***Todos los personajes de Resident Evil son propiedad de Capcom, esta historia fue escrita con fines de entretenimiento***
Antes que nada gracias por tomarse el tiempo de leer esta nueva historia, tenía la idea de tiempo atrás y comencé el borrador al tiempo que escribía "Quédate conmigo", sin embargo mi editor en jefe me animó a publicarlo. Espero que sea de su agrado
XOXO
Addie Redfield
CAP.1 El trato
Helena caminaba deprisa por los pasillos de la agencia con cara de pocos amigos, era la tercera vez en la semana que llegaba tarde al trabajo y es que cada día que pasaba le costaba más seguir adelante por las mañanas, con un vaso de café en una mano y una carpeta en la otra atravesó el pasillo hasta llegar a la sala de juntas, tomó el pomo de la puerta y sin hacer ruido logró entrar pero entonces su jefe le dirigió una mirada de desaprobación y le dijo
- Harper, espero que sea la última vez que llega tarde a una reunión.- el jefe Smith miró su ordenador- aunque creo que ya no será necesaria su presencia, te quiero ver en mi oficina después de la junta
Mientras hablaban de planes de seguridad entre otros asuntos, los pensamientos de Helena estaban en otra parte, pensaba en la noche anterior en el bar y en el hombre que se sentía con derechos sobre ella solo por invitarle un par de tragos, lo único que deseaba era que la junta terminara, tenía una fuerte resaca y algunos informes que llenar, finalmente la reunión se dio por terminada, salió de la sala y se dirigió a la oficina de su jefe que ya la esperaba con su típico humor de lunes por la mañana.
- Pensé que no vendrías.- dijo Smith enfadado
- Es mi jefe señor.- dijo Helena de mala gana- Mi deber es seguir ordenes
- Últimamente no se te da bien eso de seguir las reglas Harper
- Si es por lo de la última misión, creo que el agente Méndez debería estar aquí
- Ya aclaré las cosas con Méndez, pero no te hice venir aquí por eso
- ¿Entonces de que se trata?.- preguntó Helena intrigada
- Eres un buen elemento Harper pero tienes problemas de actitud, hace unos días me dieron la orden de que te despidiera, pero les dije que no era buena idea
- Entiendo.- dijo ella decepcionada- Supongo que hoy es mi último día
- Hablé con ellos y me dijeron que te darían una última oportunidad.- Smith se levantó de su silla y caminó hacia la ventana.- Te propuse para un trabajo
- ¿De qué se trata señor?
- La agencia le debe algunos favores a la BSAA y ahora ellos quieren cobrarnos uno de ellos, es algo sencillo, se trata de custodiar a uno de sus elementos durante un tiempo
- No entiendo.- dijo Helena
- Es un soldado que rescataron hace unos meses, dicen que de milagro está vivo, aunque de salud se encuentra bien parece que el chico perdió la memoria
- ¿Qué tiene que ver eso con que necesite protección?.- Helena seguía sin entender su papel en todo ese asunto
- Nadie sabe que está vivo excepto un par de personas en la BSAA y nosotros dos, aquí tienes.- Smith le entregó una carpeta con la leyenda "Confidencial"- Aquí está todo lo que debes saber de él, preséntate en la dirección que viene en los documentos que te entregué
- ¿Y si no acepto?.- dijo ella molesta- Es decir, no entrené duro para ser la niñera de un soldado perdido
- No tendrías que cuidar de él aquí en la ciudad, además es solo mientras recupera la memoria, afortunadamente los médicos dicen que está logrando avances muy rápido
- No lo sé…
- Piensa como si fueran unas vacaciones pagadas, desde que volviste de China hace meses ya no eres la misma, me preocupa que llegues con aliento alcohólico cada lunes y que en tus últimos trabajos cometas errores, eres mejor que esto Helena y lo sabes, acepta el trabajo y relájate
Helena no estaba segura de aceptar sin embargo su jefe tenía razón, desde la muerte de su hermana ya no era la misma, iba por la vida sin rumbo, necesitaba un descanso entonces dijo
- Acepto señor
- Me alegra escuchar eso, no me defraudes aunque no es necesario porque sé que lo harás bien.- dijo Smith con una sonrisa
- Agradezco su confianza
- Tómate el resto del día para arreglar tus asuntos, a partir de mañana comienza tu nuevo trabajo
- Gracias, bueno tengo que irme, hasta luego.- Helena salió de la oficina
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-¿Cuántos días más?.- se decía Piers a si mismo mirando el sol a través de la ventana
Vestido con un pijama blanco Piers Nivans pasaba los días recluido en aquel frio cuarto de hospital, no recordaba mucho acerca de él mismo, las pesadillas que lo atormentaban por las noches le daban algunas pistas de lo que fue alguna vez, cada vez que se miraba al espejo veía horrorizado las cicatrices en su cuerpo sin saber cómo llegaron ahí, el personal que lo atendía lo llamaba por el nombre de Dean Miller, sin embargo algo en su mente le decía que no era su nombre real , aunque sus heridas ya habían sanado todavía se quejaba de un dolor en su brazo, los días de visita eran los más difíciles, mientras que algunos pacientes recibían a sus familias, desde la ventana los veía preguntándose si había alguien esperando por él, en una ocasión le preguntó a una de las enfermeras si él tenía algún familiar vivo o alguna persona que se preocupara por su salud, no obstante la respuesta siempre era la misma: "No podemos darte esa información", respondía.
Se sentó en la cama y se llevó las manos al rostro, estaba cansado, ya no soportaba un día más de encierro, había ideado un plan para escapar pero no se atrevía a ponerlo en marcha, quizá hoy era el día pensó, miró hacia la ventana y el sol ya comenzaba a ocultarse, se acercaba la hora de sus medicamentos, la enfermera Polly, una mujer mayor que estaba en el turno de la noche, tenía la costumbre de dejar la puerta abierta, aprovecharía ese descuido y buscaría la forma de salir de ahí, una vez fuera se escondería en el bosque que estaba junto al edificio, aunque era un plan simple, era su única esperanza, se recostó sobre la cama, miró las pequeñas aves que caminaban por el quicio de la ventana y esperó con una sonrisa a que llegara la noche.
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Helena condujo cuarenta y cinco minutos a la por la carretera estatal hasta llegar a un hogar de retiro para personas con problemas mentales, aun podía escuchar a Leon decirle que no debía aceptar ese trabajo, desde que habían vuelto de China no perdieron el contacto, después de la muerte de su hermana, él se convirtió en su amigo y confidente, siempre estaba al pendiente de ella a pesar de lo exigente que era su trabajo, se veían ya sea para salir a comer o simplemente charlar de cualquier cosa, Leon le dijo en una ocasión que era la primera vez que estaba con una mujer sin que esta tuviera algún interés en él, Helena al principio lo tomó como un cumplido pero al darse cuenta con el tiempo de que comenzaba a sentir algo más que solo amistad cada día era más difícil tratar de ocultar sus sentimientos, de algo estaba segura y era de que no estaba dispuesta a perderlo, luchaba contra el dolor de perder a Deborah y a la vez con el amor que comenzaba a sentir por su mejor amigo, estacionó su auto frente a la puerta principal y pudo ver que había un gran alboroto en el lugar, leyó por última vez el informe que le entregó su jefe y trató de recordar la información acerca de su nueva identidad, salió de su auto y caminó hacia la entrada, entonces uno de los guardias chocó contra ella y le dijo
- Disculpe señorita.- dijo el hombre tratando de recuperar el aliento
- Descuide, ¿Por qué tanto alboroto?.- preguntó Helena
- Uno de los pacientes escapó hace apenas unos minutos
- Entiendo, ¿Podría decirme dónde se encuentra la oficina del Doctor Harris?.- dijo Helena
- Es la última puerta al final del pasillo.- dijo el hombre
- Gracias y suerte.- Helena se despidió
Ella caminó hasta llegar a la oficina del director, la puerta estaba abierta, así que entró sin embargo no había nadie, miró la pared llena de reconocimientos, así como una pequeña vitrina de cristal con algunos trofeos, avanzó hacia la ventana y admiró el espeso bosque que estaba junto al edificio, hasta el agente mejor entrenado sabía que iba a ser difícil que encontraran a ese paciente en aquel terreno tan extenso se dijo a sí misma, de pronto notó que algo se movía lentamente entre la maleza, se acercó aún más y vio que se trataba de alguien vestido únicamente con una bata blanca.
- Mejor voy a darles una mano, si no jamás me iré de este lugar.- dijo Helena mientras salía de la oficina.
El único sonido que podía escucharse era el de los guardias que y el resto del personal que buscaban al paciente fugitivo, Helena avanzaba lentamente intentando no hacer mucho ruido, miró su reloj y marcaban las nueve y treinta, todo estaba en penumbra, sacó una pequeña lámpara de su bolso sin embargo no podía encenderla y arriesgarse a que el interno escapara de nuevo, caminó sigilosamente hacia unos arbustos donde al parecer algo se estaba moviendo, se acercó con cuidado y vio que se trataba de un animal silvestre, se dio la vuelta para seguir buscando cuando de pronto alguien la sostuvo por detrás y le puso la mano en la boca, Helena rápidamente se soltó de su agarre y con una maniobra lo lanzó hacia el suelo, notó que la persona se quejaba de un dolor en el brazo derecho, prendió su linterna y apunto hacia la cara del hombre, su sorpresa fue mayor al ver que se trataba del paciente que tenía que escoltar, él le dedicó una mirada llena de furia sin embargo ella no pudo dejar de ver aquellos ojos verdes que la miraban con tanto desprecio.
- ¿Eres uno de ellos?.- dijo Piers llevándose una mano a su dolorido brazo
- No, en realidad vengo a sacarte de aquí.- Helena intentó ayudarlo a ponerse de pie pero este la rechazó
- ¿Hablas en serio?.- dijo él incrédulo- ¿Tú sabes quién soy?
- Solo sé de ti lo que leí en el informe, aunque ya nos habíamos visto antes
Piers se sentía confundido, de no haber sido por esa mujer en ese momento estaría muy lejos de ahí, la miró a los ojos y vio que estaba siendo sincera con él, quizá ella le ayude a saber quién es en realidad pensó.
- ¿Puedo confiar en ti?.- Piers se acercó
Helena se conmovió ante el comentario, por un momento imaginó las cosas terribles que tuvo que pasar ese pobre soldado, según el informe después de que fue rescatado, fue sometido a innumerables pruebas para lograr controlar el virus que lo había infectado, afortunadamente la vacuna logró contener la infección sin embargo no sabían con certeza los efectos a largo plazo que tendría, por lo pronto lo único que se supo es que después de ser curado el paciente sufría una pérdida de memoria ya sea parcial o como en el caso de Piers que fue total, Helena extendió su mano y con una sonrisa le dijo
- No voy a hacerte daño, de verdad quiero ayudarte
- ¿Por qué me ayudarías?.- dijo Piers desconfiando de ella- ¿Qué ganas tú en todo esto?
- Estoy a punto de perder mi trabajo- dijo Helena con tristeza- Tú eres mi última oportunidad para hacer bien las cosas
- Entiendo.-dijo él pensativo- ¿Y si no quiero ir contigo?
- Entonces pasaras el resto de tu vida encerrado.- dijo Helena en tono serio- Te propongo un trato
- Dime
- Yo haré todo lo que esté en mis manos para que recuperes tu vida y tú ayúdame a salvar mi empleo
Piers dudó de la propuesta sin embargo algo en ella le inspiraba confianza, la miró a la cara y por su expresión notó que estaba cansada, sus ojos era de un color café tan bello que ni las marcas de las ojeras que comenzaban a asomarse lograban quitarles su encanto, sin embargo se dio cuenta que había un destello de dolor en ellos y sintió curiosidad ¿Qué era lo que la atormentaba? se preguntó, de pronto escucho a alguien acercarse y se obligó a volver de sus pensamientos, no tenía muchas opciones: se iba con la mujer o se quedaba para siempre es ese horrible lugar
- De acuerdo.- dijo Piers- Te ayudaré con tu empleo pero prométeme que no vas a dejar que me encierren de nuevo aquí
- Soy una mujer de palabra.- Helena esbozó una media sonrisa y extendió su mano.- De mi cuenta corre que no vuelves a este lugar
Se estrecharon la mano y cuando Helena lo tocó sintió una pequeña oleada de calor que le recorrió todo el cuerpo, sorprendida rompió el contacto, quizá solo fue la emoción del momento pensó, uno de los guardias los alumbró con su linterna y dijo
- Con que aquí estás.- el hombre tomó por la fuerza a Piers y este lazó un quejido de dolor
- ¡Déjelo!.- exclamó Helena furiosa- Soy Sarah Miller y él es mi esposo Dean, vine aquí para llevarlo a casa
- No lo sabía señora.- el guardia se disculpó
- Vamos Dean, vayamos por tus cosas, nos espera un largo viaje a casa.- Helena tomó a Piers de la mano y caminaron hacia el edificio
Después de que el médico firmara el alta, Helena y Piers salieron del hospital y caminaron hacia el auto de ella, una vez que subieron el equipaje, Helena tomó el camino al aeropuerto, se volvió hacia Piers que no dejaba de ver el camino a través de la ventana con curiosidad, tomó la autopista hacia la terminal, entonces Piers dijo
- Así que tu eres mi esposa
- Es solo una pantalla.- Dijo Helena sin quitar la vista del camino- Me llamo Helena Harper y soy agente del gobierno
- Te diría soy Dean Miller pero estoy seguro que ni siquiera es mi verdadero nombre.- dijo él decepcionado
- Lo sé.- Helena se volvió hacia él- Tu nombre es Piers Nivans y eres agente de la BSAA
- ¿BSAA?
- Ya habrá tiempo para contarte algunas cosas acerca de ti, porque no descansas un rato, falta una hora para llegar al aeropuerto
- ¿Y qué hay de ti?
- Hace tiempo que no duermo una noche entera, así que no te preocupes
Helena no tenía idea de lo que le deparaba este nuevo trabajo, le había prometido a Piers ayudarlo a recobrar sus recuerdos a cambio de salvar su empleo, su misión era custodiarlo sin embargo algo en los ojos de ese hombre tocó una fibra sensible de su ser, nadie sabía que estaba vivo, quizá había una familia esperando por él o una mujer llorando por su ausencia, pisó el acelerador y tomó un atajo hacia el aeropuerto, miró a Piers que dormía plácidamente en el asiento, se preguntaba que la hizo proponerle ese trato
- Lo hiciste por salvar tu trabajo, no lo olvides.- se dijo
Sin embargo en el fondo sabía que solo se estaba engañando a sí misma.
