Empiezo esta historia que no será muy larga, preveo que tenga de unos 5 a unos 10 capitulos, en los que Hermione se dará cuenta que siente algo más por un Severus que a pesar de no habérselo confesado nunca está enamorado de ella.
Como siempre decir que estos personajes no me pertenecen a mi de forma legal ya que pertenecen a JK Rowling, aunque Severus Snape y Alan Rickman son mios de forma ilegal xD.
Espero que os guste el primer capítulo.
CAPITULO I
De nuevo, después de muchos años, Severus pensaba que el amor de su vida se le volvía a escapar entre las manos, primero fue Lily y ahora Hermione. El ver a la castaña malherida en una cama de San Mungo le estaba rompiendo el alma al antaño profesor más odiado de Hogwarts. El ver sus ojos cerrados y el lento movimiento de su pecho al respirar lo estaba asfixiando pero lo que terminó de hundir a Severus fue la aparición en la habitación de Ronald Weasley, el marido de la mujer que amaba con todo su ser.
El pelirrojo de ya 27 años, al ver como Snape tiene una mano de su mujer cogida frunce el ceño. Para Ron la estrecha amistad que existía entre la madre de sus hijos y el murciélago grasiento era algo a lo que no le encontraba ningún sentido, algo que le molestaba enormemente. A pesar de que habían pasado diez desde que Ron terminó Hogwarts el odio que los dos se profesaban era el mismo o incluso más.
— Puedes irte Snape, su marido ha llegado para cuidar de ella lo que tú no has podido hacer— le reprocha el pelirrojo a su antiguo profesor al que por mucho que le doliera sabía que llevaba razón en lo de que no había podido cuidar de ella— deja en paz a mi mujer, no quiero que vuelva a trabajar contigo, no quiero perderla por culpa de un ex mortífago
— Ella puede opinar por si misma, ni tú ni nadie va a decirle a Hermione y a decirme a mi lo que tenemos que hacer. Hoy ha sido un accidente, nuestro trabajo es riesgoso y ella lo ha aceptado porque sabe que no tiene opción, debe vengar la muerte de sus padres
Sin decir una palabra más, Severus sale de la habitación donde se encuentra con un gran número de personas. Harry Potter con su mujer Ginny Weasley y sus dos hijos James y Albus, su ahijado Draco con su mujer Luna Lovegood, los señores Weasley con los hijos de Hermione y Ron, los pequeños Hugo y Rose, y finalmente allí está su confidente, la persona en la que se apoya cuando tiene malos momentos, Narcissa Malfoy.
— ¿Cómo está mi mamá, tío?— pregunta el pequeño Hugo a Severus que se agacha para quedar a la altura del pequeño
— Ella está bien, solamente ha sido un susto
La mirada de Snape se fija únicamente en la de Narcissa, la viuda de Lucius comprende a la perfección lo que su amigo le quiere transmitir. Ellos dos slytherin, los que se tienen que mostrar insensibles ante cualquier cosa pero que después de vivir tantas desgracias con Voldemort han aprendido a que es imposible poder ocultar a todo el mundo todo su dolor.
— Padrino ¿estás bien?— pregunta preocupado Draco al ver la mirada que Severus y su madre se están dando
— Estoy bien Draco, no te preocupes por mi. Voy a ir a casa a cambiarme, si hay cualquier cambio en el estado de Hermione, avísame— pide el hombre a su ahijado que asiente con la cabeza mientras abraza a su mujer con un brazo, temiendo perderla como casi le pasa con la que ha llegado a considerar una hermana.
Tras unos leves saludos con Harry, Ginny y los señores Weasley, Severus se encamina a la salida del hospital para poder aparecerse en su casa, en la que segundos más tarde también se aparece Narcissa. La siempre fría señora Malfoy no espera ni un solo segundo para acercarse a su amigo y abrazarlo. Severus siempre había estado ahí para ella, sobretodo cuando hace cinco años murió Lucius y él definitivamente se hizo indispensable en su vida.
— Tienes que decírselo, Severus
— Hermione ama a Weasley, tiene dos hijos con él y es feliz con eso. No pienso destruirle la vida, no pienso destruir su familia por lo que yo pueda sentir respecto a ella— sentencia el hombre rompiendo el abrazo de Narcissa y comenzando a quitarse su ropa sin ningún pudor frente a la mujer
— Prefieres destruirte tu vida a intentar probar suerte, se nota que no eres uno de esos leones— comenta en un tono cansado la madre de Draco que observa tranquilamente como su confidente se encamina desnudo al baño para darse una ducha que intente borrar todos sus pecados, algo imposible
Diez minutos más tarde, del cuarto de baño sale Severus ya vestido y arreglado. Sentada sobre su cama con un par de platos de comida está Narcissa, la única persona que conoce los sentimientos que el pocionista le profesa a la castaña.
— Debo volver al hospital
— Tienes que descansar Severus, debes comer y relajarte. Créeme que entiendo lo que es sentir que puedes perder a la persona que quieres pero el no cuidarte no servirá de nada.
— Se que lo entiendes Cissy, nadie mejor que yo sabe lo que sufriste al morir Lucius— apunta el hombre de mirada negra al sentarse al lado de esa mujer que sabe está rememorando de nuevo la muerte de su marido— Mírame, Cissy— pide Severus mucho más suave de lo que suele hablar con el resto de personas
Ante la petición de su amigo, Narcissa Black obedece. La profunda y fría mirada negra se encuentra con la también fría y penetrante mirada azul, una conexión que se ha ido haciendo más estrecha conforme han ido pasando los años y que con la muerte de Lucius se volvió realmente íntima, tanto que a pesar de únicamente quererse como hermanos en ocasiones ambos han sucumbido a darse placer y lamer las heridas del alma del otro.
— Weasley quiere que ella deje de trabajar conmigo
— Granger no descansará hasta ver a los asesinos de sus padres entre rejas, lo sabes tan bien como yo— dice muy sabiamente Narcissa aun mirando al hombre de negra mirada— es una mujer muy gryffindor, con las cosas muy claras
— Lo se, ella no parará hasta vengar la muerte de sus padres y yo no pienso dejar que nadie más la vuelva a dañar, estaré a su lado.
TBC...
