Hola a todos, vengo con otro AU sin Miraculous, actualmente estoy trabajando en otra historia basada en una película, como es una adaptación dura más tiempo de escribirse, pero trabajo en ello. Este fic es para distraerme un rato.

Me disculpo, pero por motivos de la historia, Adrien va a comportarse algo así como un completo idiota con Marinette, pero no se estresen, luego cambiara su comportamiento para luego enamorarse de ella.

Disclaimer: los personajes no me pertenecen. Son propiedad de su respectivo autor.


La Ayuda.

Prologo.

Marinette Dupain-Cheng era una linda chica de 19 años que actualmente cursa su segundo año de diseño en la universidad; hija de reposteros, Marinette trabajaba mucho para poder sobrevivir en Paris ya que se había mudado más cerca de la universidad.

Ella vivía con su mejor amiga de la infancia Alya Césare, amigas desde la primaria, ambas decidieron vivir juntas para dividir los gastos ya que ambas asistían al mismo instituto. Actualmente la chica trabajaba para la compañía de Gabriel Agreste, específicamente, para el modelo Adrien Agreste, no era su persona favorita, el tipo era un patán mujeriego que se aprovechaba de su fama y de su apellido para vivir una vida de lujos y lo peor era que el sujeto era un completo idiota con ella.

El rubio sabía que la franco-china necesitaba el trabajo y él se aprovechaba de eso para hacer que la chica obedeciera sus órdenes por más absurdas que fueran, por suerte solo eran cosas como llevarle comida o hacer sus quehaceres, lo común de un trabajo de asistente, el problema era la actitud que tenía con ella, la trataba como una de sus conquistas, aunque nunca han sido nada más que jefe y empleada.

- ¡Hola princesa! – saludó un apuesto rubio de 22 años, llevaba puesto solamente su pantalón jeans y unas botas Dr. Martens de color vino, su cabello rubio, un poco largo, se encontraba mojado y pegado a su bello rostro mostrando su blanca sonrisa mientras secaba con un paño su cuello.

- ¿Qué haces en mi casa tan temprano? – preguntó.

- Son las 11 de la mañana y tu padre te busca, en menos de 40 minutos tienes una sesión de fotos y debes de estar allí en 10 – le dijo la chica ignorando su torso desnudo y sus muy deseables abdominales.

Aunque a veces lo odiaba, Marinette no podía negar que era muy apuesto, después de todo, era humana.

- ¿Te gusta lo que vez, princesa? – el tonó de voz denotaba que se divertía al ver a la franco-china sonrojarse apenada.

- ¡S-su café! Señor Agreste – respondió mientras le acercaba su dosis de cafeína.

- Bugaboo, te dije que no me llames "Señor Agreste." Ese es mi padre – le dijo con una sonrisa que de extraña manera le recordaba a un gato malvado de las caricaturas.

- Lo siento Señor Agreste, pero no es apropiado llamarlo de otra forma – le respondió mientras se dirigía a la puerta – ud es mi jefe y nada más, así que lo seguiré llamando "Señor Agreste." – Marinette sabía que al rubio le molestaba que lo llamaran así, no sabía la razón, pero no le gustaba que lo compararan con su padre.

- El auto nos espera para dirigirnos al estudio – le dijo la chica de ojos azules.

- ¡Ya voy! Déjame ponerme una camisa – dijo mientras tomaba una camisa blanca de cuello en V y de manga larga hasta el codo para luego bajar con la chica por el ascensor.

Esa mañana fue una muy ocupada, Adrien iba de una sesión a otra y Marinette debía seguirlo, por desgracia, no fue bonito, la chica tenía la mala suerte de ser odiada por cada modelo que trabajaba con el rubio, en especial, Lila Rossi, vieja amiga de Adrien y su ocasional novia, la italiana la detestaba hasta la medula ya que Marinette pasaba más tiempo con él.

- ¡Cheng! – la voz de la italiana llamó su atención, la modelo se acercó a su rival, la chica la veía de arriba abajo riendo por la vestimenta de la chica.

Marinette vestía con unos jeans ajustados con una camiseta purpura del último disco Jagged Stone y una blusa de botones abierta de cuadros negro con blanco y unas botas negras, era completamente diferente a su forma habitual de vestirse, pero hoy tenía un concierto de un amigo y su crush secreto Luka Couffaine.

- ¿No pudiste encontrar algo más feo? – le preguntó burlándose.

Marinette solo rodó los ojos para responderle de la misma manera.

- No, lo siento, pero no había camisetas con tu rostro en el – Nathaniel Kurtzberg rio al escuchar lo que la chica de coletas respondió. El pelirrojo era el único amigo de la chica en ese trabajo, era el asistente de fotografía y el único que entendía lo que era ser molestado por los modelos.

La mirada de la Rossi era de pura rabia, no se le ocurría la forma de responder al comentario de la franco-china.

- Adrien necesita que le traigas unos refrescos de la cocina, así que muévete y tráelos – ordenó.

Marinette la miro con el ceño fruncido sin poder creer lo que Lila le ordenaba. "¡Y ESTA QUE SE CREE!" pensó la chica.

- Bien, si él lo desea, entonces que venga ÉL a pedírmelo – respondió de brazos cruzados.

- ¿Disculpa? Pero eres su empleada, así que debes obedecer – le dijo la modelo.

- ¡NO! Soy su asistente, y si Adrien necesita que haga algo, con mucho gusto cumpliré, pero solo obedeceré ordenes de él directamente, no de chicas descerebradas como tú – Marinette estaba furiosa, pero sabía que se había pasado de la raya. Lila solo la veía en shock, nadie le había hablado así en su vida y Marinette iba a pagar.

En ese instante Adrien entro a la habitación, Lila al notar la presencia del rubio comenzó a llorar, con lágrimas y todo, esto llamo la atención del rubio que fue a ver lo que sucedía.

- ¿Lila? ¿qué sucede? – preguntó preocupado mientras la abrazaba.

La italiana solo pudo sonreírle a Marinette al ser abrazada por el rubio. Marinette sabía que esto no iba a terminar bien.

- ¡Ma-Marinette m-me trató su-super m-mal – dijo fingiendo que la voz se le iba por el llanto.

- ¡Marinette! ¿Qué le hiciste? – preguntó molesto el rubio.

- Nada... yo solo... – la chica intentó explicarse, pero Lila no se lo permitió.

- ¡Me llamó descerebrada! – dijo en llanto.

- ¡¿Es eso cierto?! – el tono del rubio reflejaba enojo, no era un secreto que el Agreste defendía a sus amigos hasta la muerte y no permitía que nadie los tratara mal.

- Yo... bueno, veras... – la peli azul no podía hablar de los nervios y el miedo de perder su trabajo.

- ¡Responde! – exclamó sorprendiendo a todos en el lugar, todos veían la escena sin entender lo que sucedía, Nathaniel miraba al rubio como si a este le había salido una segunda cabeza y Marinette solo quería llorar.

- Sí – respondió bajando la cabeza.

- No puedo creer que la trataras así, dime ¿qué te ha hecho Lila para que la trates así? – preguntó, claro que él Agreste no sabía de la rivalidad de las chicas y de cómo es en realidad Lila con Marinette.

La ojiazul no respondió, no sabía que decirle para que él le creyera, así que permaneció con la mirada gacha.

- Puedes retirarte Marinette, no necesitare de tus servicios por el resto del día, creo que ya hiciste suficiente por hoy – dijo el rubio sorprendiendo a Marinette – vete a casa, mañana hablaremos acerca de tu comportamiento.

Marinette temblaba, dirigió su mirada al rubio luego de que le dijera que se fuera, nunca le había pedido eso, en el año que tiene de trabajar para él, nunca la había enviado a casa de esa manera y no le gusto, sus ojos no pudieron contener sus lágrimas.

La chica solo pudo asentir para luego retirarse, Adrien se sintió un poco mal por hablarle así a la chica y se sintió peor al ver las lágrimas en sus ojos, pero Marinette cruzo la raya al tratar de mala forma a Lila, extrañamente, luego de que se fuera, Lila volvió a su comportamiento alegre y empalagoso con él y pudo escuchar a Nate decir "eres un idiota Agreste" cosa que lo confundió.


- ¡Nate! – llamó luego de la sesión.

- ¿Qué quieres Agreste? – preguntó molesto.

- Oye hermano ¿por qué estas molesto conmigo? ¿qué hice? – preguntó.

- ¿De verdad que eres un idiota? – respondió el pelirrojo – la forma en la que trataste a Marinette fue muy injusta, ni siquiera la dejaste explicar lo que sucedió y que solo le dijo eso a Lila porque tu ex solo la atormenta a diario – le dijo molesto.

- ¿Qué? No, ¡eso es imposible! Lila sería incapaz de... – el rubio no pudo terminar al ver como su amigo daba la vuelta para irse - ¡Espera! – llamó.

- Mira, no tengo tiempo para explicarte lo cruel que Lila es, tú puedes creer lo que quieras, pero sabes que Marinette nunca la trataría así, a menos de que fuera provocada – le dijo el Kurtzberg – debo irme o Chloe me matara si no llego a la cita a la hora establecida – le dijo para luego irse.

Adrien se quedó pensando en lo que le dijo Nate, no sabía lo que sucedió y no creía que Lila pudiera ser alguien cruel con alguien, pero estaba seguro de que Marinette jamás diría lo que dijo al menos de que fuera provocada. ¡Diablos! Sabía que debía disculparse con ella.


Marinette se encontraba en un bar junto con Alya, Mylene, Juleka, Rose y Alix, todas estaban allí para apoyar a Luka, el hermano mayor de Julekka, la presentación del musico había terminado y había sido un completo éxito, por eso las chicas esperaban al muchacho para poder celebrar, además de que el baterista de la banda también es el novio de Mylene, Ivan.

- ¡Oye, Marinette! ¿Ese no es tu jefe? – preguntó Alya a su mejor amiga al notar que el rubio modelo había ingresado al bar.

Marinette dirigió su mirada hacia donde su amiga le señalaba y pudo notar a Adrien, este era rodeado por un grupo de chicas que le pedían fotos y autógrafos.

- ¡¿Qué demonios hace él aquí?! – preguntó.

- ¡Oh por Dios! ¡es tan guapo, tráelo aquí! – le pidió Alix un poco alcoholizada.

Marinette se disculpó con sus amigas y fue hacia el rubio, pudo ver como Adrien aceptaba tomarse las fotos con sus fans, aunque no le gustaba hacerlo, tampoco le gustaba decepcionar a sus fans, eso era algo que Marinette admiraba mucho de él.

- ¿Qué haces aquí? – Marinette no quería sonar molesta, pero los tragos y el recuerdo de esa mañana la hizo molestarse un poco.

El rubio la miro y se sonrojo al verla, Marinette se veía hermosa, llevaba puesto un vestido negro pegado al cuerpo de tirantes delgados, el largo del vestido le llegaba hasta las rodillas mostrando sus hermosas piernas blancas, la verdad era que el vestido no dejaba nada a la imaginación, ¿Acaso Marinette siempre fue así de hermosa?

- Vi-vine a dis-disculparme – dijo nervioso – estuvo mal no dejarte explicar la situación, sé que no dirías eso a menos que te provoquen – le informo el rubio.

- ¿De verdad? – preguntó confundida y molesta – luego de humillarme en frente de todos en el set, vienes a pedirme perdón así tan rápido – Marinette no creía que el rubio se estaba disculpando en serio, seguro su padre lo obligo a venir.

- Mari... yo de verdad lo siento – lo intento de nuevo, sabía que una simple disculpa no bastaría para arreglar el daño que había hecho.

- Lo siento, pero no tengo tiempo – dijo la chica molesta – mañana hablaremos, cuando este más consciente de lo que pueda decir – dijo para dirigirse hacia su mesa.

El rubio la siguió sin pensarlo y antes de que Marinette pudiera decirle que se fuera, sus amigas estaban pegadas a él preguntándole de todo, esto causo que la peli azul rodara los ojos.

- ¡Wow! Marinette, ese vestido te quedo genial – la voz de un chico distrajo al grupo, Luka Couffaine había llegado junto con otro sujeto que era algo grande y grueso, parecía su guardaespaldas.

- ¡LUKA! – exclamó la chica para abrazarlo – estuviste increíble, me gusto que usaras la canción que me mostraste, ¡te dije que les iba a gustar! – la sonrisa de Marinette era amplia y hermosa, lo más hipnotizante que Adrien había visto, de hecho, nunca la había visto sonreír de esa forma en el año que tiene de conocerla.

- Gracias, no pude haberla presentado sin tu ayuda para terminarla – le dijo el musico con una sonrisa, causando un tierno sonrojo en la chica – y veo que terminaste el vestido – le dijo el Couffaine.

Adrien no sabía de qué hablaba el sujeto de cabello celeste, ¿a qué se refería con "terminaste con el vestido."

- Sí, termine de diseñarlo hace unos días y ayer lo confeccione, Alya me convenció de usarlo esta noche – le dijo.

Adrien estaba impresionado, no sabía que Marinette diseñaba ropa.

- ¡Por cierto! Te traje una caja de macarons solo para ti – le dijo entregándole una cajita verde.

- ¿Las hiciste tú? – preguntó el musico.

- Mmmhmm – respondió la chica.

De nuevo, Adrien estaba sorprendido al descubrir que la chica sabia cocinar ya que nunca le había regalado nada, solo aquella vez que llevo croissants para todos en el set, pero asumió que los compro en el camino.

- ¡Gracias Marinette! – dijo Luka para luego besar su mejilla, dejando su rostro completamente rojo.

Adrien notó inmediatamente que la chica sentía algo por el musico, este era la primera vez que veía a una Marinette algo nerviosa, era algo completamente diferente y nuevo, le gustaría conocer esa parte de su amiga.

Más tarde luego de la fiesta, Marinette se dirigía a casa en compañía de Adrien ya que Alya había conocido a un chico en el bar que la invito a unos tragos, no recordaba su nombre, sabía que era algo como Nano o algo por el estilo. Adrien se había ofrecido acompañarla a casa ya que era la una de la mañana y no quería que la chica caminara sola por Paris a esta hora.

- Mari... de verdad lo siento por lo de esta mañana, sé que estuvo mal y que no debí tratarte así – le dijo el rubio.

- Ya déjalo quieres – le respondió – por más molesta que me sienta, eres mi jefe y necesito este trabajo, así que mejor olvidemos todo y sigamos adelante. ¿Ok? – las palabras de la chica lo sorprendieron, no le gustaba pensar que Marinette solo era su asistente porque necesitaba el trabajo, pensaba que lo era porque le gustaba.

- ¿Mari... odias ser mi asistente? – preguntó nervioso.

Marinette no respondió inmediatamente, solo se detuvo al escuchar la pregunta del rubio, pregunta a la que no sabía cómo responder. La verdad, nunca se había puesto a pensar en eso, si era cierto que a veces lo quería estrangular, pero no odiaba trabajar para él.

- No... – respondió – ... al menos no del todo – las palabras de Marinette fueron muy honestas.

- ¿Qué? – preguntó confundido.

- ¡No es que te odie a ti! Es solo que el trabajo es un poco degradante y yo no sé por qué, pero todas las modelos me odian y me tratan mal, en especial Lila – dijo.

Adrien no podía creer del todo lo de Lila, pero si creía lo del resto de las modelos, ellas a veces podían ser muy malas.

- Lo siento Mari, yo no.… bueno... lo siento – dijo el rubio.

Marinette solo pudo suspirar para luego dirigirse hacia el rubio, aunque este a veces se comportaba como un patán, no era una mala persona, ella sabía que el solo era así para mantener una reputación de modelo galán que disfrutaba la vida cara, cuando en realidad, el hombre solo quería una vida normal alejado de todo el estrellato que separo a sus padres.

- No te preocupes Adrien, nada puede hacer que deje este trabajo, estas atascado conmigo por un gran rato – le dijo guiñándole el ojo y mostrando esa bella sonrisa que vio en el bar.

- Te lo compensare – le dijo mientras la abrazaba sorprendiendo a la chica y a el mismo por el contacto. ¿Qué rayos hacia?

- Puedes pedirme lo que quieras, un aumento, vacaciones extra, lo que sea – le dijo el rubio sorprendiéndola aún más y sonrojándola por el abrazo del guapo chico.

Lo que ambos ignoraban era que un paparazzi los había seguido desde el bar y les estaba tomando fotos sin que ellos supieran.


Al día siguiente en la mansión Agreste, Gabriel se encontraba en su estudio esperando a su hijo para hablar con él acerca de algo importante, algo con respecto a futuro de la familia Agreste, mientras pensaba acerca del tema, Adrien entraba al estudio llamando la atención de su padre para que notara su presencia.

- Adrien, al fin llegas, siéntate – le ordenó.

- Hola padre ¿cómo estas esta mañana? – preguntó con sarcasmo el rubio menor.

- Hijo, te llame hoy para discutir acerca del futuro de nuestro apellido – le dijo Gabriel ignorando el sarcasmo de su hijo.

- ¿A qué te refieres? – preguntó sabiendo hacia donde se dirigía esta conversación, no era la primera vez que la tenían.

- Cómo sabes, no me estoy volviendo más joven, en unos años tomaras posesión de la empresa y te harás cargo de ella – dijo mientras se dirigía hacia la ventana de la habitación – y como cabeza de la familia, es esencial que tengas un heredero quien se haga cargo de la compañía luego de que te retires, preferiblemente si es tu hijo o hija – dijo el rubio mayor.

- Padre, ya sabes mi respuesta, aun soy muy joven para tener un hijo y –

- No estoy diciendo que debes tener un hijo ya, digo que debes tener una esposa o una novia seria para ya, tienes 22 años, ya no eres un niño que puede salir a la calle a divertirse, además, hicimos un trato – Adrien sabía que iba a perder esta discusión cuando Gabriel saco el tema del trato – si te dejaba estudiar física, tu ibas a tomar las riendas de la empresa sin quejarte y aceptarías mis propuestas sin dudar, por eso propongo que desposes a la señorita Rossi – Adrien no podía creer lo que su padre le pedía.

- ¿No hablas en serio? – preguntó.

- ¡Claro que sí! La señorita Rossi es una buena mujer, trabaja en la industria de la moda al igual que nosotros y proviene de una familia de renombre en Italia, es la candidata perfecta – terminó de decir el padre del rubio.

Adrien no podía creer lo que estaba pasando, no sabía que hacer o decir para salir de esta, por lo menos hasta que Nathalie entro al estudio con el desayuno de ambos y el periódico del día, grata fue su sorpresa al ver una foto suya junto a Marinette, abrazándola, en la primera plana del periódico con la noticia "El nuevo amor del heredero Agreste"

Al muchacho se le prendió el foco con una idea que sabía lo iba a morder en el trasero dentro de poco.

- Lo siento padre, pero no puedo casarme con Lila – le informó.

- ¿Por qué? – preguntó su padre.

- Porque a mi novia Marinette no le va a gustar – dijo rascándose la nuca.

Tanto Gabriel como Nathalie, que se quedó en la habitación, se paralizaron, el hombre mayor no sabía que su hijo tenía una novia y Nathalie sabía que Marinette no era nada más que la asistente del joven.

- ¿Qué no es ella tu asistente? – preguntó la mujer, ocasionando que su padre abriera los ojos sorprendido.

- Sí... bueno... lo era – dijo un poco nervioso – ahora es mi novia, pero en ocasiones hace como mi asistente... jejeje – mierda, estaba en problemas.

- Bien... sí es así, tráela a cenar, quiero conocer a mi futura nuera – dijo Gabriel.

- Padre, aun no nos vamos a casar, es decir, nuestra relación es muy reciente – dijo rápidamente al ver la mirada de su padre.

- Aun así, tráela – le ordenó.

- Sí, padre – dijo el muchacho para luego retirarse.

En el pasillo de la mansión Nathalie alcanzó al muchacho para interrogarlo por lo que acaba de pasar.

- ¿Se puede saber qué fue eso? – pregunto la mujer.

- ¿A qué te refieres? – dijo Adrien tratando de evitar la mirada de su "segunda madre."

- Tú y yo sabemos que Marinette es solo tu asistente y que le mentiste a tu padre para que no te obligara a salir con la modelucha esa – Nathalie nunca le agrado la italiana, sabía que la chica solo estaba con su pequeño por su fama.

- Lo siento, no sabía qué hacer y luego vi la foto de ayer y antes de darme cuenta dije que ella era mi novia – dijo nervioso.

Nathalie solo pudo suspirar, sabía que esto iba a salir mal de alguna forma, sabía que Adrien tenía la mala suerte de meter la pata al final, después de todo, ella prácticamente lo crio luego de que su madre se fuera.

- Solo ten cuidado, Marinette es una buena chica y lo que acabas de hacer no solo te afecta a ti, pero a ella también – le dijo.

Eso lo sabía, Marinette era alguien increíble, lo sabía desde que comenzó a trabajar para él y desde anoche comenzó a darse cuenta de que eso solo era una pequeña muestra de lo que en realidad era, sabía que a la chica no le iba a gustar la idea.


Esa misma tarde se dirigió a la casa de la franco-china con una caja de galletas de choco chips que sabía eran sus favoritas, solo esperaba que Marinette no haya visto el periódico de hoy. Para su mala suerte, si lo vio, al llegar Marinette le pidió que explicara lo que pasó, el rubio solo le dijo que no sabía que paso, que nunca notó al paparazzi con la cámara y que, si hubiera sabido, no la hubiera abrazado para así evitar cualquier confusión.

- ¿Qué vamos a hacer? ¡Luka no puede ver esto! ¿Qué pensara de mí? – Marinette estaba entrando en pánico.

- Princesa, cálmate – le dijo el rubio, grave error.

- ¡NO ME DIGAS QUE ME CALME! – gritó la chica; sí, definitivamente iba a morir hoy.

- Mari, quiero que sepas que estas despedida, ya no puedes ser mi asistente – le dijo sin anestesia.

- ¡¿QUÉ?! – preguntó atónita.

- Ya no eres mi asistente porque necesito que seas mi novia – le dijo el rubio como si nada.

Marinette solo pudo levantarse e irse del apartamento que compartía con Alya ya que si se quedaba con el rubio lo iba a matar.

Adrien no sabía qué hacer, sabía que la chica se iba a enojar, pero pensaba que luego de explicarle que le pagaría el doble por fingir ser su novia hasta que encontrara un plan mejor para que su padre lo dejara en paz, iba a tranquilizar a la mujer, por desgracia, no fue así.


Marinette llego al bar de siempre, al entrar vio que Luka trabajaba de bartender, agradeció a que así fuera, necesitaba alguien con quien hablar, claro, él era el menos adecuado ya que su pánico era de lo que el chico podría pensar de ella.

- Hola Mari – dijo el musico – ¿quieres algo? – preguntó.

- ¡Dame un whisky con hielo! – dijo la chica.

- ¡Vaya! ¿estás bien? – preguntó.

- ¡Claro! Es solo que tuve una pelea con Adrien – dijo la chica.

- ¿Problemas de pareja? – preguntó.

- ¿Qué? – respondió al no escuchar bien.

- Tú y el modelo, ¿problemas de pareja? Es decir ¿son novios no? – preguntó casualmente.

- Leíste el periódico, ¿cierto? – preguntó la chica.

- ¡No! Noté la mirada de pobre enamorado que te daba el rubio, debo decir que es la misma mirada que le doy a Kagami – dijo el muchacho.

- ¿Kagami? – Marinette solo podía contestar con más preguntas aparentemente.

- Mi prometida – le respondió.

- ¡¿PROMETIDA?! – la chica casi se desmaya.

- Sí, era una ex compañera de Juleka en la escuela, nos conocimos cuando tenía 17 y ella 16, somos novios desde hace 6 meses y hace un mes le pedí que fuera mi esposa. ¿Qué no te hable de ella? – preguntó confundido.

- No, pero bueno, hace mucho que no hablamos ya sabes, con mi trabajo y tu carrera de musico – dijo mientras se acomodaba un mechón de cabello en su oreja derecha.

- Si bueno, ahora lo sabes, por eso asumí que Adrien era tu novio, porque te dirige la misma mirada de enamorado que yo le doy a Kagami – las palabras de Luka hicieron pensar a Marinette.

- ¿Es tu novio, cierto? – preguntó el chico.

- ¡Sí! Lo es – "mierda" – es algo reciente, lo estábamos ocultando, pero un paparazzi nos fotografió anoche y ahora todos lo saben por eso te pregunte lo del periódico – dijo la chica sin saber que estaba haciendo.

- Ya veo, ¿por eso discutieron? – preguntó.

- No... no... fue por una estupidez, de hecho, mejor me voy para arreglar esto, ¡Adiós! – dijo para salir corriendo del lugar.


Al llegar a casa, vio que Adrien aún se encontraba ahí esperándola para hablar, Marinette iba a arrepentirse de lo que iba a hacer, pero Adrien merecía explicar la situación.

- ¿Explica? – preguntó.

- Necesito que finjas ser mi novia para evitar que mi padre me obligue a casarme con Lila o cualquier otra mujer que él escoja para mí, te pagare el doble de lo que te pago ahora y haré cualquier cosa que me pidas – le pidió.

Marinette escuchó la oferta y una idea llego a su mente, si iba a hacer esto debía sacar provecho a la propuesta.

- Acepto – dijo, pero antes de que Adrien dijera algo, Marinette lo interrumpió – con la condición de que me pagues el resto de mis clases de diseño hasta que me gradué, además del aumento de salario – pidió.

Adrien no le importo que la chica le pidiera eso, de hecho, pensó que le pediría algo más material, cómo un auto o un mejor apartamento que el pequeño estudio en el que vivía con Alya, pero recordó que Marinette no es así, y que era alguien que le importaba su educación más que un auto.

- Acepto – dijo Adrien para estrechar la mano de la chica.

- ¿Cuándo empiezo? – preguntó la chica.

- ¡Esta noche! Mi padre quiere conocerte – las palabras del rubio hicieron que Marinette paralizara.

Marinette nunca pensó que en el primer día de su falsa relación conocería a su "suegro" y para colmos, este era su ídolo de la infancia Gabriel Agreste, el diseñador más importante de Francia y presidente de su propia compañía de modas, definitivamente le iba a dar algo.


Fin.


Bien, hasta aquí el primer capítulo de esta historia, tenía esta idea en mi cabeza desde hace tiempo, pensaba en hacerlo un NaruHina, pero decidí que quedaría mejor en un Adrienette. Por favor dejen sus comentarios, si desean que continúe o no o si debo mejorar algo en específico. Como siempre, aceptos sus reviews y cualquier consejo que me ayude a mejorar. ¡Hasta la próxima!