— ¡Ya basta! —Gritó Bridgette teniendo la voz entrecortada por el dolor que estaba sintiendo— No lo soporto más — Musitó, intentando aguantarse las lágrimas que querían salir. Apretó los puños que estaban a un costado de su cuerpo, tan fuerte, que su piel dolía.

Félix la miró con su usual inexpresividad. Esos ojos celestes la observaban detenidamente. Bridgette intentaba descifrarlo, descubrir lo que en verdad sentía, pero no veía nada. Y más lo miraba todo se volvía borroso, las lágrimas cayeron deslizándose por sus mejillas, pero aun así no apartó la mirada y Félix la siguió observando, pero ahora reflejándose en sus ojos un atisbo de dolor.

— Tu no me quieres y nunca lo vas a hacer —Repuso sin vacilación. Félix miró hacia un costado con una expresión amarga— ¿P-por qué? ¿Por qué aceptaste salir conmigo? —La voz le salía quebrada, su corazón se estrujaba contra su pecho. Las lágrimas salían sin control— ¿Por qué? —La voz le salía irreconocible— Si… hay otra —Dijo de pronto con voz penumbrosa— ¿Crees que no me di cuenta?

Ante eso Félix la miró. Con sorpresa como si esas palabras nunca espero que saliera de sus labios.

— Sé que aunque intente poner mi empeño. No puedo hacer que me ames y sé que si sigo intentándolo solo me seguiría lastimando —Ahogó un sollozo— Félix dime que me equivoco, dame una buena razón para quedarme, para que no me vaya.

Él no dijo nada.

— Nunca seré como ella ¿Lo entiendes? No intentes mirarme e intentar encontrar rastros de ella porque no lo soy. Soy lo que ves...

— Sé que no eres ella, no te pido que lo seas.

Habló. Por fin habló, siendo también la primera vez que le confirmó que había otra.

— ¡Pero eso es lo que buscas! —Exclamó con furia y dolor reflejado en sus bellos ojos— Eso es lo que intentas ver en mi todo el tiempo —Espetó de forma resignada— No soy ella —Repuso Bridgette observando a Félix de forma dolorosa.

Repitiendo esas palabras que le provocaba un inmenso dolor en su corazón.

— Lo sé —Respondió simplemente.

— Entonces no me compares con ella —Añadió con la voz entrecortada.

Félix no quiso ni mirarla cuando dijo: No lo hago, ella no tiene comparación.

Bridgette sintió el golpe de sus palabras. Se quedó sin aire. Tragó saliva sintiendo que su mundo se derrumbaba. Las lágrimas caían y caían como si fuera una cascada.

— Me iré —Anunció Bridgette dándose la vuelta. Teniendo una pequeñísima esperanza de que la retenga.

Félix miraba su espalda cuando dijo: Lo entiendo. Yo soy el que te falle.

Bridgette se mordió el labio con dolor y continúo caminando. Un "Lo siento" creyó escuchar cuando se estaba alejando con el corazón roto y un dolor inigualable a cualquier dolor físico.

¿Ella? ¿Quién es ella? ¿Quién es esa mujer?

Ladybug. Era ella.

Que torpes. Que ironía.

Porque no se daban cuenta, porque no sabían que Bridgette también era ella.