Glee no me pertenece bla bla bla


Vos, yo y Britts. Breadsrix 8 pm. No acepto un no por respuesta. De verdad Q, necesitas sacar el culo de tu casa mas seguido. S

Ok Satan, allá voy a estar, pero esta va a ser la única vez, a ver si después de esto me dejan en paz. Me gusta mucho la comodidad de mi casa. Q


Quinn miró la hora en su celular. 7:23 marcaba el reloj.

"Ugh, te odio Santana."

Maldiciendo a Santana todo el tiempo mientras se preparaba para la salida, Quinn hizo su mejor esfuerzo por ponerse de buen humor antes de llegar al restaurant.

Aunque siguió maldiciendo a Santana durante todo el viaje en auto, trató de hacerse a la idea de que sus amigas estaban tratando de ayudarla. Y sin duda prefería aceptar una de estas salidas antes que una las ofertas de trío que el dúo le había ofrecido numerosas veces para levantarle el ánimo. Sin embargo Quinn no podía hacer otra cosa que arrepentirse de no haber dicho que no y continuaba pensando en que ahora mismo podría estar recostada en su cama disfrutando de un buen libro.

Después de todo el drama de "volverse-psicópata-y-querer-recuperar-a-Beth" la ex-porrista había estado haciendo todo lo posible por mantener el melodrama a cero. Y eso incluía no solo a Beth sino "chicos", "popularidad", "padres", "Rachel".

Este último mes Quinn había tratado de conciliar todas las cosas que no habían hacho más que atraer problemas en su vida.

Para empezar había decidido "no más chicos", siempre habían sido causa de inconvenientes y jamás había disfrutado ninguna de sus previas relaciones. Excepto por Sam, siempre le resulto un chico dulce y atento -lo único malo eran las horribles imitaciones que no se cansaba de hacer- pero sin embargo había algo que faltaba y no funcionaron juntos. Además Mercedes y el hacían una buena pareja, pensaba Quinn. Asique si algo tenía claro era que no había espacio para más chicos en su último año. Aparte ¿qué sentido tendría? En unos meses estaría partiendo a la universidad.

La popularidad era algo que ya había decidido dejar de lado por completo hace un tiempo. Después de haber perdido tanto, solo se había dado cuenta de que nada servía. La popularidad no la haría entrar a la universidad, ni le conseguirá trabajo, ni le perpetuaría las amistades, nada. Lo más triste era pensar que había perdido tanto tiempo en construir y preservar algo tan inservible.

En cuanto a sus padres, Quinn había decidido borrar por completo a Rusell de su vida. Por suerte Judy parecía estar haciendo lo mismo. Ambas, Quinn y su madre estaban tratando de establecer la reacción que nunca habían tenido. Judy sobre todo, intentando corregir todos los errores que la habían llevado a sentir tanto arrepentimiento por no haber sido la madre que su hija necesitaba.

Y por último Rachel. La chica que había sido el centro de sus torturas como de sus afecciones prácticamente durante todo el secundario. ¿Quinn Fabray amaba a Rachel Berry? Por supuesto que sí. ¿Lo admitía? Solo a ella misma. Y el proceso de auto-aceptarlo había sido largo y tedioso. Pero, ¿Quién no tortura durante años, roba sus novios, llama nombres, llena de batidos congelados y se obsesiona por hacerle vivir un infierno a la chica que ama? Bueno probablemente no alguien normal. Pero así es como la HBIC de McKinley manejaba su enamoramiento. Y eso que la mini-diva le hacía el trabajo prácticamente imposible. Paseándose por toda la escuela con esas polleras cortísimas, -y distrayendo a la ex-porrista de prácticamente cualquier situación cada vez que la cola de Rachel aparecía en el pasillo- y esa sonrisa hermosa que pretendía odiar. Y ni hablar de su personalidad, siempre preocupándose por Quinn, no importa lo mal que la tratara una y otra vez. Si, era prácticamente imposible. Pero si había algo en lo que la rubia era buena, era en evadir sentimientos y alejar a quienes sentía que se estaban acercando demasiado. Y con Rachel Berry no había hecho más que perfeccionar ese arte por completo.

Asique ¿Quinn Fabray gay? No! Por supuesto que no, solo gay-por-Berry. Ella se había convencido de que Rachel era una excepción, un amor indebido. Una Fabray no podía ser gay. De ningún modo, Quinn Fabray no era gay.

Ahora, ya habiéndose deshecho de aquella horrible persona que solía ser, Quinn había decidido remendar su relación con Rachel. Y tratar de hacer todo lo posible por compensar a la chica que jamás le había dado la espalda. Tratar de construir esa amistad que siempre le había negado a la mini-diva. Al menos durante el tiempo que les quedara, una vez terminado el año, la ex-porrista había resuelto mirar hacia adelante y dejar Lima y su actual vida detrás. Incluso Rachel. Sobre todo Rachel. Olvidarse de ella sería la prioridad.


Quinn Tomo un largo suspiro y finalmente se bajo del auto.

Allá estaban sus mejores amigas, besando y abrazándose sin ninguna preocupación por el mundo. Felices. Quinn se sonrió y tomó asiento frente al dúo.

"¿Cómo va Q?"

"Quinn, viniste!"

"¿Como están chicas? Si, vine Britt, pero solo por vos, no le digas a Santana." Contestó Quinn en un tono bromista.

"Por favor zorra, si me amas" le respondía Santana en su usual tono sobrador.

Quinn solo puso los ojos en blanco y la conversación continuó normalmente.

La cena siguió con las conversaciones y bromas usuales del trió.

"Si, y el otro día tuve un sueño tan sexy, obviamente estabas vos San, estábamos en la cama teniendo nuestra sesión de dulces besos de chica…"

Quinn empezó a sentirse incomoda, este tipo de charlas continuamente llevaban a bromas y comentarios acerca de ella, que siempre terminaban arruinándole la noche y dejándola con un humor terrible.

"… y entonces aparece Rachel" la ex-porrista hizo su mejor esfuerzo por parecer desafectada a la mención de Rachel. Sin embargo Santana enseguida notó el cambio en su cara y sonrió maliciosamente.

"… y se acerco a nosotras, y entonces empezamos a besarnos y a tocarnos las tres…"

Mientras Brittany continuaba su relato, Quinn hacia lo imposible por bloquear la conversación, pero no podía evitar escuchar palabras como "lengua", "gemía", "pechos" de vez en cuando.

"… pero entonces entró Quinn, con esa mirada que pone cada vez que Finn y Rachel se besan y se la llevó, nos dejó a vos y a mi super calientes, y después me desperté. Obviamente me hice cargo de mi misma enseguida, porque ese sueño…"

"Para, para! Qué?... Yo qué? Me lleve a Rachel?.. De que mirada hablas Britt? Yo no pongo ninguna mirada cuando ellos se besan!" interrumpió Quinn muy irritada.

"Si Q, miras a Finn del mismo modo que San miraba a Artie cuando era mi novio. Ah, era tan caliente cuando te enojabas y te ponías así San" Britt continuaba hablando mientras se comía a Santana con la mirada.

"No Britt. Yo no pongo ninguna mirada! No me interesan en lo absoluto lo que hagan Rachel y Finn." Estableció, pronunciando el nombre del chico con desprecio.

Brittany le sonrió "No te preocupes Quinn, es completamente normal. Si te gusta Rachel y…"

"No!" Interrumpió Quinn completamente exasperada "No me gusta! No. Me. Gusta. No estoy enamorada de Rachel, ya se los dije millones de veces!"

"Ey! Cálmate un poco Q." intervino Santana con una cara seria. "Además… no tenés que estar enamorada para traerla a una de nuestras "fiestas nocturnas" empezó a sonreír Santana. "Las cuatros entraríamos de bien en la cama de Britt, y la pasaríamos de lindo. Las cosas que le haría a Berry..."

"Callate! Ugh te odio Santana!" Quinn se levanto abruptamente y se dirigió al baño, tratando de hacer oídos sordos a Santana que continuaba recitando una lista de cosas que le gustaría hacerle a Rachel en la cama.


Quinn estaba lavándose la cara y haciendo su mejor esfuerzo por calmar un poco los nervios cuando una voz familiar atrajo su atención.

"Si… no t-te preocupes…. Rachel n-no se va a ent-erar", "ummm no pares" y un conjunto de gemidos y ruidos provenientes del baños de hombres eran lo que había captado la atención de la rubia. Un tono que le recordaba demasiado a Finn, sonidos que parecían sexuales. De a poco y sin saber porque Quinn se fue acercando al sitio en cuestión. Con el mayor cuidado, tratando de no hacer ruido abrió lentamente la puerta. Y ahí, apoyado contra el lavatorio y con una chica arrodillada entre sus piernas estaba Finn Hudson. Su compañero de Glee Finn Hudson. Su ex-novio Finn Hudson. El novio de Rachel Berry, Finn Hidson. Y con una chica que sin ninguna duda no era su novia. El primer pensamiento de Quinn fue que chico alto era la cosa menos sexy sobre la faz de la tierra. Su cara tenía una expresión de estar oliendo excremento. Y el segundo pensamiento que pasó por su mente fue… ninguno. La rubia abrió la puerta por completo abruptamente, golpeándola contra la pared en el proceso. El resultado fue un grito de dolor proveniente de Finn y la parada espontanea de la chica que estaba de rodillas, dejando a la vista de todos el miembro del estupefacto chico.

Antes de poder concentrarse en el asco que le provocaba ver al descubierto ciertas partes de Finn, lo único que Quinn podía pensar era.

"¿Qué mierda Finn?"