Advertencia: Este capítulo contiene mención de castigo corporal (azotes, nalgadas).
Capítulo 1: El Preescolar
Yo soy William Drake Pratt. Pero muchos me llaman Spike, o también Spikey Nice.
Tengo cinco años y hoy será mi primer día en Preescolar.
Estoy emocionado y nervioso a la misma vez.
Mi madre, Anne, y mi padre, Lionel, se esforzaron mucho por anotarme en un Preescolar muy genial. Dicen que tendré un buen futuro si voy a allí.
También, además de papá y mamá, están mis padrinos que viven al lado de mi casa. Esos serían Darla y Ángel, y su hija Drusilla. Ellos son vampiros pero son buenos amigos de mis padres…así que se convirtieron en mis padrinos.
En casa tenemos un perrito, Isaac que se llama así por Isaac Newton. No sé, el nombre se lo puso mi papá. Isaac tiene recién tres meses y es un cachorro travieso…como yo, sí, suelo ser travieso.
Pero no hoy. Hoy estoy muy entusiasmado.
Mamá me regaño por levantarme temprano y me dio un par de nalgadas para que volviera a la cama.
Luego, a eso de las nueve de la mañana, me desperto. Y fuimos a desayunar.
Comí el desayuno con velocidad. Papá me sostuvo de la manito antes de que saliera corriendo para el baño a lavarme las manos.
-tranquilo, torbellino. ¿Qué piensas hacer en el Preescolar?-me pregunto, luego de sentarme en su regazo.
-estudiar, por supuesto-le dije, como si fuera muy obvio. Él rió -¿Qué es lo gracioso?-le pregunte, molesto.
-nada, es sólo que aún eres muy pequeño para estudiar-me dijo, acariciándome los cabellos.
-pero ya sé leer y escribir-le recordé.
Sí, en el verano había vencido a mi padre y a mi padrino…así que ellos me enseñaron a leer y a escribir.
-sí, pero eres pequeñito todavía. Tienes que divertirte, no pensar en estudiar-
-pero papiiiii…-
-pero Williaaaaam…-dijo él, imitándome.
-no hagas eso-le dije, haciendo un mohín.
-¿Qué cosa?-me pregunto, haciéndose el desentendido.
-burla, no me hagas burla-
-no te estaba haciendo burla, hijito-
-sí, lo hacías-
-ya está bien. ¿Por qué no le cambias la ropa, Leo?-dijo mi madre, mirándo a mi padre.
-sí, es buena idea-dijo papá, yo asentí con la cabeza y con una gran sonrisa.
Después de ponerme mi mejor ropa, con mis padres y mis padrinos fuimos al Preescolar.
Al principio me dio miedo. Pero finalmente me solté de la manito de mamá y seguí a los otros niños y a la maestra.
La pase relativamente bien. Había demasiados niños y algunos me quitaban los juguetes, pero a pesar de eso, me hice algunos amigos.
Y cuando mi padrino Ángel me fue a buscar y me cargo, yo me quede dormido y babeando en sus brazos.
Y el Preescolar recién comenzaba…
