Título: Evoluciona o Muere
Resumen: Peter se encontraba en su peor momento y aún así lo dio todo en la batalla a sabiendas de cuál sería el resultado. Morlun había regresado de entre los muertos con un objetivo claro, darle fin a Spiderman. No sin antes haberlo humillado y usado para su morbo. (T – M)
Alerta: Este fanfic es claramente "ficción" en todo su aspecto, usando como referente (No necesariamente al pie de la letra) la saga de Spiderman "The Other: Evolve or Die" Manejándolo dentro de un contexto SLASH / YAOI (relación hombre x hombre) a modo de crossover con Deadpool.
Nota: No es necesario haber leído el cómic para entender el fic.
Advertencia: Este fic contendrá escenas explícitas a medida que se vaya avanzando. Contiene humillación. Contiene abusos físicos.
Ni Deadpool ni Spiderman son de mi propiedad. Escribo para pasar el rato.
Capítulo I
Con esfuerzo pude abrir los ojos…
Mi cuerpo estaba destruido literalmente…
No había ganado esa pelea…
Tardé un poco en incorporarme, pero rápidamente me di cuenta que ya no estaba en esa construcción abandonada, todo lo contrario… Este lugar parecía ser una mansión por su enorme tamaño. Asimismo todo estaba oscuro y a las justas podía identificar algunos objetos gracias a los candelabros que adornaban este lúgubre salón.
Yo, por otro lado estaba recostado en una alfombra. Aparentemente se había tomado la molestia de traerme hasta aquí y dejarme inconsciente sobre algo un poco más suave y cálido que el suelo. Aún así… Después de esa humillación… Creo que ya nada me importaba.
Con dolor me puse de pie y un escalofrío recorrió mi columna al escuchar una melodía. Alguien aparentemente había prendido alguna especie de reproductor con amplificadores como para que dicha melodía clásica se esparciera por todo el lugar. Caminé un poco hasta uno de los candelabros y noté que atrás había cortinas oscuras. Las moví y la luz de la tarde cayó directo en mí. Las ventanas eran de gran tamaño, pero se encontraban enrejadas… Afuera había un enorme patio rodeado de más árboles. Sea donde sea que estuviera esta mansión, definitivamente no era la ciudad… Mucho menos la construcción donde todo había iniciado…
Aproveché en darme un vistazo y mi traje estaba destrozado… Gran parte de mi cuerpo estaba cubierto por sangre seca y… No quedaba nada de mi máscara. Eso sí lo recordaba… Juraría que al ver mi rostro había decidido cambiar de planes… Cambiar el acabar conmigo ahí donde pudo haberlo hecho, por darme unos momentos más de vida…
Maldita melodía…
Nunca había tenido problemas con la música clásica… No era tanto mi estilo, pero no me disgustaba… No obstante, en estos momentos podría destruir el aparato del que provenía esa melodía sin sentirme culpable… Claro estaba, si es que pudiera hacerlo… Definitivamente este no estaba siendo mi mejor día… Y se iba a poner peor…
Prefería haber muerto, ahí durante la pelea, cuando se presentó la oportunidad… ¡Había tenido la oportunidad de matarme sin piedad!… ¡Pero ese bastardo no lo hizo! Estaba más que claro, no iba a refutar el hecho de que él fuera mucho más fuerte que yo… Lo pude vencer una vez… Ahora que había regresado de entre los muertos… Ya no podía… Era imposible.
A estas alturas me daba igual seguir adelante… Hallar alguna manera de escapar… O simplemente dejarme caer… Pudo haberme matado y ahorrarse todo lo que estaba haciendo… De todas formas no tenía mucho tiempo. Daba igual morir aquí a manos de él… O lograr escapar y fallecer como cualquier mortal… La historia más triste actualmente… Había tenido los peores enfrentamientos logrando salir con vida de ellos; y aún así tener un final irónico…
Morir como consecuencia de una extraña enfermedad incurable…
Me alejé de las cortinas dejando todo en la oscuridad nuevamente.
Aparte de sentirme adolorido por los golpes en mi cuerpo y omitiendo el hecho del percance que me estaba atormentando… ¿Tan débil era yo a su lado, que simplemente me traía a lo que parecía ser su mansión y dejarme así como si nada?
–¿Qué tal dormiste? –Di un brinco poniéndome en posición de defensa girándome en el acto. Ahí estaba él, con esa asquerosa sonrisa y su traje… Impecable. No había logrado ni rasgar la tela de sus prendas… –Espero que no te haya molestado la música de fondo, digamos que todo estaba tan silencioso que preferí darle un toque de vida ¿Gracioso no lo crees?–
Acababa de salir de las sombras como era su costumbre. Tan presentable como siempre y con su larga cabellera negra. Ese ser no me causaba más que puro desprecio… Mataba a las personas con simples golpes gracias a su extrema fuerza… Y si eras un adversario digno de pelear con él, no hacía más que drenar tu energía como un vampiro. Él era lo más cercano a uno de ellos por así decirlo.
Me hice hacia atrás al ver que avanzaba hacia mí con total confianza. Aún me sentía demasiado débil como para contraatacarle. A estas alturas el que estuviera viendo mi rostro no me importaba ya tanto… De hecho mi instinto de supervivencia aunque estuviera un poco atrofiado me indicaba que tenía que buscar la forma de salir y no enfrentarle.
Y si hablábamos de mi sentido arácnido, este parecía dar una altera roja a todos mis demás sentidos. Algo así como una alarma por todo mi cerebro. Estaba en peligro, sí. Estaba lidiando con la muerte, por supuesto que sí.
–Sinfonía número siete, segundo movimiento allegretto para ser exactos– Iba diciendo sin quitar sus enormes ojos de los míos sin detener su paso hacia mí. – Opus noventa y dos… –Choqué contra la pared teniendo uno de los candelabros literalmente sobre mi cabeza. Los latidos de mi corazón se incrementaron ante el pánico que me causaba la impotencia. –¿Tienes idea del compositor? ¿Arañita? –Colocó una mano a la altura de mi rostro sobre dicha pared. Mi única reacción en defensa fue el querer impactar uno de mis puños en su asquerosa sonrisa, pero en menos de un segundo lo había apartado dejándolo contra el concreto. Cerré los ojos con fuerza y ahogué el quejido de dolor que esta acción me había causado. –Tienes dos oportunidades más para comportarte… Peter –Me estremecí al escuchar mi nombre. Le volví a mirar directo a los ojos ahora con furia. No dije nada. –Ludwig van Beethoven ¿Maravillosa composición, no crees? –Comentó ampliando su sonrisa al saber que claramente no podía hacer nada ahí.
Me solté de su agarre y volví a colocarme en posición de defensa. No debía bajar la guardia… Adolorido, moribundo o lo que sea… No podía dejar que esto se saliera de control… Más de lo que ya estaba en realidad.
Bien, acababa de entrar en razón. Este ser sabía mi identidad… Y si moría acá, podría poner en peligro a mi tía May y también… Darle más problemas a Wade…
Salí del perímetro en el que me había encerrado, pero no intenté pelear. Sabía de lo que era capaz.
–¿Por qué me trajiste aquí, Morlun? –Pregunté con el ceño levemente fruncido.
–Eres un oponente respetable mi estimado Peter, y aún así sabes que podría drenar todo tu poder para luego acabar contigo, entonces entiendo tu interrogante –Dijo con una sonrisa irónica. –Digamos que en esta oportunidad, decidí darte el lujo de vivir un poco más de lo que el destino ha marcado para ti. Nada me costaría deshacerme de tu presencia, pero quisiera algo diferente… ¿Por qué no humillarte un poco antes de tu sentencia? ¿Por qué no divertirme a costa de tu sufrimiento? Valió la pena enfrentarme contra ti, no tanto como lo esperaba, pero el hecho que duraras más de lo que cualquier otro lo hubiera hecho… Digamos que me llamó la atención.– Dicho aquello me dio la espalda, retirándose por donde había venido.
Me estaba hirviendo la sangre de rabia.
–¿Un oponente respetable? ¿Y me dejas como si nada acá? ¡Voltéate y peleemos como hombres de verdad! –Sabía que tenía las de perder, pero no iba a dejar esto a su merced. Si iba a morir, tenía que ser protegiendo a mi tía May, alejándolo de Wade y sobre todo, después de su deceso.
Morlun se detuvo y giró su rostro por sobre su hombro. Lentamente gracias a la luz que las velas de los candelabros me brindaban, pude notar como su sonrisa se iba curvando en una realmente de autosuficiencia. Se estaba ganando todo mi odio.
–¿En serio piensas que te tengo acá como si nada? ¿Arañita? –Se giró por completo y apuntó con uno de sus dedos hacia mí. –Toca tu cuello, pero te aconsejo no forcejearlo. A partir de ahora, Peter, me perteneces–
–¿Qué…? –
Morlun soltó una carcajada y se giró por completo hacia mí. – Parece un collar de mascotas ¿Verdad? Mascotas, esclavos, servidumbre… Como quieras llamarlo…–Fingió un suspiró para enseguida volver a sonreírme. –No necesito encerrarte bajo tierra o algo parecido, cuando puedo drenar tu energía y poderes desde ese insignificante collar cada vez que me plazca… No soy tan agresivo como ya habrás podido notar… –Nuevamente se dio la vuelta para continuar su camino por la oscuridad. –Tu calidad de vida dependerá de ti, así que… Volveré por la noche, ¿Qué te parece? Puedes dormir o admirar mi decoración mientras tanto… No intentes escapar o portarte mal, ya sabes lo que sucederá si lo haces… Y si me haces enfadar… No tendré piedad de ti…–
No dije nada, estaba… Confundido.
Vi de lejos como se perdía su gabardina ondeante en la oscuridad; seguido del cerrar de una puerta. Me quedé de pie donde me había dejado…
¿Cómo había llegado a terminar de esta manera? ¿Esclavo de Morlun? ¿Mascota? Me tenían que estar jodiendo. Sin importarme sus advertencias, me llevé ambas manos al cuello. Tenía que quitarme ese collar… No parecía nada realmente imposible de romper. Tal vez si me estaba subestimando al dejarme solo con un collar de perro…
–Púdrete Morlun –Tiré de este con toda la fuerza que aún tenía y me sobresalté al darme cuenta que de verdad si lo estaba estirando pese a ser de textura gruesa. No obstante, sentí como se comprimió de inmediato a mi cuello sobrecalentándose. Acto seguido tuve que ahogar un fuerte grito de dolor al sentir ahora como si el mismísimo Morlun estuviera delante de mí con su mano extendida drenándome. –¡Mierda! ¡Mierda! ¡Maldición! –Me dejé caer en el suelo y cerré los ojos con fuerza. Dentro de mi cabeza… Ahí estaba… Sus dos enormes ojos rojos, cuatro, seis… Esos malditos ojos rojos multiplicándose… Era una maldita pesadilla…
Solté por completo el collar, lo dejé intacto colocándome en posición fetal. Me sentía peor que hacía un rato, peor que débil y como si mis heridas de la última batalla se hubieran abierto causándome aún más dolor…
Respiré hondo…
El dolor se disipaba lentamente. Tenía que hacer un máximo esfuerzo por no quedarme inconsciente nuevamente. Tenía que ser fuerte…
Alejé mis manos del collar y me quedé aún en la misma posición humillante sobre la alfombra. Morlun había encantando este artefacto para manipularme… Tenía que buscar la manera de deshacerme de esto y de acabar con él… Tenía que pensar rápido antes de que causara estragos en la ciudad o se metiera directamente con mi tía May o drenara la energía de Wade para hacerse más fuerte.
Suspiré con cansancio… Ya no había dolor, ahora solo me pesaba el cuerpo dos veces más…
Me arrodillé sobre la alfombra y miré a mí alrededor. Era un salón enorme… Lúgubre y no había nadie… Estaba rodeado de cortinas cerradas y de candelabros cuyas velas yacían encendidas… La sinfonía de Beethoven que acompañaba el ambiente me hacía sentir como si estuviera dentro de alguna película donde estaba a punto de ser torturado… Tal vez mi destino no estaba tan lejos de llevarme a ese desenlace.
Conduje una de mis manos al collar, pero ni bien se acercó al cuero de este sentí como comenzaba a calentarse. La aparté de inmediato. No había forma de retirarlo con las manos… Si Morlun no me mataba directamente, lo haría de forma indirecta bajo este encantamiento… No podía pensar claro… Nada tenía sentido…
Volví a suspirar y clavé mi mirada en las arañas del techo. Bastante lujosas cabía decir… ¿Cómo había terminado en este lugar? Cerré los ojos… Casi con resignación volví a dejarme caer sobre la alfombra… Solo me recosté… De todas formas mi cuerpo estaba en decadencia…
Wade no tenía la menor idea de mi condición actual, no sabía absolutamente nada de mi estado físico… No se lo había dicho. Hacía ya unas dos semanas atrás que había salido gravemente herido de uno de mis enfrentamientos… Y como había sido de esperarse, terminé despertando en un hospital donde uno de los doctores había sacado una muestra de mi sangre mientras yacía inconsciente… ¿Resultado? Peligro de muerte… Incurable…
Podía regenerarme mucho más rápido que cualquier humano, no tanto como Wade, pero este mal en mi sangre siempre estaría presente y ya me estaba afectando.
Maldita mala suerte…
Dos días pasando de ese incidente, ya considerablemente recuperado de las lesiones de la pelea, me reuní con Wade después de su viaje de negocios… Claro, esos negocios de los cuales no estaba a favor… Pero en esta oportunidad se trataba de salvar a una inocente mujer japonesa que estaba siendo explotada sexualmente por traficantes en el mismo Japón… ¿Cómo Deadpool había terminado involucrado en algo así? Pues ella era la hija de uno de los empresarios más reconocidos de su zona… En fin, si mal no recordaba no era la primera vez que Wade trabajaba para él, pero en esta oportunidad todo se había salido de control como para que la mujer terminara en territorio enemigo y en semejante situación…
Después de cinco días de su ausencia, de los cuales yo había pasado dos en recuperación, había llegado con más esperanzas que nunca que aceptara irme a vivir con él… Y bueno, terminé aceptando; ya que prefería comenzar a independizarme de alguna manera a seguir viviendo bajo los cuidados de mi tía para toda la vida. Evidentemente no había sido tan fácil convencerla de que estaría bien sin ella, y que pasaría a visitarla lo más seguido que me fuera posible… No obstante, muy aparte de ello, cada noche después de haber patrullado la ciudad, me daba una vuelta por la casa asegurándome de que todo estuviera en orden y que se encontrara fuera de peligro. Además, cabía mencionar que Wade había insistido en que debía cuidarme pese a que la peor parte ya había pasado, con respecto a mis lesiones, claro…
Otro tema a tratar fue el del pago de mi universidad. Hacía ya un tiempo que no le había permitido a mi tía hacerlo, ya que prefería hacerlo yo por más sacrificado que fuera… Ya tenía mis propios ingresos… No era el mejor trabajo ni el mejor sueldo… Pero era suficiente. No obstante, dentro del paquete que Wade me había ofrecido para vivir con él, estaba el pago de mis estudios. Estaba de más aclarar que se lo había negado. Aún así… tras días de acuerdos, quedamos en que él me ayudaría si me hacía falta y que terminando se lo pagaría de todas maneras. Él no estaba satisfecho con ello, pero fueron mis condiciones.
Wade aceptó.
Abrí los ojos y todo estaba en silencio. La melodía había terminado y definitivamente me sentía más solo que hacía un rato y aunque me costara admitirlo, más asustado. Aún no había nadie… No sabía si alegrarme de ello o no… Había tenido la esperanza de que todo esto se tratara de un sueño después de alguna paliza y despertar de algún coma… No lo sé… Lo que fuera en realidad…
Suspiré con pesadez, clavando mi mirada en la alfombra aún con mi cara apoyada en ella. Recién notaba el pequeño detalle, fuera de contexto, del diseño que esta tenía… Un patrón de pequeños mechones dorados pese a ser enteramente roja… Tenía que estar muy mal o en extremo cansado como percatarme de eso… Ni si quiera venía al caso…
Tras la llegada de Wade después de sus negocios en Japón, los días habían sido demasiado duros para mí… Me sentía demasiado cansado, me regeneraba con un poco más de dificultad y no estaba rindiendo en nada a mi cien por ciento. Como si esto no fuera poco, Wade lo había notado. Ya no respondía con los mismos ánimos a sus bromas, ni siquiera le seguía el juego tanto como antes. Trataba de hacerlo pero me resultaba tedioso. Hasta en alguna oportunidad me había puesto irritable. En vez de ser una ayuda, había comenzado a estresarme… No era su culpa… No quería decirle lo que me sucedía, no quería causarle más molestias… No obstante, él seguía ahí…
Mi mirada se desvió de la alfombra al ver que algo se movía ahí, me levanté un poco con el cansancio sobre mis hombros y noté que se trataba de una pequeña araña. La dejé caminar por encima de mi mano. Bueno, no estaba tan solo después de todo.
Sonreí.
¿Qué era Wade? Él era un idiota, un idiota bocazas que sabía sacarme de quicio. No obstante, sabía cómo y cuándo hacerme reír. Él se había vuelto algo más que un amigo.
Sí. No éramos una pareja o algo por el estilo, pese a que me lo había pedido en varias oportunidades… Aunque aún así salíamos como si lo fuéramos. Era algo extraño… Pero después de saber lo que el destino deparaba para mí, era imposible que aceptara su propuesta.
Dejé que la araña continuara su camino y cerré los ojos. El cansancio me estaba matando, comenzaba a sentir como si la gravedad jugara en mi contra y comenzara a jalar mi cuerpo hacia el suelo. Necesitaba recuperar energías.
No me percaté del tiempo, ni de si de verdad me había quedado dormido o de si me había desmayado… El ruido de unas pisadas alertaron todos mis sentidos haciendo que me ponga de pie. Rápidamente me puse en posición de defensa.
–¿Cómo te sientes, arañita? –Pude ver esos dos enormes ojos rojos aparecer desde la zona más oscura del salón. Estaba avanzando hacia mí. No tardó en quedar cara a cara conmigo. Su piel pálida, su cabello oscuro largo, su manera de vestir. Él era todo un vampiro y extremadamente aterrador. Sobre todo cuando sabes que tienes las de perder. –Eres un buen muchacho, para serte sincero, esperé que te mataras tú solo tratando de escapar… Mereces unas felicitaciones, ya que obedeciste y tomaste una siesta.–
Fruncí el entrecejo. Este hombre acababa de ganarse mi entero repudio.
–¿No vas a decirme nada?–
Sus ojos rojos volvieron a verse normales, acompañados de esa enorme sonrisa desquiciada que tenía.
–Si estás esperando a que te diga que acabaré contigo, me alegra que preguntes por ello, porque acabaré contigo Morlun –Dije armándome de valor. Sabía que tenía las de perder… Pero no podía dejar que eso se viera reflejado en mi actitud.
–Que gracioso eres Peter, ¿Sabes? Ahora que me detuve a ver tu rostro en persona por completo, llegué a la conclusión de que eres mucho más llamativo de lo que pensaba –Dijo mientras me apuntaba al rostro. –Como ya te dije anteriormente, en esta oportunidad quiero hacer algo diferente antes de acabar contigo… Me divertiré contigo, a costa de tu sufrimiento ¿Qué te parece?–
No dije nada, me estaba hirviendo la sangre de impotencia. Cada vez que este ser abría la boca, terminaba queriendo matarlo de verdad. Y de la peor manera.
–Bueno, viendo que no tienes objeciones… Comencemos…–
Dicho aquello, se encendieron las luces del salón dándome una visión mucho mejor que la que tenía hacía un momento. Al fondo divisé una enorme silla de estilo victoriano perfectamente ornamentada. Morlun se dirigió hasta ella sin dirigirme palabra alguna. Yo lo seguí con la mirada sin deshacer mi posición de defensa. Pelearía con todo lo que me quedara… No podía dejar que esta enfermedad me derrumbara… Debía cuidar a tía May y alejar a este tipo de Wade… Él podría ser su eterna fuente de poder gracias a sus factores regenerativos extremadamente acelerados…
Morlun se sentó en dicha silla y entrelazó sus dedos sobre su regazo, como si fuera un espectador y yo su bufón.
–Que comience la diversión ¿Qué estás esperando? –Dijo sin quitarme la vista de encima. –Primero, quítate ese traje… Das lástima. –Lo miré con furia y a la vez incrédulo. Tenía que estar jodiendo… No iba a hacer eso.
–Ni lo sueñes –Su sonrisa se amplió y sin decir ni una sola palabra el collar que tenía puesto se activo sobrecalentándose de nuevo. Caí de rodillas al sentir cómo mi fuerza era drenada una vez más. El dolor de mis heridas comenzó a incrementarse… Maldita sea, esto era una tortura…
–Es una pena que tengamos que hacerlo por las malas, Peter. –Pasado unos segundos se detuvo. –Lo repetiré una vez más, quítate ese traje que das lástima.–
Respiraba con dificultad, esa sensación de que las heridas de mi cuerpo se desgarraban, aumentado por la deterioración de mis defensas y llevado al límite por la magia de Morlun; me estaban costando… Y demasiado.
Lo que iba a hacer, definitivamente iba a ser lo más humillante en toda mi vida… Si no lo hacía moriría antes de tiempo y él se saldría con la suya… Aunque a mi orgullo le costara admitir, debía de estar agradecido que me diera la oportunidad de buscar la manera de matarlo, aunque sea en tiempo de vida…
Mis mejillas estaban ardiendo, mis orejas me estaban reventando y podía sentir los latidos dentro de mi pecho acelerados por la vergüenza y el dolor. Morlun, sin previo aviso hizo tronar sus dedos, sobresaltándome un poco, y enseguida aquella melodía que hacía unas horas acababa de escuchar comenzó de nuevo…
–Así está mejor ¿No crees? Bajo la sinfonía número siete de Beethoven, tu desnudo se verá más artístico que morboso –Dijo sonriendo cínicamente. Sus ojos reflejaban una mezcla de maldad y morbo tratando de ser escondido tras un pretexto de arte. Desvié mi mirada al suelo y comencé a llevar a cabo su petición tratando de restarle importancia a sus palabras.
Omitiendo el dolor de mis heridas, dejando de lado a aquellas que comenzaban a sangrar al despegar los residuos de tela. Terminé dejando mi traje a un lado sobre la alfombra. No me digné a levantar la mirada.
Ahí estaba completamente desnudo delante de ese ser tan despreciable.
Sentía la mirada de Morlun sobre mi cuerpo. Sentía como sus ojos se detenían en cada herida que él había causado. Sentía como gozaba la humillación que estaba viviendo.
–¿Sabes, Peter? Con ese collar y completamente desnudo te asemejas más a un esclavo sexual que a un superhéroe –Dicho aquello soltó una carcajada. –Cuéntame, ¿O es eso lo que eres, arañita?–
No lo aguanté, levanté mi rostro de inmediato fulminándolo con la mirada. Pero Morlun no se arriesgó. Activó el maldito collar obligándome a caer sobre la alfombra. No podía hacer nada más que retorcerme y no acercar mis manos al susodicho. Ya no conseguía aguantar esta tortura, cada vez me debilitaba más de lo que ya terminaba.
–Vamos Peter, sé que eres inteligente… Si sabes que pasará esto ¿Por qué continúas haciéndolo? ¿O es que te gusta el dolor?–
Una vez más detuvo el drenado. Nuevamente el dolor se iba, pero cada vez demoraba más en hacerlo. Traté de levantarme, pero fue imposible. Mis rodillas no respondieron.
–Qué buena idea has tenido – Dijo de un momento a otro. –Obedece arañita, y acércate a mí – Lo miré de reojo con una furia que jamás había sentido antes. –Acércate así, de rodillas. –No refuté… Sentía que si lo hacía no aguantaría otra descarga de dolor… Me desmayaría y no estaría consciente para lo que fuera capaz.
Con las mejillas claramente sonrojadas, y esa maldita melodía de fondo, cumplí su petición. Me quedé de rodillas y puse mis manos en el suelo para ayudarme. Sin dirigirle la mirada terminé gateando hasta él.
–No te preocupes Peter, después de todo esto acabaré contigo y no tendrás que vivir con este recuerdo. Tengo algo de misericordia… Nadie se enterará de que el gran Spiderman, fue mi mascota…–
Detuve mi andar de inmediato al sentir que algo no andaba bien. Mis piernas, mis rodillas, mi cadera y mi vientre… Sentía como si se estuvieran comprimiendo de todo el dolor recibido en tan poco tiempo. Mi maldita sangre me estaba causando estragos en conjunto con la magia de Morlun… Esto tenía que ser una maldita pesadilla dentro de otra pesadilla.
Junté mis piernas con fuerza y casi por inercia me apreté los genitales. Esto no me podía estar pasando…
–Vaya, arañita…–Escuché decirle. –No te he ordenado tocarte ahí –Dijo demandante. –Suéltate –Ordenó seguido de una carcajada. Por primera vez no dudé en hacerle caso antes de que me dejara inconsciente. Y ahí comenzó lo peor…
Sentí como ese líquido que estaba conteniendo impactaba contra la alfombra salpicándome en las rodillas, asimismo como se escurría por mis testículos y parte de este bajaba por surcos por mis piernas…
No lo podía creer… Me estaba haciendo encima…
Las carcajadas de Morlun rebotaban en mi cabeza con fuerza…
–¿Te estás orinando delante de mí? –Dijo entre carcajadas. –Me sorprendes, arañita… Que quisieras humillarte por completo–
Sentía como de la punta de mi pene las gotas seguían saliendo, y no podía hacer que parara…
–Aún no llegas a mí, sigue avanzando arañita–
Esto tenía que ser una pesadilla. Nada de esto podía estar pasando…
No lo creía…
Continuará.
¡Hola! Espero que este nuevo proyecto haya sido de su agrado. Este definitivamente ha sido uno de los más complejos pero ¡Me gusta! ¡Y espero que a ustedes también! Siempre yo torturando a Peter ¡Jaja!
¡Espero lo hayan disfrutado! ¡Gracias a todos por leer!
