en una falda azul marino que le llegaba a medio muslo, una blusa blanca de vestir de manga larga, también llevaba una corbata a rayas diagonales color azul marino con azul claro y finalmente un saco azul marino con el logotipo del instituto en la parte superior izquierda.

Terminó de alistarse y bajó corriendo las escaleras. Entró al comedor y tomó sólo una rebanada de pan tostado de la mesa ya puesta con dos platos cubiertos por un delicioso desayuno preparado por Touya, quien disfrutaba de su taza de café mientras leía el periódico y desayunaba sentado a la mesa.

—¿Es lo único que comerás? — preguntó mirándola de reojo, sin despegar la vista del papel entre sus manos.

—Se me hizo tarde y no llegaré a tiempo— contestó después de pasar por su garganta el trozo de pan.

—Desayuna bien, yo te llevare en el auto. Así no llegaras tarde— cerró el periódico y vio la cara de alivio de su hermanita.

—Gracias hermano— sin pensarlo dos veces se sentó a la mesa y degustó las delicias que cocinó Touya.

—Aunque... Creo que olvidaste algo— la miró con diversión, ella lo miró confundida —¿Atrasaste tu reloj una hora anoche? Recuerda que hoy es el cambio de horario de verano— al escuchar aquello Sakura casi se cae de la silla.

—¡¿Qué?!— preguntó exaltada para después relajarse y soltar un suspiro —creo que hoy llegaré una hora más temprano— ante esto Touya sólo soltó una risita burlona.

Después de unos minutos terminaron el desayuno y salieron tranquilamente de su casa al instituto que queda a diez minutos en auto.

—Bien, ya llegamos— anunció deteniendo el coche frente a la entrada.

—Muchas gracias Touya— se despidió de su hermano con un beso en la mejilla, acto que a él no le incomodaba en lo absoluto.

—Me toca guardia en el hospital así que no me esperes despierta.

—Está bien— respondió algo desanimada. Sabía que esas guardias eran muy agotadoras —salúdame a Yukito y dile que cuando pueda venga a cenar a la casa— sonrió animadamente.

—Yo le digo— sonrió —Pero no creo que quiera comer la comida preparada por un monstruo, ¿o sí? Monstruo— alzó una ceja, divertido.

No importa que ya sea adulto, le encanta molestar a su hermana de esa forma y tal vez nunca dejará de hacerlo.

—Touya…— masculló molesta por el nombre.

—Se me está haciendo tarde— mintió para zafarse del momento. Sonrió burlonamente al conseguir molestarla —Sakura, sabes que Yukito ama todo lo que cocinas, así que no te enojes. Cuídate monstruo— se despidió aún con la sonrisa en sus labios y arrancó de nuevo.

Sakura se quedo en la acera suspirando. Su hermano nunca cambiaría.

En fin... Se dio la media vuelta y entró por la puerta principal del instituto, atravesó el jardín y entró al edificio que le correspondía a su grado. Camino por los pasillos y subió las escaleras hasta al piso donde se encontraba su aula; entró y dejó sus cosas en su asiento.

Miró a su alrededor y notó que aun no había llegado nadie, ya que no veía ninguna mochila ni portafolio en los pupitres.

—Creo que aún es muy temprano— suspiró aburrida.

Después de no saber qué hacer, decidió salir a los extensos jardines que tiene la institución. Realmente disfruta caminar entre los árboles y las flores del jardín de su escuela.

Mientras caminaba y observaba la naturaleza, se llevó una sorpresa cuando creyó ver a alguien sobre un árbol.

Silenciosamente se acercó a dicho árbol y en efecto, era una persona y al parecer estudiante de ahí ya que traía el uniforme puesto pero... Nunca antes lo había visto.

¿Será nuevo? se preguntaba mientras cada vez se acercaba más al árbol hasta quedar casi debajo de él, donde podía apreciar que estaba sentado en una rama y recargado en el tronco.

Al parecer el chico estaba muy inmerso en sus pensamientos, ya que no se había percatado de su presencia.

Caminó un poco más hacia el árbol para tener una mejor vista, pero accidentalmente pisó una ramita y el ruido la delató. Aquel chico se dio cuenta de su presencia y la miró fijo a los ojos. Sakura se puso muy nerviosa y más al ver que el chico era realmente guapo. Sintió como su rostro enrojecía al sentir esa mirada azulada tan penetrante y seria sobre ella.

El chico parecía ser alto, o al menos eso pensó ella, ya que no podía saberlo con exactitud, pero de lo que si estaba segura era de sus ojos azules tan profundos y hermosos, poseedores de una mirada fría y penetrante. También pudo ver su cabello rubio no tan corto y algo despeinado. Se veía realmente bien, no pudo evitar quedar medio hipnotizada sin apartar la vista de ese chico, quien al notar aquello sólo frunció el ceño.

La castaña se dio cuenta de lo que hacía y muy avergonzada desvió la mirada. Estaba a punto de disculparse pero escuchó una voz conocida acercarse.

—¡Buenos días Sakura!

Esa voz la hizo girarse y ver que se trataba de Tomoyo, acompañada de Himawari, sus mejores amigas.

—Cuando entramos al salón vimos tu mochila y pensamos que estarías en los jardines, ¿Qué haces aquí tan temprano? — preguntó la chica de cabello largo, negro y rizado llamada Himawari.

—Olvidé atrasar el reloj— rio nerviosamente. Sus amigas hicieron lo mismo.

—Ay Sakura, tu siempre tan despistada— dijo Tomoyo, quien no se extrañaba de lo que decía su amiga.

—Buenos días chicas— saludó un chico alto, piel clara, de cabello negro, ojos azules y gafas sobre ellos. Venía acompañado de otro chico muy alto, moreno, cabello negro algo erizado y ojos rojizos.

—Buenos días Eriol, Kurogane— saludaron las tres chicas a los recién llegados.

—Me da gusto verte temprano Sakura, ¿qué haces en los jardines? — preguntó Eriol amable como siempre.

—Como llegue muy temprano decidí salir a dar un paseo por el jardín, pero me encontré con... — en ese momento recordó al chico del árbol y se giró sobre sus talones para ver hacia aquella rama, la cual ya estaba vacía. El chico se había ido sin hacer ruido alguno.

—¿Te encontraste con...? — inquirió Tomoyo con curiosidad.

—No es nada, olvídenlo— le restó importancia en el momento, aunque había quedado con una enorme curiosidad. ¿Quién sería ese chico tan extraño y a la vez apuesto?

Pronto las clases dieron comienzo. Los cinco amigos estaban en el mismo salón, así que fueron juntos.

—Buenos días clase. Mi nombre es Yuuko Ichihara y seré su profesora titular en su último año de preparatoria. Espero nos llevemos muy bien— sonrió alegre y un tanto misteriosa —¡Oh, es verdad! Casi lo olvido, este semestre se nos une un nuevo compañero. Fye, pasa por favor— el aludido entró al aula con total seriedad —Él es Fye Flowright, nuestro nuevo compañero. Espero que lo ayuden a integrarse— miró a la clase con diversión disimulada, pues todas las mujeres se vieron interesadas en él, mientras que los hombres al ver la reacción de las chicas sólo pudieron hacer mueca de fastidio.

—Mucho gusto— saludó el nuevo con total seriedad.

—¿Dónde te podrás sentar? — pensaba Yuuko —la compañera que compartía el lugar con Kinomoto ya no viene, así que te sentarás con ella— sonrió.

Fye caminó hacia el único lugar vació sin darse cuenta de que todas las mujeres se lo comían con la mirada. Al llegar a su asiento miró a Sakura, reconociéndola.

Es la chica de la mañana— pensó el rubio inexpresivamente —Buenos días— saludó monótonamente antes de sentarse a un lado de ella.

¡Pero si es el chico del árbol! — se sorprendió mucho —B-buenos días— respondió nerviosa y colorada por la vergüenza. Aún recuerda cómo la miró él al descubrirla mirándolo.

La clase dio inicio y las horas pasaron rápidamente. Sakura se sorprendió al ver lo bueno que es Flowrigth en todas las materias y la facilidad con la que respondió las preguntas de la maestra de inglés.

Más tarde llegó la hora de la clase extracurricular. El rubio eligió música, así que muchas chicas entraron también a ese club.

En la hora del almuerzo…

—¿Es algo extraño no creen? — preguntó Himawari a sus amigas.

—Tal vez sea algo tímido— sugirió Sakura, abriendo su obento para empezar a almorzar.

—No lo creo…— reflexionó Tomoyo —Es muy serio y al parecer no tiene interés en hacer amigos— giró su rostro disimuladamente hacia donde estaba el rubio almorzando solo y recargado en el tronco de un árbol.

—Es misterioso y eso parece atraer a las demás chicas.

—Es verdad, no lo han dejado tranquilo en toda la mañana— rio Sakura.

—Y eso que es su primer día— rio Tomoyo —Eriol me dijo que al entrar a la clase de música se encontró con él— recordó lo que su novio le dijo.

—Sí y no tiene nada de interesante ¿Pueden sacarlo ya de sus conversaciones? — pidió algo incómodo el novio de Tomoyo, llegando de repente con Kurogane.

—¿Celoso? — preguntó Himawari con diversión. Tomoyo soltó una risita divertida.

—no, pero es incómodo que las chicas de la escuela no tengan otro tema de conversación. Ese chico no tiene nada de especial, ni siquiera habla— se mostró algo celoso, extraño en Eriol, pues es un chico muy sereno y seguro de sí mismo.

—Escuché que viene de Inglaterra— continuó Kurogane con el tema, sólo por molestar a su amigo.

—Eso explica porqué se le da bien el inglés— razonó Sakura.

—Lo raro es que no asistió a la clase de salud física, ni siquiera mencionaron su nombre en la lista de asistencia— recordó Himawari.

—Es verdad… tal vez tenga alguna lesión— se encogió de hombros.

—tal vez puede ser muy bueno en la escuela, pero es demasiado serio, no habla con nadie y hasta es algo cortante con las chicas que se le han acercado— comentó Eriol algo extrañado.

En ese momento todos vieron disimuladamente cómo un par de chicas se acercaron a él. Éste les dijo algo, haciendo que ambas se regresaran con rostro triste.

—También ha de ser incómodo estar siendo acosado en tu primer día de clases— reflexionó Kurogane, mirándolo con atención.

Todos concordaron con su comentario.


—No les hubiera dicho que se adelantaran…— suspiró Sakura. Se encontraba sacando cosas de su casillero, por lo mismo les pidió a sus amigos que siguieran sin ella, pero no le gustaba regresar sola a casa y al parecer hoy lo haría. Suspiró nuevamente —Mejor me llevo los libros en la mano. Tardaré más si los meto a la mochila— cerró el locker y casi corrió para tratar de alcanzar a sus amigos. Giró en una esquina del pasillo, sin fijarse si venía alguien y…

Libros salieron volando, cayendo desparramados por el pasillo deshabitado por la hora fuera del tiempo de clase. Mientras que un chico cayó duramente al suelo por evitar la caída de cierta chica despistada.

—¿Estás bien? — preguntó de inmediato, aún sosteniéndola.

—S-sí ¡lo siento! — se avergonzó al ver que se trataba del chico nuevo.

—No te preocupes— recogió los libros tirados y se los dio a Sakura.

—Gracias— sonrió tímidamente, él sólo asintió para después tomar un maletín muy alargado y al parecer algo pesado.

Siguió su camino sin mirar de nuevo a la castaña. Ella se quedó sola en el pasillo, pensando.

(POV Fye)

Salí lo antes posible del instituto después de haber chocado con aquella chica. Lo que me recuerda que todo el día estuve cerca de ella sin proponérmelo, fue extraño que me encontrara en el jardín, después me sientan con ella y ahora esto…

En fin, ya no quiero darle más vueltas a eso. Prefiero llegar cuanto antes al hospital para verlo.

Es difícil ir por la calle con un teclado en la mano, pero no me informaron que la escuela estaba bien equipada.

Suspiré molesto y fastidiado.

Hoy no tuve buen día, pues las chicas de esa escuela parecen nunca haber visto a un extranjero, si siguen con el acoso tendré que cambiar de escuela.

Llegué a mi casa para cambiarme a ropa cómoda y a dejar mi instrumento, luego salí en dirección al hospital central de Tokio, para asegurarme de que instalaron a mi hermano en una buena habitación y de que le estén dando el tratamiento correcto.

—Fye, por aquí— me guió el médico de mi hermano: Ashura. Él, amigo de mi padre a tal grado que mi hermano y yo lo llamábamos tío, ahora él es para mí algo así como un padre.

Caminamos por un pasillo amplio, lleno de enfermeras y doctores; atravesamos varias puertas muy anchas hasta llegar a cuidados especiales. Entramos por un largo pasillo hasta llegar a una ventana de cristal, detrás de ésta se encontraba mi hermano gemelo, Yuui.

—¿No ha habido reacción? — pregunté nervioso.

—Aún no— vio cómo me desilusioné —Pero el tratamiento va comenzando, así que aún es pronto para dar un diagnóstico definitivo. No te preocupes Fye, haremos lo posible para que tu hermano salga del coma— puso una mano en mi hombro.

—Muchas gracias por acompañarnos hasta acá, Ashura— le sonreí sinceramente.

—No tienes nada qué agradecer, sabes que a mí también me interesa que despierte— miró hacia Yuui y suspiró —Cuando me informaron sobre este nuevo tratamiento no dudé en comentártelo, pero creo que esto ha hecho un cambio radical en tu vida, ¿No es así? — me miró con algo de culpabilidad. Yo negué con la cabeza.

—Eso no importa. Lo único que quiero es que Yuui vuelva— miré la habitación detrás del cristal.

—Y lo hará, tenlo por seguro— me sonrió amable —si no mal recuerdo hoy fue tu primer día de clases ¿qué tal estuvo? — preguntó interesado.

Yo me quedé en silencio, pensando en lo ocurrido durante todo el día.

—No te sientes cómodo — interpretó mi silencio correctamente. Yo sólo asentí —Dale tiempo al tiempo— palmeó mi espalda con una sonrisa —Sé que ha sido algo drástico cambiar de país, pero te acostumbrarás. Además tu padre era japonés, así puedes conocer mejor su país natal ¿No crees? — sonrió apacible.

—Tienes razón— respondí serio. Cada vez que tocaban el tema de mis padres no podía evitar sentirme así…

—Oh, lo siento Fye— me dijo sinceramente —¿Sabes? Tus padres estarían orgullosos de ti— ambos miramos a Yuui dormido en su cama —Has sido muy maduro y has actuado correctamente. Es más… yo estoy muy orgulloso de ti— revolvió mi cabello como si yo fuera un niño.

Inevitablemente me sonrojé apenado, y más al notar cómo unas enfermeras que pasaban nos miraban tiernamente.

Él rio ampliamente mientras yo me sonrojaba un poco más.

—¿Quieres algo de tomar? — yo asentí y ambos fuimos a la cafetería.

—Conseguí trabajo— dije de repente, Ashura se desconcertó un poco.

—Pero no lo necesitas. Tus padres te dejaron una herencia con la que puedes vivir el resto de tu vida— se sorprendió.

—Lo sé, pero ese dinero prefiero dejarlo para los gastos de Yuui, no sé qué tanto tiempo más vaya a tardar…— guardé silencio.

—Lo sé.

—Además, también es para distraerme y no es un trabajo que me desagrade.

—¿Músico, acaso? — preguntó muy seguro. Yo sonreí, pues había acertado —Lo sospeché, es lo único que te gusta hacer además de cuidar a tu hermano— sonrió burlón —Dime ¿No has pensado en tener novia? O quizá hacer amigos— preguntó interesado, dando un sorbo a su café.

—No, eso no me interesa por el momento— respondí seguro y serio.

—Fye, Fye, Fye…— negó con la cabeza —La vida es corta y tú estás en la plenitud de tu juventud.

—tal vez, pero no me interesa— corté el tema, bebiendo de mi té.

Sinceramente no me importaba nada de eso y si lo hiciera, me gustaría que Yuui lo supiera, que fuera parte de mi felicidad, mientras tanto no.

—Dr. Ashura, el director lo busca para terminar los trámites de traslado— anunció una joven enfermera.

—Voy en un momento, gracias— sonrió amable.

—¿Trámites de traslado?

—Si— se puso de pie —Sólo me falta firmar unos papeles. Afortunadamente el papeleo no fue muy largo, pues ya había trabajado aquí con tu padre— sonrió, me imagino que recordando los días en que mi padre y él trabajaban juntos como médicos antes de que ambos fueran al país natal de Ashura y que ahí conocieran a mi madre —Fye, tengo que irme ¿Te quedaras un rato más?

—Sí, quiero estar con Yuui por lo menos hasta que termine la hora de visitas— me puse de pie.

—Bien, entonces nos vemos más tarde— sonrió despidiéndose momentáneamente.

Yo caminé de nuevo hacia la habitación de Yuui, esta vez pude entrar y estar a su lado.

—Yuui… ¿Cuándo despertarás? — suspiré con tristeza —Hermano, me haces tanta falta…

(POV Narrador)

Los siguientes días transcurrieron igual. Fye se levantaba temprano todas las mañanas para llegar al instituto, salía las seis de la tarde, como todos los demás, pero el corría a ver a Yuui un par de horas para luego entrar a su trabajo nocturno de ocho a once en un restaurant elegante, donde tocaba el piano durante todo su turno. Realmente no se cansaba, pues hacía lo que le gustaba y recibía un buen pago por ello. Fye no quería tomar dinero de la herencia, pues no sabe cuántos años más estará su hermano en ese estado y a decir verdad los gastos son increíbles a pesar de que Ashura le ayuda con ellos. Por eso decidió trabajar para costear sus propios gastos. Su empleo estaba bien, pues sólo trabajaba de lunes a jueves y los sábados de cinco a doce.

Por este motivo no dormía mucho, pues también tenía que estudiar y hacer tareas escolares, pero a él parecía no dificultársele.

En cuanto a Sakura… ella seguía con su misma rutina y su mala costumbre de quedarse un par de horas más en la cocina del salón de gastronomía cuando Touya estaba de guardia en el hospital y terminaba saliendo cuando ya obscurecía.

La relación de ella con Fye no había cambiado a pesar de compartir el pupitre en clase. Él no hablaba con nadie, ni tenía amigos. Parecía no querer involucrarse con nadie.

Sakura intentó varias veces sacarle plática, pero tristemente todos sus intentos terminaban sonando extraños, como si lo estuviera invitando a salir, a lo que Fye respondía con una mueca de fastidio y se iba. Ella dejó de intentar, pero algo le decía en su interior que debía ayudarlo, pero no sabía cómo.

Sus amigas la notaban extraña y llegaron a pensar que Sakura estaba interesada amorosamente en el chico nuevo, pero ella muy apenada les explicó la situación.


—Sakura, hoy vendrá a cenar Yukito ¿Podrías cocinar algo? Ya sabes que a él le encanta todo lo que tú cocinas— sonrió divertido, dejando el periódico de lado para tomar su desayuno.

—Si hermano, no hay problema ¿Qué estará bien que prepare? — preguntó pensativa.

—Lo que tú desees. Yukito come de todo, ya lo sabes— rió.

—De acuerdo— también rio.

—Tengo tiempo, así que te llevaré en el auto— le ofreció.

—¡Sí! gracias— terminó su desayuno y recogió su plato, pero antes de ir a dejarlo se detuvo al lado de su hermano y le dio un besito en la mejilla, éste se ruborizó, molestándose.

—¡Agh! Monstruo, me dejaste todo baboso— se quejó aún con el sonrojo. Sakura soltó una carcajada desde la cocina.

—Eso siempre lo has sido— rio divertida.

—¿¡Qué?! — se enojó más su hermano —Entonces no te llevaré y tampoco traeré a Yukito a cenar— se cruzó de brazos, molesto. Sabía que su hermana disfrutaba mucho la visita de Yukito.

—¡No! Está bien, no lo eres, lo siento— rio nerviosa.

—Bien, vámonos— sonrió satisfecho.


En los pasillos del colegio…

—Mira, ahí está— secreteó una chica a su amiga.

—¿Dónde?

—Ahí, sacando sus libros del locker— lo apuntó disimuladamente —Anda, ve y dile lo que sientes— la empujó levemente, la aludida asintió nerviosa, dio un fuerte trago y se animó a acercarse —Flowrigth— le llamó tímidamente, éste la miró un segundo, sin dejar de acomodar sus cosas en la mochila.

—¿Sí?

—Y-yo quería decirte… no, quiero decirte que desde hace tiempo tú me…— se puso muy nerviosa —tu me has…— tragó en seco sin poder decirlo —Tú me gustas mucho Flowrigth.

El rubio ni se inmutó, no era algo nuevo para él. De hecho en ese momento se encontraba sacando de su locker algunos sobres de papel, haciéndolos bola y tirándolos al bote de basura más cercano.

¡Son cartas de amor! — se sorprendió mucho la chica. Si eso hacía con las cartas… ¿qué le respondería?

—Lo siento, pero no te conozco, ni siquiera nos hablamos y además no estoy interesado en nadie por ahora— trató de decirlo con tacto, pero fue inútil y la verdad es que eso le molestaba mucho, que las chicas se le declararan cuando las cosas se supone son al revés.

—L-lo siento…— se disculpó para luego salir corriendo de ahí con lagrimas en los ojos.

—Buenos días— saludó una voz a su lado.

—Buenos días— respondió neutro, viendo que se trataba de Kinomoto, su también vecina de locker. Qué coincidencias da la vida ¿No?

Ella había alcanzado a ver y escuchar un poco de lo sucedido con la chica y la verdad sintió pena por ella, pero tampoco era correcto ir declarándoteles a los chicos cuando te da la gana, debería ser lo contrario.

En fin, las clases dieron inicio y transcurrieron igual de aburridas hasta que llegó la hora de la clase extracurricular. Todos eran felices a esa hora.

Las seis de la tarde llegaron pronto y ya todos se retiraban de las instalaciones.

Sakura y Fye, como siempre, se encontraron en los lockers antes de irse. Ella tenía prisa por llegar a su casa a cocinar y él por ir a su trabajo, hoy tomaría un turno más largo, así que no podría ir a ver a Yuui. Pero una llamada a su teléfono celular cambió sus planes.

—¿Diga? — se sorprendió al oír la voz de Ashura.

—Fye, sé que no vendrías hoy, pero es urgente que estés aquí— se oía muy serio.

—¿Qué sucedió? ¿Cómo está Yuui? — dejó su mochila en el piso, poniendo total atención a la llamada. Sakura, quien estaba en el locker a su lado, vio su extraña reacción.

—Yuui ha sufrido un paro respiratorio.

Fye abrió los ojos con mucha impresión.

—¡Maldición! — gruñó molesto y acelerado, guardando sus cosas en la mochila —¿Cómo está él? Por favor no me digas que tuvieron que intubarlo— cerró los ojos con preocupación, recargándose en su locker abierto.

—Fue inevitable, tuvimos que hacerlo. Por eso es necesario que vengas pronto para firmar unos procedimientos que están por hacerse. Yo podría firmar, pues fui el tutor de ambos mientras eran menores, pero ahora que eres mayor sólo tú puedes hacerlo.

—Iré para allá— colgó el teléfono. Cerró su locker con mucha fuerza, importándole poco si lo sancionaban. Cogió su mochila y se la puso al hombro. Antes de salir corriendo pudo ver la mirada asustada y preocupada de su compañera. Sintió la necesidad de decirle que no se preocupara —Ni nos conocemos, no viene al caso que piense esto ahora— y sin pensar nada más se dispuso a correr por las calles hasta llegar al hospital. Cómo deseaba traer su auto en esos momentos.

Durante el camino llamó a su trabajo para decirles que no podría ir esa tarde, que lo disculparan. Afortunadamente su compañero lo pudo sustituir y su jefa era muy amable.

Mientras tanto, Sakura llegó a su casa y comenzó a cocinar, su hermano y Yukito llegarían en un rato.

Desde que salió de la escuela no pudo quitarse de la mente a Flowrigth.

—¿Sucede algo Sakura? — preguntó Yukito, aprovechando a que Touya había ido al baño. Había notado muy seria a la hermanita menor de su mejor amigo.

Ella lo miró y negó con la cabeza, pero seguía cabizbaja.

—Bueno, si ocurrió algo, pero no sé si me concierna— suspiró y luego miró por el pasillo por donde llegaría su hermano. Con esto Yukito se dio cuenta de que no quería que su hermano supiera —¿Qué tan grave es estar intubado?

Yukito se sorprendió con la extraña pregunta.

—Bueno, eso se da cuando una persona ha sufrido un paro respiratorio o cuando el aire no llega a los pulmones por alguna razón ¿Por qué lo preguntas? — se extrañó.

—Lo que pasa es que hoy escuché que un compañero hablaba por teléfono a mi lado y mencionaba algo de eso, se veía muy angustiado y después salió corriendo de la escuela rumbo a un hospital.

—¿Te preocupa mucho?

—Sí, bueno, no debería, pues se trata sólo de un compañero que ni siquiera disfruta de hablar conmigo— suspiró triste, pero su corazón se aceleró cuando Yukito puso tiernamente una mano sobre su cabeza.

—Tranquila, no te angusties, tú sabrás que hacer en el momento correcto. Tienes un corazón muy hermoso y ese chico sé que lo descubrirá y aceptará tu ayuda— la miró seguro, pero con algo de tristeza. Ella no supo por qué la tristeza.


—¿Cómo está Yuui? — preguntó el rubio de inmediato a penas y llegó al lado de Ashura.

—Ya lo estabilizamos. Está con respirador— ambos se dirigieron a la habitación del gemelo.

Fye sintió una punzada en su corazón al verlo lleno de tubos y más pálido de lo normal.

—¿Qué es lo que tengo que firmar? — preguntó nervioso.

—Toma, ya los leí. Es un formato para autorizar que el tratamiento que se le estaba aplicando vuelva a ser impuesto cuando se recupere de esta crisis— le extendió los documentos y un bolígrafo.

Fye firmó sin leer, completamente confiado en su "padre".

—Fye, estás temblando— lo tomó del brazo para sentarlo en la silla más cercana y tomarle la presión —Estás muy alterado, debes tranquilizarte— le dijo serio.

—Estoy bien.

—No lo estás— se molestó —¿Viniste corriendo hasta acá? — miró discretamente cómo Fye apretaba su muslo derecho.

—Sí, pero eso no importa ahora— trató de ponerse de pie, pero un fuerte y agudo dolor en su pierna derecha se lo impidió, casi cayendo al piso si no fuera por Ashura, quien lo sostuvo y volvió a sentar —¿Por qué rayos no traes el auto? — le preguntó muy enojado, pero en voz baja al recordar que estaban en un hospital.

—No quiero llamar la atención en la escuela.

—Ahí tienes el resultado de no querer llamar la atención— presionó un poco para medir el daño. Fye se dobló un poco por el dolor. Ashura estaba muy molesto —Eres tan terco…— suspiró.

—No entiendo por qué aún después de tres años no puedo hacer mi vida normal— gruñó Fye.

—Eso es algo que ningún médico ha podido entender— suspiró cansado —Por eso mismo debes ser precavido, no puedes andar corriendo por todos lados— lo miró muy molesto. Fye asintió, muy serio.

—Estaré bien— se levantó con cuidado, pero sintiendo dolor.

—No, necesitas que te revisen.

—Pero Yuui…

—Sólo me tomará unos minutos revisarte, vamos.

Fye asintió, una enfermera trajo una silla de ruedas y lo llevaron al consultorio de Ashura.

—Está algo inflamada— diagnosticó, palpando la pierna afectada. Fye tenía rostro de verdadero dolor —Te inyectaré un antiinflamatorio y administraré algo de anestesia tópica— hizo lo dicho para luego vendar el muslo algo apretado para evitar el movimiento.

—Gracias…— se puso de pie, pero aún así sintió algo de dolor.

—¡Tranquilo hombre! no te esfuerces así tan rápido— lo detuvo —No te apoyes en tu pierna derecha, al menos usa esto por unas horas— le extendió unas muletas, él las miró con recelo —Sólo será por ahora, mañana tal vez ya no las necesites. El daño no fue gran cosa, solo está algo inflamada, es todo.

Fye tomó las muletas de mala gana, eso le traía muchos malos recuerdos.

Ambos caminaron hacia la habitación de Yuui. El rubio no aguantaba verlo de esa manera, con la vida en un hilo…

—¿Por qué tuvo el paro?

—Al parecer reaccionó a uno de los medicamentos que le administramos. Lo extraño es que anteriormente lo aceptaba sin problemas— suspiró —El organismo de Yuui cambia constantemente y ahora algunos medicamentos si le causan alergia…— se veía algo frustrado, luego miró a Fye con pocas esperanzas.

—No, sé lo que vas a decirme y la respuesta es no— Fye lo miró con tristeza y mucha desesperación —No vamos a desconectarlo, yo sé que despertará, estoy seguro.

—Está bien, seguiremos intentándolo ¿Te quedarás más tiempo?

—No me despegaré de aquí hasta que mejore.

—Pero puede tardar hasta mañana temprano.

—No importa, me quedaré hasta la mañana.

—Está bien— aceptó, pues Fye podía ser bastante terco —Puedes pasar a su lado. Te traeré una silla cómoda— Ashura salió de ahí. Más tarde volvió con una silla acojinada para la pierna del rubio.

Fye se quedó toda la noche con su hermano.

—Yuui, sé que me escuchas— tomó la mano inerte de su gemelo —Por favor despierta, despierta hermano. No sabes la falta que me haces— se aferró con fuerza a su mano —Eres lo único que me queda en el mundo además de Ashura, no puedes dejarme— un par de lágrimas se asomaron por los ojos de Fye.

Estuvo con él hasta que comenzó a amanecer. Su pierna ya no le dolía tanto y se había desinflamado por completo.

Ashura llegó a la habitación, con las mismas ojeras que el rubio. Le avisó que Yuui estaba fuera de peligro y que hoy mismo podrían quitarle el tubo. Fye estuvo tranquilo por primera vez en muchas horas.

—Bien hecho Yuui, sigue resistiendo— revolvió un poco los cabellos rubios de su gemelo.

—¿Cómo te sientes Fye? — lo miró angustiado.

—Bien, ya no me duele tanto.

Ashura lo revisó en su consultorio, y en efecto, ya estaba mucho mejor al haber reposado toda la noche.

—Vamos, te llevaré a casa para que descanses, tienes que dormir— se ofreció el médico con amabilidad, le dolía ver tan mal a Fye.

—Gracias, pero de todas formas tengo que ir a la preparatoria. Estoy en exámenes, no puedo faltar— suspiró cansado.

—Está bien, te llevaré a casa y de ahí ve a la escuela, pero te vas en auto— le reprendió —No quiero más incidentes como el de ayer— lo miró molesto.

—Sí, lo siento…

—No estoy molesto contigo, es sólo que así como me preocupa Yuui, también me preocupas tú— puso una mano en su hombro —No seré tu padre, pero lo conocí lo suficiente como para saber que se molestaría bastante si siguieras exponiendo tu pierna de ese modo, no te arriesgues ¿sí? — le sonrió comprensivamente.

—Sí— le sonrió igual —Gracias Ashura— lo sorprendió dándole un abrazo —Gracias por todo y por aguantar mi mal carácter también— admitió sin soltar el abrazo —Gracias porque me has cuidado como si fuera tu hijo, eso nunca lo olvidaré— se separó, viendo cómo Ashura estaba muy sorprendido, pues no acostumbraba demostrar afecto a nadie que no fuera sólo Yuui, bueno antes del accidente era el chico más feliz y amoroso del mundo, pero todo había cambiado…

Continuará…

12:50 a.m

21/06/2014