El sol parecía ya no fastidiarle como al comienzo del día. Esa plática con el presidente había sido todo un huracán de sentimientos desbordados desde el miedo por ser descubierta por el monstruo del amor; la necesidad de negar todo, la frustración y el dolor de saber que a pesar de todo su esfuerzo por negar aquel sentimiento que para ella era maldito, había sido descubierta.
Lory era alguien especial, si el extraño presidente no solo era extravagante y a veces le causaba miedo por lo exagerado de sus acciones, pero a la vez era tierno como un buen padre debe serlo y hasta podría ser un brujo para descubrir de tal manera los sentimientos más profundos.
Gracias a las dotes de su jefe se sentía más ligera y era verdad lo que él le había dicho. Todas las experiencias vividas le servirían como actriz. Sabía que aspirar a Tsuruga-san era como ganarse la lotería y por más que le costara reconocerlo no había mejor hombre para amar.
Él era gentil, dulce y firme. Todo un hombre pero a veces también era como un niño escondido detrás de un personaje. A veces parecía una fuerte pirámide firme, resistente y misteriosa y otras era como una simple flor delicada y llena de miedo. Mogami kyoko río ante tal pensamiento de su sempai.
Sí definitivamente estaba enamorada de un hombre maravilloso que nunca le haría lo que el baka de Sho, pero lo malo del asunto es que ella no se sentía a la altura de un hombre como él ni como persona ni como actriz. Realmente necesitaba crecer y llegar a su talla además estaba la estúpida promesa que le había hecho a la shotara esa. Le causaba dolor de estomago solo pensar en él. Si su amigo de la infancia ahora era una cucaracha en su vida que solo aparecía para atormentarla y apestar su vida.
Tenía un serio problema y necesitaba buscar una solución definitivamente después de reconocer sus sentimientos por Tsuruga –san ya las cosas no podían ser iguales y por mas que le doliera en su corazón no era el tiempo para abrir la cortina a la historia de amor que le había dicho el presidente.
Ella no era una cobarde pero no era el tiempo y eso era una dura espina que le perforaba el corazón, pensar todos los momentos felices con el peli negro y todo lo que deseaba aprender de él pero lamentablemente ya no podría ser.
Sentía que todas las experiencias vividas eran un camino que la conducían hacia su sempai desde que era niña a pesar que solo hasta hace alrededor de un año que lo conocía no como el actor famoso sino como al gran ser humano que había en esa preciosa cubierta, pero una espina grande le torturaba su corazón ella iba por un camino hacia él pero él aun estaba muy alto para alcanzarle, al menos en la forma en que ella se encontraba o pensaba la chica estarlo.
Definitivamente su presidente había hecho catarsis en su corazón y ya no podía negarse a sí misma todo lo que el mejor actor de Japón la hacía sentir y ese era el problema mientras ella se negó a sí misma el hecho que ese sentimiento estaba en ella y le colocara diferentes nombres como respeto, admiración, aprendizaje o el efecto Tsuruga que enamoraba a todas las actrices de alrededor, ese sentimiento se hacía más profundo en su corazón. Sí, más que el amor platónico o el deslumbramiento por las cálidas y amables palabras de un hombre tan guapo y sexy como lo era el peli negro.
EN BOX-R
Natsu caminaba con todo el estilo que la caracterizaba con una sonrisa maquiavélica en su rostro mientras acariciaba suavemente el filo del cuchillo que sostenía en su mano derecha. A su espalda dejaba una chica tirada en el suelo tiritando y con la ropa desgarrada, no tenia cortaduras pero aun podía sentir el frio acero sobando ligeramente su piel y rasgando su ropa en pequeñas porciones.
-Corten- gritó el director- Excelente chicas, Mogami tu Natsu cada vez es mejor.
-Gracias director- dijo la peli naranja caminado rápidamente hacia su camerino deseaba cambiarse pronto e irse a casa, las escenas de Box-R por el día habían acabado y realmente se sentía agotada.
Mientras actuaba se podía esconder en Natsu. Esta vez había logrado camuflar sus emociones y su concentración actoral fluía, pero apenas el director decía "corte" sentía como se desmoronaba. Todo era culpa de ese hombre que hacia palpitar su corazón, menos mal hoy no tendría que ser Setsu.
Se había engañado mucho tiempo pero al ser descubierta por el presidente y terminar cayendo en su astuto juego de palabras, notaba que las cosas ya no podían ser iguales.
El cofre que una vez abrió Sho sacando al demonio del odio y en el que ella había encerrado al amor con multitudes de cadenas y candados se encontraba totalmente abierto y con las cerraduras rotas.
Suspiró al sentirse derrotada, era mejor irse pronto antes de que alguien más descubriera el peso de su alma.
El sonido de su celular, la sacó de sus pensamientos de horror.
" Cuando tú conozcas a tu gran amor
Harás antes de nada la prueba de rigor
Su rabito torcerás
Muchas semillas le darás
Nooooo... algo que a todos
Dulce les sabrá
Con un beso de amor soñé
Y un príncipe que me lo de
Eso traen al final en los grandes cuentos".
Por un momento viajó al mundo mágico de las hadas y princesas que tanto le gustaba desde que era una niña. Solo ella sería capaz de descargar "beso de amor de encantada" y usarlo como timbre de llamadas. Definitivamente le gustaba, pero justo algo de la letra se clavó en su corazón como punzante daga.
Era el día blanco y aunque no lo odiara como el san Valentín le causaba algo de molestia, recordar cuando las chicas de la escuela recibían sus regalos de parte de los chicos a quien habían dado chocolate.
Recordó que el estúpido del Shotaro nunca le dio nada y ella como idiota siempre esperaba a pesar de saber que el rubio engreído era un malagradecido.
Ese pensamiento la hizo reír, antes eso le hubiera amargado el día, la semana hasta el mes. Pero ahora solo era un triste recuerdo, ya no le interesaba que él le diera nada. Mejor dicho con que no apareciera en su vida hasta dentro de unos mil años o más estaría satisfecha.
Otra vez sonó el celular.
-Moshi, Moshi- contestó emocionada al ver quien era- Mokoooooooooo-san
-Kyoko por favor no me grites, acabaras con mis tímpanos -respondió con su particular humor su interlocutora.
-Lo siento, es que me haces tanta falta Moko-san- comenzó a sollozar la peli naranja.
-¿Qué te pasó? –preguntó secamente la joven, aunque en el fondo sentía el dolor de su amiga.
-Es que…. mokosanme hetraicionado amimismarompimipromesaynosequehacer
-¡Para Kyoko! Entiendo nada.
-Es que Moko –san mehe triacionadoami mismarompi promesaynosequehacer- lloraba a mares la peli naranja.
-¡Kyoko deja el drama que no te entiendo nada!
-Ayúdame Moko-saaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan-
-Yo ya termine las grabaciones del drama en el que participo por hoy. ¿Tú qué haces?
-Acabo de filmar las escenas que me correspondían en Box- R y me preparaba para ir a casa. En poco tengo los exámenes y quiero obtener bueno resultados. ¿Por qué?
-Es solo porque te siento muy estresada y quería que nos juntáramos para tomar algo. Además te tengo un regalo.
-Moko-san quiere vermeeeeeeeeeeeeeeee-gritó de nuevo la joven actriz.
-Basta ya Kyoko de gritar- decía la peli negra alejando su teléfono celular del oído, ya comenzaba a dolerle el tímpano.
-Ya Mogami Kyoko, ¿quieres o no que nos veamos?- dijo malhumorada la joven.
-sí sisiiisisisi. – Kanae podía imaginar a su amiga al otro lado de la línea con ojitos brillantes y con estrellas alrededor.
-Entonces bájale al teatro y apunta esta dirección. Entendiste bien nos vemos en una hora. Adiós. – La pelinegra cortó la llamada antes que su amiga continuara con sus lagrimas y gritos, pero en realidad estaba muy preocupada por ella, aparte de sus típicos frenesís emocionales, sentía que la peli naranja estaba pasando un apuro y realmente necesitaba ayuda.
UNA HORA DESPUES.
Dos chicas se saludaban de una forma muy poco convencional. La primera luchaba por alejarse de su amiga, mientras que la de cabello corto por poco derriba a la otra al suelo.
-Mokooooooooooooooooo-san- gritó la peli naranja mientras la peli negra se hacía a un lado. Dando lugar a que la primera cayera al suelo justo en la entrada de aquel café.
-Kyoko por favor cuantas veces te he dicho que te me tires encima.-le regaño Kanae.
-Moko- san es mi mejor amiga y estoy muy contenta de verla –respondió Kyoko en modo ardilla.
-Somos actrices y debemos tener dignidad, levántate y entremos de una buena vez. -Ordenó la joven.
Las dos chicas entraron al café, era un lugar tradicional de la cultura nipona.
La encargada les condujo a una pequeña habitación y les presento a la mesera que había de atenderlas. Ambas chicas pidieron té verde y dulces típicos japoneses.
Ambas disfrutaban de la delicia de la gastronomía de su país. Kanae le contó a Kyoko como le iba en el drama en que participaba y como en la misión dada por el presidente resulto estar rodeada de una cantidad de mocosos que se le colgaban tal garrapatas. Al principio fue difícil pero había decidido que si quería avanzar tendría que hacer a un lado sus sentimientos negativos y portarse bien con aquellos niños.
Si alguna vez pretendía actuar en un drama que no fuera histórico o familiar tendría que deshacerse de su opresión por las familias grandes, aunque realmente era una tortura para su corazón.
Cuando le preguntó sobre la misión de la miembro número 1 de loveme, su rostro cambio varias veces, haciendo difícil para la miembro numero dos entenderla.
Al final la peli corta llena de tristeza le respondió que no podía contar mucho los detalles ya que era un secreto, que vinculaba a otro actor de la compañía. En pocas palabras ella momentáneamente su manager y protectora mientras el realizaban un proyecto del que nadie debía saber nada hasta la fecha estipulada.
Ambos eran transformados por una musa increíble que usaba la magia y hacía de ella una chica sexy. A Kyoko le brillaban los ojitos al recordarse como se veía como Setsuka Hell. Para Kanae no pasaba desapercibido ningún detalle.
Luego el aura de la peli naranja fue transformada en sombría al pensar en Caín y todo lo que había sucedido con él. Como el actor que lo encarnaba había logrado abrir su caja de pandora y darle libertad a aquel demonio llamado amor.
-¿Kyoko que ha pasado con Tsuraga- san? – preguntó la morena.
-¿Con Tsu…?
-Si con Tsuruga –san. ¡Él es el actor con quien estas trabajando! ¿O me equivoco?
-Etto…-la joven no sabía cómo disimular, su amiga la había descubierto.- ¿cómo sabes que es Tsurga-san el actor con quien estoy trabajando?- preguntó avergonzada.
-Fácil – rió su interlocutora- solo el provoca esas reacciones en ti.
Kyoko no soportó más todo lo que tenía adentro y estallo en llanto.
-Cálmate Mogami Kyoko – le ordenó su amiga.
-Moko-san yo me prometia mimisma novolveraserntir esesentimientoestupido y mehetreicionadoooooooooooooooooooooooo
-Para que no te entiendo. Repite más despacio señorita.
-Soy muy débil –balbució en medio del llanto.
-Jajaja la señorita yo odio el amor se enamoró –dijo sarcásticamente la peli negra. Creo que si el presidente se entera ya no estarás más con nosotras en Loveme.
-El presidente ya lo descubrió – dijo en medio de sollozos.
-¡Queeeeeeeeee!- casi escupe el té que tomaba. – Y aun así estas tan melodramática, vamos anímate Kyoko. Él ya debe estar planeando tu debut como protagonista. ¡En poco serás una diva! – argumentaba la chica tratando de subir el ánimo de la otra que cada vez se sumía en la desesperación.
-¡No me graduare!- dijo firmemente poniéndose de pie – no volveré a hacer esa chica estúpida que solo pensaba en el amor.
-Pero Tsur…- no alcanzo a terminar por que fue interrumpida por su colega.
-Tsuruga –san estaría ofendido si se enterara de que yo tengo ese tipo de sentimientos maléficos con él. Definitivamente no puede enterarse de nada.
-Kyoko creo que estás haciendo una tormenta en un vaso de agua. Al contrario él estaría feliz. – nunca pensó decir eso pero sabía que el actor estaba seriamente enamorado de la joven y que no era el tipo de hombre que le haría daño. No es que ella fuera fan de él pero reconocía la gallardía del varón.
-Moko- san ayúdame, necesito irme lejos. No sé a Siberia o al fondo del mar o donde este sentimiento no pueda hacerme más daño.
-Definitivamente eres una paranoica, creo que deberías darle la cara y decirle a Tsuruga Ren tus sentimientos y que él decida que responderte y no que tu andes armándote películas sin fundamentos.
La peli naranja cada vez se sumía en la depresión entrando al modo ardilla nivel experto.
-¡Basta ya de payasadas! Me cansa tu excentricidad. Si no quieres enfrentar tus sentimientos ahora entonces date un tiempo pero no niegues lo que hay en ti. No puedes dejar que eso te impida tu crecimiento como actriz. Pensé que no te daría esto pero dadas las circunstancias, toma – le extendió un volante con información sobre una beca de estudios actorales en América y los requisitos para obtenerla.
-Gracias Moko-san sabía que tú me ayudarías, eres como un hada princesa.
-¿Yo soy qué…?
-Llamaré a Kuu-outo-san, sé que él me ayudara, le puedo pedir un consejo. Tengo algo de dinero que me servirá para el viaje y la audición es en 20 días. Me dará tiempo para hacer los exámenes del instituto, terminar las grabaciones de Box –R y hacer dos comerciales para los que ya firme contrato. Gracias amiga, solo lamento dejarte sola. ¡Está decidido me iré a América!
NOTAS DE AUTORA: Hola de nuevo. Hace rato se me ocurrió esta idea pero por cuestiones de tiempo no había podido desarrollarla. Luego me daba cosa presentarla después de todo lo que ha pasado en el manga pero me he animado a publicarla. Digamos que esta es mi versión si Kyoko después de descubrir sus sentimientos
Pensé en un oneshot pero creo que serán máximos tres capítulos ( si mi musa no hace sus típicas jugadas y termino haciendo un novelón XD, a la verdad no creo que me suceda). Espero les guste y comenten.
