Hola a todos, uhm bueno aki yo con un nuevo invento, les dejo hasta el cap 2, y pues espero les guste y le den una oportunidad sip? es rara esta pareja pero bueno es bueno probar nuevas cosas de vez en cuando jeje...
Los personajes de Inu no son míos, son de Rumiko Takahashi los uso pa mi imaginacion lalala ok xD
El titulo dejen lo pienso en lo k lleno los requisitos xDD gracias
Cap.1 El Inicio.
Admiraba atentamente el paisaje que visualizaba desde la ventana de su cocina, un jardín soleado producto de esos días de verano, los arboles meciéndose suavemente por el aire que pasaba. Realmente un clima agradable, el sol estaba a la vista en todo su esplendor, pero no hacía tanto calor. Unas risas atrajeron su atención, un niño de unos tres años corriendo felizmente en el jardín, de cabello rubio casi blanco, ojos color azul, de piel clara, vestido con un short color beige, su playera de manga corta color roja y sus sandalias de color café. Seguido del niño apareció un hombre alto, robusto, de piel bronceada, cabello castaño oscuro, ojos azules como los de ese niño, llevaba un short color negro, sandalias del color del short y una playera tipo polo de color azul.
Sonrió ante la escena, sus dos hombrecitos correteando en el jardín, jamás imaginó que llegaría a esa situación, y menos con ese hombre. Se sentó en una de las sillas del comedor, pero quedando con la vista hacia la ventana. ¿Cómo había empezado todo? ¿En qué momento su destino fue cambiado tan drásticamente? Pero de una cosa estaba segura, a pesar de todas las criticas y ofensas recibidas por sus decisiones del pasado, estaba feliz, si ese fue el pago para llegar a donde estaba ahora, se sentía satisfecha con el resultado entonces. Empezó a recordar su pasado.
Se visualizó al tener sus tiernos dieciséis años con su uniforme de prepa, falda tableada azul marino, calcetas blancas, zapatos negros, camisa blanca con bordes azul marino en mangas y cuello, y el escudo de la escuela de lado izquierdo de su pecho, con su cabello negro azabache suelto, sus ojos color café oscuros y su piel clara; ahí empezó todo, en la preparatoria #8 de Kioto. Ahí conoció a los hermanos Taisho, o al menos ahí empezó a conocerlos de uno en uno.
Estaba por pasar a tercer semestre de prepa, cuando por sus compañeras supo de la llegada de dos nuevos chicos a la prepa. Uno estaría en quinto semestre, y otro estaría en tercero. Emocionadas por conocer a los chicos ese segundo Lunes en que empezó el ciclo, esperaban impacientes a que el director los nombrara frente a todos, era así cuando entraban alumnos después de la fecha de ingreso. Hicieron honores a la bandera primero y al final el tan esperado momento llegó. Se situaron dos jóvenes a la derecha del director cuando éste empezó a mencionar sobre dos nuevos alumnos, uno de piel más clara y cabello negro azabache lacio alborotado y corto, y ojos color café claros, alto y de complexión normal, su aspecto le daba un aire de niño popular y rebelde, por lo que escuchó del director se llamaba Inuyasha Taisho y desde ahí quedó prendada de él. El otro joven un poco menos alto que Inuyasha, era de piel bronceada, cabello castaño oscuro quebradito, se le veía corto pero luego se dio cuenta que tenía una pequeña coleta que lo amarraba, así que seguramente lo tenía un poco crecido. Su aspecto era el de un estudiante normal, ni muy popular, ni tampoco parecía ser un matadito de clases. Miroku Taisho…informó el director, ambos hermanos y provenían de Osaka.
— Ya viste Aome el de ojos azules está cómo para comerse…—susurró una de sus amigas.
—Se llama Miroku—dijo una chica de cabello castaño claro y ojos cafés, piel clara, de estatura mediana y complexión normal.
—Inuyasha tampoco se queda atrás y el que sea de quinto, lo hace más sexy—dijo otra chica.
—Lástima que sólo se quede un año…
Los comentarios seguían pero Aome no decía nada, pronto su profesora encargada calló a las jóvenes. Se rompió la formación, y empezaron las clases. Primera del día Álgebra…
Suspiró con pesadez, busco con la mirada a su amiga Sango y al verla se acercó a ella.
—Tanto alboroto por los chicos nuevos ¿verdad?—le dijo al emparejarse con ella y dirigirse a clases.
—Ya sabes que siempre es así—dijo su amiga.
—Sí y tú con ese tal Miroku—sonrió traviesa, recordando que ella había dicho en la fila cómo se llamaba el chico.
—Bueno…es que…
—A mí me agradó más Inuyasha, pero ni me ilusiono es de grado superior—interrumpió—Por lo menos Miroku estará en tercer semestre, así que tendrás suerte amiga—sonrió.
—Ojalá le tocará en nuestro salón—dijo Sango con ojos soñadores.
—Ya se verá, oye amiga ¿entendiste bien las ecuaciones que nos encargó Naraku sensei?—preguntó saliendo del tema, pues era lo que realmente le importaba.
— ¿Las entendí o las hice?—preguntó Sango sabiendo a dónde quería llegar su amiga.
—Estuve tratando de hacerlas ayer toda la tarde, le pedí ayuda a mi madre y no entendió—se quejó—Y para colmo mi hermanito también me pidió ayuda con unos quebrados.
—Ya, ya tranquila, si las hice y ahorita que pase lista Naraku sensei te las paso—sonrió—Eso sí quiero que me pases algo de historia que no encontré.
—Bien—sonrió nerviosa.
— ¿Acaso no hiciste la tarea de historia?—preguntó alterada—Si estaba muy fácil Aome—reprendió.
—Pues por que está fácil, además la haré en el descanso historia es de las últimas que nos toca.
—Ay Aome…—movió negativamente la cabeza Sango. Siempre era así, y no es que Sango fuera una matada de clases, pero le gustaba ser responsable y su amiga pues…era su contraparte, aún así se adoraban y eran inseparables desde preescolar.
Y para su suerte, el pase de lista tardó un poco dándole tiempo suficiente para copiar la tarea, debido a que justamente Miroku Taisho estaría en el mismo grupo que ellas. Su sensei le preguntó al chico su nombre, de dónde venía, el motivo de su cambio, lo que le gustaría encontrar en la escuela y lo que no le gustaba que le hicieran. El chico sin duda era amigable, respondió alegremente cada una de las preguntas.
—Mi nombre Miroku Taisho—decía—El menor de tres hermanos, tengo dieciséis años, el próximo mes cumplo diecisiete ¡y están invitados!—bromeó—Vengo de Osaka, vine a Kioto por que papá se mudó por causas de trabajo aquí, uhm… ¿Qué me gustaría encontrar aquí? ¡Chicas, lindas chicas!—dijo animado, las chicas se sonrojaron con el comentario, menos Aome ni Sango, vaya tipo un mujeriego, pensaban—Lo que no me gusta que me hagan no lo diré porque capaz que después me lo hacen.
Bien el tipo tenía pinta del típico graciosito de la clase, Naraku lo miró resignado, los chicos de ahora sólo eran dolor de cabeza, le pidió que se sentara y justo se sentó a un lado de Aome a su derecha, pues fue la silla que encontró. Aome suspiró con fastidio, y Sango que estaba a izquierda de Aome se sonrojó de momento pero después se puso seria.
—Bien comenzaremos con el pase de lista…—informó su sensei.
En el transcurso de las clases Miroku estuvo tratando de mantener plática con Aome, que sólo le respondía monosílabos con fastidio, mientras que Sango era la que le respondía de inmediato por Aome. Ya una vez dado el receso Aome suspiró aliviada, al fin se libraría de ese molesto chico. Y se dispuso a hacer lo que le faltaba de historia.
—Te veo en el comedor—le dijo Sango al salir. Miroku se quedó ahí en su lugar, viendo cómo Aome trataba de concentrarse en hacer su tarea.
Pasaron unos escasos minutos de torturante silencio, Miroku empezó a carraspear levemente, Aome seguía escribiendo pero con algo de violencia. Pues casi se podía notar que rompería su hoja de papel si seguía con ese ritmo.
—Mmm… ¿No piensas salir?—preguntó al fin.
—No—dijo de forma tajante.
— ¿No hiciste tu tarea?—Aome lo miró con fastidio, ¿Para qué preguntar algo obvio?
—Si la hice, pero me gusta repetirla—dijo con sarcasmo.
—Uhm vaya tontería. ¿Para qué repetir el esfuerzo que ya hiciste?
— ¿Qué acaso no piensas salir o qué?—bufó molesta.
—En un rato más.
Aome se resignó, echando maldiciones mentalmente y siguió con su trabajo, ya sólo le faltaba anotar unas líneas más y estaría listo, vio su reloj aún le quedaban veinte minutos para poder desayunar. Terminó de escribir, cerró su libro y su cuaderno, los guardó en su mochila, se levantó tranquilamente y se dirigió al comedor, incómoda por notar que Miroku la seguía.
— ¿Por qué demonios me sigues?—preguntó alterada.
—Voy al comedor—sonrió, le agradaba verla molesta—No creas que el mundo gira alrededor de ti.
Volvió a encaminarse al comedor, y justo al entrar Miroku le abrió la puerta, lo fulminó con la mirada, el chico sonrió, murmuró unas maldiciones y pronto sintió que chocó contra algo, más bien contra alguien.
—Lo siento no me fijé por donde iba—se disculpó mirando a la persona contra quién chocó, era el chico Taisho de quinto semestre que la miraba fijamente y la tenía tomada de los hombros.
Inuyasha no dijo nada, miró a Miroku y se quedaron así por unos instantes, Aome no entendió nada…
—Ehem…—carraspeó un poco, viendo que Inuyasha la tenía tomada de los hombros.
—Ah descuida—sonrió amigablemente sin soltarla—Suele suceder sobre todo si vienes a prisa—mirando a Miroku— ¿Disculpa, tú podrías indicarme dónde está la biblioteca?
Aome asintió, le iba a decir cómo irse, pero pronto sintió que el chico la jalaba de la mano, mientras Miroku se quedó pasmado viendo como salían los dos. Miroku bufó con molestia y se metió al comedor, Sango le hizo una seña para que se sentara con ella, y así lo hizo.
Fue desde ese momento que ella interactuó más con los Taisho, en especial con Inuyasha, y pronto el círculo de amigos creció, antes sólo eran Aome, Sango, Eri, Arimi, de tercer semestre y Yuka de quinto semestre, y ahora se incluían Miroku e Inuyasha. Al principio Yuka no estaba tan de acuerdo, pues Inuyasha le caía mal, y era suficiente con soportarlo en su mismo grupo.
—Es un maldito arrogante—decía a sus amigas recordando el momento en que se presentó en clases.
Flash back.
Todas las chicas de su salón estaban emocionadas al saber que Inuyasha Taisho estaría en su mismo grupo, el "C" ella no estaba emocionada, claramente pudo notar que el chico era un fresita hijo de papi con aires de chico rebelde que no le quedaba, y era el tipo que simplemente con verlo le caía mal, ya que ella era rebelde, gótica y le molestaban los fresitas que intentaban darse esa pinta de rebeldes, sin serlo. Le cayó peor cuando su sensei le pidió al chico que dijera su nombre, procedencia, motivos de cambio, lo que esperaba de la escuela y lo que no le agradaba de la vida.
—Mi nombre Inuyasha Taisho, vengo de Osaka estoy aquí por motivos personales de mi padre, cosa que no les incumbe, ¿Qué deseo lograr de la escuela? Simplemente demostrar que soy el mejor en todo—sonrió arrogante— ¿Qué no me agrada de la vida? No creo que les interese.
El maestro le pidió que se sentara, y justo se sentó delante de ella, suspiró resignada, en fin el chico no hablaba mucho así que no le molestaría. O al menos eso pensaba. Pronto lo vio coqueteando con algunas de sus compañeras en clases, y peor aún cuando supo que Aome se lo había topado ese primer día.
Fin del Flash back.
Y ahí estaban, dos meses sentándose en la misma mesa con él y su hermano menor que era un payasito, no le caía mal, tampoco tan bien pero de vez en cuando sus ocurrencias la hacían reír. Y por lo que veía sus amigas Sango y Aome estaban prendadas de ambos Taisho. Al menos Miroku últimamente frecuentaba más a Sango.
— ¿Yuka-san qué escuela piensas elegir cuando salgas de aquí?—preguntó Eri.
—La verdad no tengo idea, sólo quiero dedicarme a escribir poesía gótica—dijo con un brillo en sus ojos.
—Esa no es una carrera, es desperdiciar tu tiempo—dijo Inuyasha, Yuka lo ignoró por completo y siguió hablando con Eri. Aome al ver esa reacción.
— ¿Y tú Inuyasha que estudiarás?—preguntó quitando el ambiente tenso. Haciendo que los demás menos Eri y Yuka que seguían con su charla, voltearan a verlos.
—Princesa yo tengo ya mi futuro en la universidad autónoma de Tokio—sonrió, viendo de reojo a Yuka—Mi padre quiere que estudie administración de empresas, como lo hizo mi hermano Sesshomaru, para que pronto tome mi lugar en la empresa—dijo con arrogancia—Y Miroku también hará lo mismo en unos años más.
—Pero Miroku tiene más talento reparando computadoras, o aparatos—dijo Aome al ver cómo Miroku lo veía molesto por recordarle eso y Sango sólo miraba a Miroku esperando alguna palabra—Incluso es bueno como deportista y traductor, pero que los quieran obligar a los tres a algo que no les agrade del todo, no creo que sea justo.
Sí, Aome defendía a Miroku, al final de cuentas habían logrado tolerarse un poco y ser amigos, más ahora que Miroku estaba más al tanto de Sango y la había dejado en paz a ella.
—Descuida Aome—dijo Miroku—El que tenga que hacerme cargo de los negocios de mi padre no impide que haga algunas de las cosas que más me gustan—sonrió.
—Hey chicos, ¿Ya supieron ustedes sobre la travesura que le hicieron a Naraku sensei los de primero B?—preguntó Eri de repente sacándolos de su conversación—Yuka me acaba de decir que por poco suspenden a todo el salón…—todos voltearon a verla centrando su atención al nuevo tema, o bien chisme…
El tiempo siguió pasando, Inuyasha y Yuka se graduaron y tal cómo había dicho, Inuyasha se fue a estudiar a Tokio, Aome se había puesto triste pero él le pidió que le prometiera que ella haría lo posible por conseguir una beca en esa escuela, algo difícil ya que ella era alumna regular, pero se esforzaría, al final de cuentas ella lo quería y era su… bueno novio no, nunca se le había declarado, amigo…últimamente estaban comportándose de una forma que no era de amigos…era simplemente su Inuyasha, ya estando en Tokio estaba segura que podrían formalizar algo entre los dos.
Fue un año muy difícil, más para ella que no le gustaba matarse tanto en clases, pero tenía que hacerlo si quería esa beca, pues su familia no era rica, venía de la clase media, así que tendría que esforzarse como nunca lo había hecho en su vida. Lamentablemente no logró la beca en ese instituto, pero logró una beca en otra escuela, pero estaba en Tokio y era ganancia. Sus padres le apoyaron ya que estaban orgullosos de que su hija al fin le echara empeño al estudio.
Miroku se fue a Tokio a estudiar lo que su padre había mandado, administración de empresas, fue difícil dejar a Sango, quien se quedó estudiando medicina en Kioto, pero prometió estar en contacto y visitarla cada que pudiera.
Inuyasha al verla se alegró, al fin estarían juntos pensaba Aome, al fin podría dar un paso más a su extraña relación, pues en todo ese ajetreado año, a pesar de las ocupaciones de ambos y distancia, habían podido seguir en contacto llevando a cabo su rara relación de romance-amistad. Sí, las cosas definitivamente mejorarían ahora que ambos se reunían en Tokio, al menos eso pensaba ella.
