Disclaimer: los personajes así como su universo del harryverso pertenecen a Rowling.

Este fic participa en los Desafíos del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black. Elegí la lista número dos de los siete pecados capitales. Decidí usar a Regulus Black porque lo amo, adoro y quiero casarme en matrimonio con él. El fic no tiene por dónde cogerlo. Podéis ir a leerlo o pasar antes por mi nota de autor.

Nota de autor: A ver, esto es absurdo... El problema es que por razones personales y circunstancias bastante graves, llevo mucho sin escribir y estoy muy oxidada. Esto serán viñetas absurdas, estúpidas, whatever con el objetivo de lograr entretenerme con la escritura y conseguir volver a escribir, que me está costando la vida y lo que no está escrito. Cualquier cosa de humor negro -como el resumen- o comentario, ¡es humorrrrrrrrrrrrrr! Siempre considero que el problema lo tienen los que lo toman en serio.


Donde hay soberbia, allí habrá estilo, mas donde hay humildad, habrá un cómete los mocos.

Rabonón.


Regulus Black entró al Gran Comedor con gran pomposidad, estilo pavo real de los Malfoy. Ese día le apetecía mirar con desdén la mediocridad de sus compañeros porque era un soberbio de manual. Se arregló el bombín y sonrió satisfecho al ver que cosechaba algunas miradas envidiosas de su estilo refinado y único.

Decidió pasear entre todas las mesas para deleitarse de ser un Slytherin y sentirse más macho al compararse con los demás. Eso y el mundo de la bisutería eran sus pasiones secretas. Vamos, R.A.B por el mundo de la bisutería MA-TA-BA. Se ponía to'loco. Veía cualquier objeto al azar, pongamos de ejemplo un guardapelo milenario, y ponía su vida en peligro si era preciso para hacerse con él.

Durante su paseo matutino, descubrió en la mesa de Gryffindor que a él le sentaba mejor el bombín de seda gris que a su hermano. Sonrió para sus adentros y le dedicó una mirada compasiva (pobre Sirius, al que no le sentaba bien un buen bombín hortera). En la mesa de Hufflepuff…, de la mesa de Hufflepuff pasó como pasaba de los baños mañaneros y vespertinos, si me apuras, que era poco dado a la higiene. En la mesa de Ravenclaw puso a dos jóvenes a prueba, para deleitarse ante su ignorancia.

—Si un gallo pone un huevo en un tejado, ¿hacia qué lado cae el huevo?

—Eso dependerá de la inclinación del tejado, la altura del mismo respecto al nivel del mar, la posición…

Regulus le cortó con un gesto de manos que podría considerarse por cualquier ojo observador como "muy mariquita", pero que el mismo Black adjetivaría "con clase y elegancia innata".

—Los gallos no ponen huevos, querido. Me río de tu ineptitud —declaró Regulus con la barbilla más alta. Soltó una risita de esas que te dan dos patadas en el trasero y cabeceó en un gesto estudiado—. Qué pérfido soy.


Que sea un truño no quiere decir que no quiera recibir buenos truños de reviews. ¿Me he explicado?