CAPITULO 1.- DESPERTAR
- Guardiana de la Luna, ¡Já! Todos admiran a la luna, y desde tiempos inmemorables le han hecho rituales, cantos y poesías, siempre admirándola, pero… ¿es que acaso no se dan cuenta? ¿Por qué admirar a la luna si está no brilla por si sola? ¿Es que acaso no se dan cuenta que la luna solo es capaz de iluminar porque hay un sol? Y este gran sol tan cálido como siempre, radiante de luz y alegría, capaz de iluminar cualquier cosa hasta la misma luna, la cual se dice que si fuera un humano tendría un corazón de hielo, el cual solo se ha podido derretir gracias al calor y amor que le proporciono alguna vez el sol.
Estas son las palabras llenas de ironía, palabras que nadie escucha, de una persona que nadie ve ni oye, y que se encuentra en un lugar alejado de todo y de todos, un lugar inalcanzable, un templo, un templo sobre la luna.
De pelo obscuro y unos ojos que antes demostraban frialdad ante el mundo y calidez solo a una sola persona en el universo, ahora solo reflejan una inmensa tristeza, el peso de una culpa en el alma por acciones hechas a raíz del egoísmo, odio y amor, todo junto, pero sobre todo el amor… es lo que lleva a cumplir a esta joven de pelo obscuro y mirada triste pero firme el castigo impuesto por los dioses, el amor a una sacerdotisa del sol, es lo que le da fuerzas de seguir firme ahí donde se encuentra, en ese lugar sin luz, y el único rayo de luz existente esta dentro de su corazón con el deseo y el anhelo de poder ver de nuevo a su amor.
Este tempo sobre la luna, hecho solo para la sacerdotisa lunar es un lugar que solo en mitos y leyendas existe para un humano común, pero para los involucrados en el destino de la tierra y los guardianes de las reencarnaciones es un lugar como cualquier otro.
Un sacrificio de amor puro, es una definición para la estancia de la joven de pelo obscuro, pero también es el castigo y camino hacia la redención, es la espera de que alguien que no la haya olvidado, la ayude a salir de ahí en su siguiente reencarnación, pero… es que ¿habrá otras reencarnaciones?
- Mi péqueña Himeko, a pesar de la distancia de este gran abismo que nos separa, puedo sentirte, te sientes triste ¿Qué es lo que te preocupa?, no brillas como antes ¿Qué es lo que sucede? Himeko… si tan solo pudiera estar contigo… si tan solo pudiera despertar una vez más…
(En algún lugar de la tierra)
En una ciudad muy transitada y llena de caos, donde las personas solo van y vienen de un lugar a otro, una ciudad donde todo el mundo está ocupado, vive una persona que sin darse cuenta alguna, con su andar desprende una paz a los que la rodean, una sensación de tranquilidad, esa tranquilidad que muchos en esa caótica ciudad les hace falta de vez en cuando. Esta persona de andar despreocupado es una hermosa chica de pelo rubio, piel clara y unos ojos de un extraño color amatista. Esta chica siendo fotógrafa de profesión camina por las transitadas calles de su ciudad colgando en su hombro su inseparable cámara, mientras que en el otro sostiene un maletín con todo el equipamiento necesario para trabajar.
La joven rubia antes de dirigirse a su pequeño estudio fotográfico recién adquirido, pasa por un parque que se encuentra a una pocas calles de ahí, aprovecha ir a ese parque todas las mañanas antes de trabajar para poder inspirarse, capturar algunas imágenes o simplemente admirar el paisaje, una de las razones principales por las que adquirió el local donde está montando su estudio fue por ese parque, y la rutina de ir a ese lugar antes de ir a su estudio aun sin terminar de instalar al cien por ciento le ayuda a crear nuevas ideas.
La visita a ese parque se convirtió en una rutina de cada mañana antes de abrir el estudio y cada atardecer o anochecer después de salir del estudio, en el recorrido por el parque hay un lugar en específico al que por alguna extraña razón nuestra joven rubia se siente atraída. Ese lugar es un peculiar árbol que está rodeado por una serie de arbustos y rosales, dándole un sentido de protección puesto que su altura sobrepasa un poco más de 2 metros haciendo que solo se vea la copa del árbol, este árbol es un lugar ideal para pasar un agradable rato ahí, o hacer un picnic, leer un libro sin que nadie pueda molestar mucho pues entre los arbustos hay un espacio casi imperceptible por el cual puedes ingresar a ese pequeño paraíso, y según a la percepción de la joven rubia, ese espacio hasta ahora solo lo había descubierto ella pues parecía realmente intacto cada vez que ella entraba ahí.
Nuestra joven fotógrafa, un día al tratar de buscar un lente de su cámara que por descuido se le había caído, tropezó con algo y cayendo estrepitosamente atravesó la pared de arbustos encontrándose con ese lugar, a partir de ese día y hasta hoy habiendo transcurrido ya un poco más de un par de semanas de ese hecho, Himeko cada día se adentra a esos arbustos descansa un poco, bajo la sombra del árbol, para después seguir su recorrido por el parque rumbo a su estudio fotográfico.
- Han pasado ya algunos días… aun sigo sintiendo esa sensación… crei que era la emoción del descubrimiento, después pensé que podría ser los nervios de estar iniciando mi propio estudio, pero.. desde que me encontré con este lugar me siento extraña, como si algo me faltara, siento como si algo me estuviera faltando, siento que algo estoy olvidando… pero cada que salgo de casa y por más que he revisado cada papel, recado y mensaje, no logro encontrar que es… por más que lo pienso no sé que es esta sensación, esta sensación de vacío… pero por otro lado así como siento este vacío dentro de mí, este lugar me trae algo de paz, siento como si este árbol - acercándose a él y acariciando el tronco del mismo - me pusiera indicar y responder mis dudas. Pero sabes… – hablándole al árbol – siento que esto tal vez cambie pronto, hasta donde puedo recordar siempre he estado sola, a excepción de algunos amigos, pero muy dentro de mí me dice que no siempre fue así y que pronto cambiara eso… ¡vaya! Debo de estar demasiado estresada como para hablarle a un árbol…
(En la luna...)
- ¿Qué es esto que estoy sintiendo? Es algo que no había sentido antes, es una sensación muy familiar, es… no puede ser… ¡Himeko! Es la presencia de Himeko, pero eso es imposible…esto no debe de estar ocurriendo, no aun… - levantándose y dirigiéndose hacia las puertas cerradas del templo golpeándolas tratando de salir –
- vaya, vaya… así que el tiempo ha llegado, por fin la sacerdotisa está despertando... esto se pondrá interesante– una voz fuera del templo, se va alejando, escuchándose solo el silencio de la luna.
